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Eva, Evo y Miss Universo

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(Por María Galindo, de Mujeres Creando, Bolivia) Acaba de ganar Evo Morales con el 62 o más de apoyo popular. Un apoyo popular que nace abajo y que mientras más abajo vamos más profundo, entrañable e inquebrantable es. Y sin embargo, una de las ofertas electorales por muy inverosímil, irónico, grotesco y chocante que nos parezca es la organización de la próxima Miss Universo en la ciudad de Santa Cruz, con transmisión de televisión estatal para el país entero y con el Ministro de Culturas a la cabeza de semejante responsabilidad estatal. Fue el regalo del presidente con mayor apoyo popular en la historia del país para el empresariado cruceño terrateniente agropecuario que postulo en su pasado mandato el secesionismo.  ¿De dónde saca esta propuesta nuestro presidente indígena, líder del cambio social en América latina, hijo de una pastora del altiplano, hermano de las llamas y confidente del viento?
Eva, Evo y Miss Universo
Advierto a lectoras y lectores que he escogido para este artículo sobre la reelección de Evo Morales concentrarme en esta, una de sus más simples, banales y para muchos «jocosas» ofertas electorales.
¿Quién te dijo que para ser bonita tienes que ser una cosita?
La cosificación de las mujeres que es la conversión del cuerpo de las mujeres en una mercancía, en una cosa, en un objeto sujeto a la tiranía estética y a la mutilación del cuerpo en piernas, cintura, tetas, muslo, cabellera, etc. etc. es uno de los ejes de la opresión de las mujeres en todas las sociedades patriarcales del mundo. Es un eje de opresión que básicamente gira en torno de la industria de la publicidad, la cirugía estética, el espectáculo y la moda. Imponiendo parámetros de belleza que son abiertamente racistas, cosificantes, dañinos para la salud y que han dado como consecuencia graves problemas de bulimia y anorexia sobretodo en las adolescentes y sensación de insatisfacción consigo mismas en miles de mujeres en el mundo. Es también una imposición de tallas y aspectos que ratifican «la fragilidad» de las mujeres como un rasgo de belleza.
Esta cosificación no se circunscribe únicamente a las mises y modelos que se puede decir hasta cierto punto  que  cumplen ese papel voluntariamente, es una cosificación que a partir de ellas se impone como modelo universal  y que recae sobre todas las mujeres. Por ejemplo a partir de la imposición del requerimiento de «señorita de buena presencia» para los trabajos, la imposición de uniformes con minis y escotes en las gasolineras y restaurantes. Y la abierta y descarada evaluación física de las mujeres cuando tienen que acceder a un puesto de trabajo desde secretaria hasta vendedora. La contestación de estos parámetros y la reivindicación de no ser reducidas a la apariencia física es una lucha interminable del movimiento feminista. Es una lucha que pone en evidencia que no tenemos en nuestras manos la discusión de la belleza, sino que lo que esta industria instala es tiranía estética y no belleza.
Para decirlo rápido: las mises no son mujeres bellas, son mujeres cosas. Por tanto impulsar, fomentar, apreciar o incentivar esa presencia es asignarles a las mujeres en una sociedad el lugar de cosas. Es despojarnos de nuestra condición de personas y sobretodo de nuestra dignidad.
La cosificación de las mujeres: una política estatal
Con el anuncio y la oferta del presidente la cosificación de las mujeres se convierte además en una política desde el Estado. A escala mundial, con excepción de la Italia de Berlusconi, esta industria es una industria privada, impulsada con fondos privados y en la cual los estados no han entrado ni a la censura y protección de los derechos humanos de las mujeres, pero tampoco al impulso de las mismas. El caso boliviano aparece entonces como una excepción grotesca sobretodo cuando sabemos que un alto porcentaje de mujeres en nuestro país no tiene muelas  a los 30 años por falta de calcio, muere de abortos mal practicados y carga la mayor parte del desempleo, la migración y el sobrendeudamiento vía microcrédito.
Fue la derecha boliviana la que introdujo a las modelos como parte orgánica de su política. Verónica Larriuo fue la imagen de campaña electoral de Sánchez de Lozada y Carlos Mesa el 2002 y posteriormente fue contratada para al menos simular un romance con el viejo presidente a manera de proteger su virilidad como un bien político. Es así que Verónica visitaba el palacio de gobierno casi públicamente para lavar la imagen desgastada de Sánchez de Lozada.
De manera paralela la Expoferia de Santa Cruz que es el portal productivo más importante del  país instauro la presencia de las modelos como azafatas convirtiéndolas en el atractivo principal de la feria. Todo eso fue parte del lenguaje de la derecha, una derecha banal que vendió a las mises como modelo de éxito. Y que proponía la expansión sin límite ético del concepto de mercancía; empezando por el agua, los servicios básicos y terminando en las mujeres. Las mujeres como mercancía y también como objeto disponible para el uso de empresarios y políticos fue la cara que un neoliberalismo cruel y empobrecedornecesitaba para endulzar y disfrazar sus políticas de hambre.
Si bien esto nace en la derecha  y el empresariado, fue adoptado por los sectores populares por eso el ser Miss castaña, miss tacana o miss villa miseria se convirtió rápidamente en parte de la agenda social de todos los sectores. Las universidades públicas lo hacen, las carreras, los barrios populares, los colegios en todo el país lo hacen y las chicas desfilan sus tristes cuerpos en pasarelas de cartón, de cemento, de basura o de cristal cumpliendo el deseo de ser miradas, deseadas, admiradas y visibles para la mirada machista y mutiladora del político, del empresario, del fotógrafo o del dirigente.
No hay nada más parecido a un machista de derecha que un machista de izquierda
García Linera también comprendió que la virilidad es en la sociedad boliviana un bien político por lo que de manera compulsiva y exhibicionista se dedicó a invitar y cortejar una serie de mises que lo legitimaran como macho en la sociedad cruceña.
Sin embargo, esta fascinación por las mises como prolongación de su poder político pasó del  vicepresidente a todo el gobierno. El  escenario fue recogido por el gobierno en su conjunto como una especie de política gubernamental que no era formalizada  y que pertenecía a ese lugar intermedio entre política estatal y vida privada. Este hecho repercutió de manera muy agresiva al interior de las oficinas públicas con un despliegue de acoso sexual abierto contra las trabajadoras, un incremento del personal femenino de bajo rango que conformara el ornamento para los funcionarios machistas de alto rango; pasando por diputados, viceministros y directores que tuvieron los puestos de trabajo del Estado como una especie de cuota machista para colocar mujeres jóvenes sin experiencia y dispuestas a jugar el ambiguo papel de secretarias y amantes. No se trata de una crítica moralista sobre la monogamia, el estado civil o la fe cristiana de los funcionarios públicos, todo lo contrario es el análisis de la realidad concreta e inmediata del lugar de las mujeres en la administración pública en un proceso que se llama de «cambio social». Este lugar es denigrante cosificante y atentatorio contra los derechos de las mujeres, es un lugar jerárquico y violento.
Esta cosificación repercutió también en los movimientos sociales y en las áreas rurales donde la relación erótica con el presidente sus ministros y funcionarios se convirtió en la oferta generalizada de las mujeres jóvenes en busca de un sueño. Dejando el mensaje sellado pueblo por pueblo de que todas las mujeres están disponibles para el presidente o cualquiera de sus colaboradores. La historia de Margarita Terán la joven que se incorporo a los 14 años al movimiento cocalero,  la ex novia del presidente, es solamente hoy una anécdota de lo que es al trágico destino de las mujeres indígenas dentro el movimiento político sindical campesino. La descomposición del movimiento de mujeres campesinas que ha cedido en todos estos manoseos machistas y que se ha hecho cómplice de esta sujeción es evidente. En una reunión de gabinete el presidente llegó a contar la siguiente broma: cuando voy a los pueblos quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice «Evo Cumple».
Pero el Estado pasó de esta manera simulada de fascinación por la cosificación de las mujeres a su formalización.
La primera formalización fue la elección de la miss La Paz organizada por el gobierno municipal con fondos públicos, transmisión en directo de 4 horas por la cadena de televisión estatal para todo el país y la participación del propio presidente y alcalde en sesiones de fotografía con las candidatas. Luego el ministro de Culturas incorporó a las mises como parte de la política cultural del «proceso de cambio».
El mensaje político es claro: el lugar de las mujeres en este proceso es la satisfacción del macho y de entre todos los machos la satisfacción de aquellos que ostentan poder político es la que más prestigia, y la que más rentable resulta.
Gloria Limpias: de acusada de proxenetismo a interlocutora validada por el Ministerio de Culturas
Gloria Limpias es quien detenta la franquicia de los concursos de mises y por supuesto del miss Universo también. Su empresa nace en los años 70 para satisfacción de los dictadores de turno de esas épocas. Fue acusada por Helga Bauer -miss Bolivia 1996- de proxenetismo porque su contrato la obligaba a acudir a citas con empresarios japoneses. Les quitó títulos de belleza a varias mujeres, en el caso de Desiré Duran fue por haber quedado embarazada. Los contratos que firman las chicas son los más desventajosos de la región.  Son contratos unilaterales que las obligan en todo, sin que su empresa guarde ninguna obligación en reciprocidad. Gana el 50% de todo lo que haga una miss o modelo suya y maneja de tal manera el escenario empresarial y político que una chica que no trabaja con ella puede no solo estar condenada al aislamiento, sino inclusive a la destrucción de su imagen.
Gloria Limpias representa como empresa lo más retrógrado que hay en la sociedad cruceña, los contenidos que se les transmite a las mujeres que por ella pasan son un entrenamiento en la idiotización como rasgo de belleza. Es un entrenamiento en la complacencia del macho y las chicas más cotizadas son las que mejor sonrisa logran a la hora de presentarse como cosas. La empresa de Gloria Limpias administra además la vida sentimental y privada de cada una de las chicas, por eso una de sus más rentables habilidades es alimentar la doble moral y la hipocresía social en Santa Cruz. Las modelos y mises cumplen roles ambiguos entre la exhibición de sí mismas como cosas y la condición de damas de compañía de los más poderosos del país. No es una crítica moralista la que planteamos, todo lo contrario las chicas son destruidas, destituidas, extorsionadas o multadas por Gloria Limpias cuando apelando a su libertad personal incumplen  precisamente ese papel.
Esta empresa es  subsidiaria de la empresa mundial del Miss Universo que pertenece a la televisora norteamericana NBC, y al magnate estadounidense, Donald Trump. Es decir que a la hora de hablar de cosificación de las mujeres ni el antiimperialismo, ni el anticapitalismo resultó un argumento. Organizando la miss Universo desde el Estado y como tarea estatal se capitalizará con fondos públicos y con apoyo estatal la empresa que más pisotea los derechos humanos de las mujeres en la sociedad desde el derecho a la intimidad, hasta el derecho a la maternidad. Un jefe de Estado como Evo Morales que comprendió la necesidad básica de que no todo es una mercancía, no aplica esta comprensión a la condición de las mujeres bolivianas y se regodea de su poder para impulsar desde el Estado esta cosificación porque como macho lo disfruta.
La cosificación de las mujeres puede conducir sin duda a una importante alianza política entre empresariado cruceño y Movimiento al Socialismo, pero al mismo tiempo significa una manera más de vaciar al contenido de un proceso de cambio y de convertirlo en un simple cliché. Me disculpo con quienes consideran que esta oferta electoral es legítima y que no empaña la imagen del presidente más popular de los últimos tiempos, con quienes consideran que estas son cosas de detalle y sin trascendencia. Considero que este es efectivamente un detalle que sumado a muchos cientos más son rasgos que no puedo, ni deseo dejar de ver. Son rasgos más que preocupantes sobre el real y concreto contenido del proceso más allá del discurso de tarima que escuchamos todos los días. He preferido pues para este articulo sobre la reelección de Evo Morales concentrarme en una de sus más simples, banales y para muchos jocosas ofertas electorales.
No se puede descolonizar sin despatrarcalizar.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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