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Gracias a las desgracias: Chubut vuelve a movilizarse contra la minería en medio de la descomposición política provincial

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Gracias a las desgracias: Chubut vuelve a movilizarse contra la minería en medio de la descomposición política provincial
Chubut en la calle este lunes 15 de marzo. Criminalización de las comunidades y el choque entre Nación (a través de Wado de Pedro) y provincia por la visita de Alberto Fernández.

“Gracias a estas desgracias el tema saltó a nivel nacional y se ve claramente la descomposición política y mafiosa que está queriendo imponer la minería” dice Corina Milán, directora de la Escuela 23 de marzo de Esquel. Este lunes la ciudad chubutense volvió a movilizarse al igual que Rawson, Trelew, Comodoro Rivadavia, Lago Puelo, Epuyén, Puerto Mardyn, Telsen, Gualjaina, Sarmiento, Gaiman, Trevelin, parte de un total de 48 localidades y municipios que salieron a rechazar el supuesto debate legislativo de la ley de zonificación que habilitaría la megaminería a cielo abierto en la meseta provincial.

En medio del conflicto el ministro del Interior Wado de Pedro responsabilizó por Twitter al gobierno de Mariano Arcioni por los ataques sufridos por la comitiva oficial y reconoció que el gobernador no iba a ser de la comitiva: “Sabíamos que iba a generar malestar y enojo, debido a la gran cantidad de problemas sin solución que acumula la provincia”. Agregó con respecto a Arcioni: “Hoy, en lugar de reconocer su responsabilidad en los hechos de violencia contra la comitiva presidencial, el gobernador elige atacar al intendente de Lago Puelo, que está trabajando junto al Presidente para asistir a la comunidad”, revelando una interna política como trasfondo de la infiltración policial, las zonas liberadas también por la policía, que permite la intervención de patotas organizadas por la UOCRA que suelen operar en Chubut para disuadir a las comunidades que rechazan la megaminería.   

De Pedro y la responsabilidad de Arcioni

Gracias a las desgracias: Chubut vuelve a movilizarse contra la minería en medio de la descomposición política provincial
Otra imagen de la movilización de este lunes en Esquel. La corrupción legislativa, los incendios en la Comarca Andina, la criminalización de las comunidades y una cuestión: ¿quién ejerce la violencia?

El debate legislativo estaba previsto para este martes 16, pero por segunda vez será suspendido en vista de la conflictividad provincial frente al tema. “El riesgo es que lo traten sobre tablas, pero si lo hacen no les dan los números para sancionarla” explica Pablo Palicio Lada desde Trelew. “Sobre 27 diputados necesitan 14 votos que, hasta donde se sabe, el gobierno de Mariano Arcioni no logra sumar. Y la tendencia es a que tengan cada vez menos votos debido a la bronca y la indignación que hay en la provincia con este tema y la corrupción que implica”.  

La situación se da en medio del llamado Chubutaguazo, la movilización provincial que busca defender un bien común como el agua frente al modelo extractivo y contaminante de la megaminería. El agua amenazada justamente es un símbolo crucial cuando al problema minero se agregan las miles de hectáreas incendiadas en la zona de la Comarca Andina, el tema que motivó el viaje presidencial. Por eso una de las banderas en las movilizaciones de este lunes planteaba: “Somos el agua que apaga su fuego”.

Gracias a las desgracias: Chubut vuelve a movilizarse contra la minería en medio de la descomposición política provincial

Cuando Corina Milán agradece a las desgracias –parafraseando La Cigarra, la bella canción de María Elena Walsh– se  refiere a la situación general de la provincia y la detención de manifestantes ocurrida con motivo de la complicada visita del presidente Alberto Fernández a Lago Puelo el sábado pasado, que dejó al descubierto una serie de maniobras que facilitaron la violencia y simbolizan una radiografía del modo de actuar del gobierno chubutense. En cualquier caso el problema de Chubut no es solo “chubutense” sino que implica una cuestión ambiental, política, productiva, de justicia y de derechos humanos que la comunidad  viene señalando desde comienzos de este siglo, tema que ya atraviesa a tres generaciones de habitantes de la provincia.

Pablo explica parte de la situación: “La visita terminó mostrando al ministro de Seguridad provincial, Federico Massoni, echándole la culpa a la Presidencia y a la Casa Militar por la violencia y por no haber informado el itinerario de Alberto Fernández, pero a la vez terminó reconociendo que hubo policías entre los manifestantes, algo que en la provincia se sospecha desde siempre”.

El señor Massoni efectivamente dijo que “directamente llevaron al presidente Fernández y al gobernador Arcioni a la boca del lobo, se modificó el itinerario y no nos notificaron”. La búsqueda de deslindar responsabilidades hacia arriba tuvo el efecto inverso a través de los citados textos del ministro De Pedro a través de Twitter, que desmembraron la maniobra de Arcioni. El sábado pasado, de hecho, la comitiva presidencial separó a Arcioni de la visita, sabiendo que la aparición del gobernador sólo puede ser leída en términos de provocación en una provincia devastada en los últimos años.

Un detalle sobre este curioso gobernante: aprovechó la visita de Fernández para visitar por primera vez territorios arrasados por los incendios. Sabiendo lo que genera su figura en la población, intentó utilizar de escudo la comitiva presidencial, mientras su gobierno continúa la táctica de demonización de las comunidades para intentar filtrar la ley pro-minera.

Criminalizar a las comunidades

Las internas políticas, como siempre, son pagadas por la ciudadanía a través de los clásicos mecanismos de criminalización y demonización de un rechazo que en Chubut lleva 19 años, cuando ya en 2002 comenzaron las movilizaciones esquelinas contra la intención de instalar a la minera Meridian Gold. Desde ese momento las comunidades chubutenses pudieron incidir institucionalmente con plebiscitos, como el de la propia Esquel en 2003 y dos Iniciativas Populares. La Iniciativa Popular es un mecanismo constitucional para que la legislatura debate una ley que cuente con el apoyo de al menos el 3% de firmas corroboradas del padrón provincial.

En ambos casos, 2015 y 2020, esos mecanismos constitucionales fueron burlados por los legisladores que ignoraron dichas Iniciativas. Uno de los casos fue célebre: el diputado kirchnerista Gustavo Muñiz participó de la deliberación recibiendo en su celular indicaciones de Gastón Berardi, gerente de la minera Yamana Gold. En la Iniciativa Popular más reciente, se conoció el video realizado al diputado del PRO Sebastián López que sugería el pago de “cien lucas” para solucionar estos temas a favor de las corporaciones mineras. La diputada peronista Leila Lloyd Jones ilustró al respecto a la sociedad a través de un audio filtrado a la prensa en el que sugería que los desocupados tendrían que pedirle “laburo a los legisladores que votan a favor (de la minería) que a ellos les pagaron 10 millones de pesos”, lo cual significaría que las “100 lucas” de las que hablaba su colega del PRO eran en dólares.

En este contexto es válida una pregunta: ¿Quién ejerce la violencia?

Sobre la violencia

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Después de las movilizaciones del último 4 de marzo (que obligaron a la primera suspensión del tratamiento de ley pro minera) se formó un nuevo bloque político en la Legislatura, Chubut Unido, formado por oficialistas (incluida Lloyd Jones) que rechazan el tratamiento del proyecto.

La sociedad chubutense sigue movilizándose. La abogada Cris Hendrickse, quien participó en la elaboración de las primeras ordenanzas antimineras en Chubut, por ejemplo en Epuyén, planteó ayer a lavaca su impresión a partir de los hechos del sábado último: “Apedrearon a un presidente. La megaminería es intrínsecamente violenta. Violenta las montañas, las dinamita. Violenta las democracias, las corrompe. Violenta la fauna, la extingue Violenta el agua y el aire, lo contamina. Es prima del patriarcado: aquel cosifica a la mujer, ésta a la naturaleza llamándola ‘recurso natural’. Para los megamineros el otro es un medio, nunca un fin., Por eso es filosóficamente perversa. No sorprende la violencia en quienes defienden la filosofía de la muerte”.   

La movilización en Chubut continuará hasta que el proyecto de “zonificación” se retire definitivamente de la Legislatura provincial, cosa que muchas y muchos legisladores ya están reclamando, en algunos casos por convicción y en otros, tal vez, por tratarse de un año electoral.    

La mirada de las asambleas sobre todo lo que está ocurriendo en Chubut

CHUBUT, 15 de Marzo de 2021

Las asambleas que conformamos la UACCh (Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut) alertamos una vez más a la sociedad en general sobre las graves consecuencias de la avanzada extractivista en nuestros territorios. Hoy cinco vecines de Chubut fueron detenides por manifestarse, sus rostros y sus datos personales fueron expuestos en conferencia de prensa por el ministro de seguridad de la provincia violando sus derechos y garantías constitucionales. Denunciamos este montaje mediático y judicial que busca la demonización del colectivo docente y de quienes nos oponemos a la megaminería para desviar el foco de la responsabilidad estatal en la catástrofe socioambiental que atraviesa la cordillera en estos días. A pocos días del triunfo popular que volvió a impedir el tratamiento del proyecto de zonificación minera del gobierno de Arcioni y Sastre en la legislatura provincial, nuestra amada Comarca Andina sufre un nuevo incendio forestal en zona de interfase, que ya se cobró dos vidas humanas y dejó a más de 300 personas sin techo. Miles de hectáreas de bosque nativo han sido arrasadas por el fuego, y la devastación terricida no puede pasar indiferente para nadie.
Por ello, convocamos a todo el pueblo de Chubut y a los pueblos del mundo que se solidarizan con la lucha por el agua, la vida y el territorio, a movilizar este Lunes 15 de Marzo bajo el lema “SOMOS EL AGUA QUE APAGA SUS FUEGOS”, y declaramos:

  1. El bosque destruido por los incendios de todo este verano en la zona es el mismo bosque que el Estado Argentino pretendió eliminar a principios del siglo XX por ser un obstáculo para el supuesto “progreso y desarrollo de la Nación”. Ese proceso implicó el desalojo de los pueblos originarios que resistieron el genocidio llevado adelante por el Estado Argentino.
  2. El bosque nativo como pueblo verde que custodia la circularidad de la vida, y el pueblo mapuche tehuelche como pueblo libre, recuperando y habitando los territorios, siguen siendo enormes obstáculos para el aún promocionado progreso. Es por ello que persiguen, encarcelan y asesinan a nuestras hermanas y hermanos mapuche. Y es por la misma razón que el bosque arde: su subsuelo contiene enormes riquezas minerales que son el desvelo de empresas mineras propietarias de sus yacimientos.
  3. Denunciamos la vil mentira de sectores político-económicos y mediáticos que intentaron culpar de los incendios al pueblo mapuche en resistencia. Sostenemos que estamos bajo un ataque, pero los autores son justamente el lobby extractivista que se ha apropiado de las estructuras de gobierno en nuestra provincia y que le escriben el libreto al presidente Alberto Fernández. Rechazamos por falsas y racistas las acusaciones que vinculan a nuestrxs hermnxs con prácticas contrarias a la cosmovisión del pueblo nación mapuche, que vela por el equilibrio de todas las formas de vida en los territorios.
  4. Repudiamos los sucesos del pasado sábado 13 de marzo, cuando en el contexto de la visita presidencial a la zona afectada por los incendios, vecines autoconvocades fueron atacades por una patota del sindicato de la construcción (UOCRA). Denunciamos públicamente al gobierno nacional y al gobierno provincial por acudir a prácticas de tercerización de la represión. El sábado, en la localidad de Lago Puelo, las autoridades se dieron a la fuga y la policía liberó la zona para que la patota de la UOCRA actuara una vez más su triste papel. La historia reciente de Chubut suma varios episodios de este tipo. El más reciente cuando una patota de camioneros quiso romper el corte de la ruta nacional 3 en Trelew hace poco más de un semana. Las represiones en las rutas del sur de la provincia ante el reclamo docente manos de patotas conducidas por el secretario general del Sindicato de Petroleros, Loma Ávila, o las golpizas de la UOCRA y petroleros en legislatura, han estado siempre a la orden del día y se han intensificado con Mariano Arcioni en el poder. Pero la responsabilidad del gobierno nacional en este episodio es ineludible y nos trae a la memoria los sucesos del 24 de julio de 2012 en Cerro Negro, Catamarca, cuando un masivo corte de ruta en protesta contra la mina La Alumbrera fue violentamente desalojado por patotas sindicales y les compañeres asambleístas fueron privados ilegalmente de su libertad por varias horas con la complicidad de la policía provincial; o los sucesos de 2013 en el bloqueo a Monsanto en Malvinas Argentinas; o, más difundido por sus consecuencias funestas, el asesinato de Mariano Ferreyra en el barrio de Barracas, Buenos Aires, en manos de grupos de choque de la Unión Ferroviaria, en octubre de 2010.
  5. En la visita presidencial quedó nuevamente en evidencia la sistemática violación de derechos humanos que padecemos quienes nos manifestamos en defensa del agua y la vida hace más de 18 años en Chubut. Además de tercerizar la represión, el Estado infiltra personas en nuestras marchas y pretende amedrentarnos y dividirnos con montajes que sólo revelan los intereses que se disputan entre sí las diferentes facciones del poder político y económico. Nos espían, nos sacan fotos, nos filman, nos apalean y nos detienen para judicializar la lucha con causas que no llegan a ningún lado por falta de pruebas e inconsistencias en los testimonios de sus propios perros, como en la causa que le armaron a seis compañeres después de los sucesos del 5 de diciembre de 2019 en la legislatura provincial. Nada de esto nos ha detenido, porque somos mucho más que les vecines que ponemos el cuerpo en cada acción de lucha: somos el agua que apaga sus fuegos.
  6. Esta mañana se llevaron detenidxs a compañerxs de la comarca en un montaje mediático y judicial que pretende acusarlos de atentar contra la integridad del presidente. En conferencia de prensa Massoni reconoció que hubo policía infiltrada, esa misma q salió a cazar a quienes hoy están criminalizando. Exigimos se garantice el principio de inocencia y responsabilizamos al estado de la salud física y psíquica de lxs compañerxs perseguidxs y detenidxs.
  7. Llevamos tres años ininterrumpidos de embate minero que hoy se materializa en el proyecto de zonificación presentado por el gobierno provincial y resistido en las calles y las rutas de toda la provincia desde su presentación por ser inconstitucional, ilegal y clandestino. Cada nueva sesión legislativa trae un clima de zozobra sobre posibles represiones al pueblo movilizado en defensa del agua y el territorio. Las manos en alto de 14 diputados pueden cambiar la vida de nuestras comunidades, en un oscuro escenario con denuncias de corrupción sin investigar. El destino de Chubut no puede quedar en las manos de un grupo de irresponsables que muestran más aprecio por sus cuentas bancarias que por las futuras generaciones. Hay poderes siniestros en la política chubutense y el pueblo está harto de amenazas y extorsiones. De este otro lado, está el pueblo expresándose en las calles, decididos a impulsar otro futuro para la provincia, promocionando una ley que garantice la vida de las próximas generaciones. Exigimos el respeto por las herramientas participativas consagradas en la Constitución Provincial. Demandamos el urgente tratamiento y aprobación sin modificaciones del Proyecto 129/20 presentado por Iniciativa Popular por esta Unión de Asambleas de Comunidades.
  8. Agradecemos a todas las comunidades y territorios el enorme acompañamiento recibido en estos últimos meses de lucha y convocamos estar más atentes que nunca frente al ataque terricida que estamos atravesando hoy y a reforzar la solidaridad con los territorios afectados por los incendios.

BASTA DE SAQUEO Y DESTRUCCIÓN, ¡¡PAREN DE MATARNOS!!
FUERA MINERAS DE LOS TERRITORIOS, ¡¡NI EN CHUBUT NI EN NINGÚN LUGAR!!
RETIRO INMEDIATO DEL PROYECTO DE ZONIFICACIÓN MINERA. ¡¡FUERA ARCIONI!!
TRATAMIENTO Y APROBACIÓN SIN MODIFICACIONES DE LA INICIATIVA POPULAR
APARICIÓN CON VIDA DE NARCISO Y RAYMUNDO PINO, DESAPARECIDOS EN LA MESETA CENTRAL DE CHUBUT
¡¡BASTA DE CRIMINALIZAR LAS LUCHAS POR EL TERRITORIO!!
A CIEN AÑOS DE LOS SUCESOS DE LA PATAGONIA REBELDE, REPUDIAMOS LA PRESENCIA DE PATRICIA BULLRICH EN CHUBUT. ¡¡JUSTICIA POR SANTIAGO MALDONADO Y RAFAEL NAHUEL!!
¡NO ES NO! ¡¡NO PASARÁN!!

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Memoria, verdad, justicia y Norita

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Partidaria de los besos y los abrazos, reivindica la sonrisa como principal bandera de lucha. Cumplió 94 años este 22 de marzo y hace siempre que puede la ronda de Madres de Plaza de Mayo, hoy ya en silla de ruedas. Vida, obra y endorfinas de una mujer que ha acompañado a fábricas recuperadas, pueblos originarios, comunidades afectadas por el extractivismo, jóvenes y mujeres en situaciones de violencia, todo como una continuidad en la defensa de los derechos humanos. El clítoris, el cannabis y las autodefiniciones. Esperando el 24 de marzo, compartimos esta nota y retrato, publicada originalmente en la revista MU 138 (2019, todavía tiempos macristas). El movimiento, la calle, y lo que ella piensa (y hace) frente a la historia y los futuros posibles.

Texto: Sergio Ciancaglini

Nora revisa su cartera en la que lleva el pañuelo blanco, el verde, crema de cannabis medicinal, una lata de sardinas y la agenda en la que anota sus hiperactividades cotidianas, entre otros secretos. Está también su DNI: 0.019.538. Ríe: “Fui de las primeras en la cola para sacarlo. El otro día, por un trámite, los empleados de un banco me dijeron que la máquina no podía interpretar un número tan bajo”.
Estamos en la sede de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Envolvemos las masitas que no alcanzamos a engullir y que se incorporan a la cartera de Nora para llevárselas a una amiga. Luego guarda un par de carpetas, limpia la mesa de papelitos y me pide que cierre las persianas y puertas del balcón que da sobre Piedras al 100, Buenos Aires. Ya tiene el llavero en la mano esta señora que no puede ser interpretada por las máquinas. Chequea que esté todo ordenado. Empieza a apagar las luces que iluminan salones, oficinas y paredes atiborradas de recuerdos de las Madres, homenajes, reconocimientos, diplomas y tres imágenes: Azucena De Vincenti, Mary Bianco y Esther Careaga: sus apellidos de casadas pero sobre todo, el de sus hijos e hijas. Fueron las madres secuestradas en diciembre de 1977 en un operativo organizado por la ESMA, que culminó con 12 desapariciones incluyendo a dos religiosas francesas.

Memoria, verdad, justicia y Norita

El saludo de Nora en una de las marchas actuales, con la foto de su hijo, la bandera de los 30.000 detenidos-desaparecidos, y el acompañamiento de una nueva generación.


Nora se pone el ponchito de barracán, agarra la cartera, el bastón, y cumple con el rito según el cual el último –la última- apaga la luz. Y cierra la puerta con llave.
La escena podría parecer un tanto melancólica, pero es al revés.
Al cerrar esa puerta, da media vuelta y abre un mundo.
Nora se transforma en Norita, que en lugar de ser un diminutivo resulta un aumentativo, una clave, un código de acción.
Sale Nora de Madres y entra Norita a la calle, las plazas, las ciudades, los pueblos, las rutas, las fábricas, la naturaleza, los conflictos.
Entra a sus verdaderos lugares de acción: lo público, los espacios donde ocurren las cosas, o donde las cosas se manifiestan escapando de los encierros y del silencio.
Lo mismo sucede cada vez que sale de su casa en Castelar, llena de muñecas, libros, plantas y recuerdos, se toma un micro hasta la estación (evita los taxis y es ajena a las aplicaciones uberísticas), luego el tren Sarmiento, luego el subte A o lo que haya que abordar para ir a donde quiere ir.
Su estrategia consiste en intentar estar donde haya injusticias, violencias, crímenes, abusos, discriminaciones, psicopatías estatales o privadas y otras desventuras nacionales que son del orden de lo clásico: nunca pasan de moda.
Logra materializar ese acompañamiento con una eficiencia casi incomprensible. Ana María Careaga (desaparecida a los 16 años estando embarazada e hija de aquella madre secuestrada en la iglesia) cuenta que una vez le dijeron al sacerdote pasionista Carlos Sarracini que Nora parece Dios, porque está en todas partes. El cura no se mosqueó con la comparación y subió la apuesta: “Sí, pero a Nora se la ve”.
“Cuando dicen esas cosas me estremecen –corcovea Nora–, me da un poco de vergüenza. Siento que son como abrazos para darme fuerza, pero no me generan soberbia ni nada. Lo que digo es sencillo. Si no es para pelear contra la injusticia, los organismos de derechos humanos, ¿para qué estamos?”.

Memoria, verdad, justicia y Norita

Sobre la magia y el clítoris

Plaza de Mayo, jueves, 15.30.
Las Madres están partidas desde 1986, pero allí están. Girando siempre en sentido inverso al de las agujas del reloj, como para recuperar el tiempo perdido por tanta muerte, cada uno de los dos grupos (Asociación y Línea Fundadora) en el extremo opuesto de ese círculo alrededor de la Pirámide de Mayo que culmina con una estatua que representa a la Libertad. La libertad está inmóvil, mientras la memoria, la verdad y la justicia rondan alrededor.
Bajo una placa descansan las cenizas de Azucena Villaflor de De Vincenti, quien junto a las otras dos madres desaparecidas fue arrojada viva por los militares desde un avión al mar. La marea luego devolvió los cuerpos a la costa de Santa Teresita en enero de 1978.
En Línea Fundadora la única madre que ronda hoy -y sin bastón- es Nora, acompañada por unas 80 personas. El grupo crece de golpe porque se agregan como un borbotón unos 40 guardapolvos blancos de chicas y chicos de una primaria de Lugano que la rodean y marchan junto a ella con la bandera en la que se lee “30.000 detenidos desaparecidos. ¡Presentes!”.
Llora y ríe Norita porque al ver a los chicos se le agitaron la emoción y la alegría, lloran también las maestras y varios que disimulan. Los chicos la miran asombrados. Tres vueltas más tarde, ella se acerca a un micrófono con parlante. Este jueves habla de:
La impunidad estatal y judicial alrededor del atentado a la AMIA.
El proyecto de “servicio cívico voluntario” de Gendarmería para niños (editorializa diciendo: “Qué bestias”).
Recuerda junto a Beverly Keene, de Diálogo 2000, que la solitaria Madre de Ledesma (Jujuy) Olga Arédez, denunció en 2001 la creación de una policía infantil (niños uniformados que eran instruidos con armas de juguete). Y que en 2012 el gobierno de Cristina Kirchner ordenó cerrar 74 cuerpos de Gendarmes Infantiles en 17 provincias, que reunían a más de 6.879 niños.
De paso mencionan que Olga –que reclamó toda la vida por las desapariciones ocurridas durante el apagón en Libertador General San Martín- murió en 2005 por la contaminación de bagazo producida por Ingenio Ledesma. “Para abaratar costos no ponían los filtros en las chimeneas, y eso la intoxicó”, explica Nora.

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Denuncia cómo le prohibieron a su compañera de Madres LF, Vera Jarach, quien además es sobreviviente del Holocausto, dar una charla en el Colegio Nacional de San Isidro (“a lo mejor prefieren que vayan los de Gendarmería a dar clases de derechos humanos”).
Habla sobre una de sus obsesiones, el Hospital Posadas y la situación de sus trabajadores y pacientes (“el Estado achica y achica, es lo único que hace: hay que ir a acompañarlos”).
Informa que trabajadores de la textil Sport Tech, que estuvieron en la ronda y ocuparon durante dos años la fábrica quebrada en defensa de sus puestos de trabajo fueron autorizados como cooperativa, por el juez Horacio Robledo, a hacerse cargo de la empresa.
Presenta a gremialistas de Fabricaciones Militares (“no les tengan miedo, nada que ver con los milicos, son divinos”) movilizados contra los despidos y el achicamiento.
Recibe a Sergio Martínez, uno de los fundadores de El Algarrobo, asamblea de Andalgalá que con su movilización logró frenar la instalación del proyecto megaminero a cielo abierto Agua Rica. Sergio cuenta: “Hace poco cumplimos 500 marchas, cada sábado, reivindicando los derechos humanos, territoriales, a la salud y a la vida”.
Anticipa Norita el lanzamiento de una campaña para denunciar la deuda externa (y eterna) “porque hay gente que se queja en la verdulería, pero no entiende que lo que le pasa es consecuencia de que se están llevando los dólares y las riquezas, y cada dólar se paga con hambre en nuestro país”.

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Repudia por enésima vez la ilegal detención de Milagro Sala desde enero de 2016 (“no le encuentran nada y la someten a tortura psicológica las 24 horas del día”).
El tono de Nora es tan serio como lo sugieren los temas de los que está hablando; dice que el gobierno es “negacionista, inmoral y ladrón”, y oscila entre esas definiciones y el relato de lo que está sintiendo. “Hoy no hay buenas noticias para dar”, le dice a la gente que la escucha. “La buena noticia fueron esos chiquitos que vinieron de Lugano”.
Agrega: “No nos volvamos locos. Cada día me acuesto pensando ¿qué mal van a hacernos mañana? Es como que con cada acción, con cada decisión, quieren humillar. No lo logran, porque nos tienen que resbalar las cosas que dicen y hacen”.
La mujer y la gente se miran. “Siento que esta Plaza es mágica. Me siento feliz aquí. Me da pudor decirlo, con tantos desastres que pasan, pero es lo que siento viendo que tantas personas vienen, se encuentran, se abrazan, se reconocen”.
En ese momento repite tres veces: “30.000 detenidos desaparecidos y desaparecidas” y todos contestan “¡Presente!”. Y luego: “Ahora y siempre”. Nora, separando bien las sílabas, pronuncia tres veces la siguiente palabra: “Ven-ce-re-mos”.
Caminando hacia su bar favorito sobre Avenida de Mayo, para tomar un café que es parte del ritual de los jueves, quiere decirme algo sobre la magia, pero la detiene un grupo de chicas para saludarla y un joven, uniendo las palmas de las manos, pronuncia: “Gracias por existir”. Dice ella que jamás la cuestionaron ni la increparon por la calle. “Una sola vez, en una marcha por Cromañón, había un tipo muy borracho que me dijo de todo. Pero me había confundido con Estela de Carlotto. Que nos confundiera ya te muestra lo borracho que estaba”.
Otro grupo la reconoce, la saluda y le pide fotos. En los últimos tiempos cuando está en confianza Nora propone sonreír a la cámara diciendo “clítoris” en lugar de “whisky”.
Sigue la caminata y ella no pierde el hilo de lo que quería contar: “La magia no nace porque sí. La tenés que crear con tu espíritu. El espíritu de ver el lado bueno de la vida. Si no hacés magia con lo que te pasa, es imposible sentir que lo que hacés está bien, que te genera alegría. Sentir que no estás entre los mafiosos”.

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Comerse un pasaje

La primera vez de las Madres en Plaza de Mayo fue el sábado 30 de abril de 1977. El 15 había desaparecido Gustavo Cortiñas, el hijo mayor de Nora, secuestrado en la estación Castelar cuando iba a tomar el tren a las 8.45 rumbo a su trabajo en la Comisión de Valores. Militaba en la Juventud Peronista. Flaco, sonriente, bigote setentista, pelo largo.
En la casa de Nora hay una foto en la que se lo ve mirando a los chicos de la Villa 31, en la que militó con el padre Carlos Mugica. “Tiene un gesto que me parece dolorido y comprometido con lo que está viendo. Pero fijate los chiquitos, son iguales a los que ves hoy en las villas”. Se queda pensando: “Nuestros hijos luchaban por la justicia social. Pero hoy la brecha entre ricos y pobres es todavía mayor que cuando se tomó esta foto”.
Para esa mujer que había tenido que amoldarse al rol de ama de casa y profesora de alta costura, la desaparición del hijo representó el fin de muchas cosas. “Fue dejar la casa y salir a buscarlo. Y fue para todas igual. Mujeres comunes que no éramos de la academia, ni de los grupos de pensamiento. Pero hoy entiendo que ahí ya fuimos feministas. Ahí empezamos a romper”.
Aquel sábado inicial había pocos paseantes en Plaza de Mayo. Y 14 mujeres. Azucena propuso entonces ir los viernes. Nora, mientras tanto, buscaba en comisarías, en juzgados, hasta que empezó a ver a otras mujeres haciendo lo mismo, marcadas por la misma desesperación, que le contaron de las reuniones en la Plaza. Nora se sumó a la tercera. “Una madre muy católica y muy supersticiosa dijo que el viernes era mala suerte, día de brujas. Otra dijo que los lunes era día de lavar y limpiar. Quedó el jueves”. Acordaron las 15.30, salida de los bancos, el mayor tránsito de público en la zona. Las Madres nacieron para no ser parte de otros organismos ni partidos políticos. No tenían oficina: la crearon en la Plaza, sin techo ni puertas ni ventanas, para verse, intercambiar información, y hacerse ver. La policía dijo “circulen”, y jamás dejaron de hacerlo. En octubre de ese 1977 nacerían los pañuelos blancos, como modo de reconocerse entre la multitud durante una marcha a Luján: en realidad eran los pañales de tela (no existían los descartables) que guardaban para sus nietos, convertidos en un símbolo histórico de los derechos humanos.
Relata Nora que los varones y esposos no intervenían porque el horario era de trabajo. “Pasaba otra cosa. Al ver a los milicos algunos padres decían ‘yo le dije a mi hijo que no se metiera’ y cosas así. Entonces eso no servía. Las madres no hacíamos esas cosas”. Confrontaban. El lugar común indica que el dolor enceguece, pero Nora es de las que piensan distinto: “El dolor nos hizo ver. Nos fortaleció, y nos ayudó a ser claras”.
Empezó a entender algunas charlas que había tenido con su hijo: “Una vez me dijo: ‘¿Sabés que te pasa, mamá? Te falta calle’. Aprendí, ahora me pasé de calle” reconoce. “Más que en los libros, la concientización está en la calle. Esto significa moverse siempre. Y no pensar dos veces”.
Recuerda que fue varias veces presa con las Madres. “Una vez, los policías pararon un micro, bajaron a toda la gente y nos llevaron. En la comisaría teníamos dos variantes: pagar 30 centavos, o pasar 5 días de cárcel por escándalo en la vía pública. Había madres que decían “métanme presa, así me llevan con mi hijo”. Pero los tipos querían que pagásemos. Cuando me tocó, le di 60 centavos. ‘No señora, le dije 30’ me dijo, y le contesté: cóbrese lo de la semana que viene”.
Otra de esas detenciones ocurrió un día antes de un viaje que Nora debía hacer a Brasil con la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chicha Mariani. “Esa vez nos llevaban en patrulleros. Abrí la puerta y me quise tirar, pero el policía me agarró. Si no, me mataba; era la desesperación por escaparme. De golpe me di cuenta de que tenía el pasaje a Brasil. Yo creía que era algo clandestino, que si descubrían eso no sé qué iba a pasar y entonces lo agarré, lo fui rompiendo en pedacitos, y me lo comí”. El viaje finalmente se hizo, en plena digestión del pasaje, con Nora y Chicha intentando denunciar lo que se vivía y se moría en el país.
Moverse, salir, romper, confrontar, escandalizar, chocaba con la noción de familia tradicional y hogareña, y con su marido Carlos. “Los viajes, las marchas, las búsquedas. Y él tenía una cosa de celos. Hubo algunas veces que pensamos separarnos. Murió en 1994. Creo que no hubiera soportado todo lo que hago ahora. Pero bueno: la desaparición de Gustavo había sido un cambio total. Me largué a hacer lo que tenía que hacer. Y eso fue no volver atrás nunca más”.

Del Mundial al cannabis

Nora recuerda que usaban la parte del Café Tortoni que da a Rivadavia, durante el Mundial 78, para encontrarse con jugadores (“creo que eran holandeses, no recuerdo los nombres”) y periodistas extranjeros. O lo que vivió su querida Mirta Baravalle: “El marido estaba muy mal con la desaparición de la hija (Ana) y no podía creer que parecía que no pasaba nada mientras en el país había desaparecidos. El día de la final que ganó Argentina, después del partido se puso peor y se murió de un infarto mientras todo el mundo seguía festejando”.
Las Madres son un símbolo de muchas cosas, empezando por la valentía. Resulta casi de ficción imaginarlas plantadas en la Plaza frente a la Casa Rosada tomada por Videla & afines, infiltradas por Astiz y la ESMA, ignoradas y silenciadas, o en el mejor de los casos tratadas como “madres locas” por los diarios que se atrevían a mencionarlas. Nora agregó algo a su currículum disruptivo: en 1978 fue hasta la Mansión Seré, centro clandestino de detención y torturas, simulando ser una interesada en comprar el lugar para instalar un hogar de ancianos.
“No era que buscaba a mi hijo ahí, pero sabía que había gente. Entré al predio y hablaba en voz alta. No sé qué quería: hacer ruido. Que si había alguien supiera que había gente afuera. Un milico dijo ‘despachen a la señora’ pero yo seguía diciendo que me mandaban de la Municipalidad o cualquier cosa, y vi una canilla con manguera al lado de una ventanita que se ve que daba a un sótano, donde estaban los desaparecidos. Cuando se recuperó como Centro de Memoria, contaron que me habían escuchado, sin saber quién era”.
El alegre caos que es cada conversación con Nora, ahora en su casa, cambia de rumbo porque va a preparar café. Desde que cumplió 82 años le divierte decir que es mínima, vital y móvil.
Mínima: nunca escondió la edad, pero se niega a revelar cuánto mide. “Ni a mis nietos se los digo”. En el jardín hay una pequeña piscina de dos metros de largo y uno de profundidad. Nora guiña un ojo: “Me meto con salvavidas”.
Vital: parece inagotable, aunque no lo es. Sufrió hace dos años un ínfimo ACV. “Hablé dos horas después de eso en un acto, y parada. Ni yo lo puedo creer. Pero es un compromiso con nuestros hijos y nuestras hijas. No es un sacrificio para nada. Cada día es estar donde hay una injusticia”.
Móvil: sus idas y vueltas a Castelar en micros, trenes y subtes son una especie de gesta cotidiana en la cual la casi nonagenaria dama va a veces arrastrada por la multitud. “El otro día bajaba del tren. En el medio del gentío un chico que iba a subir me vio, tenía un chocolate, me dijo ‘gracias por todo lo que hacés’, me lo dio y subió. Me quedé en el andén con el chocolate llorando de emoción. Ni sé el nombre. Solo sé que era un chico del oeste”.
Hace dos años un golpe en el empeine le repercutió en un fuerte dolor de rodilla, y los médicos le dijeron algo fantasmal: tenía que dejar de marchar. Problema de meniscos. “Te imaginás, yo lo que tengo son menisquitos”. Por eso fue al debate en el Senado sobre el aborto seguro legal y gratuito en silla de ruedas. La actual vicepresidenta Gabriela Michetti la saludó educadamente al verla, y más tarde ordenó que le prohibieran el ingreso al recinto, por lo que Nora vio el debate por televisión en el despacho de Pino Solanas.
“El año pasado me regalaron la crema de cannabis y me la empecé a poner en la pierna. De a poquito, te diría que en un mes o dos, dejó de dolerme totalmente, y pude volver a caminar con bastón primero, y cada vez mejor”. Del pronóstico de inmovilidad Nora pasó a abandonar la silla de ruedas, el bastón parece cada vez más un adorno, y no deja de estar en todas partes. “Ahora en vez de bombones me regalan cannabis”. En el jardín, además de la santa rita, las azaleas y los potus, crecen dos robustas plantas de marihuana.

Feminismo, grieta y hambre

Tiene docenas de muñecas que le han regalado, varias son Noritas con pañuelo blanco y hay una con pañuelo verde. Muestra una remera con una frase que ha hecho célebre: “Ser feminista es una cosa bárbara”. El lema forma parte del Norita Fútbol Club (Las Noritas) equipo femenino que participa en la Liga Nosotras Jugamos. En la delantera de Las Noritas juega su nieta Lucía. “Y yo pedí que me den la 10”, explica la abuela, que además está asombrada porque ha sido llamada a dar una charla por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
¿Qué es lo peor que vivió, además de la desaparición de Gustavo? “La desaparición de las tres madres. Veías que los militares no se saciaban ni con los miles que se habían llevado”.
¿Lo mejor? “La resistencia de la gente, de los pueblos. Si no fuera por la resistencia pacífica y prudente que tiene este pueblo ya estaríamos con las patas de los norteamericanos acá adentro. Hay espacios que parecen pequeños pero que van frenando, sin saberlo, los avances de la derecha”.
Reconoce que fue un dolor también la separación de Madres, en 1986. “Algunas nunca dejamos de sentir que no tendría que haber ocurrido. Pero había mucha diferencia sobre las metodologías y nosotras, en Línea Fundadora, queríamos ser horizontales e independientes”. No quiere hablar demasiado sobre las diferencias en la propia Línea Fundadora. “Lo que reivindico es esa independencia, la mirada crítica. En el anterior gobierno creían que la crítica era mala leche, y eso no es cierto. Yo reconozco que lo que se hizo con el tema de derechos humanos fue histórico. No pensábamos que íbamos a ver a los genocidas juzgados. Pero eso no quiere decir que una se calle cuando hay cosas como el apoyo al modelo extractivo, o poner a (César) Milani al frente del Ejército”, explica, críticas que hizo extensivas a la Ley Antiterrorista, el pago de deuda externa, la tragedia de Once, el INDEC, el Proyecto X, y toda área atacada por políticas oficiales, el modelo científico con Lino Barañao al frente, el modelo sojero, la minería a cielo abierto, la violencia institucional, la discriminación a los pueblos originarios, entre muchos etcéteras que hicieron que no fuera ella de las participantes en los actos emitidos por cadena nacional. “Nuestra función es otra desde siempre: es ser independientes de los partidos y del Estado”.
Cuenta que su nieto Damián, el hijo de Gustavo, fue siempre partidario de la gestión kirchnerista. “Pero yo decidí que no voy a perder amigos, familiares ni ideales por la política partidista. Entonces hablábamos de cualquier otra cosa. Pero desde que está este gobierno sí que volvimos a hablar de política”, dice riéndose.
Sobre lo electoral: “Estoy mirando. No decidí qué hacer”. Una pista: en una de las últimas elecciones Nora fue con un marcador. Tomó una boleta y escribió: 30.000 detenidos desaparecidos. No al extractivismo. No a la persecución a las comunidades indígenas. No a la deuda externa impagable, inmoral y odiosa. “Lo puse en el sobre y voté. Me lo habrán anulado. No importa, saben que estuve ahí”, cuenta. “Y digo sí a la justicia, a la verdad, a la memoria, a la resistencia, a los juicios hasta que se condene al último genocida y a la recuperación de la identidad de todos los jóvenes que fueron niños apropiados por el terrorismo de Estado”.
En el área de derechos humanos cree que la gran cuenta pendiente es que se conozcan los archivos militares. “Es una burla que no los entreguen. Registraban todo, hay pruebas, y eso permitiría saber qué ocurrió con cada persona desaparecida. Pero es una decisión política que ningún gobierno quiso tomar”.
¿Cuál es su principal preocupación hoy? “El hambre. Estamos cada vez peor. Más hambre, pobreza, desocupación. Es una época de destrucción. Pero no tenemos que dejar que nos llegue el odio. Hay que resistir, pero no tenemos que perder la sonrisa, que nos hace fuertes: es lo mejor que podemos tener”.
Está perpleja Norita porque su biznieta Camila, 9 años, le dijo que los besos y los abrazos contagian gérmenes. “Pero el abrazo y las caricias estimulan las endorfinas que son lo que dan ganas de vivir. Cuando alguien está enfermo, lo acariciás, le das la mano y eso es terapéutico por las endorfinas. Así que en eso sí que tengo partido: soy partidaria de los besos y los abrazos”.

La ley

Las Madres son cada vez menos. “El año pasado murieron cuatro. Las sentimos mucho”. ¿Cómo imaginar las cosas cuando ya no queden Madres? “Yo no me imagino nada. Nunca digo que esto va a ser así o asá Lo que creo es que siempre hubo etapas con determinadas personas que vivieron y luego murieron. Es la ley de la historia, y de la vida. Ojalá nunca más tenga que haber Madres porque hay genocidios y represiones. Pero en nuestro caso, de algún modo estaremos en la Plaza. Y entonces habrá que ver qué es lo que nace” dice sin miedo y sin nostalgia, haciendo bailar esa sonrisa alimentada en la calle con abrazos y resistencia, besos y valentía, magia y endorfinas.

Memoria, verdad, justicia y Norita
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La Ronda, en la mirada de Nora Lezano

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Sexta entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo. Esta cobertura, realizada por Nora Lezano, corresponde al ritual del jueves 14 de marzo.

La Ronda es una iniciativa autogestiva coordinada por la editora Claudia Acuña y la fotógrafa Alejandra López. Todas las semanas, unx fotografx registra el ritual que se sostiene hace más de 40 años.

Todo el material colaborativo será entregado a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos.

“Nunca había estado en una Ronda.

Le pedí a una amiga que me acompañara. Sentí que se jugaba por un lado algo emotivo inmenso y por el otro el miedo a lo incontrolable. Jamás hago fotos en la calle justamente porque adentro de un estudio puedo controlar todo. Antes de salir para la Plaza dejé en mi casa un llanto espeso. El día estaba nublado. Ese llanto tenía la exigencia de haberme comprometido a resolver algo desde un lugar del que no estoy acostumbrada pero también el nerviosismo de saber que iba a vivir una experiencia de la que iba a salir profundamente atravesada”.

“Y así fue que me hice parte de esa ceremonia, fluyendo en círculos con mi cámara, acompañando esa fuerza indestructible del sostener. Donde nada importaba más que SER esa RONDA”.

Sobre Nora Lezano

Fotógrafa y artista visual.

Comienza a desarrollar su trabajo en la década de los 90. Sus retratos de músicos constituyen una parte representativa de su obra.

De 1992 a 2008 trabajó como fotógrafa institucional del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En los años 2000 y 2001 la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación le encargó las coberturas de los ciclos “Argentina en vivo 1 y 2”, el “Festival Internacional de Jazz”,  la “1era. Semana Argentina en Madrid”, “La historia en su lugar” y “Música clásica en los caminos del vino”.

Trabajó como fotógrafa, directora, iluminadora y videasta para proyectos performáticos, de artes visuales y cinematográficos.

Publicó en forma independiente el libro Sin sueño se duerme también y Communitas (Planeta) -en coautoría con E. García Wehbi-.

FAN, la retrospectiva de sus años en el rock, se presentó desde el 2015 a la actualidad, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata, el Museo Boggio de Chivilcoy, la Biblioteca del Congreso Nacional, la Casa de la Cultura de Entre Ríos; el Centro Cultural San José, de Olavarría,  el Museo de Bellas Artes de La Plata, el Espacio Contemporáneo de Arte Eliana Molinelli de Mendoza, la Planta Alta de la Estación Belgrano, en Santa Fe y en la Universidad Nacional de Quilmes.

Junto a las fotógrafas Andy Cherniavsky e Hilda Lizarazu, en el Palais de Glace, presentó la muestra LOS ÁNGELES DE CHARLY, una celebración a la obra de Charly García.

INVENTARIO, que incluyó una serie de objetos, fotografías y material fílmico y sonoro del archivo personal de la artista, además de una performance, se presentó en la Bienal de Performance 2019.

Desde 1996 sus fotos ilustran el suplemento RADAR del diario Página/12 y desde el año 2015 realiza las fotos de los calendarios de la Fundación Viva la Vida por el Bienestar Animal.

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Nota

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

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Quinta entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que se propone transmitir el valor de la constancia, de los pies en el espacio público, de la gota a gota que horada la piedra, la no violencia contra la violencia, su valor social, su peso histórico, sus 40 años de coreográfico diseño: media hora, todos los jueves. Esta cobertura realizada fue por la fotógrafa y artista visual Martina Perosa.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

“Desde hace tiempo me interesa la relación entre fotografía y movimiento. Hay un trabajo que me parece muy interesante, que me inspiró en esta búsqueda, que es la serie fotográfica de Muybridge en el que logra documentar el rápido trote de un caballo en el aire. Mediante esta serie intentaba demostrar, frente a la teoría opuesta de algunos periodistas deportivos, en el que hay un momento de la carrera en el que los cuatro cascos del equino están en el aire. Esas series en movimiento abrieron una nueva discusión en la historia de la fotografía, que incluso dieron comienzo al cine”.

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

“Siempre me interesaron estos cruces interdisciplinarios entre las diferentes ramas artísticas como el cine, la fotografía y la danza. Pensando la ronda de plaza de mayo, me punzaba mucho la idea de coreografía. Una repetición constante todos los jueves, durante cuarenta años, por media hora. Una serialidad. Una duración y tiempo concreta. En un espacio determinado. Unos cuerpos, y una relación entre ellos, con una calidad de movimiento que a lo largo de los años fue mutando según el contexto: explosivo, suave, sutil. Y una música que hilvana el movimiento, los sonidos de la calle y el grito popular”.

La Ronda, en la mirada de Martina Perosa

Sobre Martina Perosa

Artista visual, nacida en la ciudad de Buenos aires. Su formación se centró en distintas disciplinas artísticas, que hoy confluyen en su obra. Estudió cine, indagó en el teatro, la performance y danza contemporánea y luego se especializó en talleres de fotografía y  clínicas de obra. Esta multiplicidad de intereses le permitió construir una mirada interdisciplinaria sobre la fotografía con un principal interés en el movimiento, y en la potencia de la imagen para construir ficción y contar historias. En 2019 editó su primer fotolibro “Shinsekai”, finalista del Premio Publicación Latinoamericano en el FELIFA 2021 y en diciembre 2023 editó su segundo fotolibro Proyecto Dallas.

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