Nota
La escena del crimen

En Recoleta no creen que haya habido un atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Frases, lugares, contradicciones y silencios. Los enigmas alrededor de la grieta. Por Sergio Ciancaglini
Al caminar por Santa Fe para acercarse al lugar del hecho, se pasa por una gran tienda de maquillaje llamada Rouge, por Mamy Blue y Brookfield, por la iglesia San Nicolás de Bari casi tan tradicional como Plata Lappas que está enfrente, y ya doblando por Uruguay hay una iglesia competidora, Ciudad Luz, informando que “compartimos la fe cristiana”. En esa cuadra está Colombraro, casa de plásticos no tan recoleta, como tampoco lo es el inevitable súper chino, en este caso llamado Market. Hay un winter sale de ropa para la infancia, el geriátrico Santa Catalina, la casa Las Motas (making great shoes), un local autopercibido como show room, el colegio Jesús María, Carters Lovers, otra casa que anuncia que we are on sale, el Morning Glory Kindergarten, Baby Cottons y además Rapanui, una especie de iglesia de los helados y chocolates que promocionó involuntariamente Cristina Kirchner hace tiempo y que posiblemente sea de lo poco, junto con el chino, que contiene a ambas orillas de la grieta.
Uruguay y Juncal. La esquina en la que este 1º de septiembre intentaron matar a Cristina Fernández de Kirchner (parto de esa evidencia que gran parte del barrio tiende a desechar denodadamente). En el lugar exacto del atentado hay ahora policías tras una faja en la que se lee: “Escena del Crimen- No pasar”.

Policías y movileros
Los policías lucen sus equipos antidisturbios, escudos y borceguíes, salvo un pequeño grupo: llevan la campera y las gorras con las siglas de la Policía Federal Argentina, pero uno de ellos tiene zapatillas Nike blancas sin medias, otro calza jeans rotos, otro zapatillas levemente zaparrastrosas y pañuelo palestino, como si hubiesen ido ataviados para mezclarse subrepticiamente con el lado de acá de la faja, hasta que les cambiaron la consigna.
La policía es apuntada por decenas de cámaras de televisión, mientras el mundo movilero anda nervioso de aquí para allá tratando de descubrir en sus redes neuronales qué cosa decir en la próxima aparición.
En el anteúltimo piso de esa esquina está el departamento de la vicepresidenta. En el último hay una vecina anti K que colocó una bandera argentina (en algún momento reclamando “justicia independiente”) encima de la cual hoy se ve una azul y amarilla: Ucrania. El edificio, como tantos por allí, no parece tan lujoso, luce más bien despintado y descascarado (podrían ir de Rouge a maquillarlo), pero en la Recoleta tal vez eso debe ser tomado apenas como símbolo de algo más elegante: la pátina del tiempo.
En esa esquina está la gente que permanentemente acompaña a Cristina, trasladada a Recoleta como un ejercicio de cuidado y de apoyo que ayer no bastó, cuando el lugar se convirtió en la escena del asesinato que no alcanzó a cometerse.
¿Qué ocurre con el resto del vecindario y de quienes frecuentan esas calles? ¿Qué dicen sobre la situación, qué plantean?
Dos señoras de tapado y anteojos oscuros, a media cuadra del lugar del hecho, prefieren no hablar. De cerca intuyo que son madre e hija. “Es todo muy complicado” dice la supuesta madre con una sonrisa intencionada.
Igual de intencionada pero más clara, otra dama se acerca portando changuito y no se detiene mientras habla. Cuenta que hace 20 años vive en Recoleta y luego va al punto: “Esto es todo un desastre. Se politiza lo judicial, se mezcla todo, se pierde el horizonte de lo que es real y de lo que es manipuleo”. Hasta ahí, la frase podría pronunciarse a ambos lados de la grieta. Pero María se define:
-Lo del atentado fue totalmente manipulado y armado. ¿Para qué? Para victimizarse. Tapar, tapar y tapar la realidad. Ella quiere convencer a la gente de que hay una persecución. Nadie la persigue, es un juicio y punto.
-Pero quisieron matarla.
-(Me mira casi con lástima) ¿Vos creés eso? ¿Con un arma vieja, con balas que no salían? Algo tiene que haber pasado pero no se sabe. Entonces que se investigue, que se sepa todo.
-¿Si se investiga y se demuestra que hubo un intento de asesinato usted lo aceptaría?
-Es todo un desastre– dice María, que se va con su changuito diciendo que no con la cabeza.

El amor, el odio y la princesa
Por esa vereda viene una señora que camina con dificultad. Al acercarnos, cruza la calle a una velocidad que emula a Mbappé. Dos pasos más allá, Fernando acaba de comprar algo en un kiosco. Acepta conversar: “¿Cómo no se va a aceptar conversar?”
Esboza su mirada: “Me parece muy raro que alguien que quiera cometer un magnicidio, que no sé sus antecedentes, tenga una pistola Bersa, aunque no sé nada de pistolas, pero que le falte justo una bala para la recámara, y entonces no la podía matar a Cristina. Me parece llamativo”.
No entiendo el argumento pero Fernando continúa: “Por otro lado hay una relación de espejo del kirchnerismo acusando a la otra pate de promover el odio. Me parece demasiado místico eso de que ellos son el amor, y los demás son el odio”.
Siguiente razonamiento: “La división viene de hace mucho. Como decía el psiquiatra Carl Gustav Jung, hay algo que uno tiene que es la sombra, y la sombra se proyecta sobre el otro”.
-¿Por ejemplo?
-Con el fiscal Nisman hay que ver las barbaridades que dijeron Berni, Fernández y los demás. Pero no se sabe si pudo ser un homicidio. Ahí no hicieron un feriado. Pero para la princesa sí que lo hicieron. Entonces me parece que todo es muy de secta. Tendrían que haber dejado que Larreta ponga las vallas y se hubiera evitado este tipo de intento de asesinato.
Entre Jung, Larreta, y las princesas, el propio Fernando se refiere al hecho como intento de asesinato. Y dice: “Soy un ignorante en cuanto al peronismo, disculpe, pero sé que Cristina denostó al peronismo y ahora lo necesita, y el peronismo la cubre. Esas relaciones simbióticas no son interesantes ni constructivas”.

Relata que es maestro mayor de obras. Le pregunto si en el antiperonismo puede haber un componente racista: “No, para nada. Yo soy mitad sefaradí, mitad católico, y este es un pueblo de inmigrantes. Estoy de acuerdo eso sí con (Miguel) Pichetto en que no hay que dejar entrar tanta gente de otros países. Voy a Villa Lugano a hacer trabajo y es Bolivia a pleno. Entonces si un argentino quiere que lo atiendan en un hospital en Bolivia, no sé si lo tratan como aquí. Pero hay que cuidar el terruño. Yo no soy racista. Por eso pienso que tienen que venir los japoneses a arreglar todo esto como pasa en Escobar, que es tan floreciente”.
Me cuesta seguir sus ideas, le consulto por Macri: “Yo no sé si es un modelo a seguir. Es un estilo más de negociados, no digo que sean negociados turbios, pero mientras se destruye el mundo y hay cambio climático acá no se hace nada. Es un poco lo que dijo Patricia Bullrich. Te ponés de un lado o del otro pero no podés estar en el medio.
-¿Y usted de qué lado está?- pregunto cada vez más desorientado.
-Acá Larreta puso las vallas, yo no estoy de acuerdo con que las hayan tirado abajo. Pero si pone las vallas, le van a echar la culpa.
-No entiendo.
-Claro, es que nadie entiende. No se sabe de qué lado estar. Fíjese qué pasa con ella. (Cada vez que se habla de ella sin nombrarla, ya se sabe que hablan de ella). Yo tengo muchas dudas. El fiscal hace un alegato contra ella, pero no es una condena. O sea que todo este quilombo es solo por un alegato. Para mí Bullrich tiene que ver con el orden. Donde hay crisis hay oportunidad.
-Bullrich más que ordenada fue violenta cuando le tocó ejercer.
-Yo tendría que investigar lo que usted dice. Si actúa mal, que sea juzgada. No me fanatizo, porque lo fanático remite a una secta, y en la secta se pierde el pensamiento propio.
-Eso es cierto.
-Por eso aparece la grieta, que nos da la oportunidad de eliminarnos unos a otros, y perdemos la posibilidad de crecer. Por eso yo no pienso ni en Perón ni en Macri ni en otra gente, si no en San Martín cuando llegó en barco y decidió no bajar a tierra por la pelea de unitarios contra federales. Eso te muestra que este bolonki viene desde muy lejos.
La bestialidad y lo armado
Por Twitter y whatsapps descubro mensajes de gente del barrio. Uno simula ser de la fábrica de pistolas: “La empresa BERSA quiere dejar claro que sus productos son de primerísima calidad y que no se hace responsable de que el brasileño sea medio pelotudo”. Otro: “Ojalá que el VAR diga que Cristina se adelantó… y lo dejen tirar de nuevo”.
Pasan dos adolescentes que aplican para cualquier casting publicitario. Ella 17, él 16. No quieren fotos ni grabador. Les pregunto qué sintieron al ver un arma apuntando a Cristina Kirchner. Ella sonríe con frialdad. “Es Cristina”. Él completa: “No sentí nada. No me importa”. Con esa inocencia (o no), con esa actitud helada, fueron las únicas personas de esta recorrida, además de los policías de ropaje reversible, que me generaron una especie de escalofrío.
Estela forma parte del lado pudiente de la sociedad. Llegó desde Olivos por una consulta médica, y quería mirar con cierta curiosidad lo que ocurre en Recoleta. “Tengo mucha tristeza, indignación, impotencia. Es inusitada la cantidad de chicos y familias que se van del país. Se fue mi hijo a Italia. En Ezeiza vi gente que se iba hasta con las mascotas. Lo que pasó con Cristina es una bestialidad, no comulgo con la violencia. Pero querer atribuirle todo al discurso del odio, que me parece una etiqueta, es raro. Porque hablan de odio los que también fomentan el odio. Y del otro lado pasa lo mismo. Entonces no pueden atribuirse altura moral para decir que el resto hace discursos del odio”.

Ideas alrededor de la grieta. “Hay sindicalistas y políticos millonarios a costa de un pueblo hambreado, a costa de nuestros impuestos”. Le digo que el sector empresario suele ser el más subsidiado. “Claro, tenemos los sindicalistas que tenemos porque tenemos los empresarios que tenemos. Y entre todos cagan a los trabajadores. En el medio hay una franja que quiere vivir tranquila, una clase alta que vive con todos sus chanchullos, y en gente pobre que sigue a determinadas personas porque les dan de comer, y no los encuentro culpables a ellos, sino a los que viven de ellos”.
Explica Estela: “La señora que trabaja en casa y en varias casas de Olivos vive en Guernica. Y donde ella vive le dicen: ‘pelotuda, paraguaya de mierda, para qué vas a laburar en vez de cobrar planes’. Incluso le mataron el perro”. Nota que la miro con incredulidad y sigue: “Me cuenta que hay trabajo pero todos prefieren estar con el plan todo el día tomando cerveza. En cambio esta señora quiere salir sin esperar que le vengan a dar planes” aclara esta señora que se presenta como docente de Boulogne, que trabaja en un comedor de una parroquia católica, y que votó a Massa hace unos años, “cuando decía que iba a borrar a los ñoquis de La Cámpora”.
Carlos viene con su bastón. Me dice incluso su dirección y departamento como para mostrar que no teme a sus 90 años: “Lo de Cristina fue totalmente armado. Como puede ser que llegue ahí un tipo que a los 10 minutos le conocían toda la biografía. ¿Son boludos?” Le digo que nunca hay que subestimar eso. Cuenta que hace mucho vive en el barrio, y se emociona recordando a su esposa. Dice que siempre fue radical, pero que su hijo mayor es de derecha: “Le tendría que romper la cabeza”. Agrega: “De los dos lados de la grieta son unos hijos de puta. Te imaginás lo que pienso de los peronistas, pero Macri también. Él, el padre y los que los rodean. Pero bueno, sigo caminando y no te distraigo más”.

Entre el aborto y Evita
Pasa una pareja joven. Lucía e Ignacio son turistas uruguayos. “Acá accedemos a cosas que allá no podríamos comprar” reconocen por la diferencia del dólar. El jueves supieron que algo raro pasaba en una cervecería: “Unos gurises se pusieron a gritar. ‘¡mañana es feriado!’ Y todos celebraban. Preguntamos por qué, y dijeron: ‘casi la matan a Cristina, así que no se trabaja’. Decidimos venir a ver” cuentan. “Hay toda una radicalización política. Uruguay siempre es más mesurado, pero igual allí también está creciendo el discurso del odio. Pero esto es una locura” explica Ignacio, que en el caso uruguayo se vuelca por el Frente Amplio. “Es que nosotros estamos viendo lo que pasa con el neoliberalismo. Ya recortaron a cero el presupuesto para la educación, hay mucho retroceso en salud”. Lucía: “Se quiere cuestionar incluso el aborto legal, se manoseó la Constitución con una Ley que manda muchas cosas para atrás, hasta la relación entre propietarios e inquilinos. Ahora pueden echarte de un día para el otro. Esas cosas también son neoliberalismo”.

Llega otra señora de tapado y un andar que hasta en Recoleta llama la atención por la elegancia. Se llama Celina. Se está acercando a Uruguay y Juncal.
Cuando suponía que iban a propinarme otra dosis de antiperonismo explícito, ella dice:
“Lo que pasó es tremendo. Doloroso. Yo me esperaba cualquier cosa, pero esto supera toda imaginación”.
Se presenta como psicoanalista y poetisa. “Los discursos del odio están arraigados desde el comienzo de nuestra historia, de toda la formación o deformación social y cultural. El odio es algo intrínseco al ser humano, pero cuando alguien está equilibrado, cuando hay autoestima el amor equilibra las violencias internas, las venganzas, las ganas de pelearse. La falta de una educación, de lo cultural, o la malformación de la educación, tiene que ver con una raza política que es la que nos lleva a estos lugares peligrosos”.

Celina reconoce que de pequeña amó a Evita, contra su familia antiperonista. “Mi padre la sufrió mal. Pero yo me hice peronista convencida de que hay que estar con el pueblo. Cuando llegó Kirchner, y luego Cristina, participé incluso en agrupaciones, cosa que sigo haciendo”. La venida hasta recoleta desde Balvanera fue caminando, sola, y para ver al cardiólogo.
Conociéndolo familiarmente, ¿qué psicoanálisis haría del antiperonismo? “Es una clase que no quiere perder el poder, el ganado, los cereales y la soja. Son dueños de millones de hectáreas que se apropiaron indebidamente muchas veces, y que en muchos casos después vendieron a norteamericanos y europeos. Es una clase que va a emplear todo el odio posible, todos los crímenes posibles, para evitar que el peronismo siga adelante”.
Mira alrededor, ese escenario de público y camarógrafos de un lado y policías del otro, separados por la faja anaranjada que dice Escena del crimen. Celina, que escribió el libro de poemas Punto Cero, imagina: “Espero que todo esto sirva como campaña no querida, pero campaña al fin, para que el año que viene Cristina sea presidenta, que es lo que más deseo”.
¿Pensar así, como una canalización electoral, no es algo que justifica las críticas desde el otro lado de la grieta?
“Van a usar cualquier cosa” dice sin inmutarse. “No me importa. Pero es posible que esto haya movilizado a gente buena no partidaria, a gente que se dé cuenta de que el camino no es el neoliberalismo ni es la derecha”.
Nota
Arte contra la impunidad femicida

«Hoy, en el día del cumpleaños de nuestra hija, nos enteramos por los medios de una nueva injusticia. Es otra violencia institucional más que sufre nuestra familia y el tercer fallo que pretenden imponer a un mismo crimen: el femicidio. Hoy inauguramos El cuarto de Lucía, arte contra la violencia femicida. Durante mucho tiempo estuvimos preparando este momento. Queremos invitarlos a que nos acompañen. El camino de conseguir justicia es demasiado largo. Gracias por estar. Familia de Lucía Pérez».
Con ese comunicado Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía, respondieron desde Mar del Plata al fallo del Tribunal de Casación Penal que, el día en el que Lucia cumpliría 25 años, dieron a conocer (sin informar a la familia ni a sus abogados) su decisión de revocar el fallo por femicidio contra Matías Farias, dejándolo solo en el marco del abuso sexual.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
«Es el Estado narco cubriéndose» dijo Guillermo Pérez a lavaca. La referencia: los imputados son probadamente narcos que vendían droga a menores en la puerta de la escuela a la que concurría Lucía. Pero al anular el delito de femicidio, la pena de perpetua se reduce de manera drástica. Todo esto, debería pasar por la decisión final de la Corte provincial.
«Es una provocación para afectar a la familia, el día del cumpleaños de su hija» sostuvo Gustavo Melmann, el padre de otra joven asesinada, Natalia, hace 24 años.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
Sobreponiéndose a la sorpresa, la familia inauguró en Mar del Plata El Cuarto de Lucía, visitado por cientos de personas que quisieron conocerlo, interiorizándose con la situación general de violencia contra las mujeres. «No nos van a hacer callar» dijo Marta.
Así, la noche del viernes se llenó de arte para reencontrar lo que Marta llamo «luz»: capacidad para recordar a Lucía y a miles de mujeres asesinadas, y seguir transitando todos los caminos contra la impunidad. Participaron 20 grupos de música y danza.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
Marta diálogó con lavaca.
–¿Por qué se inaugura hoy la Casa de Lucía?
–Porque hoy es el día que nació hace 25 años; a esta hora estaba con contracciones; ella nació a las 20. Fue tan lindo como padres; teníamos a Matías y tener una hija fue re lindo. Por eso hoy estamos festejando la luz, que es ella; la luz en la cual está ella. El festejo de hoy es la luz de Lucía.
Presentamos el cuarto de Lucía, donde vamos a trabajar desde todos los sentidos; todo lo que nos atraviesa como mujeres, como madres, como víctimas. El cuarto va a estar para eso. Se ha transformado en una obra de arte en donde trabajamos, hacemos los informes, donde ponemos el foco en lo mal que hace las cosas la Justicia.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
–Hoy recibieron justamente una noticia de la Justicia con una nueva medida de impunidad.
–Sí, como ya estamos acostumbrados, y es triste decir eso porque después de 8 años deberíamos tener una condena como corresponde, y no seguir luchando de esta manera.Se le pierde el respeto totalmente a la vida del ser humano que se ha ido y a las familias que quedamos. Pero seguiremos trabajando y no bajaremos los brazos. Hoy más que nunca este lugar debe ser de abrazo de amor, de contención por todo esto que nos pasa también.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
–¿Por qué creen que recibieron la noticia hoy?
–Porque la Justicia es perversa. Es tan grande la perversión que tienen, que también eligen con quién hacerlo. Porque también hay que acallar a estas víctimas, pero estas víctimas no se van a callar jamás. Jamás. Entonces, estoy segura que lo hacen para destruirnos, pero lejos de eso, estamos cada vez con más fortaleza, con más lucha y ayudándonos entre todos.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
Guillermo Pérez agregó:
“En estos momentos tan crueles que estamos pasando no hay que dejar de hacer cosas humanas. Tenemos que hablar de las cosas que podemos hacer juntos”.
Marta: «Hay una industria judicial, donde te siguen haciendo ir para atrás, mientras la gente como nosotros tiene que seguir trabajando y pagando abogados, buscando justicia y que no haya impunidad. Por eso también es algo perverso lo que nos siguen haciendo».
El Cuarto de Lucía podrá ser visitado como parte de la actividad marplatense de la Campaña Somos Lucía, que incluye entre otras cosas, cursos, talleres, encuentros, y seminarios de capacitación a personal judicial.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.

Fotos: Florencia Ferioli para lavaca.
Nota
“¿Qué van a hacer?”: testimonios y preguntas del colectivo travesti trans en Diputados, tras los ataques del gobierno nacional
Una reunión informativa convocada por diputadas y diputados reunió a distintas voces del colectivo travesti trans, que planteó sus posturas, miradas y críticas hacia el rol del Estado mucho antes de los ataques del Poder Ejecutivo. Qué dijeron Cristina Montserrat Hendrickse, Gabriela Mansilla, jóvenes del colectivo El Teje, Florencia Guimaraes, y el contundente discurso de Marlene Wayar: un diagnóstico crudo de una situación históricamente vulnerable, gobiernos progresistas mediante, y la defensa ante los actuales ataques libertarios. Tratamientos médicos, DNI, discriminación diaria, social, laboral, la deuda con “las viejas”, y la pregunta a los anfitriones: «¿Qué van a hacer?»
La Comisión de Mujeres y Diversidades de la Cámara de Diputados de la Nación realizó ayer una “reunión informativa” para escuchar al colectivo travesti trans tras los ataques sufridos por parte del Poder Ejecutivo.
Mónica Macha (UxP), presidenta de la Comisión, enumeró el temario del día:
- El estado del cupo laboral travesti trans.
- Las consecuencias de los discursos y prácticas de odio y persecución.
- La preocupación por el acompañamiento a niñeces y adolescencias trans, a raíz de los cambios impulsados en la Ley de Identidad de Género.
“Es importante poner en palabras, en relatos personales, una respuesta que ya dio la sociedad argentina en la calle el 1 de febrero”, dijo el diputado Esteban Paulón (EF), vicepresidente de la Comisión, en relación a la masiva Marcha Antifascista y Antirracista.

Luego, durante casi cuatro horas, diputados y diputadas de la mayoría de todos los bloques excepto de la Libertad Avanza, escucharon treinta y seis exposiciones de activistas, militantes, intelectuales, referentes de partidos políticos, de organizaciones sociales y sindicales, profesionales de equipos de salud, familias y adolescencias trans.
Estas son algunas de las voces que se escucharon.
Discriminación, DNI y “el mundo va a seguir pariendo trans”
“Coordino dos grupos de jóvenes que me preguntan: ahora qué hacemos. Hemos decidido continuar con la atención, hay un principio en medicina que es no abandonar a quien nos consulta y no dañar, y esta decisión daña a las personas transgéneros”, dijo Adrián Helien, psiquiatra y coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Durand, que también cuestionó la formación médica que siga formando profesionales cisgéneros.
La abogada Cristina Monserrat Hendrikse, militante trans y funcionaria del fuero bonaerense, quien escribió una nota en lavaca tras la publicación de DNU 62/2025 del gobierno que busca modificar la Ley de Identidad de Género, comenzó su exposición explicando que “un DNU es la decisión única de un monarca que da su opinión y sin escuchar a otros toma su decisión de forma unilateral, cuando las reglas que gobiernan una sociedad democrática son el fruto del debate y de la escucha.

Luego preguntó: “Si un adolescente de entre 13 y 16 años puede acceder a un tratamiento médico con autorización de sus padres, ¿por qué no lo puede hacer un niño o una niña trans? Evidentemente es discriminación a nuestro colectivo”. Cristina terminó su intervención interpelando a diputados y diputadas presentes: “No sé los señores legisladores qué van a hacer con este DNU, si lo van a confirmar o lo van a desechar, solo les voy a recordar que hace 3500 años el señor Moises escribió el Deuteronomio y nos prohibió, y todavía estamos acá. Hagan lo que hagan, aunque me maten, aunque nos maten a todas, la naturaleza, la biología, va a seguir pariendo trans”.
“He parido una hija que me puso en este lugar, que me enseñó a luchar, que me puso en conocimiento de toda esta comunidad que hoy no debería estar acá discutiendo lo que ya discutimos. No quiero que las niñeces aprendan a resistir lo que la comunidad adulta le tiene que garantizar”, dijo Gabriela Mansilla, de la Asociación Civil Infancias Libres y mamá de Luana, la primera niña en recibir DNI con su género autopercibido en el mundo. Entre lo que se está la mira del gobierno se incluye el DNI no binario y la rectificación de partidas de nacimiento. “Lo más importante es que pueda salir una respuesta para contestar esto – siguió Gabriela-. No estoy acá para decir palabras que emocionan, estamos exigiendo derechos. Tenemos niñeces que tienen miedo de salir a la calle. Por más que intenten lo que intenten, primero para tocar a mi hija, y para tocar a un montón de otras niñeces van a tener que pasar por delante de sus mamás, y les vamos a dar batalla”.
La voz de la adolescencia trans también estuvo presente a través de Manuel Sinde, de la Organización Adolescencias Trans “El Teje”, quien leyó una carta que escribieron colectivamente contando que tienen miedo, impotencia y ansiedad. “También queremos aclarar que todas esas personas que salen a hablar mal de nosotres y dicen que nos obligan a ser personas trans, son personas que nunca en su vida hablaron con una infancia o adolescencia trans, que nunca tomaron el tiempo de conocer nuestras vidas, nunca nos dieron el lugar, y siempre hablaron desde la ignorancia y el odio, queremos que se nos escuche”, leyó. Manuel aclaró respondiendo al presidente: “Las personas trans no somos ni hormonas ni cirugías nada más: somos mucho más”.
También participó Cero, que llegó desde La Matanza y leyó una carta de otro varón trans adolescente que no quiso ir por miedo: “Yo, antes de mi transición, me sentía incómodo con mi cuerpo, aspectos como mi voz, mi busto o el hecho de menstruar eran algo que no sentía propio de mí; y gracias a la comprensión, amor y cariño de mis padres y mi familia, fue que pude sentirme bien con empezar el tratamiento”. Junto a Cero llegó Lautaro, adolescente trans, que complejizó recordando los altos niveles de pobreza en la actualidad, las dificultades para tener trabajo registrado, y “ni hablar de tener que pagar hormonas o querer vivir solo en un futuro”.
Entre quienes hablaron también estuvo Vanessa Di Cecco, que hace unos días sufrió en Cañuelas que un hombre que la venía hostigando le prenda fuego su casa, la de su esposa y la de su hija. “Todo fue incendiado y destruido por el fuego y por el odio. Hicimos la denuncia ese día pero no se inició ninguna investigación hasta que no fuimos a los medios”. El hombre que incendió la casa y luego se fue caminando tranquilo sigue prófugo.
La activista y militante Florencia Guimaraes recordó por su parte las deudas históricas que hay con el colectivo travesti trans para no creer que los últimos años fueron “de ensueño” y ahora con un gobierno de derecha todo cambió. Hubo quienes les dijeron a les adolescentes que no tengan miedo.
Egos, política y “¿qué es lo que van a hacer?”
Cuando tomó la palabra la activista y pensadora Marlene Wayar, rompió con una pregunta: “Siempre me parece que venimos a aplaudirnos las unas a las otras. Yo pensé que era para trabajar, ¿cuál es la acción?. Esto es levantar nuestros egos, ¿qué es lo que vamos a hacer?”. La presidenta de la Comisión Mónica Macha le contestó que en principio es poder tener un espacio en la Comisión donde están representados todos los bloques y si no estuviera sería un silencio que no está bueno. Marlene retrucó: “Ellos se aplauden a sí mismos a ver quien tiene el tweet más violento, y nosotros quien es la más romántica: es exactamente la misma mecánica. Si algo demostró la marcha es que hay que seguir con la acción y son ustedes que están con asesoría legal, con legislación comparada quienes nos tendrían que haber dicho ‘el camino nos parece por acá, necesitamos que apoyen esto’. Vinimos a Diputados, sino tenemos la asamblea en una plaza y todo bien. ¿Ustedes cómo van a aportar? ¿Cómo les van a exigir a sus partidos que no nos vuelvan a dejar tiradas? ¿Qué van a hacer ustedes más allá de servirnos un cafecito? Esto ya se hizo con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad: nos invitaron a doscientas cincuenta mil reuniones que no llegaron a nada, fueron muriendo nuestras viejas una a una”

Siguió: “La corrección política es perfecta y sumamente vacía, estoy dolida de la falta de reacción que tienen y de lo fácil que caen en el egocentrismo de venir y sentirse hermosas acá en Diputados, ¿para qué estamos acá? Esa es la gran pregunta. ¿Para qué diablos estamos acá?, que encima estamos arriesgando el trabajo porque a las dos de la tarde estamos en horario laboral, en un trabajo policíaco en estos momentos. Entonces, estoy arriesgando mi puesto laboral de dos mangos por cincuenta para estar acá para hacer nada, para lamernos el ego”.
Esteban Paulón explicó que denunció penalmente al presidente, que acompaña distintos pedidos que se hizo de inconstitucionalidad del DNU, y que se está acompañando los debates y las marchas. “Lo de hoy es que pudiéramos tener en estos espacios las voces de las personas que por lo general no tienen voz”, dijo y destacó la presencia de distintos bloques en la escucha. “Bienvenidas todas las ideas para hacer más efectiva nuestra tarea en el parlamento”. Macha explicó que en el periodo de sesiones extraordinarias no se pueden tratar proyectos por fuera del temario establecido por el Ejecutivo, por eso la reunión fue informativa. “Creo que es importante las voces que se están escuchando acá, y cada compeñeres que está tomando la palabra responde a invitaciones de distintas diputadas”.
Las intervenciones de quienes fueron a exponer y luego de algunos diputados y diputadas siguieron durante dos horas. Aún está por verse si logran articularse acciones desde el Poder Legislativo construyendo consenso mayoritarios en un Congreso agrietado que ya está en modo campaña. Hacia el final se propuso hacer un proyecto de nulidad absoluta del DNU, intentar que se firme por la mayoría de los bloques, y tratarse en las próximas sesiones.
Por ahora, la pregunta sigue latente: ¿qué van a hacer?
Nota
Contra los incendios y la desinformación: sobre la caza de brujas en la Comarca Andina

La policía provincial, fogoneada por el gobierno local y nacional, detuvo a 12 personas al voleo y sin pruebas como supuestas responsables de los incendios que ya consumieron más de 25 mil hectáreas en la zona. Se trata de vecinas y vecinos que se encontraban conteniendo las llamas o que tienen apellidos mapuche. Frente a la comisaría, una movilización que reclamaba la liberación de estas personas sufrió además el amedrentamiento de una patota ligada al magnate Joe Lewis (uno de sus integrantes, empleado del municipio y cercano al intendente). La policía los dejó actuar sin hacer nada. Lo que hay detrás de esta operación político-mediática: fake news para romper la organización, persecución social, proyectos de extractivismo y entrega de territorios. “El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos, en los territorios y en las calles”, dicen algunas personas que prefieren no dar el nombre pero testimonian en esta nota, explicando todo lo que pasó y sigue.
Por Francisco Pandolfi
Mientras se queman los bosques y la montaña y los valles y las casas, y los animales, empezó una caza de brujas en Chubut y en Río Negro. Una caza de personas que justamente combaten a un fuego que sigue ardiendo en cinco grandes incendios. Que ya quemó más de 25 mil hectáreas. Que ya se llevó una vida: Ángel Reyes, de 84 años. Que ya arrasó con más de 200 viviendas en la Comarca Andina. Y que ya tuvo por lo menos 12 detenidos, al voleo, sin pruebas, y con el cargo de “incendio doloso” (dos de esos detenidos fueron inmediatamente liberados por falta de pruebas).
La persecución que en las últimas horas escaló al extremo, con el Estado sembrando en la población un estado de terror.
Frente a esto: la autogestión. El poder de las comunidades organizadas, ante todos los otros poderes.
Miente, que algo quedará
Para entender este presente basta con hacer memoria a no tan largo plazo para comprender un mismo modus operandi.
“La historia se repite”, decía Hegel. “La historia ocurre dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa”, dijo Marx.
Todos los años ocurren enormes incendios forestales, y según estadísticas oficiales más del 95% son provocados por la acción humana. En enero de 2024 se quemaron casi 7 mil hectáreas en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut. A las horas de su inicio, el gobernador Ignacio Torres responsabilizó a la comunidad mapuche Paillako, tomando la línea de Patricia Bullrich, es decir del gobierno nacional. Pasó un año y no se encontró ni una sola prueba en contra de la comunidad, pero el ataque allanó el terreno que derivó en el desalojo de la lof a comienzos de este 2025. El déjà vu aparece cuando el último miércoles el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, informó que habían sido detenidas tres personas. Este jueves, se sumaron por lo menos 9 detenciones más, según el registro de distintas asambleas que ya no solo deben contar la hectáreas quemadas.
La patota
Iván González es docente de biología, comunicador en la FM Radio Alas y vecino de Lago Puelo. Ahora está en El Bolsón, combatiendo el fuego y la desinformación. “Las personas a quienes están deteniendo son las que arriesgaron su vida por apagar los incendios. Ni bien nos enteramos de las primeras excarcelaciones nos movilizamos a la puerta de la Comisaría 12, de El Bolsón, para exigir su liberación, cuando de repente llegó una patota montada en caballos que vino directamente a agredirnos. Vimos peligrar nuestra vida, rodeados por mucha gente armada, con cuchillos, palos, amenazándonos de muerte todo el tiempo, aplaudiendo y gritando ‘viva la patria’, ‘mátenlos’. Fue una situación muy violenta”. La policía se destacó por su sospechosa inacción.
Iván explica que, ante las persecuciones, tienen dos estrategias: salir a hablar sin dar nombres propios, o hacer lo opuesto y que sea la exposición el paraguas que los proteja. El anonimato es la opción que elige un vecino de la localidad chubutense de Golondrinas, por una cuestión vital: “Quiero seguir viviendo”. Pone en contexto esa tremenda frase: “Están haciendo un operativo cazando gente; ayer a una amiga que lo único que hizo fue apagar llamas, le allanaron su casa; a otro flaco que por su apellido es del pueblo mapuche, lo levantaron de la puerta del supermercado y se lo llevaron, montando pura espectacularidad”. Agrega un dato clave sobre el grupo parapolicial que el miércoles llegó a caballo a amedrentar en la puerta de la comisaría: “Responde a Joe Lewis (magnate británico dueño de una estancia de 8 mil hectáreas que rodea el Lago Escondido). Lewis, Pogliano (intendente de El Bolsón) y Weretlineck son la misma cosa”. Uno de los integrantes de la patota es empleado del municipio encabezado por Pogliano.
El relato
Nelson Ávalos integra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), región Noroeste de Chubut. La conversación con lavaca se pospone una y otra vez porque las detenciones aumentan con el correr de las horas. Entre audiencia y audiencia de la formulación de cargos a los detenidos, finalmente explica: “Mientras la gente arriesga su vida y encima la detienen, los gobernadores de Río Negro y Chubut, junto a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, están creando un relato sobre que los incendios (Mallín Ahogado, Epuyén, Trevelín, la comunidad Nahuelpan y el Pedregoso) son producto de una sola causa: una organización que se dedica a realizar actos terroristas para incendiar todo, vinculando siempre al pueblo mapuche tehuelche. Y ahora intentan sumar a gente que voluntariamente busca apagar el fuego”.
Nelson dice que es muy complejo lo que están viviendo, que es muy difícil de sintetizar. Y subraya lo que cree fundamental poner en evidencia: “El relato de los gobiernos busca justificar que se instale en la región un estado de militarización. Hace unos días, Torres y Bullrich presentaron el Comando Unificado para combatir a ‘las fuerzas terroristas de la Comarca Andina’, y para eso desembarcaron las policías provinciales, la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y el Ejército, además de los servicios de inteligencia”. Avalos deduce qué hay detrás: “Proyectos de extractivismo y entrega de territorios a la voracidad de capitales nacionales e internacionales”.
Sobre las detenciones: “La investigación la lleva el fiscal (Francisco) Arrien y se están llevando a cabo las audiencias de formulación de cargos por incendio doloso. Yo creo que mañana estarán todos liberados, porque esto forma parte de un circo de la Justicia y del poder político, para no ir hacia las verdaderas causas que originaron el fuego”.
El Estado de las cosas
“Estamos muy preocupados”. Del otro lado del teléfono habla Viviana Moreno, referente histórica de la Asamblea por el No a la Mina de Esquel. “Hay incendios locales en todos lados, todos los días. Se logran apagar enseguida porque estamos atentos. Son intencionales, porque son de madrugada”, dice. La voz se pone más tensa: “Estamos desesperados, anoche hubo otro incendio en un barrio. Esto que ocurre es una locura. Ya se están haciendo planes de evacuación de los barrios más inmersos en el bosque nativo”.
Para Viviana, el fuego es el resultado final de una combinación explosiva de factores: un abandono del Estado de los bosques comunales, que deben ser limpiados, raleados sistemáticamente y no sucede; las plantaciones de pinos como monocultivo, altamente combustibles; el cambio climático: altas temperaturas impensadas años atrás, sequía y vientos fuertísimas; y la falta de equipamiento y la precarización laboral de los brigadistas que combaten los incendios forestales”.
Hernán Mondino integra la Brigada de Incendios, Comunicaciones y Emergencia (ICE) del Parque Nacional Los Alerces. Da un marco de la situación: “Pedimos 15 compañeros para reforzar la temporada e ingresaron solamente seis. Y encima, por la política general de gobierno renunciaron cuatro. A esto se suma que los brigadistas tenemos contratos laborales de tres meses. O sea, los números son siempre negativos y de esa política hay responsables concretos que se llaman a silencio. El Servicio Nacional del Manejo del Fuego ahora depende de Patricia Bullrich y en este contexto que vivimos Parques Nacionales sigue despidiendo gente. Estas responsabilidades se quieren ocultar buscando chivos expiatorios o culpables efímeros para desviar lo que realmente pasa”.
El vecino de Golondrinas que pide reserva de su nombre recuerda que desde el catastrófico incendio de 2021, aún hay gente que sigue sin agua, cuatro años después. También dice que sólo en enero, ya debió apagar cuatro veces el fuego iniciado por el chisporroteo de cables y por la quema de transformadores. “Cuando hay viento, están cortando la electricidad, porque saben que eso puede generar más incendios, lo que refleja la falta de inversión. Como no pueden resolver los problemas de infraestructura, por no haber inversión estatal, acusan al pueblo de terrorista, cuando son los gobiernos quienes están generando políticas de terror a favor de sus negociados”.
Agrega Nelson Ávalos, de la APDH: “Acá se juegan intereses que trascienden a los incendios y se está utilizando el desastre para allanar el camino. Queda demostrado la complicidad estatal con lo que pasó el miércoles con esa patota y la impunidad con la que se movieron: cometieron un delito en flagrancia, a los ojos de la policía, que no hizo nada. Es evidente que su accionar fue avalado y que busca, generando desconfianza, romper un tejido social, una solidaridad de hermandad construida en toda la Comarca”.
La autodefensa de la autogestión
Hay dos movimientos que están sucediendo al mismo tiempo: la persecución, por un lado, y la organización popular que crece cada día un poco más. Iván González, vecino de Lago Puelo, reflexiona: “Todas las acciones que se están haciendo desde los gobiernos son conducentes a desarticular la red comunitaria que se formó para luchar contra los incendios y crear enemigos internos como el pueblo mapuche. El crecimiento inmobiliario en El Bolsón hace que la ciudad casi ya no tenga dónde crecer, porque es un valle encajonado, y entonces se pretende avanzar con loteos inmobiliarios hacia los lugares rurales, justamente como es la zona de Mallín Ahogado”. Iván suma un elemento: “La aprobación del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) vino a acelerar la realización de proyectos mega turísticos hoteleros y mineros, en un territorio donde hay una resistencia importante a que no talen los bosques, donde hay muchos productores apostando a la agroecología, donde en definitiva existe un obstáculo importante para sus proyectos urbanizadores”.
Y suma otro más: “A ellos les molesta que haya gente organizada contra sus planes, todos articulados por Joe Lewis. De hecho, es muy sospechoso que el incendio en Mallín Ahogado haya empezado pocas horas antes de lo que iba a ser la novena marcha hacia Lago Escondido, que año tras año visibiliza que se trata de un lago usurpado por un empresario”.
Iván pide no desviar el foco principal: apagar el fuego. “Intentan meter miedo y romper nuestra organización, mientras las llamas siguen descontroladas en la montaña, en las laderas, y ayer ya ni había aviones hidrantes volando. Entonces, si esperamos que 100 brigadistas de los servicios estatales –en un estado de cansancio total, con unas viandas deplorables y casi sin nafta para el uso de motobombas–, apaguen estos incendios no va a ocurrir hasta dentro de varios meses. El desfinanciamiento se traduce en la poca capacidad operativa del Estado para apagar el fuego. Ni hablar cuando hay varios fuegos en simultáneo, como ahora, que son cinco. Los mismos jefes del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) y todas las brigadas, reconocen que están con una frazada corta, que sacan de un lado y ponen en otro, que mueven aviones de un incendio al otro y no logran apagar ninguno. Por eso, no nos queda otra que las brigadas de vecinos voluntarios estemos de pie, que hoy cuadriplicamos en cantidad a quienes conforman los servicios estatales. La organización es muy grosa, hay muchísima gente participando”.
Existen roles bien marcados. Están quienes van al frente de la batalla contra el fuego; quienes organizan las viandas –hay un montón de cocinas y en cada una hay siete personas en cada turno–; están quienes se encargan de distribuir la comida; hay gente que organiza los animales; otro equipo ya pensando en la reconstrucción de las casas; uno más, imaginando cómo hacer las estufas para las nuevas viviendas; y otro, ideando cómo volver a reforestar, si con bolitas de arcilla o semillas. Plantea Iván: “La organización de autodefensa es enorme. Y apuntan a derribarla. Por eso estamos repitiendo un versito, que no es ningún verso, y es que a la represión, a su cacería y a los incendios, los combatimos con apoyo mutuo, con cuidados, con autogestión. El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos en los territorios y en las calles”.
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