Nota
La revolución del aire: operadoras por #AbortoLegalYa
Más de 80 trabajadoras ya firmaron la Carta Abierta de Operadoras de Radio, TV y Planta Transmisora a diputadas y diputados en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Desde las radios comunitarias a las comerciales, qué significa la organización de un sector con mayoría de hombres. Qué límites se rompieron. Nuestra crónica y reportaje fotográfico.
La convocatoria surgió por un grupo en una red social y a los dos días eran más de 80. La operadora de Radio Mitre, Dara Cartannilica, es la primera en llegar a la Carta Abierta de Operadoras de Radio, TV y Planta Transmisora a diputadas y diputados en apoyo a la legalización del aborto, y no duda en describir el momento que está viviendo. “Es un momento histórico que nos está juntando a todas las mujeres en una revolución”, dice a lavaca. “Vivirlo de esta forma, desde adentro, está buenísimo. El feminismo me hizo acercarme a otras realidades, que veía o sabía que estaban, pero que ahora quiero conocerlas y palparlas. Y eso está buenísimo. Estoy feliz de encontrar otro espacio con otras mujeres que tienen la misma inquietud de romper lo que está pautado”.
¿Qué es lo que se rompió?
Romper los límites
Tamara Partyka es operadora en Radio Ciudad y en Aspen. “Estamos cansadas. La situación laboral está en un límite en el que nadie hace nada. Y hoy nos organizamos como trabajadoras. En la Radio de la Ciudad armamos una comisión de género hace dos años. Es muy bueno convocar a las radios privadas porque no existía el espacio. Estábamos muy divididas. La radio privada hace eso: separa. Y veníamos trabajando y marchando en actividades del 8M, muy involucradas con el pañuelazo y decidimos armar la convocatoria para todas. ¿Por qué? Porque es el momento. Estamos en un límite en el que necesitamos que nos escuchen. No queremos más muertes de mujeres. Es importante que nos organicemos, que se abran espacios de debate. Que nos podamos escuchar y respetar es lo principal”. Aporta un dato, que es el primero que quieren cambiar: el carnet que le entregan para trabajar dice “operador”. Todas coinciden que logar que las nombren como corresponden es la primera reivindicación por la que van a trabajar, con el impulso de esta reunión.
Jesica Strano trabaja en Aspen y en ESPN Radio: son dos mujeres operadoras en cada una. “Venimos de espacios muy dominados por lo hombres. También donde estudiamos. En general somos muy poquitas, parece que es una carrera que ni existe. Y esta organización es necesaria porque, más allá de esta causa, implica unirnos. Yo no tengo ni Facebook y pude formar parte de esto, que te muestra que no es una cosita de las redes sociales y nada más. Es algo serio, queremos que se vea, que nuestra opinión es apoyar la Campaña y no haya más muertes de mujeres, ni siquiera hostigamientos ni que nos pongan incómodas en ningún momento ni lugar. Es muy bueno que podamos unirnos y formar parte de esto dejando de lado un montón de cosas, opiniones personales y que seamos nuestro punto de unión”.
Tamara también se sorprendió por la cantidad de trabajadoras que firmaron la Carta Abierta. “El ambiente es pura y exclusivamente de hombres. La proporción será de 30 hombres y tres mujeres estudiando. Ahora quizá haya aumentado un poco, pero tiene un límite. Todavía nos faltan un montón porque pudimos cubrir una parte de Buenos Aires y Mar del Plata. Falta a nivel país: mucha son tienen carnet y lo hacen por oficio, pero también están incluidas porque están bajo la misma precarización”.
Jésica cuenta los comentarios machistas que tuvo que soportar durante toda su carrera. “Me decían que para que me había metido a estudiar si era una carrera de varones. En mi familia, incluso. Que no sabía lo que era. Que lo técnico es de varones. Y estoy segura que hoy no pasaría: se está abriendo para que no vuelva a suceder. Y eso es hermoso”.
El puntapié
Daniela Olivero es operadora de turno noche en AM 990, lo que antes era Splendid. “Esto es un puntapié para ver qué puede pasar más adelante. Me emociona estar en contacto y ver que no éramos tan poquitas y que se puede gestar algo interesante, si no cada una está en su empresa y vive su realidad. Faltaba algo que nos uniera y este es el contexto para empezar eso. Pensé que éramos menos. Y este escenario implica rever un montón de creencias y costumbres que están instaladas y no se discutían. Es un punto de vista maravilloso y es super importante para las generaciones que vienen: lo van a ver como algo natural”.
Cartannilica también lo toma como un piso de una organización que está naciendo. “Queremos saber tanto desde el sindicato cuántas están afiliadas y cuántas están en el registro del ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica) para saber cuántas hay registradas. Hay muchas radios por internet. Esto recién comienza”.
Nuestra vida es la lucha
Ángela Ciorciari trabaja en Radio Ciudad, Radio Nacional y es operadora en Radio Presente. Aún recuerda que no pudo ingresar a trabajar en la radio de la universidad pública en la que estudiaba sólo por ser mujer. “El jefe de operadores quiere hombres”, le dijeron.
Hoy es una de las más de 80 firmantes de esta Carta Abierta. “Y somos todavía más. Sin embargo, seguimos siendo un sector minoritario dentro de los medios. Soy comunicadora y también participé de otras convocatorias, pero en esta no podía faltar porque significativamente somos pocas en relación a otras áreas como locutoras, productoras y periodistas. Pero compartimos esta necesidad de encontrarnos, sobre todo con la particularidad que tiene estar en un área técnica. Si en todos los laburos y las áreas de los medios nos venimos pronunciando en cuestión de desigualdad, creo que el de operadora técnica se nota mucho. Por eso tanta necesidad de juntarnos y vernos las caras”.
Ciorciari habla del encuentro de radialistas feministas que se está organizando en Mar del Plata, y confía en que esta reunión sea el piso para ir por otro tipo de organización. “Tenemos que ocupar todos los lugares que podamos: desde la técnica hasta la conducción”.
También habla desde una experiencia laboral que la liga tanto a medios autogestivos como comerciales. “Desde lo autogestivo nos plantamos hace años a pronunciarnos a favor del aborto legal y de muchas otras cosas que ahora se empiezan a hablar más. No porque desde un medio comercial no se hable, sino porque tenemos otra situación: en una radio comunitaria podés hablar de ciertas cosas tranquilamente mientras que en el otro sos una empleada y si decís algo te podés quedar sin laburo. Y que en este momento aun siendo empleada se esté permitiendo que podamos pronunciarnos es sumamente significativo”.
-¿Por qué?
-Porque este momento histórico que se está danto viene de años, no es algo que se está gestando ayer, ni siquiera con Ni Una Menos, que sí fue un punto de inflexión porque fue masivo y llegó a todas, sino que son años de organización y también de opresión. Hoy estamos luchando por el aborto legal, y eso nos da mucho marco de actualidad donde se dejan deslizar muchas cosas que tiene que ver con nuestra situación. Y esa es nuestra vida.
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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