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Ley de Recuperación de Unidades Productivas: La salida autogestiva

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Leyes de expropiación vencidas; el Estado como principal acreedor; salvataje a empresas privadas, pero ningún régimen para cooperativas. Las fábricas recuperadas impulsan una ley que regule su funcionamiento y ratifique el uso en “comodato” de plantas que de otro modo seguirían vaciadas. La contrapartida: generar y sostener trabajo y cultura, y que se reconozca la recuperación de unidades productivas que los empresarios destruyeron o abandonaron. Por Lucas Pedulla.

Ley de Recuperación de Unidades Productivas: La salida autogestiva

Había una vez una empresa en la ciudad de Chamical, provincia de La Rioja, que producía 8.000 pares diarios de calzado con una planta productiva de 430 empleados.

Se llamaba Gatic.

En 2004 sus patrones declararon la quiebra; sus trabajadorxs, la ocuparon; sus pieles soportaron balazos y sus cuerpos, detenciones.

Empezaron a producir de un nuevo modo, desconocido, que les permitía recuperar su puesto de trabajo, bajo una lógica distinta y autogestiva: nacía la Cooperativa de Trabajo Chamical Limitada.

El juez de la quiebra les dio la tenencia de la fábrica en 2006 y en diciembre de ese año la Legislatura provincial sancionó una Ley de Expropiación para que el inmueble quede definitivamente en manos de sus trabajadorxs. Pero hay un tema: para que se concrete, el Estado debe pagar. “Nunca pagó”, dice Ana Corzo, presidenta de la cooperativa. Un segundo tema: las leyes vencían cada dos años, lo que obligaba a lxs trabajadorxs a caminar despachos legislativos para buscar renovarla. Para colmo, explica Ana, un tercer factor: ahora el período es tan sólo de un año. “En diciembre de 2022 salió la renovación que vence en diciembre de 2023 -cuenta Ana-. Trabajar en estas condiciones es inseguro, porque no termina de ser nuestro. Lo sentimos nuestro, pero legalmente no nos pertenece.

Queremos gestionar cambiar el techo porque es imposible trabajar cuando llueve pero para eso necesitamos un respaldo que diga que el edificio es nuestro”.

Quiebra. Balazos. Detenciones.

Ahora, lo jurídico.

Por eso, las cosas que hay que hacer para trabajar implica, también, crear lo que no existe.

Por ejemplo, una ley.

Lo urgente y lo factible

Hay una noticia que dimos en lavaca.org en mayo del 2022 y hoy sigue exactamente igual: el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas presentó una Ley de Recuperación de Unidades Productivas para crear un régimen jurídico que facilite los procesos de recuperación de empresas, para evitar los laberintos como los que debe sortear la Cooperativa Chamical. El día de la presentación puede verse en el tercer capítulo de Las cosas que hay que hacer para trabajar, la serie que produjo lavaca sobre el mundo del trabajo sin patrón. El diputado nacional que presentó el proyecto es Leonardo Grosso: reconoció que el tema interesa “poco” en la cámara, y que sus colegas tienen una “ceguera epistémica” respecto a lo que implica el universo cooperativo. “Estamos acá para decirles que nos comprometemos”, sostuvo la entonces diputada Victoria Tolosa Paz, hoy ministra de Desarrollo Social de la Nación, pero la ley nunca se trató en comisiones.

Por este año estanco, y desde un antecedente incómodo (el proyecto ya perdió estado parlamentario en 2020), este 2023 las empresas convocaron a una jornada debate en la Cooperativa de Trabajo Metalúrgica Llavallol (ex Canale, ver MU 173) para instalar el tema otra vez en agenda. Participaron los diputados Daniel Arroyo y Juan Marino, y la diputada María Rosa Martínez. Arroyo planteó la estrategia de sintetizar las cuatro comisiones en las que está el proyecto (Asuntos Constitucionales, Legislación General, Asuntos Cooperativos, y Presupuesto y Hacienda: ninguno de sus presidentes es firmante) en una sola para agilizar el dictamen en marzo. MU se acercó al diputado Arroyo.

Diputado, ¿por qué no salió la ley?
Primero, no ha habido sesiones hasta acá. En diciembre se plantearon tres sesiones que no tuvieron quórum. Tampoco pudo haber sesión en las extraordinarias que llamó el Presidente. De hecho no salió una ley muy urgente como la Moratoria Previsional. Yo aspiro a que esta ley, la de Recuperación de Unidades Productivas, salga. Para que salga necesitamos, además, participación comunitaria, no es solo un tema de diputados que estemos de acuerdo.
¿Y a nivel de comisiones qué se necesita?
La ley está en cuatro comisiones. Yo estoy en tres (en la página web de Diputados figura en dos). Lo que planteamos es hacer lo que se llama una reunión conjunta de comisiones. Esto es que, en marzo, las cuatro comisiones lo aprueben, vaya al recinto y lo podamos aprobar cuanto antes. Ese es el objetivo.
¿Lo ve factible?
El Congreso es así: nosotros somos el Frente de Todos, tenemos 118 diputados; hay 116 de Juntos por el Cambio; y hay otro conjunto de diputados de los bloques del medio. Muchos de ellos, sobre todo el socialismo, están de acuerdo con esta ley. Yo lo veo factible.

Ley de Recuperación de Unidades Productivas: La salida autogestiva

Al diputado lo escucha Jorge “Fito” Páez, 55 años, presidente de la Cooperativa de Trabajo Sidney. Es la primera vez que viaja de la ciudad cordobesa de Marcos Juárez al conurbano bonaerense para participar de una actividad del movimiento: con otros 14 compañeros recuperaron una empresa procesadora de agua y embotelladora, también, de soda y gaseosas. “En 15 días le tuvimos que explicar al juez de la quiebra la necesidad extrema de seguir trabajando: le pedí que nos dé una oportunidad, y si no funcionaba, nos íbamos a casa”, cuenta. Ya van dos años: “Empezamos a trabajar sin dinero, con deudas, vehículos rotos, pero hoy económica y comercialmente estamos bien”.

La ley le genera ilusión: “El primer acreedor de la quiebra es AFIP, el segundo es EPEC (Empresa Provincial de Energía de Córdoba). O sea, el Estado. Pero, en el fondo, estamos metidos en el medio de un negocio inmobiliario que molesta mucho. Lo que haría la ley es cobijarnos para evitar el atropello que tenemos permanentemente.

Podríamos dedicar nuestro tiempo al crecimiento en producción, y no a esto que te quita energía. Imaginate: de la cooperativa dependen, además, otras 60 familias entre distribuidores y repartidores de pueblitos de la zona. Por eso pedimos que esta ley salga lo antes posible”.

Propiedad social

El proyecto tiene 15 artículos. El primero plantea:

“Toda unidad productiva que se encuentre en estado de cesación de pagos, cierre del establecimiento, abandono de sus titulares, desmantelamiento, vaciamiento por parte de las/os empleadores, disolución de la sociedad con causal de liquidación o de cierre por cualquier causa, y sin perjuicio de los procesos judiciales que pueda o no tener iniciados, podrá ser expropiada y cedida en favor de las/os trabajadores de la misma que se hallen conformados en cooperativas de trabajo o en trámite de constitución y que deseen continuar con la actividad productiva”.

Prevé la creación de un fondo fiduciario para pagar el monto de la indemnización con partidas previstas en la Ley de Presupuesto, y dispone que el Estado, sus organismos descentralizados y lxs trabajadorxs puedan compensar sus créditos para que ese pago se efectivice. El Estado, por ser uno de los principales acreedores en las estafas patronales. Lxs trabajadorxs, por ser los principales afectadxs en sus créditos laborales. “A mí la empresa me quedó debiendo 160 mil pesos en momentos del 1 a 1, o sea: 160 mil dólares -ejemplifica Gustavo Ojeda, trabajador de Gráfica Patricios, recuperada en 2003-. Una verdadera locura”. Ojeda es sólo uno de los 15 mil trabajadorxs recuperados en todo el país.

Otra es Gisela Bustos, de la Cooperativa de Trabajo 19 de Diciembre, en el partido bonaerense de San Martín, abogada que acompaña muchos de estos laberintos en juzgados aún más laberínticos e intrincados: “No se trata de una expropiación aislada: la ley generaría un régimen especial para las empresas recuperadas por sus trabajadoras y trabajadores. Muchos dicen que los trabajadores quieren la propiedad privada para hacer con eso lo que sea. No. En general, el Estado es uno de los principales acreedores en una quiebra, y esos créditos nunca los cobra: es un fondo perdido. Lo que decimos es que compense esos créditos para hacerse de la propiedad del inmueble, y cederlo en comodato a la cooperativa, en tanto siga con su objeto social y productivo”.

Qué significa la cesión en comodato: “El derecho a dominio, lo que conocemos coloquialmente como ‘propiedad’. El dominio de ese inmueble no pasaría del empresario a la cooperativa de trabajo, sino que pasa al Estado, que le cede el uso a la cooperativa en tanto continúe con los fines cooperativos de sostenimiento de las fuentes de trabajo. Además, plantea que los espacios que no utiliza para la cuestión productiva tiene que abrirlos para actividades socialmente relevantes: escuelas, bachilleratos, bibliotecas, espacios de cuidado”. Esto ya está sucediendo en muchas: en Gráfica Patricios, por ejemplo, funciona una escuela, una salita de salud y una radio comunitaria. En IMPA, un canal comunitario, una radio, un teatro y un bachillerato popular.

¿Esa cesión podría cortarse por una decisión del gobierno de turno? “Justamente no, porque hay un marco normativo. Hay un articulado. Para incumplirla, tendría que derogarla. Precisamente planteamos avanzar sobre la concepción del derecho: en nuestro país tenemos propiedad privada y propiedad del Estado. Lo que planteamos es un vector en el medio, que es una propiedad social. El espíritu de la ley es ese. Porque si nuestra propuesta fuera pasar del empresario a la cooperativa, quién te dice que la cooperativa cierra, vende el inmueble y se reparte la plata. Acá cambia el concepto”.

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La Estela: tierra guaraní en escena

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Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.

Por María del Carmen Varela

A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad.  La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.

La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.

Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

La Estela: tierra guaraní en escena

Foto: Gentileza La Estela.

Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.

El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.

Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.

La Estela

El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA

Sábados a las 18  hs, hasta el 27 de septiembre

@laestela.obra

@casandravelazqz

@ivanazacharski

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Litio: nace un nuevo documental

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Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.

“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.

Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…

Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco. 

LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.

“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.

El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.

LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:

“Esta historia continuará

¿Dale?”.

Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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