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Ley Micaela: la presión social logró la sanción del Congreso

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El proyecto de ley que establece la formación obligatoria para prevenir la violencia machista para todos los funcionarios estatales fue aprobado de forma unánime en el Senado. Llegó al recinto tras la media sanción en la Cámara de Diputados, donde el único voto en contra fue del salteño Alfredo Olmedo. La norma lleva el nombre de Micaela García, la joven militante del Movimiento Evita asesinada en 2017. Sus padres estuvieron en el debate en Diputados, junto a la mamá y el hermano de Lucía Pérez. El texto establece que todas las personas que se desempeñen en la función pública deben cursar cada año una capacitación con contenidos aprobados por el Consejo Nacional de las Mujeres en articulación con la sociedad civil y sus organizaciones. Los puntos del proyecto, la cuestión del presupuesto, el efecto Thelma Fardin y las voces de las diputadas que promovieron la discusión.

La Ley Micaela obtuvo, en sesión extraordinaria, la media sanción del Senado tras la aprobación en Diputados. La Cámara Alta aprobó de forma unánime con 59 votos un proyecto que había arrancado a discutirse en la Cámara baja a las 0:29 de la madrugada del martes, donde 171 diputadxs votaron a favor contra un solo voto negativo: el del diputado salteño Alfredo Olmedo.
La ley había sido presentado a fines de mayo del año pasado en un paquete junto a otros doce proyectos destinados a prevenir la violencia machista. Por eso, durante la votación, la diputada Lucila De Ponti, del Movimiento Evita donde también militaba Micaela García, dijo: “Es un primer paso. Esta ley forma parte de un paquete de prevención de la violencia machista, trabajemos para que el resto de los proyectos también se conviertan en políticas públicas”.
La inclusión en el temario de las sesiones extraordinarias llegó por la presión social. Diputados y diputadas de la oposición enviaron una carta al presidente Mauricio Macri exigiendo la incorporación el 13 de diciembre, luego de conocerse el fallo por el femicidio de Lucía Perez y de la conferencia de prensa de Actrices Argentinas. Mientras tanto, la calle, las redes sociales, los espacios de trabajo y de estudio, las casas y cada lugar que habitamos, son una olla que se destapó y nunca más volverá al silencio.
Fue el pasado lunes 17 cuando se publicó en el Boletín Oficial, mediante el decreto 1135/18, la inclusión del proyecto en el temario de sesiones extraordinarias por parte del Poder Ejecutivo.
“El actual caso Thelma Fardín, es una evidencia más de la urgencia del tratamiento de este proyecto”, sostenía la carta.
Durante la votación estuvieron presentes los padres de Micaela García y la madre y hermano de Lucía Pérez.
“En ambas situaciones esta ley genera una incidencia”, dijo a lavaca la diputada De Ponti. “A Micaela la mató un femicida que había sido liberado por un juez que no tuvo en cuenta los múltiples casos por violaciones por los cuales estaba preso. Un tribunal judicial tuvo un fallo vergonzoso en el cual no considera que Lucía Perez haya sido violada y haya sido víctima de un femicidio, esas son las cuestiones que entendemos que no tienen que pasar más y tiene que haber representantes del Estado que sepan cómo mirar la política con una mirada que ponga sobre la mesa las desigualdades, la injusticia a las que las mujeres somos sometidas durante toda la vida”.
“Fuimos de los únicos que escuchamos todo”, cuenta Marta Montero, mamá de Lucía Pérez, a lavaca y explica que eran pocos los diputados y diputadas que escuchaban las intervenciones de sus pares. Para Marta y Matias, la ley se inscribe en la lucha que se viene dando en la calle: “Todo lo hemos hecho las mujeres acá, y en todas partes. Que esto y todo lo que hemos hecho sea para más y que sea por todas. Acá somos todas las mujeres que salimos a luchar”.
Ley Micaela: la presión social logró la sanción del Congreso
La ley
En su primer artículo el proyecto establece: “La formación y capacitación permanente en gestión con perspectiva de género es requisito obligatorio para desempeñarse en la función pública”.
Quedan así incluidos en la ley “todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías, en forma permanente o transitoria, por cargo electivo, designación directa, por concurso o por cualquier otro medio legal, en el ámbito de los tres poderes del Estado nacional”. Cada año deberán cursar y aprobar la capacitación con contenidos establecidos por el Consejo Nacional de las Mujeres en articulación con la sociedad civil y sus organizaciones.
El proyecto también establece que la capacitación “es de carácter obligatorio y requisito necesario para la promoción a niveles superiores por concurso o progresión” y que el incumplimiento “es considerado falta grave, da lugar a sanción disciplinaria de las personas responsables y obsta a la efectivización del ascenso en su caso”.
Los fundamentos del proyecto de ley comienzan así: “El 7 de abril fue encontrada muerta Micaela García, joven, estudiante, hija, militante, a quien la comunidad de Gualeguay y Concepción del Uruguay en Entre Ríos buscó denodadamente una semana entera. Micaela fue víctima de femicidio”.
Además, sostiene: “La muerte de Micaela es responsabilidad de un Estado que deja en indefensión a las mujeres y todas aquellas personas vulneradas por un sistema patriarcal, que no responden a las jerarquías sociales hegemónicas, las cuáles se encuentran arraigadas en la cultura machista, amplificadas por instituciones públicas y privadas”.
Micaela tenía 21 años, fue a bailar el primero de abril de 2017, una semana después se halló su cuerpo. Sebastián Wagner, que ya había sido condenado a 9 años por delitos de violación y gozaba del beneficio de libertad condicional, fue condenado a cadena perpetua por «abuso sexual con acceso carnal y homicidio agravado por ser con alevosía, criminis causae y violencia de género».
Militaba en el Movimiento Evita, por eso Del Ponti la recuerda también como compañera: “Esta ley junto a todas las otras que presentamos luego del femicidio de Micaela, más allá de nuestro rol de diputadas, también como compañeras, representan el compromiso de no quedarnos solo con el dolor que generó la perdida sino poder transformarlo en organización, en propuestas, para seguir construyendo ese sueño que tenía ella de una sociedad más igualitaria. Siempre nos pareció que la mejor forma de honrar lo que ella fue en vida era seguir trabajando para que estas transformaciones pudieran tener un efecto en la realidad, en la vida cotidiana de millones de mujeres como ella lo hubiera querido”.
Lo que falta
La diputada Analía Rach Quiroga (FpV), vicepresidenta de la Comisión de Mujer, Familia, Niñez y Adolescencia, fue quien presentó el proyecto hace más de un año. “Tuvimos mucho tiempo en la necesidad del tratamiento de este proyecto donde queda plasmada la urgencia de un tema como este, la capacitación para organismos del Estado. Se tarda muchísimo tiempo en que estos proyectos sean tratados, que son clave para la agenda de género, siempre son demorados”. Y explica el proceso que se trabajó en dictamen unificado en comisiones pero “aun así tampoco fue posible que lo incluyeran en el temario antes de que termine el periodo legislativo”. La diputada explica que, una vez finalizado el periodo, el Ejecutivo llamó a extraordinarias y fijó una agenda de temas: “Prioridades del gobierno y no de la sociedad”. Luego se logró que se incluya.
El Instituto Nacional de la Mujer será quien se encargue de las capacitaciones, pero el proyecto tiene en cuenta que el Instituto está sin presupuesto. Explica Rach Quiroga: «Las partidas presupuestarias se van a sacar de lo que cada organismo tenga, porque tenemos muy presente que está prácticamente sin presupuesto el INAM». Y apunta a la capacitación: «Si tuviéramos capacitación no habría recorte en los organismos que se necesitan».
La diputada, en su discurso, nombró la necesidad de que la dinámica dentro de la Cámara también sea revisada. «El mecanismo debe ser revisado a la luz de la perspectiva de género. Nunca una mujer presidió una Cámara de Diputados. Nunca en la historia. Fijémonos cómo se componen las comisiones, cuál es el rol que nos asignan a las mujeres. Por ejemplo las comisiones de presupuesto y finanzas son casi todos hombres, pero las de familia y discapacidad son mayoría de mujeres: el rol que nos asignan es fundamentalmente de cuidado. Eso es el orden patriarcal».

Ley Micaela: la presión social logró la sanción del Congreso

La mamá y el hermano de Lucía Pérez junto a la mamá y el papá de Micaela García. Fuente: Prensa Diputados.

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La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños 

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El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.

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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

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Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Por Claudia Acuña

El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y  familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación:  es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.

Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.

¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.

A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.

Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.

El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.

Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.

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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

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Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez

Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.

Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.

En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.

Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.

A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.

En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.

Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.

Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?

Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.

Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.

Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.

La pregunta es: ¿por qué?

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