Nota
Lo que hay para ver: puntos de fuga ante realidades que duelen

Un escenario puede proponer infinidad de historias. De la galera de la dramaturgia asoman diversos entramados que nos sumergen en diferentes mundos. En ocasiones, esas historias nos hablan de realidades ásperas y no es opción mirar hacia el costado. Las vidas postergadas, la marginación, el prejuicio, son temas abordados por dos obras que te recomendamos esta semana. La supervivencia como práctica posible cuando no parece haber punto de fuga, el bálsamo de la ternura y la explosión de la cumbia alzan los espíritus cuando el presente está en sombras. La violencia machista y su tragedia a cuestas se expone en la tercera obra. Con datos surgidos del padrón de femicidios confeccionado por el Observatorio Lucía Pérez, la ficción se torna auténtica y obliga a reflexionar. Al final de la obra, la actriz y el actor miran al público y enuncian: “Tenemos que hacer algo”.
Bailan las almas en llantas

Un barrio picante. Lo cotidiano no es fácil y la convivencia con el peligro es una marca constante. Los pibes taladran la rutina con noches de gira envueltas en excesos. El botín del último robo es la muestra de la infancia arrebatada, unos chocolates que reparten entre ellos y guardan para sus hermanes más pequeñes. La cumbia alegra, transforma y redime los días que parecen destinados al gris de una vida sin futuro.
En la fiesta de la primavera, Valu y Julio se observan, se acercan, bailan una cumbia y el deseo se enciende. Sus familias están enfrentadas y esa chispa amorosa se convierte en un estorbo, una amenaza incluso para sus propias vidas. Escrita en verso, Bailan las almas en llantas expone una realidad de marginación, alude a los nadies a quienes hacía referencia el escritor Eduardo Galeano. La muerte ronda hambrienta y lleva uniforme azul. Pero esta obra también realza la delicadeza de un sentimiento apasionado que estalla como la flor loto en el medio del barro. La influencia de un clásico de la literatura comienza a develarse, el destino de Romeo y Julieta invade la atmósfera de amor y tragedia.
La idea de la obra surgió en 2014, cuando la actriz, directora, dramaturga y docente Pilar Ruiz dictaba un taller de teatro en inglés en una escuela de Chacarita, cerca de la Villa Fraga, donde conoció a Julio, un adolescente de alrededor de 15 años que cursaba la escuela primaria para adultes. Julio tuvo que dejar el barrio por sufrir violencia institucional por parte de un policía. Al año siguiente, en la Maestría en Dramaturgia de la UNA comenzó a escribir sobre esa situación. “En el primer ensayo, allá por octubre del 2018, le dije tanto al elenco como al equipo creativo, que no tenía idea de cómo iba a ser la obra, cómo sería la puesta en escena y que la invitación era a descubrirla juntes. Así es como todo lo que actualmente está en la obra, es una consecuencia del trabajo, la exploración conjunta. Desde el lugar de la dirección, me dediqué a proponer y habilitar, junto con el equipo creativo, ciertas consignas y materialidades como las gorras, las zapatillas, las camperas, la música, el espacio, ciertos movimientos y hasta el texto para abrir el trabajo a la percepción y la investigación escénica del universo abordado. Una vez abierto el juego, fui tomando el lugar de escucha y articulación de aquello que acontecía en los ensayos. La obra es un devenir de aquel arrojo absoluto al juego, con cierto encuadre, pero sin certezas del hacía dónde, de los cuerpos actorales”.
Pilar dirige un elenco numeroso y su desafío fue convocar a actores y actrices de distinta trayectoria, diferentes edades, algunes que ya conocía y con quienes había trabajado y otres que no. ¿Los diálogos en verso se relacionan con la influencia del clásico de Shakespeare? “Comencé a escribir los diálogos en verso y rima como prueba de procedimiento de escritura para poetizar el universo contado. El gesto es el de alejar el material de una construcción de corte más realista, que se ve en otros leguajes como el televisivo, por ejemplo. A medida que avanzaba en el procedimiento, iba descubriendo que, además de estar haciendo un extenso poema dramatúrgico, hacía puntos de fuga a vinculación directa con el universo del trap y a la vez, con el universo shakespereano. El material empezó a develarme que todo eso, no sólo podía convivir, sino que además le imprimía su propia singularidad”. En un contexto abrumador, Pilar rescata las hebras de poesía. Quizás los destinos puedan torcer el rumbo, mientras suena la música y las almas bailan.
Teatro del Pueblo, Lavalle 3636, CABA
Domingos a las 17 hs
@teatrodelpueblo.arg
@bailanlasalmasenllantas
@piliruiz05
Lo que quieren las guachas

Dos amigas del mismo colegio privado charlan a la salida, el novio y también compañero de curso de una de ellas se burla constantemente de todo de una manera ofensiva y despreciativa. Al otro lado de la pared blanca de fondo —de un lado es prolija e uniforme, del otro descascarada— una familia compuesta por una mujer trans que se prostituye para darle de comer a su hija y su hijo adoptivxs, ambxs hijes de su hermana fallecida, toman mate, comen galletitas y charlan sobre su cotidiano.
Al barrio de clase alta y la parte pobre y abandonada los separa un abismo y a la vez están cerca. Tanto que las historias de estos personajes se entrelazan y les espectadorxs seremos testigxs de los prejuicios, los abusos, las complicidades y los desenlaces de una misma circunstancia de uno y otro lado. Cuenta la actriz, dramaturga y directora Mariana Bustinza: “Es una idea que tuvo como disparador la tan debatida realidad y su comprensión (o no) del aborto clandestino. Cómo impacta en los sectores vulnerables y en los sectores más privilegiados; cuál es la valoración, crisis y resolución que soporta cada clase ante una misma situación: embarazo adolescente. Se contraponen elementos de la cultura villera y la cultura de la clase alta. El deseo, el placer, la violencia, y el miedo a lo distinto. El proceso de dramaturgia abarcó dos años. Mientras tanto hice un período de investigación en el año 2016. Luego ensayamos todo el 2018 y el 2019 hasta el estreno”.
La música genera escenas conmovedoras. Los personajes manejan un vocabulario específico, de territorio. Mariana “Cumbi” Bustinza señala que sus obras tienen algo de catártico, hay ficción y situaciones de su propia vida. “Pero no son llevadas de manera literal. Deseo e intento hablar de lo que conozco. Y eso se refleja en la verosimilitud y la profundización que alcanzan los actores y las actrices en personajes tan tipificados. Ese enlace que puedo hacer con mi experiencia y la transmisión en el proceso de dirección promueve la verdad; esa verdad que corre los estereotipos, o quizás, los usa”.
El trabajo previo es indispensable para la concepción de la obra: “Hacemos y hago mucho trabajo de campo según el actor o actriz y sus necesidades. A mí me sale escribir estas historias. Es un impulso creador, que se direcciona a distintos conceptos y lugares, pero surge de la misma fuente. No pienso si van con la moda o si van a gustar”. Una obra necesaria e imprescindible que acompañó el reclamo de las calles no hace mucho para la conquista de la Ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito, garantizado en el hospital. “Son temáticas que terminan sentando algún tipo de posición, no partidaria pero sí sociocultural”.
Teatro El Extranjero
Valentín Gómez 3378, CABA
Sábados a las 20.30 hs
Hasta el 27/11
@teatroelextranjero
@cumbibustinza
El virus de la violencia

Una pareja de recién casados se va de luna de miel, los sorprende la pandemia y como consecuencia la cuarentena más estricta. Quedan aislades, los primeros días de disfrute por estar juntes van quedando atrás y aparecen los conflictos. El personaje de la actriz Romina Pinto es alegre, enérgico y el del actor Iván Steinhardt se muestra cada vez más intolerante y sombrío. Sus percances laborales a la distancia interfieren en su humor, en su autoestima y el encierro exacerba el nivel de sus actitudes agresivas hacia su pareja.
Las noticias de la pandemia se transmiten en la radio. El virus expande sus efectos a toda velocidad, como la violencia. Y este virus también puede tener consecuencias fatales. Romina e Iván conforman la compañía teatral El Vacío Fértil y también son compañeres de vida. En julio del año pasado leyeron el guión que les envió la dramaturga y directora argentina Marina Wainer, quien vive hace más de cuarenta años en España. “Es un honor porque escribió pensando en nosotros”, cuenta Iván. La historia les resultó conmovedora y se dispusieron a ensayarla en su departamento ya que no se podía ir a las salas de teatro. Corrían los muebles y colocaban la laptop a la altura de los ojos de Marina, que observaba y dirigía desde el continente europeo.
Para aportar la información concreta, recurrieron al padrón del Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez. Una vez que finaliza la obra, cuentan la cantidad de femicidios en lo que va del año y al día de la función. Dos horas antes de que arranque la obra, escriben con fibras en trozos de papel los nombres de las víctimas de femicidios, transfemicidios y travesticidios. “Empezar a escribir esos nombres, ya te coloca en otro lugar, una opción prolija era imprimirlos, pero decidimos escribirlos a mano, poniendo el cuerpo”, afirman.
Cuando la realidad es tan abrumadora, el Estado está ausente y la violencia machista desencadena lo atroz, el arte se convierte en aliado.
Patio de Actores, Lerma 568, CABA
Sábados 20.30 hs
Hasta el 30/10
@patiodeactoresteatro
@romipinto16
@ivansteinhardt
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
Nota
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No se requiere experiencia previa.
Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




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