Nota
Ocupar, producir y resistir en Roma
El pasado 20 de febrero, por primera vez en la historia de Roma, Italia, una fábrica ferroviaria fue ocupada por 59 obreros. Tras haber sufrido la amenaza de dos despidos ordinarios que lograron frenar, acordaron con la empresa concesionaria de los servicios ferroviarios romanos un tercero llamado “extraordinario”, que preveía el cese de las actividades, pero se comprometía a seguir pagando los sueldos y a restituir los labores en el plazo de un año. Hacía ya seis meses que no cobraban un peso y por eso decidieron ocupar sus puestos de trabajo para recuperarlos. Secundados por otros obreros, movimientos estudiantiles y centros sociales autónomos, los trabajadores de la fábrica RSI Italia culminaron la ocupación del día 20 proyectando el documental The Take (La Toma), de Naomi Klein y Awi Lewis, que relata el proceso de recuperación y autogestión de fábricas en Argentina.

Imagen de la película La Toma, sobre las fábricas recuperadas argentinas, que vieron los obreros italianos en conflicto.
La empresa había suspendido el servicio de trenes nocturnos, lo cual “ha producido el despido de 800 trabajadores en toda Italia”, estiman los trabajadores. Según la decisión del CEO de la empresa Rail Service Italia, concesionaria del servicio de trenes en Roma, la idea de cancelar el servicio nocturno, que los italianos llaman “transporte público de y para todos”, es para invertir en trenes nuevos de alta velocidad, pero de futuro incierto. Más bien, todo habla de un recorte por parte de la empresa que los trabajadores explican así: “Quieren destruir fábricas históricas, que todavía están en funcionamiento, para construir edificios y especular con ellos. Todo esto pasa cerca de la nueva estación del tren Tiburtina que, en vez de crear nuevos puestos de trabajo en la obra de ampliación de la estación, genera solamente especulación y desempleo”
Ante el advenimiento de estas maniobras, y tras seis meses de pagos incumplidos, 59 obreros – 33 metalúrgicos y 26 obreros de los transportes- ocuparon una de las fábricas de RSI, sobre la calle Partini (esquina calle Portonaccio), Roma. Desde entonces son apoyados trabajadores y ciudadanos, movimientos sociales, asociaciones y estudiantes, “porque la solidaridad es fundamental. La crisis y el desempleo nos dividen y nos desalientan”.
Ni el Ministerio de Desarrollo ni la Municipalidad de Roma supieron darle respuestas que no fuesen promesas sobre lo que piden los trabajadores: la restitución de los TreniNotte -los trenes nocturnos- y el pago de los sueldos adeudados. La empresa correspondiente, Barleta SRL, que tomó la concesión en 2008, había abandonado la fábrica aparentemente “para construir casas y centros comerciales”. Con fábrica pero sin trenes, sin trabajo, y sin sueldos, los trabajadores esperan un acercamiento ya sea de la empresa o del gobierno. El quinto y último punto del comunicado refuerza la idea de que no se irán de allí fácilmente, y que no están solos: “Estamos en solidaridad con los trabajadores que han tomado el edificio en la calle Prenestina de Roma, y con los obreros que subieron a la torre de la estación de Milán.¡Nuestra lucha es la misma lucha! (…) Nosotros nos juntamos (…) para reforzar nuestra lucha, porque ésta puede ser muy importante para nuestra ciudad, visibilizando que la especulación y la renta fiscal destruyen completamente el trabajo y el territorio”.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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