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Otro ataque a Madres: el pañuelo robado

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La sede de la Asociación Madres de Plaza de Mayo fue atacada este domingo 11 de mayo durante la madrugada. Rompieron cosas, revisaron papeles del despacho de Hebe de Bonafini y lo único que robaron fue un bolsito donde tenía el pañuelo que lleva los jueves a la Plaza, y poco dinero. La agresión, con tal carga simbólica, sucede tras la intimidación a su hija Alejandra (“estamos volviendo”, le dijeron), y el secuestro de Juan Puthod. Charla de Hebe con lavaca, y un texto sobre los antídotos contra el miedo.

Este domingo 11 de mayo, durante la madrugada, los desconocidos de siempre ingresaron y destruyeron varias oficinas y dependencias de la Casa de las Madres y de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, frente a la Plaza de los Dos Congresos. Revolvieron oficinas, el despacho de Hebe de Bonafini, y según ella misma dio a conocer, los destrozos no incluyeron robo: “Apenas algunos pesos que tenía en la oficina, un bolsito donde tengo el pañuelo con el que voy los jueves a la Plaza, una libreta con direcciones”.
Hebe agregó, según un comunicado difundido por Madres: “Yo creo que esto está claro. A mi hija le dijeron ‘estamos volviendo y las vamos a liquidar a tu madre y a vos’. Y esto es lo que está ocurriendo porque, entraron a la Casa de las Madres, a Prensa Madres y al lugar de la Universidad. Rompieron todo, abrieron los cajones, violaron las cerraduras, rompieron las puertas, revolvieron todo y no se llevaron nada”.
La presidenta de la Asociación agregó que ni siquiera se llevaron cheques para pagar al personal de la radio, que dejaron tirados en el piso. Dijo Bonafini: “Estos tipos están activos. Yo digo que nos ofrecen de todo, nos ofrecen seguridad, nos ofrecen custodia, pero la mejor manera de cuidarnos es que los ministros, los secretarios, la policía investiguen y descubran quienes han sido capaces de hacer esto, si no, no sirve”.
Aquí agregamos la nota publicada esta semana por lavaca donde Hebe realiza algunas reflexiones tras las amenazas a su hija, y lee especialmente sus apuntes sobre lo que está ocurriendo a partir de un texto originado en la masacre de Trelew, de 1972.
Aprendiendo de los que reían
Fue en La Plata, a las cuatro y media de la madrugada del 2 de mayo. Tocaron el timbre y preguntaron por Alejandra Bonafini. La hija de Hebe escuchó la siguiente frase: “Estamos volviendo”. Los individuos recitaron una serie de insultos y gritaron además que “la primera que vamos a reventar es a tu vieja y después a vos”. Alejandra se quedó sentada en el piso de su casa. No llamó a su madre, que vive a la vuelta, por una sencilla e inteligente razón: Hebe de Bonafini podría haber salido a buscarla, y los tipos seguían ahí afuera.
Alejandra esperó el amanecer y recién después dio la noticia a Hebe, que ahora cuenta a lavaca: “Nos pusimos muy al las dos, lloramos, nos daba tristeza porque una piensa que por fin se está un poco más tranquila. Con estos tipos nunca te podés quedar tranquila”.
Las Madres, se sabe, no son adictas a la queja ni a la parálisis. “La agarré a Alejandra y le dije: mirá, la vida tiene que seguir, no paró la vida ni cuando se llevaron a tus hermanos, ni cuando murió tu padre, ni tu tío; la vida siguió, y ahora tiene que seguir. Si tenés que hacer algo esta tarde salí”.
Le quisieron poner custodia pero Hebe la rechazó, por eternas desconfianzas. “Mejor que no me cuiden. Una vez hace unos años me pusieron custodia, no se iba, cargué un balde con agua y le dije que se lo iba a tirar. No se iba, obedecía órdenes, entonces le tiré el baldazo de agua. Antes que tener a esos tipos, me cuido sola. El comisario me dijo: ‘Le pongo custodia de civil’. Y yo le contesté que peor todavía, ahí nadie sabe ni quiénes son”.
De qué nos vamos a disfrazar
Hebe cumplirá 80 años en diciembre y anuncia una fiesta de disfraces en la Casa de las Madres, “pero no te voy a decir de qué me voy a disfrazar”. Mientras tanto el cúmulo de actividades de la Asociación incluye los trabajos de construcción de viviendas en Ciudad Oculta, la presentación del nuevo libro “Transformaciones del Pañuelo Blanco”, de conversaciones entre Hebe y las otras madres, el trabajo en el stand de la Feria del Libro, denuncias sobre trabajo infantil en la provincia de Buenos Aires, y el reclamo y propuesta de agilizar todas las causas por violaciones a los derechos humanos que están pendientes, esparcidas y subdivididas en múltiples pequeñas causas que parecen un augurio de fracaso judicial. El caso del asesinato del prefecto Héctor Febres con cianuro antes de declarar en una causa que apenas era una molécula de la causa ESMA, parece un ejemplo.
“Las amenazas pueden ser por cualquiera de esas cosas. Esta gente no descansa. La Pando (Cecilia, motorizadora de los grupos militares que han empezado a reclamar contra las políticas de derechos humanos) pinta en Plaza de Mayo para provocarnos. Y tenés a los medios, que insinúan que lo del muchacho del Tigre (Juan Puthod) fue un autosecuestro. Todo de terror”. ¿Qué opina sobre los medios que sugieren eso? “Forman parte de lo mismo que termina en las amenazas, son tremendos hijos de puta”.
La propuesta de aceleración de los juicios, en el plano de conocido y siempre cuestionado acercamiento de Hebe al gobierno kirchnerista, fue llevada al secretario Legal y Técnico de la presidencia Carlos Zanini. “Si pasa un tiempo y no se hace nada, iremos a ver a Cristina”.
-Hebe, lo del paso del tiempo tiene lo suyo. Las madres reemplazaron el cartel de rechazo al pago de la deuda externa por “Distribución de la riqueza ya”. Eso fue hace unos tres años.
-Bueno, pero ella ahora dice que va a hacer un decreto de distribución de la riqueza.
-…
-Si lo hace, saco el cartel y pongo otro.
-¿Y si no?
-Seguiremos con el cartel.
¿Qué hay que hacer frente al miedo?
Hebe tiene en el escritorio un cuaderno lleno de notas y un libro, “Cuestiones con Constantini”, por el escritor Humberto Constantini, donde se reproduce un texto: “Testimonio de un suboficial que intervino en los sucesos de Trelew” escrito en 1972. Hebe estuvo leyéndolo. “Aquí está la clave del miedo que nos tienen, y de qué es lo que tenemos que hacer frente a todo esto de las amenazas y el miedo. ¿Te lo leo?”
Ante la obvia respuesta, esta mujer que ya no usa anteojos porque se operó de cataratas, abre sus ojos claros y lee con un estilo que sólo puede ser definido como apasionado, lo que según Constantini dijo aquel suboficial, refiriéndose a los guerrilleros y militantes que habían sido detenidos en Trelew, la mayoría de los cuales fue fusilada:
“Sí señor, mucho miedo. Usted lo ha dicho bien, un miedo sucio. Y rabia, una rabia mordida. Una rabia dolor de no poderlos. Verlos así, tan ellos, tan simplemente ellos, tan vivos, tan muchachos, tan libres. Sí, bueno, sí, tan libres. Los odiábamos con todo nuestro miedo. Por las noches hablaban. Traté de comprenderlos. Andaban. Se nos subían al sueño en grupos en bandadas. Qué se yo. Se acercaban, cantaban, me parece. Pero lo peor de todo es que se reían. Era insufrible aquella risa. Usted no sabe. Era tocarle el culo a la Marina. Así. Conocerles el miedo, destaparnos. Cómo los podríamos ver luego. Desnudos, como ranas, solos, enfermos, abombados de hambre y de palizas. No les ladraba un perro y se reían. En sueño, claro, pero se reían. Se nos reían señor. Dueños de qué se yo, conocedores. No sabían, no sabían de miedo. Nos rondaban. Nos miraban de noche. Se reían”.
Hebe dice: “¿No es maravilloso?” Y luego lee del cuaderno, los apuntes que ella misma tomó, inspirada en ese texto. Dicen lo siguiente:
“Aprendimos de ellos, de nuestros hijos, a no tenerles miedo.
Cuántas amenazas, cuántos golpes a nuestras familias, cuántas veces entraron en nuestras casas, cuantas veces pintaron la ciudad difamándonos. Todas las mentiras del mundo para destruirnos, el secuestro de nuestras compañeras para destrozar al movimiento. Pero todo eso no alcanzó. Nuestra fuerza, nuestras ganas de luchar, y el compromiso con nuestros hijos, nos hizo duras como una roca”.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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