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«Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca»

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La actriz Dolores Fonzi fue una de las oradoras de la última sesión del plenario de comisiones en Diputados por #AbortoLegalYa. La artista fue una de las impulsoras de la Carta Abierta de actrices a favor de la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, primer texto autoorganizado que se produjo para seguir el trámite legislativo hasta que el proyecto de la Campaña Nacional sea ley. Le habló a los legisladores que aún están indecisos con su voto: “Es cierto que pueden hacer de la Argentina un país más justo, un país mejor. Tan cierto como que tal vez nunca vayan a ocupar un lugar de mayor relevancia que este. Es ahora, es ésta ley, son ustedes y es la historia. La de todo un país y sus mujeres. Y sí es una cuestión de fe: las mujeres somos la religión en la que tienen que creer”. El texto completo.
«Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca»
Hola, soy Dolores Fonzi, soy actriz, soy madre de dos hijos, nunca aborté. Antes de ser madre no me gustaban los chicos, ahora siento que puedo ser un poco madre de todos los niños.
Han pasado dos meses de debate y han desfilado por este recinto personas a las que admiro muchísimo por su valentía en el caso de los relatos en primera persona o por el valor teórico que le dieron a esta ley, aprendí mucho. Gracias. Otras personas en cambio amparadas en la desesperación que les da lo inevitable expusieron discursos disparatados, sin argumentación científica, ni legal, con tal de impedirnos ser libres.
Hoy voy a hablar desde mí –porque siempre represento a otras-. Soy actriz, ya lo dije. Y hoy estoy acá porque un día una amiga, actriz también, me preguntó: ¿qué hacemos? Algo tenemos que hacer. Y en menos de dos semanas fuimos un colectivo de más de 500 mujeres actrices argentinas. En menos de un mes había 70 mil cartas firmadas por mujeres de todas las disciplinas que se comprometieron a seguir el trámite parlamentario hasta que el proyecto fuera ley. Y si esto sigue así vamos a ser cada vez más. Nos vamos a unir más. Porque no solo es necesario, es inevitable.

«Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca»

La actriz Dolores Fonzi en la última sesión del plenario de comisiones en Diputados. Fotos: Nacho Yuchark para lavaca.


Durante los dos meses que duró el debate, todos los martes y jueves la Plaza del Congreso se vistió de verde, y se llenó de mujeres que trabajan duro por esta ley hace tiempo. A esas se les sumaron otras, más jóvenes, y adolescentes también, ya todas con conciencia sobre sus derechos. Las mochilas en los colegios llevan este pañuelo. Aprendimos que la palabra feminista es inclusiva. Se habla de aborto y de igualdad en las mesas familiares. Hemos crecido mucho como sociedad. Y ya no hay vuelta atrás. Todo esto, ¿por qué? Porque somos muchas, muchísimas las que nos encontramos en este mismo pedido, que no va a parar de crecer, porque este es un movimiento natural, y va a seguir el curso natural de las cosas: cuando uno oprime, comprime en menos espacio lo que debería ocupar el doble, eso no aguanta así mucho tiempo: explota.
Niñas violadas por sus padrastros, madres desesperadas que golpean puertas de tribunales que se declaran incompetentes, jueces que se desentienden de las personas para ocuparse de ejercer la moral opresora. Y claro, también hay mujeres como sus amigas, como sus hijas, o sus hermanas, que simplemente deciden que no es el momento de ser madres. Este sistema niega, invisibiliza, menosprecia, penaliza y condena a las mujeres. Como si nuestros derechos no nos correspondiesen.
«Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca»

Fonzi fue una de las impulsoras de la Carta Abierta de actrices a favor de la legalización del aborto. Fotos: Nacho Yuchark para lavaca.


En la búsqueda de qué decir hoy se me cruzaron las peores pesadillas. De alguna manera para mí, estar acá, es enfrentarme con los monstruos que atacan a nuestra sociedad, lamentablemente. Una vez escuché a una chica contar algo que me pareció monstruoso: era una adolescente que estaba amamantando a su bebé en un colectivo. Ella decía que podía imaginar, o casi oír, lo que pensaban los que la miraban con desprecio: Negra de mierda, pendeja puta, después se quejan, abrió las piernas, pobre ese hijo, buscan un plan, se hubiera cuidado. Esa chica había sido abusada pero la culpable era ella.
Me acordé también del caso FAL que tanto nombraron en este debate, un caso que cambió la ley de su provincia. Me acordé de Belén, en Tucumán, con un aborto espontáneo: la metieron presa. También de una amiga a la que le prohibieron  abortar a pesar de que los médicos le dijeron que su vida corría peligro. Todas condenadas por la indiferencia, por la hipocresía, por la doble moral. Tenemos un Estado que decide transformar a niñas y mujeres en detenidas en libertad.
«Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca»

Fotos: Nacho Yuchark para lavaca.


Este me conduce directamente a uno de los momentos más aberrantes de nuestra historia. Hace poco vino a la Argentina Margaret Antwood, la autora de El cuento de la criada, y cuando le preguntaron en qué se había inspirado para escribir su libro, dijo que en parte en la apropiación de niños durante la dictadura Argentina. En el mundo somos conocido por eso. Matar mujeres, robar niños. Mujeres esclavas, utilizadas como recipiente, cuyas vidas no tienen ningún valor. Y encima hemos tenido que tolerar en este debate que usen este horror para defender el aborto clandestino. Mejor no nos metamos ahí pero alguna relación con lo que nos planteamos acá hay, ¿no?.
También quiero recordarles que en el artículo 1 de la Convención de las Naciones Unidas se considera Tortura obligar a una mujer a gestar, parir o maternar si ella no lo desea. Y los funcionarios públicos no pueden legislar contra estos derechos. Hace una semana nomás el gobernador de Salta resolvió adherirse al protocolo de la ley legislada en 2012 por la presión social. Ojalá lo cumpla. Y recordemos también que hay muchas provincias que aún no lo aprueban, como Formosa, Santiago del Estero, Tucumán, etc. No sé qué están esperando. Es urgente señalar a esos gobernadores y poner un tope a la impunidad que les confiere su machismo y racismo. Esta ley se ocupa también de eso.
«Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca»

Fotos: Nacho Yuchark para lavaca.


¿Está claro que lo que estamos debatiendo tiene que ver con la libertad, no? Yo estoy acá porque soy libre, por mi condición social y económica, por la educación que recibí y por el camino que forjé. Otras no gozan de esos beneficios. Estoy acá, otras ya no están. No estoy sola, me abraza una enorme horda de mujeres y yo las abrazo a ellas. Como me dijo una compañera hoy antes de venir, el amor y la construcción colectiva nos sostiene. No es un pedido personal (aunque lo personal es político). No podría estar en otro lugar, ustedes tampoco.
A los que están indecisos o en contra, les pido que se permitan desconfiar de ustedes mismos. Desconfíen de sus creencias. Es cierto que pueden hacer de la Argentina un país más justo, un país mejor. Tan cierto como que tal vez nunca vayan a ocupar un lugar de mayor relevancia que este. Es ahora, es ésta ley, son ustedes y es la historia. La de todo un país y sus mujeres. Y si es una cuestión de fe: las mujeres somos la religión en la que tienen que creer.
¡Créannos!
Somos mujeres luchando por nuestra libertad.
Somos mujeres unidas avanzando hacia la igualdad.
Somos mujeres pariendo una ley y vamos a hacer que nazca.
Muchas gracias.
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Fotos: Nacho Yuchark para lavaca.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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