Nota
Una tarde (sin rejas) en el Parque Lezama
Esta la madrugada el Gobierno de la Ciudad intentó enrejar parte del Parque Lezama, en obra hace 8 meses, pero los vecinos reaccionaron rápido: ya a la mañana habían parado las obras, tirado las rejas y logrado una reunión con el Ministerio de Espacio Público. Aunque más tarde los funcionarios aseguraron que “la decisión (de enrejar) ya está tomada”, más de 100 vecinos cortaron la calle Defensa y en asamblea decidieron sostener guardias y realizar un festival artístico para seguir evitando, como desde hace dos años, que se enreje el parque.
Denuncio y enrejo
El mismo día en que sobreseyeron a los responsables de la represión en el Hospital Borda (30 heridos y ocho detenidos, incluyendo internos, médicos y periodistas), el gobierno de la Ciudad intentó enrejar el Parque Lezama. La coincidencia, sostienen los vecinos, no es una cuestión de calendario, sino que se corresponde con todo un avance sobre el sur de la Ciudad de cambios urbanísticos, construcciones inmobiliarias y de transporte público que los vecinos rechazan. “Acá en frente”, señala alguien el ex edificio de Canale sobre la calle Martín García, “van a mudar las oficinas de Espacio Público”. La casualidad del ejemplo es parte de toda una mudanza de oficinas gubernamentales al distrito sur, junto con la tendencia de facilitar zonas donde las empresas se instalan y gozan de no pagar impuestos (distrito tecnológico, de las artes), el nuevo metrobús, y – los vecinos agregan- desalojos y la compra de casas, fábricas antiguas y terrenos para el desarrollo inmobiliario siempre especulativo.
Pero las plazas enrejadas no son sólo patrimonio del sur, y la disputa con la Asamblea del Parque Lezama viene desde hace dos años y tiene hitos recientes.
Las nuevas rejas las descubrió Juan, que saca a pasear a sus dos perros todos los días a las seis y media de la mañana, que avisó a Mauricio, que llamó a Eva, que le dijo a Carolina, y así se fue tejiendo la red de vecinos que antes de las 10 de la mañana logró parar las obras. El parque está en obra desde junio del año pasado, perimetrado por vallas que impiden el acceso, pero se suponía que adentro sólo se estaban realizando tareas de parquización y no de enrejado, ya que ése había sido el acuerdo entre los vecinos y Diego Santilli, el ministro de Espacio Público. Sin embargo, en una reunión que mantuvieron hoy mismo los vecinos con responsables del Ministerio, los funcionarios dijeron que el acuerdo de no enrejar había sido hace un año y medio y que ahora tenían razones para empezar a hacerlo. La más determinante: una denuncia por vandalismo que presentó el propio subsecretario de Uso del Espacio Público, Patricio Di Stéfano.
Por qué no
Los vecinos llegaban a medida que podían: cuando salían del trabajo, de dejar los hijos con algún abuelo o interrumpir lo programado del día para responder a la alerta: quisieron enrejar el parque.
Las antenitas están paradas desde hace dos años, cuando formalmente empezó a haber movimientos – de todo tipo- para “poner en valor” el Parque Lezama. Estas maniobras, aseguran los vecinos, fueron precedidas por otra estrategia que puede llamarse “dejar venir abajo” el parque, y así poder justificar la necesidad de obras. “De pronto el Parque se quedó sin luz de noche, sacaron las guardias, dejaron de arreglar los monumentos”, enumera Eva sobre el abandono. Paralelamente, ciertos vecinos denunciaron – en general frente a las cámaras y no en la comisaría- actos de vandalismo y robos como parte de un aumento de la delincuencia justificado en el deterioro del parque. El propio ministro Di Stéfano radicó una denuncia en septiembre del año pasado, por el supuesto robo de una estatua del parque, que recién se hizo pública el 26 de enero a través del diario La Nación. La nota surtió un golpe de efecto mediático que agitó una discusión que parecía zanjada con la promesa de Santilli. Y Di Stéfano siguió a la cabeza de esta revancha por la instalación de las rejas: “Es clave cerrarlos para reducir la cantidad de daños, como el robo de piezas escultóricas, los grafitis, la rotura de juegos o bancos, o el destrozo y la quema de tachos, entre otros”, dijo.
Los vecinos de la asamblea no sólo discuten este insostenible argumento, sino que enumeran razones concretas de por qué no quieren rejas:
-“No queremos que el Parque cierre a las 8 de la noche; acá venimos a cualquier hora”
-“Esta plaza es especial porque es un barrio con población de bajos recursos, con muchos niños, cuyo único lugar de juego es este parque”
-“No podemos pagar un club, ni un aire acondicionado, ni hay otro parque cerca”
-“La plaza es nuestra y no del Gobierno de la Ciudad”
-“Si hay asaltos o vandalismo, las rejas no solucionan nada”
-“Las rejas son el primer paso para después abrir negocios privados como restoranes dentro de los parques”
-“Poner rejas es un negocio en sí mismo”
-“Hace 70 años que el parque está así”.
Es conveniente aclarar que los vecinos no son fóbicos al cambio, ni es que están a favor de la inseguridad, ni siquiera están en contra de las obras que el gobierno incluso ya está haciendo, sino de las rejas. Tal fue el acuerdo al que arribaron con el responsable de Espacio Público, Diego Santilli, hace un año y medio, quien se comprometió de palabra que no enrejaría el parque porque respetaba la voluntad popular. “Claro, ¿cómo vamos a confiar en su palabra?”, achaca ahora otra de las vecinas.
El parque fue cerrado en agosto del 2014 para dar comienzo a obras “de parquización”, algunas que ya se ven: nuevos juegos para los chicos, estaciones de fitness para los grandes, un canil para los perros y otras obras obras más arquitectónicas que paisajísticas. “Sacaron muchísimo verde, talaron árboles y en cambio agrandaron los senderos. Ahora no es un parque, es un paseo”, define Eva, una de las voceras de la asamblea, sobre los cambios.
Cuestiones de gusto al margen (o no), el descubrimiento de Juan hoy a las seis y media de la mañana significó para la Asamblea la rotura de un pacto que mantenían con el ministro Santilli. La explicación que encontraron antes antes de reunirse con funcionarios del Ministerio (y que dieran sus propias explicaciones) se basaba en un rumor: habían cambiado los responsables del área. El nuevo patrón del Parque Lezama se llamaba Antonio Di Stéfano.
Verano sin parque
Los 8 meses de obra significan que los vecinos no pueden acceder a la mayor parte del parque, ya que unas rejas de construcción lo rodean desde las calles Martín García, Almirante Brown, Brasil y Defensa. “¡Justo en verano!”, es el lamento de muchos de los vecinos que hoy relataban que no se fueron de vacaciones, no tienen donde pasear, tomar aire ni tampoco aire acondicionado.
La licitación pública 506/2013 estipulaba que las obras terminarían la primera semana de diciembre del 2014. “En Parque Centenario, que es bastante más grande que este, las obras llevaron 3 meses”, dice Mauricio García, otro de la asamblea. Por este y otro tipo de irregularidades los vecinos formaron – además- una comisión que monitorea los detalles de la obra y hoy reclaman, entre otras cosas, una respuesta al pedido de informes que hicieron en novmebre sobre el por qué de las demoras. De manera informal, desde el Ministerio aseguraron que el nuevo plazo es el 15 de marzo.
Este juego de postergaciones – a sugerente ritmo electoral- tiene en vilo no sólo a los que solían pasar sus tardes de verano en el Lezama, sino a quienes, directamente, trabajaban allí. “Desde que están en obra, a los feriantes nos mudaron a un lugar horrible cerca de casa amarilla”, relata una de las voceras de la feria del Lezama, que solía bailar tango y atraer turistas. Ella fue una de las que, gritando, propuso en la asamblea realizar un festival para el día 15 de marzo en que, supuestamente, deberían estar terminadas las obras. “Por el ritmo que vienen, no creo que terminen, entonces queremos meternos adentro y hacer un festival como otra forma de presionar para que terminen las obras”, dice.
Por ahora, dentro del parque hay un asentamiento con materiales de la constructora MAVISA S.A., a cargo de las obras, y algunos agentes de la Metropolitana, aunque en rigor esa zona es juridiscción de la Federal, que apenas aparece.
A desenrejar
Hoy a la mañana, entonces, alertados por Juan, los vecinos tiraron las endebles rejas de construcción y se metieron metros adentro donde estaban poniendo las rejas definitivas que cortarían el Parque en dos: según los planos que alguna vez vieron los vecinos, el polémico enrejado abarcaría desde la zona de los juegos de chicos que se ve desde Martín García, rodeando la barranca hasta la calle Almirante Brown. Quedaría despejada, así, una pequeña porción sobre Martín García y otra parte sobre Defensa, donde antes había una cancha de fútbol y ahora un canil.
Los obreros de la empresa Maviasa se retiraron al ver entrar a los vecinos, que fueron llegando en cada vez más número. Llegaron también agentes de la Metropolitana, unos diez, aunque en tono pacífico y de averiguación. Los vecinos fueron por más: a eso de las 3 de la tarde habían sacado gran parte de las rejas perimetrales de Martín García y Defensa, abriendo nuevamente, después de 8 meses, su Parque Lezama.
A medida que otros vecinos empezaron a ver que el parque estaba abierto, y que había gente en el medio, y que había rejas tiradas, se empezaron a acercar. A las 3 de la tarde eran unos 30, a las 5 ya eran 50 y terminaron siendo más de 100 cuando cortaron la calle y se armó una asamblea a las 18.
Pocos efectivos de la Metropolitana siguieron los movimientos durante la tarde, por lo que no hubo situaciones de tensión. Fundamentalmente, se logró una esperada reunión con el Ministerio para que de explicaciones, se debatió quiénes irían, se rellenaron con tierra los huecos dejados por las rejas arrancadas, se presentó un fotógrafo que dijo ser de Clarín, sacó cuatro fotos y en menos de 2 minutos se marchó, otro cronista de La Nación que habló primero con la Metropolitana y luego con los vecinos, y radio Nacional y Radio Sur que entrevistaron a algunos vecinos más seriamente. Más tarde, sobre el corte de calle, se sumaron los canales de televisión.
El plato fuerte del día significó la reunión que mantuvieron tres integrantes de la asamblea y un abogado asesor con 5 funcionarios de Espacio Público. La decisión de cortar la calle Defensa – y no Martín García, “para no joder tanto a los vecinos”- ya había sido tomada y era independiente de los resultados de lo que, se suponía, sería la negociación. No fue tal cosa: los funcionarios del Gobierno dejaron hablar a los vecinos, y luego hablaron Antonio Di Stéfano y Nicolás Quintana, director de Espacios Verdes de la Ciudad. La reunión duró una hora y diez minutos, de las 5 hasta las 6:10 en que los vecinos que fueron a la reunión volvieron aparecer en el Parque. En ese momento otros cien cortaban la calle Defensa. Se armó una asamblea improvisada en la que contaron los resultados de la reunión, resumidos en cinco palabras que decepcionaron: “La decisión ya está tomada”.
Se pasó una lista de contactos para alertar ante cualquier movimiento extraño.
Se habló una grilla de horarios para hacer guardias de a cuatro personas que custodien las obras.
Se determinó que, desde mañana, todos los días habrá asamble a las 18 de la tarde en el monumento principal.
Y que entonces, día a día, seguirán discutiendo las medidas que hagan realidad la verdadera decisión ya tomada: “No vamos a dejar que enrejen el parque”.
A eso de las ocho de la noche, los vecinos liberaron la calle y volvieron al Parque Lezama a disfrutar lo que quedaba de la tarde, como no hacían desde hace ocho meses.
Nota
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo.
Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país.
Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle.
Video: Sebastián Smok.
De la economía popular a la formal
“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.

Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más.

No con el FMI
Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”.
Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.
Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”.
Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Significado de la libertad
Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.
¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía (Foto: Sebastián Smok)
¿Por qué creés que quieren que se termine?
Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable.
Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?
Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión.

Foto: Sol Tunni.
¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?
No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más.
¿Cómo volvemos para volver a ser marea?
Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.

Daniel y Susana (padres de Cecilia Basaldúa), Guillermo y Marta. Foto Sebastián Smok.



Foto Sol Tunni.

Foto: Sol Tunni

Foto: Sebastián Smok
Nota
Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
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