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¿Y Julio López?

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Adriana Calvo contó a lavaca algunos pormenores políticos y judiciales de lo que define como Monumento a la impunidad: la causa que investiga la desaparición de Julio López. Y los absurdos: las visiones de una “mujer pájaro” o la incriminación de la Cámara de Apelaciones al perro Kintín. Hay un procesado por pedir por López, pero ninguno por la responsabilidad de su secuestro. ¿Por qué el gobierno no impulsa a fondo la investigación? La percepción de una actitud diferente y positiva de la sociedad.
Varios integrantes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia se sorprendieron al salir a repartir volantes invitando a la marcha  que, desde Congreso a la Plaza de Mayo, reclamaría por Jorge Julio López, a dos años de su desaparición. “Tengo años de repartir volantes” dice Adriana Calvo a lavaca “y esta vez la reacción fue impresionante: sorpresa, consternación, solidaridad y bronca. Te preguntaban ¿y qué hizo el gobierno? Nos agradecían que alguien esté haciendo algo”. El volante tenía la pregunta que nadie responde: “¿Y Julio López?”
Adriana integra el Encuentro que desde hace años viene coordinando con cientos de organizaciones las marchas de los 24 de marzo, aniversario del golpe militar. “Pero además hemos tomado este tema desde la desaparición de Julio. Este es un caso que va a ser estudiado a futuro como un ejemplo de todo lo que pueden hacer el poder judicial y el poder político para entorpecer una investigación: es un monumento a la impunidad”.
Adriana agrega otra cuestión, ¿un posible punto en común?: “Este es un momento de fragmentación del campo popular, con el llamado conflicto del campo y demás. Nos parece importante dejar de lado diferencias fuertes que todos podemos tener, pero unirnos para reclamar por la aparición con vida de Julio y denunciar la complicidad y encubrimiento alrededor de esta causa.
¿Por qué el caso Etchecolatz fue histórico?
Adriana Calvo misma fue secuestrada y desaparecida durante la dictadura, parió a su beba en un móvil policial, y desde siempre (CONADEP y juicio a las juntas militares de 1985) ha sido una de las testigos centrales con respecto al accionar de la Policía Bonaerense, comandada por el general Ramón Camps secundado por el Comisario Miguel Etchecolatz, responsables de convertir a la provincia de Buenos Aires en una carnicería que no obvió el homicidio, la desaparición, la tortura sistemática, y el robo de bebés.
A su vez el juicio a Etchecolatz hace dos años tuvo a Jorge Julio López como uno de sus principales testigos. “Y no es casualidad que hayan apuntado al testigo de una causa que fue un enorme triunfo, un hecho inédito en la historia de la humanidad. La cadena perpetua a Etchecolatz por delitos cometidos en el marco de un genocidio. Fue la primera vez que un juez, un tribunal, reconoce la existencia de un genocidio en su propio país. Nunca había ocurrido. Siempre los reconocimientos de genocidio estuvieron dados por tribunales extranjeros. La desaparición de Julio se da justamente en el marco de un enorme impulso y aprobación popular sobre estos juicios, y para frenar ese avance. Lo que debió ser una profundísima discusión alrededor del al figura del genocidio, se desplazó a centrar la atención en la búsqueda de Julio”.
Cómo se construye el monumento
Así puede contarse sintéticamente el estado de las cosas, según Adriana Calvo: “En el poder judicial provincial, se dedicaron centralmente a no hacer nada. ninguna línea de investigación, permitir todas las irregularidades habidas y por haber de la policía Bonaerense, la Policía Federal, la SIDE (a la que siempre se nombra en femenino pero es el Servicio de Inteligencia del Estado) o el Servicio Penitenciario”.
Un caso: los presos policiales (Etchecolatz y compañía) supieron en el penal de Marcos Paz sobre una inmediata requisa, tema que sólo conocían el propio juez y el ministro de justicia de la Nación, Alberto Iribarne: “La responsabilidad de Iribarne fue directa. Los presos escondieron todo, casi le tomaron el pelo al juez Arnaldo Corazza dejando tarjetas de celulares, pero ningún teléfono. Fue tan grosero, que la segunda vez el juez no le avisó a Iribarne, y así se pudo encontrar el libro de guardia falsificado, ingresos de personas con distinto nombre y el mismo DNI, visitas no asentadas, y la comprobación de que tenían computadoras, celulares y toda clase de prerrogativas”. Puede recordarse que los que participaron en esas investigaciones salieron diciendo –sin darse a conocer- que “si algún lugar es bueno para pergeñar un secuestro, es el penal de Marcos Paz”. Allí, además, los funcionarios judiciales observaron que Etchecolatz principalmente, y otros 40 policías procesados por delitos de lesa humanidad eran tratados por sus guardianes como héroes. “Por esas cosas hablamos de monumento a la impunidad”.
Sala VIP
Adriana relata que se abrió una causa por esa situación VIP para personas condenadas en el marco de un genocidio. “Quisimos imputar al propio Iribarne, pero hace poco se declaró la falta de mérito de todos los imputados. No hay ningún funcionario que haya pagado por toda la serie de irregularidades. Ahí se ve la responsabilidad del poder político, que no ha hecho nada al respecto”. Otro dato: “La causa estuvo mucho tiempo en manos del comisario Oscar Farinelli, que entró a la policía en 1973, a la Dirección de Inteligencia, justamente durante la dictadura”. Los avances logrados por Farinelli pueden ser imaginados por cualquier lector.
¿A quién le conviene la impunidad?
El razonamiento de Adriana apunta a responsabilidades del gobierno, pero el gobierno puede ser visto como una víctima más de la desaparición de López. “Depende de lo que tenga que pagar a cambio. Por supuesto que el gobierno no fue el que secuestró a Julio, sería absurdo pensarlo. Pero sí pensamos que el gobierno sabe hace mucho tiempo que fue la policía, y debe saber quiénes de la policía, pero decidió en algún momento que esos autores quedaran impunes, a cambio de la así llamada gobernabilidad de la fuerza”. Los que ven esta perspectiva, aseguran que son demasiados los implicados potenciales, y todos en actividad. Por otra parte el tema de la “gobernabilidad” forma parte de la historia argentina de las últimas décadas, donde la Bonaerense funcionó en un marco de negociaciones con el ámbito político, intercambiando libertad para negocios varios, por cierta tranquilidad pública. (El crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas fue un botón de muestra de lo que se puede esperar de estos representantes de la ley).
Adriana: “El primero que habló de eso fue Felipe Solá, todavía como gobernador. Julio desapareció un lunes. El viernes ya estábamos haciendo una marcha multitudinaria en La Plata bajo una lluvia torrencial. Solá nos recibió y dijo una frase que me resonó como una cuchillada pero no logré entender en su integridad. Dijo: ‘Está en peligro la gobernabilidad de la fuerza’. Ahí ya lo tenían claro. Dos años después lo tenemos claro todos. Mucha gente dice: ¿cómo puede ser que el ‘gobierno de los derechos humanos’ –por favor poné comillas- no quiera llegar a fondo con el caso de Julio López? Y bueno, parecería que el gobierno prefiere aceptar ese costo y garantizar así el funcionamiento de la bonaerense. Y desde mi punto de vista eso incluye tenerla en disponibilidad para la represión de los reclamos, las huelgas, las marchas y cualquier forma de protesta”.
¿No hay avances en la justicia?
Adriana Calvo considera que los juicios que se están llevando adelante representan un triunfo, “pero un triunfo de las luchas, las movilizaciones, la constancia, lo justo de los reclamos. Kirchner no impulsó la anulación de las leyes de impunidad porque sí, ni porque le preocupara de antes, porque busqué y busqué y no encontré una sola manifestación previa suya sobre estos temas. Hay que valorar ese logro de la movilización y la constancia. La desaparición de Julio se da en el marco de un enorme triunfo popular por esa cadena perpetua en el marco de un genocidio”.
Otro avance logrado en esta causa fue el cambio de carátula: “Con la causa en la Justicia Federal, se logró caratularla como Desaparición forzada de personas, lo cual significa que hay participación estatal”. (Un secuestro producido por extorsionadores no es desaparición forzada de personas, figura focalizada en la represión ilegal cometida por el Estado). Otro avance fue separar a la Bonaerense de la investigación. “Los jueces lo aceptaron pero con otros argumentos, la separan por inoperante, cuando para nosotros es cómplice”.
La mujer águila
El caso siempre fue contaminado de pistas falsas plantadas por los que pueden plantar pistas falsas, y además por toda clase de mediums y supuestos videntes cuyas pistas las fuerzas del orden siguieron con el mismo ahínco, o la misma hipocresía. En los primeros meses de búsqueda, una persona de nacionalidad peruana denunció que se comunicó telefónicamente con una amiga que vive en Perú. La “declarante” dijo que su amiga “por las noches se convierte en águila” y en uno de sus vuelos reconoció a Julio López en un campo cercano a La Plata. La declaración movilizó a tres comisarías y generó traslados, móviles, identificación de personas y declaraciones testimoniales. Mientras el águila volaba sobre América y la policía esperaba noticias, no se investigaba a los policías denunciados por López en sus declaraciones.
Primicia: los únicos acusados
Adriana Calvo cree que es casi un secreto que nadie conoce, pero hay dos imputados alrededor del caso. Un perro llamado Kintín, y el joven Fernando Grenno que pintó “Aparición con vida de Julio López” y fue procesado, por pintar, por “daño a la propiedad” y está esperando juicio oral. La pintada fue en 2007 en Río Bamba y Marcelo T. De Alvear de Buenos Aires, pero la inoxidable presteza policial permitió la captura del joven estudiante y militante de la agrupación Plan B de Ciencias Sociales (que hacía campaña por la aparición con vida de López). Fernando fue interrogado, requisado y quedó detenido durante diez horas en la comisaría 17º, lo dejaron ir por falta de antecedentes, y ahora debe esperar el juicio oral y público.
Kintín en cambio es un ovejero alemán. “Y es uno de los elementos que a través de parrafadas enteras utiliza la Cámara Federal de La Plata para demostrar la inoperancia policial”, cuenta Adriana. En el fallo firmado por los jueces Julio Reboredo, Alberto Durán y Alicia María Di Donato se lee, textual:
“Pero, si de hechos insólitos se trata, resulta de una manifiesta apatía que contraría el principio de rapidez inmerso en toda instrucción, la injustificada demora de casi un año y medio en descubrir que el can que «persiguió» las huellas y rastros de la víctima de autos aún desaparecida, se trata de una ejemplar de la raza Ovejera que solo cuenta con el instinto propio de su raza, mas no con el de la especialidad «búsqueda y rastreo», en tanto no se adoptó ninguna medida para tal logro; evidenciando una grosera negligencia que torna en utópica la tarea del can y su guía, merecedor del mayor de los reproches, ya que a partir de la pericia recientemente agregada surge nítidamente que no eran idóneos para haber descubierto los pasos seguidos por la víctima desaparecida de autos.
“Que sobrada elocuencia de la inoperancia investigativa en este proceso, surge del resultado de la pericia practicada por la Asociación Civil Escuela Canina de Catástrofe obrante a fs. 5017/5018 cuando efectúa el estudio sobre can «Kintin», y de su guía el agente policial Adrián Badano. Para infortunio de la investigación, para desilusión de la familia López y de la comunidad toda, el broche de la actividad policial en esta causa se encuentra coronado con una desafortunada realidad.
“Ni el can, ni el guía policial demostraron ser aptos para cumplir eficazmente con la medida ordenada oportunamente, frustrándose el seguimiento de la pesquisa «Atalaya».
La conclusión de los jueces, una página más tarde, es: “Dichas circunstancias comprobadas de la causa nos convence que los errores por negligencia manifiesta que ha cometido la Policía de la Provincia de Buenos Aires en sus distintas etapas investigativas debe culminar con su apartamiento en el rol de investigadora, ya que no ha demostrado un desempeño convictivo, eficiente y profesional en este proceso”.
Conclusión: la Bonaerense fue apartada de la causa por la cuestión de Kintín.
La otra enseñanza de Kintín: la ficción de que se está haciendo algo, investigando e informando a la sociedad. El simulacro como estilo de desinformación y mentira.
De Julio López sigue sin saberse nada a dos años de su desaparición. Puede deducirse que las autoridades competentes seguirán investigando hasta las últimas consecuencias, para detectar quizá no a los culpables, pero sí al menos a los que pinten reclamando por la vida, o a los que crean estar oliendo cosas raras.


publicada 11/09/2008

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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