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Boaventura de Sousa Santos: Latinoamérica bipolar

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El analista social más importante de América Latina analiza la situación del continente, que para él está entrando a una fase de polarización crucial. País por país, traza los desafíos actuales y avanza sobre el futuro: “No creo que se pueda cambiar el mundo sin tomar el poder, pero tampoco creo que podemos cambiar algo con el poder existente. Entonces, afirmo que debemos cambiar las lógicas del poder, y para ello las luchas democráticas son cruciales”

Mientras que los jefes de Estado de Europa y América Latina se reunieron en Lima, “protegidos” por rejas y miles y miles de policías, para la Quinta Cumbre Oficial entre ambas regiones, la Universidad Nacional de Ingeniería fue el escenario de la Cumbre de los Pueblos: Enlazando Alternativas. Activistas de ambas regiones se juntaron para discutir alternativas al neoliberalismo, para la creación de un mundo más justo, democrático y solidario. El activista-investigador portugués Boaventura de Sousa Santos fue uno de los participantes más conocidos y queridos. Boaventura –profesor de Sociología del Derecho en Yale y Coimbra- es actualmente uno de los principales intelectuales en el área de ciencias sociales, con reconocimiento internacional. El periodista Raphael Hoetmer lo entrevistó durante su estadía en Lima.
¿Cómo caracterizas el escenario actual en América Latina?
Los cambios en el mundo son rápidos, y muestran muchas contradicciones, debido a la asociación de eventos políticos que nos han impactado mucho en los años recientes. Ejemplos de ellos, son los cambios en Ecuador y Bolivia, y recientemente en Paraguay. En estos países han ganado un economista progresista, un campesino indígena y un sacerdote de la teología de liberación, materializando la resistencia contra las políticas neoliberales de las últimas décadas.
Por otro lado, América Latina es una pieza clave en las estrategias económicas actuales de las empresas transnacionales y los gobiernos del Norte global. Hay que entender que el sistema capitalista siempre necesita nuevos espacios para generar ganancia económica. De esta manera, la expansión del mercado ha llegado a convertir el agua, los servicios de salud, y la educación en mercancía. Algo que anteriormente era impensable. En este momento, la mercantilización de los recursos naturales es la estrategia fundamental para la acumulación de capital al mediano plazo, poniendo la biodiversidad enorme de América Latina en el centro de la atención.
Este proceso, de re-enfocar América Latina, ha sido acelerado por el fracaso de la guerra en Irak. Los Estados Unidos encontraron que durante su relativa ausencia en su backyard, se habían gestionado cambios en América Latina, que presentaron dos problemas a su agenda. En primer lugar, los procesos sociales habían avanzado fuera de su control, y mas allá de sus planes, resultando en gobiernos progresistas, y en movimientos sociales fuertes. En segundo lugar, estos movimientos habían llegado al poder a través de la democracia, en una época en la cual los EE UU están usando el discurso de la lucha por la democracia para justificar sus intervenciones alrededor del planeta.
En este escenario se desarrolla una nueva estrategia de contra-insurgencia, que consiste de una mezcla entre las estrategias de la Alianza por el Progreso con una política conciente de división de los movimientos, y específicamente del movimiento indígena. Por otro lado, se intensificó en los últimos años, de manera brutal, la criminalización de la protesta y la profundización de la militarización.
En el escenario que usted ha descrito, se puedan dar cuenta de algunos cambios en el paradigma neoliberal. ¿Cree usted que podemos hablar de una modificación de este a un paradigma de seguridad, en el cual toda la actividad humana se subordina al objetivo mayor de la seguridad?
Sí, me parece que esto es la perversión final del proceso de re-estructuración neoliberal. Efectivamente, el neoliberalismo intenta sustituir todos los conceptos existentes, como los de desarrollo y de la democracia, por los conceptos de control y de seguridad, tras su incapacidad de generar un apoyo popular sólido.
Esto es consecuencia de la profundización de la exclusión social, de la miseria y de la desigualdad creciente bajo el capitalismo neoliberal, que implica la emergencia de un fenómeno que quiero llamar el fascismo social. Este no es un régimen político, pero una forma de sociabilidad, de desigualdades tan fuertes, que unos tienen capacidad de veto sobre la vida de otros. Corremos el riesgo de vivir en sociedades que son políticamente democráticas pero socialmente fascistas.
El mejor ejemplo de esta lógica es el doloroso incremento del hambre en el mundo, que muestra la contradicción entre la vida (la producción de alimentos accesibles para la población mundial), y la ganancia (la producción de los rentables bio-combustibles). La emergencia del fascismo social muestra que la modernidad como proyecto está roto, porque no ha cumplido sus promesas de libertad, igualdad y solidaridad, y ya sabemos que no va a cumplirlas tampoco.
En este escenario, se presenta entonces la contradicción entre el paradigma de la seguridad, y de la lucha contra el terrorismo a un lado, y al otro los Estados que reivindican su soberanía, los movimientos sociales, y específicamente las luchas de los pueblos indígenas. Es en los territorios indígenas donde se encuentra el ochenta por ciento de la biodiversidad latinoamericana. Las organizaciones como la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería del Perú (Conacami), y la Coordinadora Nacional de Ayllus y Marqas (Conamaq), son en este sentido un peligro para el status quo.
No sorprende, por ende, que la criminalización de la disidencia que existe en toda América Latina, es aún más fuerte en contra de los indígenas, como vemos en el Perú y en Chile. Queda claro que existe la intención de transformar a los indígenas en los terroristas del siglo XXI, como muestran los documentos de la CIA. En Global Trends 2020, se puede ver que sus grandes preocupaciones son la radicalización del movimiento indígena y el control de los recursos naturales. De hecho, Alan García (el presidente del Perú, red.) toma esto como inspiración cuando habla de las redes de terroristas que iban a atacar la Cumbre entre Europa y América Latina.
El uso de las leyes antiterroristas en contra de los dirigentes indígenas se basa en una descaracterización total del concepto del terrorismo, ya que esto significa el ataque y el daño a civiles inocentes. En el caso de las luchas de los indígenas, máximamente se trata de ataques a la propiedad privada para defender otra propiedad: la propiedad comunitaria y ancestral. Esto no cabe en ningún concepto de terrorismo. Por lo tanto, el uso de estas leyes debería ser suprimido lo antes posible.
En este sentido, el llamado consenso post-Washington, es post porque los neoliberales ya no confían solamente en la economía, y por lo tanto, aplican la guerra y la lucha contra el terrorismo, para mantener el sistema de desigualdad a nivel global. Ejemplos claros de esto, podamos ver en Santa Cruz de la Sierra, donde paramilitares colombianos entrenan a los grupos privados de seguridad de la oligarquía cruceña, que está decidida a defender el status quo.
¿Cuáles son las posibilidades y desafíos para la izquierda latinoamericana en este contexto?, y ¿cuál es el papel de Brasil y Venezuela, que parecen impulsar proyectos propios que buscan una hegemonía regional?
Es evidente que en el continente han emergido gobiernos con una lógica distinta al Estado capitalista neoliberal. En sus gestiones económicas podemos señalar dos vertientes diferentes. A un lado, los gobiernos de Lula da Silva, Cristina Fernández y Michelle Bachelet, mantienen la macro-economía neoliberal, pero profundizan la protección social en los márgenes de la sociedad. Otros gobiernos, como los de Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez intentan cambiar el sistema económico. Desde una lógica de mayor soberanía, aplican diferentes estrategias, como la nacionalización, la recontractualización de la explotación de los recursos naturales, o la entrega de esta explotación a empresas privadas pequeñas nacionales.
En los casos de Brasil y Venezuela, existe el deseo de hacer cosas nuevas, pero sus gobiernos siguen trabajando con conceptos viejos del desarrollismo y del Estado. En Brasil, el gobierno deja, por ejemplo, todo el trabajo del desarrollo económico a las empresas nacionales y multinacionales. Esto incluye las inversiones inmensas en el agro combustible. Simultáneamente, Lula invierte en la redistribución social, a través de políticas sociales. En Venezuela se hace lo mismo, pero sobre la base del petróleo.
En ambos casos, se ve una mayor sensibilidad a la cuestión social, como también, de maneras diferentes, un cuestionamiento a las empresas transnacionales y sus actividades. La respuesta de las empresas a ello, es la invención de la responsabilidad social. Construyen escuelas y hospitales para sus relaciones públicas, para hacer aparecer que ellas también están preocupados por la desigualdad, en sociedades cada vez más desiguales. El Tribunal Permanente de los Pueblos, que se desarrolló durante esta Cumbre de los Pueblos en Lima, evidencia claramente que detrás de esta cara humana persisten las violaciones estructurales de los derechos humanos por parte de los transnacionales.
Analizando al caso de Brasil, uno piensa en la tesis de Ruy Mauro Marini, quien sostuvo que las condiciones de desarrollo de Brasil lo llevarán inevitablemente a una posición sub-imperial en el continente. Y, es cierto, que Brasil -como Sudáfrica en Africa- explota fuertemente a sus países vecinos, a través de sus empresas estatales, que a menudo no difieren de las empresas transnacionales del Norte global. No obstante, ya que estas empresas son nacionales, hay más sensibilidad a la lógica política, que permite la distorsión de la lógica del mercado por la negociación política. Así sucedió, con Petrobras en Bolivia, y ahora, posiblemente, con la hidroeléctrica en Paraguay.
Es un proceso confuso y contradictorio, pero sostengo que podemos ver la emergencia de una solidaridad regional, con mayor apertura y tolerancia a las diferencias políticas.
El caso de Bolivia lució por mucho tiempo como el proceso más transformador de la región, pero ahora ha entrado en crisis. ¿Cómo analiza usted el escenario boliviano y el proceso de regionalización subnacional que se está reivindicando en el país?
La regionalización subnacional ha sido promovida por el Banco Mundial, en la forma de descentralización, que apuntó a desmontar el Estado central, a través de la transferencia de responsabilidades del Estado central a los niveles locales. En Bolivia había una posición de descentralización dirigida por las autonomías indígenas, desde una visión política y cultural sólida, que permitió que los indígenas ganaran algo con las políticas de descentralización, impulsadas por el Banco Mundial.
Pero la bandera de la descentralización ha sido asumida ahora por las oligarquías, en respuesta a su perdida de control del Estado central. Ellos siempre habían sido centralistas, pero ahora tenían que tomar la bandera de la autonomía para defender sus privilegios económicos. Obviamente, esto generó un problema político para el movimiento indígena en Bolivia, que siempre habían promovido la autonomía de los oprimidos, y no de los opresores. En mi opinión, la declarada autonomía de Santa Cruz es ilegal, ya que no pueden hacer esto bajo la vieja constitución; si es una nueva, está por ser aprobada. En realidad, la decisión de las autonomías tocaría al Congreso, después de que se implemente la nueva constitución.
Yo he defendido en Bolivia, la distinción entre autonomías ancestrales y las de la descentralización. Propongo entender a las autonomías indígenas como extraterritoriales en relación a las autonomías departamentales. Es decir, se deberían basar en el control total de su territorio, fuera de la gobernabilidad descentralizada, ya que son anteriores al proceso de descentralización. Pero habría que fortalecer la institucionalidad indígena, que aún es muy frágil, frente el poder de las oligarquías bolivianas.
En todo caso, el debate actual es sumamente peligroso, ya que existen deseos recíprocos de enfrentamiento armado. Las oligarquías no quieren dejar sus privilegios, y los indígenas no van a dejar pacíficamente que se divida al país. Es muy interesante, ya que serían ellos los que defenderían al país.
En el nuevo escenario continental, Perú y Colombia representan posiciones diferentes a los nuevos gobiernos progresistas. ¿Cuál es su rol en los procesos actuales en América Latina?
Está claro que estos dos países representan al status quo neoliberal y a los Estados Unidos en la región. Me da la impresión que además actúan desde una complementariedad. Colombia, representa la lógica militar, que busca la creación de conflictos y tensiones que crean condiciones para la creciente militarización e intervención en la región. En el Perú se esta impulsando una lógica similar, con la fuerte criminalización de las organizaciones sociales. Este siempre es el primer paso que prepara la militarización posterior. De hecho, existen indicaciones muy claras, que la base de Manta en Ecuador se mudará a la Amazonía peruana.
Como ya dije, estos procesos de criminalización y militarización buscan asegurar el libre acceso y la mercantilización de los recursos naturales. Obviamente, en este modelo económico, el Perú juega un papel central, debido a sus enormes reservas de hidrocarburos, minerales y metales preciosos. Y las élites políticas y económicas del Perú están muy dispuestas a asumir este papel de exportador de recursos naturales en la división mundial del trabajo, ya que ellos ganan con esto. No obstante, la mayoría de los peruanos no ha ganado nada en los últimos años de crecimiento económico espectacular, y lógicamente buscarán alternativas al gobierno actual.
En todo este escenario, ¿cuál es el papel de Europa?
Al nivel de los contactos entre las organizaciones sociales de ambas regiones hay cosas muy positivas. Un proceso como Enlazando Alternativas muestra la profunda solidaridad que exista entre los pueblos de ambos continentes y la voluntad de las organizaciones europeas de aprender de las luchas latinoamericanas.
Pero al nivel de los gobiernos, veo algo muy diferente. Crecientemente, Europa busca seguir las políticas de los Estados Unidos, enfocadas en el acceso a los recursos naturales, para mantener su posición competitiva en el mundo. Esto me repugna aún más, ya que Europa tiene una deuda cultural, social y ecológica histórica muy grande con América Latina, por el saqueo de los recursos naturales del colonialismo y el genocidio a los indígenas. Por lo tanto, me parece inaceptable implementar en la actualidad políticas neocoloniales, que dan continuidad al mismo saqueo. No obstante, todo indica que en la actualidad las empresas transnacionales europeas definen la agenda de la UE, imposibilitando una posición europea que fortalecería la democracia, los derechos humanos y la redistribución social en el continente.
En este mundo tan confuso, en el cual parecen chocar diferentes proyectos territoriales, ¿cómo ve usted el futuro?
Esta clarísimo que estamos entrando en una fase histórica de polarización. A un lado, las políticas de mercantilización buscarán el libre acceso a los recursos naturales, y la continuidad de los privilegios económicos de las élites. Al otro, existe un imaginario radicalizado en las fuerzas progresistas del continente, que han desarrollado concepciones distintas de la democracia, del desarrollo, de los derechos y de la sustentabilidad, que son compartidas por cada vez más personas y organizaciones. Me da la impresión de que las fuerzas dominantes ya no pueden cooptar este imaginario radical, con sus propuestas de protección social. Y por esto la represión. Entonces vemos la confrontación entre la represión y la imaginación utópica. Es difícil de decir, a dónde vamos. Como sociólogos prevemos bien el pasado, no tanto el futuro.
Para mí el horizonte sigue siendo la democracia y el socialismo, pero un socialismo nuevo. Yo he dicho, en diferentes ocasiones que el nuevo nombre del socialismo, es democracia sin fin. Mi apuesta es una para la democracia radical, ya que ella representa una alternativa a dos ideas fundamentales. No creo que se pueda cambiar el mundo sin tomar el poder, pero tampoco creo que podemos cambiar algo con el poder existente. Entonces, afirmo que debemos cambiar las lógicas del poder, y para ello las luchas democráticas son cruciales.
Estas luchas son radicales, porque están fuera de las lógicas tradicionales de la democracia. Sostengo que debemos profundizar la democracia en todas las dimensiones de la vida. Desde la cama hasta el Estado, como dicen las feministas. Pero también con las generaciones futuras y con la naturaleza, lo cual nos urge a parar la destrucción del planeta que actualmente se está desarrollando.
Nuestro objetivo es salir de una democracia tutelada, restringida, de baja intensidad, para llegar a una democracia de alta intensidad que realmente haga que el mundo cada vez sea menos confortable para el neoliberalismo. Pero la realidad no cambia espontáneamente. En política para hacer algo hay que tener siempre dos condiciones: hay que tener razón a tiempo, en el momento oportuno; y hay que tener fuerza para poder imponer la razón.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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