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Pando contra Barcelona: Cómo asesinar revistas

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La Sala D de la Cámara Civil de Apelaciones condenó a la revista Barcelona a pagar 110 mil quinientos pesos: 70 mil a la defensora de genocidas, Cecilia Pando y 40 mil quinientos a abogados y peritos. Colocó así a esta publicación al borde de la quiebra y a la libertad de expresión en un precipicio del cual esta extensa nota pretende rescatar. No es la primera vez que las demandas son utilizadas como forma de quebrar al periodismo independiente,  acorralándolo con juicios. Los procesos son, en sí mismos, una condena para estas publicaciones, sostenidas por periodistas autogestivos que deben recurrir a la buena voluntad de abogados para argumentar su defensa y que, además, deben destinar sus escasos recursos disponibles –tiempo, fundamentalmente, y dinero y stress- a sostener estas batallas que afectan a toda la prensa, ya que de quedar en firme la sentencia marcará un límite que afecta tanto a periodistas como a lectores. De qué podremos reírnos y de quien no.

“El poder no admite bromas”.

Máximo Sanjuán, humorista gráfico.

Las sentencias que pretenden marcar límites a la libertad de expresión tienen, desde el regreso de la democracia hasta hoy, una característica en común: sus afectados son publicaciones que no pertenecen a las corporaciones mediáticas. Esta sola peculiaridad debería alcanzar para reflexionar sobre el peligro que representa que los jueces dictaminen, en estos casos tan particulares, límites que impactan sobre toda la población y, en especial, sobre derechos garantizados por la Constitución Nacional. Sin embargo, lejos de alertar sobre sus consecuencias, lo que parece primar es la posibilidad de que, a partir de la debilidad del demandado, las instituciones encuentren una oportunidad para colocarle un bozal a toda la sociedad. Los protagonistas del caso Barcelona-Pando son, por eso mismo, paradigmáticos.

Por un lado, Barcelona, una revista satírica cuyo objetivo es reírse de los medios concentrados que imponen relatos con la intención de dominar la opinión pública y la agenda política, eufemismo que convencionalmente utilizamos para referir a las condiciones en las que se ejercerá la vida democrática: quién manda y quién obedece.
Por el otro, la defensora de genocidas Cecilia Pando, quien se presenta ante los tribunales camuflada de madre, católica y docente, ofendida en su honor y herida en su intimidad.
Estos serán los actores, entonces, que representan ante la justicia un dilema complejo y central de las democracias actuales: el equilibrio entre la libertad de expresión y lo derechos individuales o personalísimos.
Hay una biblioteca jurídica del tamaño de Babel dedicada a argumentar cuál prima sobre cuál, desde los tiempos más remotos del Estado de Derecho, pero lo cierto es que en estos, los años nos tocan vivir, esta batalla ha cobrado una actualidad global, y no por casualidad ha tenido en Perú, España, Francia, Alemania, Turquía y ahora Argentina –por poner sólo algunos ejemplos recientes- una característica en común: la sátira.

La vara para medir quién manda

El más interesante artículo jurídico especializado con respecto a este tema forma parte de la biblioteca de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y su título es muy didáctico: Libertad de información, democracia y control judicial[1]. Sus autores son Catalina Botero Marino, Juan Fernando Jaramillo  y Rodrigo Uprimny Yepes, tres expertos colombianos y el dato de la nacionalidad no es menor: si soportan la lectura de este artículo hasta el final, ya sabrán por qué.
Comienzan señalando lo evidente: lo intrincado, pero también definitorio de este conflicto:
«La polémica sobre los alcances y los límites de la libertad de expresión e información en las sociedades contemporáneas es quizá una de las más agudas y fecundas de la teoría constitucional actual. Las razones que explican el particular interés de la doctrina y la jurisprudencia sobre esta cuestión son, fundamentalmente, dos. En primer lugar, la idea, cada vez más generalizada, según la cual la libertad de expresión e información es un derecho que, tal vez como ningún otro, constituye condición sine qua non para la existencia de un verdadero Estado constitucional. En segundo término, la indiscutible complejidad que, desde el punto de vista de la armonización del conjunto de los derechos, bienes e intereses constitucionales, plantea el ejercicio de las mencionadas libertades”.
¿Cuál es la complejidad?
Digamos, para simplificar, que la Constitución establece derechos y que el ejercicio de los mismos produce conflictos: cuál es más importante/esencial/determinante para la vida en democracia es una jerarquía que establecen los jueces a través de sus sentencias. Es en esta valoración cuando el caso Pando contra Barcelona cobra su real dimensión: la Cámara de Apelaciones acaba de establecer que por encima de la libertad de expresión está Pando.
Según quien lea esta frase, será la conclusión, pero además del ojo del que lee está el Estado de Derecho, que es ciego: ve a través de estas sentencias. Es decir, que de ser confirmada por la Corte Suprema –instancia a la que apelará la revista Barcelona– a partir de entonces y por siempre los derechos personales gobernarán a la libertad de expresión.
Lo dicho: esto mismo se está debatiendo en tribunales del mundo entero.
Y esto es precisamente lo que analiza el artículo de los expertos colombianos.
Detallan las más importantes sentencias de Alemania y de Estados Unidos para comparar dos paradigmas opuestos. El resultado: la Corte alemana ha privilegiado los derechos personales, en tanto la norteamericana ha consagrado el privilegio de la libertad de expresión.
No vamos a aburrir ahora con los ejemplos, pero son todos interesantes y, por lo que representan, merecen ser materia de estudio en cátedras de Derecho y de Comunicación, pero alcanza con describir que en todos los casos establecen lo que los expertos denominan “estándares de actuación”. Es decir, la intención de este artículo es encontrar una forma de que, más allá de los paradigmas que cada sociedad privilegie, la justicia tenga un método para “medir”, la vara con la cual dirimirlos. En palabras de los expertos: “criterios de ponderación”.
“Dado que la libertad de información debe armonizarse con los restantes derechos y libertades fundamentales, resulta esencial —a fin de evitar restricciones arbitrarias— que se defina el mapa de limitaciones reciprocas, acorde con criterios objetivos, homogéneos y universales, coherentes con el sistema axiológico establecido en la Constitución”.
¿Cuál es la regla para trazar las fronteras?
La ponderación.
Es tarea de los jueces, entonces, ponderar.
¿Qué significa ponderar?
Algo muy concreto: evaluar dos cosas.
Contenido y contexto.
“El contenido de la información y el contexto en el cual ésta se expone adquieren entonces particular trascendencia dentro de esta ponderación, ya que permiten determinar los pesos relativos de los derechos en conflicto”.
¿Cómo ponderar contenido y contexto?
Los expertos sistematizan el método utilizado en fallos alemanes y norteamericanos –es decir, es paradigmas opuestos- para determinar así los ítems que deben responder los jueces en sus sentencias. Estos son:
“Los criterios centrales de la jurisprudencia comparada para resolver las tensiones entre la libertad informativa, la intimidad y el buen nombre son:

  • la diferencia que existe entre emitir opiniones y afirmar hechos,
  • la distinción entre distintas esferas de intimidad de las personas, el carácter público o no de la persona afectada,
  • la existencia o no de un interés general en la divulgación de la información,
  • el grado de afectación de la intimidad en relación con la importancia que puede tener la información para un libre debate democrático sobre asuntos colectivos,
  • el carácter injurioso o no de la información revelada,
  • el contexto o “ foro” en el cual es manifestada la opinión o es revelado un hecho,
  • y, finalmente, los tipos de discursos, pues merecen mayor protección aquellos que se refieren a los debates esenciales de la vida colectiva”.

Como son colombianos (y esto es sólo una parte de lo que su identidad revela: paciencia) agregan una octava que es clave: “el mercado equitativo de ideas”.
Para decirlo en criollo: los jueces deben mensurar si están ante Clarín o Barcelona.
Argumentan los expertos colombianos:
“Ciertamente, en la actualidad, el flujo informativo se caracteriza por la presencia de      grandes medios de comunicación, muchas veces gerenciados por intereses económicos o políticos, que monopolizan el mercado e impiden que todas las ideas e informaciones tengan la misma posibilidad de circular libremente.. En consecuencia, en una sociedad democrática, el derecho constitucional no sólo tiene como tarea minimizar las restricciones estatales a la  circulación de las informaciones (modelo de libre mercado de ideas), sino que también debe intentar corregir las asimetrías de poder y buscar una mayor equidad en la  participación de las distintas informaciones en el debate público. Es lo que podríamos  llamar la búsqueda de un “mercado equitativo de las ideas”. (…) El excesivo peso del  dinero o del poder en la dinámica de   los medios de información genera obvias desigualdades en los procesos de comunicación, pues favorece ciertas voces mientras que silencia a otras».

La siempre perseguida

Apliquemos ahora estas categorías de ponderación al caso Barcelona.
Comencemos por ponderar lo que representa: una publicación satírica.
Una de las consecuencias de las caricaturas de Mahoma creadas por dos dibujantes daneses fue sembrar una catarata de textos jurídicos sobre sátira y libertad de expresión. Definida por los expertos como la zona de conflicto jurídico por excelencia, la sátira ha sido sentada en el banquillo de los acusados desde siempre, y en los últimos años, de forma constante y despiadada. Tanto, que la mejor defensa esgrimida por un tribunal internacional se sintetiza en una frase: “El humor no es serio”.
La especialista española Natalia Meléndez Malave resume en un interesante ensayo[2] la historia de persecuciones –multas, encarcelamientos, muerte- de la que fue víctima el género desde el inicio mismo de la organización republicana. Resume:
“La historia de las represalias contra la libertad de expresión de dibujantes y de responsables de medios de corte satírico o que incluyan secciones caricaturescas es tan aciaga como extensa. (…) Son mayoría los ejemplos en que se emprendieron         injustas medidas legales o, aún peor, acciones violentas, por causa de unas viñetas sin que éstas fueran en absoluto ofensivas. Y, en general, la respuesta a estas viñetas “incómodas” ha sido siempre excesiva”.
De su extensa enumeración, sólo citamos parte del último tramo que refiere al informe publicado en la página web Wittyworld Internacional Cartoon Center, a cuyo frente se encuentra el dibujante Joe Szabo, miembro de la Comisión para la Libertad y la Justicia a través del Humor de la UNESCO:
“El informe habla de encarcelamientos en India, Irán y Turquía, de disturbios contra los responsables de la publicación de viñetas en China (1992) y Kuwait (1996), o de        medidas tan surrealistas como la prohibición en Camboya de representar a los políticos como animales o el impedimento de conceder premios a un caricaturista procesado en    Chipre. Además, se recoge el dato de que en países como Sudáfrica (1987), Croacia         (1992), Egipto (1995) o Alemania (1995) el refuerzo de los controles a la prensa o el       endurecimiento de ciertas leyes guarda relación con la publicación de viñetas      polémicas”.
Su conclusión:
“Una nueva ola de intolerancia amenaza a la caricatura, el humor gráfico y el cómic, expresiones artísticas y comunicativas que, por definición, sólo pueden basarse en la libertad”.
Este el contexto que deben mensurar los jueces: la sátira es una histórica perseguida por los tribunales. Tanto, que en un artículo de la organización Rights Internacional proponen que en los conflictos de libertad de expresión[3] uno de los puntos a mensurar sea “el tono”. Pretenden así proteger a una eterna censurada por los jueces: la risa. “Precisamente, el discurso satírico, el que no agrada, es el más protegido por la libertad de expresión. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) tiene una expresión muy feliz y plantea que la libertad de expresión adquiere su sentido y plena eficacia protectora allí donde surgen discursos críticos, que no son bien recibidos por ciertos sectores, que es cuestionador. Y la razón que dan es que estas son las características principales de la democracia: el debate y la crítica amplia”[4], explica el asesor legal del Instituto de Prensa y Sociedad peruana, el experto Roberto Pereira, docente del Departamento de Derecho de la Universidad Nacional.

De quién se ríe Barcelona

El objetivo de la sátira de Barcelona es claro: el discurso mediático hegemónico. Lo precisan varios estudios académicos de reconocidos especialistas –Ana Amado Suárez, Luis Alberto Quevedo, entre otros- tal como cita Pablo Corso en su tesis Barcelona y el fin de los límites[5] , cuya síntesis es el alegato más contundente sobre cómo debe ponderarse todo lo que allí se publica: “Hoy cuando una noticia resulta inverosímil se dice ´parece sacada de Barcelona´”.
Ese pacto de lectura, ese estilo determinado y característico, ese absurdo utilizado para referirse a los medios, establecido desde hace muchos  años y con idénticos y característicos recursos, estaba claro y asentado para lectores habituales y ocasionales cuando la revista publicó la sátira de Pando. La pertinencia de la publicación se justifica por sí sola googlenado la cantidad de medios que reprodujeron el encadenamiento que protagonizó la defensora de genocidas y que las capturas de pantallas que ilustran esta nota dan cuenta solo en forma parcial, porque superan las dos docenas las que aun pueden encontrarse en el buscador tecleando “Pando” “encadenamiento”.
En tanto, la publicación en sí, debe mensurarse tal como concluye Corso en su tesis:
“Mediante fotomontajes intencionalmente burdos, Barcelona subvirtió el valor de esos recursos, con epígrafes provocativos e imágenes que construyen una estética provocativa. La revista usa las imágenes en forma paródica, con el objetivo de editorializar”.
¿Sobre obre qué editorializa así Barcelona?
Responde Corso en su tesis:
Barcelona plantea una clave de lectura de la realidad en abierta oposición a la de los grandes medios nacionales. A través de un doble proceso de sátira periodística, la revista ridiculiza tanto a los sujetos de la noticia como a los mecanismos retóricos mediante los cuales ésta es construida en los medios”.
Una posible síntesis de la mirada jurídica sobre el estilo Barcelona es la que da en un artículo titulado Libertad de expresión y derecho al honor[6], publicado en la web del estudio de abogados Embidoli-Vera:
“El humor, animus iocandi, siempre ha dado pie a una interpretación más laxa de los márgenes del derecho de libertad de expresión. Su finalidad no es causar denigrar,     injuriar o causar menoscabo en la dignidad de una persona, su objetivo es hacer reír    (independientemente de que se consiga o no) y, en la mayoría de ocasiones, esto se consigue a través de manifestaciones alteradas, exageradas o deformadas de la   realidad».

La in- injusticia

En su fallo, la Sala D de la Cámara de Apelaciones deja en claro que está probado que Pando es una persona pública y que, según dictamina la perita psicóloga, no sufrió trastornos por la publicación. También cita fallos internacionales y criollos sobre la importancia de la libertad de expresión en las sociedades democráticas. Valora, sin embargo, que los derechos personales al honor y a la propia imagen están por encima de la libertad de expresión,  y fija en esos derechos personales sus nuevos límites. Penaliza entonces a la revista con una suma que calcula de acuerdo a su tirada, a pesar de haber sido esta confiscada en los kioscos, cuando Pando solicitó esa medida y un tribunal ordinario se la concedió con prisa y eficacia.
Obliga a la publicación a pagarle a Pando una compensación que aumenta de 40 a 70 mil pesos.
La obliga también a pagar honorarios de abogados y peritos, y fija las sumas que le corresponden a cada uno.
No pondera lo que estas cifras representan para una publicación independiente y autogestiva. No pondera tampoco lo que esta penalización económica ha representado en publicaciones similares de épocas recientes, como el caso de la revista Humor, a la que arrastraron a la quiebra y cuyas sentencias deben abonar hoy la hija del editor, ya muerto.
No pondera que la Asociación de Revista Culturales Independientes (AReCIA) clama desde hace años por una ley que las proteja, entre otras cosas, de estos acosos legales que ponen en riesgo publicaciones, fuentes de trabajo y derechos humanos y sociales.
No pondera, finalmente, aquello que los expertos colombianos señalan en forma dramática al concluir su análisis sobre la libertad de expresión en el contexto de nuestras democracias latinoamericanas.
Ellos nos advierten:
“Mientras sigan asesinando a  quienes  tienen la misión de informar la verdad o a quien se atreve a pensar diferente, no podrá  sostenerse que  en Colombia, se garantiza, verdaderamente, el derecho fundamental a la libertad de expresión”.
Señoras y señores jueces argentinos: con sus fallos están asesinando revistas independientes.
Ponderen esa cruel injusticia.
[1] https://www.corteidh.or.cr/tablas/r29967.pdf
[2] https://www.tebeosfera.com/documentos/la_libertad_de_expresion_mas_alla_de_los_limites_de_la_vineta.html
[3] https://www.rightsinternationalspain.org/es/blog/69/libertad-de-expresion-y-la-ofensa-al-islam:-una-cuestion-de-equilibrio
[4] https://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/libertad-de-prensa-opinion-juzgada/
[5] https://newpagecomunicacion.sociales.uba.ar/files/2013/02/2127.pdf
 [6] https://embidoliverabogados.net/libertad-de-expresion-y-derecho-al-honor/

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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