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Recuperaron un edificio gigante y le dieron vida para no quedarse en la calle. Generaron 130 fuentes de trabajo. Soportaron represiones, amenazas de desalojo y tarifazos. Así conquistaron la expropiación del hotel, que fue vetada por el Presidente. ▶ LUCAS PEDULLA
Bauen.
Una película.
Una novela.
Una serie.
Aplican todos.
Federico Tonarelli, hoy vicepresidente del hotel que consiguió la expropiación de la empresa recuperada por sus trabajadoras y trabajadores en 2002, habla con la fuerza de ser una de las 130 personas que hicieron posible este guión que nunca muere, que soportó represiones, amenazas de desalojo, ninguneos políticos y tarifazos a fuerza de convertirse en un símbolo de la gestión cooperativa del trabajo sin patrón en Argentina.
“Vamos por la decimocuarta temporada. Yo entré a fines de 2004, a los 37 años, y todos entramos con la expropiación latente. Si miro para atrás como si fuera Michael Fox en Volver al futuro, diría: ‘Lo lograste. La foto no se borra’. Porque estábamos medio para atrás: si mirábamos la foto como en la película, estábamos sin piernas, casi borrados. Hoy vemos que las siluetas se reconfiguran de nuevo y la foto vuelve a su estado normal”.
Hoy cada trabajador, cada trabajadora, puede ver esa foto y reconocerse.
Son ellas.
Son ellos.
La foto es la de 130 personas creando otro mundo.
Bauen.
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Poner las costillas

La foto desdibujada tenía ya catorce años de historia. Tras el cierre del hotel el 28 de diciembre de 2001 y la amenaza real de dejar a 70 trabajadores en la calle y en la mayor crisis económica y social del país, alguien propuso lo inevitable: entrar. Ocurrió en marzo de 2002, y el patrón, Marcelo Iurcovich, les mandó a decir que se quedaran, así no pagaba la seguridad que debía cuidar los 6 salones y las 224 habitaciones del edificio.
Se acercaron para apoyar estudiantes, vecinos, trabajadores de otras empresas recuperadas y la idea de una cooperativa para mantener las fuentes de trabajo se transformó en posible en septiembre de 2003. Iurcovich los denunció entonces por usurpación. Lo que siguió fueron demandas judiciales, civiles y contravencionales que produjeron represiones feroces que partieron costillas a trabajadoras y acumularon hematomas que, lejos de amedrentar, afianzaron un compromiso: el hotel no dejó de trabajar ni un segundo.
Y con un objetivo indiscutible.
La expropiación.
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El primer round

La media sanción llegó en el último capítulo de la temporada decimotercera. Fue el jueves 26 de noviembre de 2015 en la última sesión ordinaria del año, ya con el triunfo de la alianza Cambiemos y la derrota del Frente para la Victoria (FpV) en las elecciones.
Fue una tarde calurosa. El Bauen había convocado a una radio abierta a las 14 horas frente al Congreso, porque el día anterior el proyecto de ley había sorteado tres comisiones y había pasado a formar parte del paquete de más de 90 leyes que el FpV buscaba aprobar. La mayoría de los partidos de la oposición no acudieron y, durante los días previos, habían convocado a no sesionar hasta que el 10 de diciembre asumiera la nueva gestión.
El quórum se alcanzó a las 12:30. La Cámara sesionó y tras una votación llamó a un cuarto intermedio hasta las 16, en el que  prometieron incorporar rápidamente la expropiación. La espera se extendió porque varios legisladores se retiraron. En los palcos, poblados por rostros tensionados y uñas mordidas, el marcador era mirado como la final de un Mundial: cada diputado en su banca era festejado como un gol. Recién hubo quórum, entre roscas políticas, a las 18:28 y los trabajadores rompieron en aplausos. La media sanción se aprobó con el resto del paquete y la tensión se rompió en abrazos y llantos.
La película seguía.
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Cómo dar vuelta un partido

Esa situación de infarto que vivimos ese día se prolongó todo este año -sintetiza Tonarelli-. Arrancamos con un problema edilicio en el hotel que nos obligó a reparar, durante cuatro o cinco meses, las cañerías de gas. La consecuencia directa fue que no había gas, por lo que no había agua caliente, por lo que no había pasajeros. Fue un año difícil porque recién empezamos a trabajar en mayo, mientras en paralelo tratábamos que el Senado pusiera en tratamiento el proyecto. Y no lo hicieron”.
Al combo se sumaron los tarifazos. Síntesis Bauen:

  • Luz: de 24 mil pesos a 100 mil.
  • Agua: de 65 mil pesos a 218 mil.
  • Gas: de 11 mil pesos a 50 mil.

“El plan económico del macrismo lo conocemos bien. Incluso armamos la Multisectorial contra el Tarifazo, que reunió a empresas recuperadas, pymes, clubes de barrio, sociedades de fomento, comercios. El ajuste llegó al hotel, y a las recuperadas nos llegó a partir del retorno de los asociados: no pudimos aumentarnos como en otros momentos porque tuvimos que pagar las tarifas. A eso se sumó la baja de actividad. Fue un año difícil”.
Al contexto económico se agregó la amenaza judicial. “Había sentencia firme. El juzgado tenía que ejecutarla sabiendo que iba camino a generar un conflicto, como mínimo, en pleno Centro de la ciudad: desalojar el Bauen. Hubo una audiencia el 25 de octubre y ahí quedó claro que ya no había más tiempo ni margen para parar esto. La propuesta de la empresa era casi una cargada: cerrar el hotel un año, arreglarlo y luego tomar de nuevo a la planta. Nos juntamos en asamblea y los compañeros se negaron rotundamente. ‘Bueno, muchachos, se viene el desalojo’, pensábamos. No sabíamos cuándo. Pero nunca habíamos perdido la vía del Congreso. La seguíamos militando todo el tiempo. Y al decir que no en la negociación nos quedábamos sin plan B: nos teníamos que jugar todas las cartas a que se sancionara la ley. Fuimos todo el año al Senado, imaginate ese mes: vivíamos ahí. Porque si llegábamos al 30 de noviembre sin nada, quedábamos sin defensa alguna porque ya no había sesiones”.
El proyecto, entonces, moría.
¿Qué ocurrió? ¿Cómo se llegó a una instancia casi idéntica al año anterior? “No conseguimos quórum en el plenario de comisiones porque todos los senadores estaban en la última sesión del año. Nos fuimos con esa derrota, pero el senador Juan Manuel Irrazábal (FpV) propuso tratarlo sobre tablas. Por ende, fue al final de todo el temario previsto. Ese día se trató el Presupuesto. La discusión duró hasta las 10 de la noche. Encima no fue como en Diputados, donde estuvimos haciendo el aguante en las galerías: el Senado es infranqueable. Estuvimos todo el día en la calle y recién a las 11 de la noche nos dejaron entrar a mí y María Eva Lossada (presidenta de la cooperativa), a un salón anexo”.
Al Presupuesto le siguió la aprobación de un proyecto de protección de humedales. “Duró una hora. Se nos terminaba el tiempo: a las 12 de la noche caía la sesión ordinaria y, con eso, todos los proyectos. Nos manteníamos enterados por WhatsApp. Pasadas las 11 pedimos alteración del orden para tratar el proyecto. Se hizo. Ahí pedimos sobre tablas. Y ganamos: 39 votos afirmativos contra 17 negativos. Ahí ya está: fue como Del Potro contra Cilic en la Copa Davis, dando vuelta el partido. Fue tremendo: un infarto de un año exacto”.
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El fantasma del veto

Como diría Diego Maradona, fue la mano de Dios”, dice María Eva Lossada, que escribió su propio guión: era mucama en 2001 cuando Iurcovich la amenazó con que debía renunciar a sus derechos laborales para mantener el empleo, y hoy es presidenta de la cooperativa. “Por un lado, estamos muy felices porque es un paso más. Queríamos terminar el año y brindar por haber conseguido finalmente nuestra propia fuente de trabajo. Por otro lado, sabemos que lo pueden vetar. Por eso hicimos la conferencia al día siguiente, porque necesitamos el apoyo de las organizaciones sociales, vecinos, artistas y medios, que siempre estuvieron y que nos dan fuerza. Arrancamos el año con una deuda por un tema del gas. Fue difícil y mucho trabajo, pero hoy ya no tenemos ninguna deuda. Tenemos muchos eventos y el hospedaje funciona bien. Estamos trabajando mucho y bien, pero la jueza ya en las últimas movilizaciones a su despacho nos dijo que sin expropiación no puede aguantar más. Por eso no es por capricho que pedimos la ley: la necesitamos para sostener nuestra fuente de trabajo y dignidad. Fue mucho esfuerzo de día a día, organizarnos, trabajar y ponernos de acuerdo para llegar hasta acá. Ahora tenemos que lograr que no se vete”.
Cuando el Bauen conquistó la media sanción en Diputados, el entonces legislador del Pro, Federico Pinedo, cuestionó la votación ya que significaba “darle una cantidad enorme de plata a un grupo chico de personas, quitarle dinero que podía ir a la gente que puede tener necesidades básicas de alimentación para que 40 personas tengan un hotel en Callao y Corrientes”. Ahora, como presidente provisional del Senado, afirmó: “Regalar una fortuna de plata para unos pocos señores es una cuestión que no podemos apoyar”.
Tonarelli evalúa: “Sería una locura pensar en el veto. Primero y principal, somos realistas: no nos extrañaría, ya que el macrismo vetó infinidad de leyes parecidas a esta. Jamás han aportado a la viabilidad de las recuperadas ni a la resolución de sus conflictos, y tenemos en cuenta que esto va en contra de los valores y principios básicos del macrismo. Pero ahora es a nivel nacional y, por otro lado, cae en plena discusión por la Emergencia Social, por Ganancias. Con la infinidad de problemas que hay sería una locura el veto. La política cerró acá un conflicto jurídico de muchos años. Sería borrar de un plumazo una solución concreta para un problema concreto”.
El guión, mientras, se sigue escribiendo.
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El norte claro

a ley declara de utilidad pública y sujetas a expropiación las instalaciones del edificio del Bauen y la entrega en comodato a la cooperativa. Pone como condición que los trabajadores y las trabajadoras continúen y amplíen la realización de actividades culturales, artísticas, sociales y educativas. También que dediquen una parte de sus servicios a turismo social y el 30% de las plazas a derivaciones médicas de jubilados y pensionados de todo el país que requieren un tratamiento en la Ciudad de Buenos Aires. No es nada extraño lo que dice la ley -explica Tonarelli-. Es lo que vinimos haciendo todo este tiempo. Lo que nos da es la legalidad sobre la propiedad del edificio”.
Tonarelli, a su vez, es presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA).
 
¿Qué significa políticamente una ley así?
Es un triunfazo. La derrota del Bauen también era una derrota para todo el resto. Primero porque era una ley planteada en el Congreso Nacional. Hubo expropiaciones muy valiosas, como Zanón (Neuquén) o Renacer (Tierra del Fuego), pero eran provinciales. Por su tamaño e historia, éramos un caso testigo: si ganábamos, ganaba el movimiento y si perdíamos, también. Iba a ser muy difícil en ese contexto plantear procesos de recuperar empresas. Alguien podía pensar: ‘Si estos con 14 años, con la visibilización y el peso que tienen no lo consiguen, qué nos queda al resto’. Política y emocionalmente, la derrota se transmite. En cambio, si ganás, es más fácil que los demás se animen. Es un momento bisagra para el movimiento. Sobre todo, porque va a haber muchas situaciones de posibles recuperaciones, aunque van a ser en otro contexto.  Hace unos años era dentro de un impulso del mercado interno, con consumo. Ahora es más difícil porque hay menos trabajo. Pero el movimiento está firme y ya hay más de 15 años de experiencia.

¿Sorprendió?

Nosotros tenemos una gimnasia de no bajar nunca los brazos. Fuimos, fuimos y fuimos para adelante. Todos te dicen que fue un milagro, en pleno gobierno de Macri. No. Fue producto de haber trabajado de manera consecuente durante todos estos años. De haber pulido acuerdos, de haber ensanchado el arco de apoyos de la cooperativa. Sí hay un componente que tiene que ver con la oportunidad, el momento exacto. El peronismo impuso mayoría en algunos temas y nosotros justo estábamos ahí. Hay una intención de la oposición de marcar la cancha, y nuestro mérito fue estar ahí, no haber bajado los brazos ni pensar que todo estaba perdido. En la última audiencia de octubre le dijimos a Iurcovich que no nos mande la corona antes de tiempo. Se mostraba muy seguro de que se nos había acabado la nafta. Un sesgo de clase que es subestimar a los trabajadores. Ellos no pueden internalizar cómo un grupo de trabajadores, que somos poco y nada, generemos estas cosas.
¿Cómo se sostiene eso?
Uno no puede sostener esta carga emocional durante 14 años de la misma forma. Es inevitable que haya bajones, que haya momentos en los que no pasa absolutamente nada y vos naturalmente aflojes, te desanimes. Pero la gran lección es esa: aunque no pase nada, hay que tener siempre el norte claro, porque la cosa en algún momento se reactiva.
Y con reglamentación, ¿cuál sería el norte?
Hay que reconfigurarlo. Sin pensarlo mucho, tenemos tantas cosas pendientes de esta situación que son nuestras primeras prioridades. Arreglos que tenemos que hacer. El hotel tiene un potencial enorme: tenemos una piscina que nunca usamos porque no queríamos un problema legal más. Todos esos espacios dormidos se van a reactivar. Pero, sobre todas las cosas, pelear para que no exista la posibilidad de un veto.
La foto, como en Volver al futuro, cobra así su real dimensión. Su forma. Toma vida. Se llena de color. Adquiere silueta. Construye memoria y justicia.
Mientras, el Bauen tiene que seguir escribiendo su guión.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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