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Gendarmería, la única hipótesis que la Justicia no investiga en el caso Maldonado

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El Estado asegura que “investiga todas las hipótesis”, pero la causa judicial sigue sin ordenar medidas concretas para esclarecer el rol de Gendarmería en el operativo que culminó con la desaparición forzada de Santiago Maldonado. El nuevo juez en su visita a la comunidad Pu Lof en Resistencia habló de la posibilidad de un cuarto operativo en el territorio. Tampoco cambió la desinformación filtrada a través de medios adictos: hoy la familia tuvo que desmentir que la mochila y el celular que Sergio Maldonado refirió al juez en su declaración testimonial y se comprometió a entregar fueran las que estaban en poder de Santiago el día que desapareció.

Gendarmería, la única hipótesis que la Justicia no investiga en el caso Maldonado

Este es el último lugar en el que vieron a Santiago Maldonado. Foto: Nacho Yuchark para lavaca


“Investigamos todas las hipótesis”, dijo la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, en su interpelación el Senado nacional el 16 de agosto. En ese mismo momento el juez federal Guido Otranto y la fiscal federal Silvina Ávila estaban allanando por segunda vez la Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen en busca de rastros de Santiago Maldonado. Hubo un tercero, el 18 de setiembre. Fue el más violento. El nuevo juez de la causa, Gustavo Lleral, se reunió la semana pesada con integrantes de la Pu Lof, y más allá de la buena voluntad del magistrado de acercarse sin fuerzas policiales, desde la comunidad alertaron que el juez habló de la posibilidad de un cuarto operativo en el territorio.
Hasta ahora la única hipótesis que no fue investigada a fondo por la justicia es la que señala a la Gendarmería. El nuevo informe del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU señaló exactamente ese punto: la reticencia de la justicia a investigar al principal sospechoso.
El informe puntualizó, en este sentido, dos cosas:

  • Que resultaba preocupante que el gobierno negara la participación de Gendarmería en la desaparición de Santiago Maldonado, anticipando esa conclusión antes de conocer el resultado de la investigación judicial.
  • Que era necesario “esclarecer de forma prioritaria” la participación de Gendarmería en la represión que culminó con la desaparición de Maldonado.

En esa sintonía también se expresó el Representante Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas  para los Derechos Humanos (Acnudh), Amerigo Incalcaterra: “Es urgente esclarecer la participación de Gendarmería en los hechos, y en el caso de demostrarse, establecer sus responsabilidades y sancionar debidamente tanto a los autores materiales como a sus superiores jerárquicos”.
Ese es el eje que debe investigar el juez Gustavo Lleral.
Hasta ahora no lo hizo.
En tanto, hace 69 días que Santiago Maldonado está desaparecido.
Gendarmería, la única hipótesis que la Justicia no investiga en el caso Maldonado
Las irregularidades del operativo judicial a Gendermería
El irregular y violento operativo de Gendarmería que culminó con la desaparición de Maldonado consta en el acta que el defensor federal Fernando Machado labró el mismo 1 de agosto en la comunidad, en la denuncia penal de Julio Saquero (integrante de la Regional Noroeste de Chubut de la APDH) el día siguiente y también está descripto por el testigo Santana, que declaró cómo tres gendarmes golpeaban y se llevaban a Maldonado. Pese a las contradicciones entre sí, los gendarmes que declararon como testigos en la causa de habeas corpus reforzaron la irregularidad del operativo, que debía ceñirse a liberar el corte parcial de ruta que la comunidad realizaba en reclamo de la liberación del lonko Facundo Jones Huala, detenido desde el 27 de junio.
A pesar de las pruebas y los testimonios, la Justicia tardó nueve días en rastrillar los escuadrones de Esquel y El Bolsón.
Ocurrió el 10 de agosto. Cuatro días atrás se había realizado una diligencia en el Escuadrón de El Bolsón, sin participación de ningún actor judicial. Así lo describió Saquero a lavaca: “Desde el Juzgado nos dijeron que no iba a actuar nadie judicialmente, preguntamos por qué y nos contestaron que no tenían jurisdicción sobre Río Negro. Pensamos que podía participar alguien de Bariloche. Tampoco. Así que ese día estábamos solos con mi compañera de la APDH y el que comandaba el operativo era un oficial de Criminalística de la Policía Federal en Buenos Aires”.
Saquero se llevó una sorpresa al ver que la persona que los recibió de Gendarmería fue el comandante Fabián Méndez, uno de los jefes del operativo del 1 de agosto. “No me dejaron sacar fotos. Había tres vehículos: dos Amarok y un camión Iveco. El comandante dijo que esos eran los que se iban a analizar. Su presencia estuvo durante todo el procedimiento. Fueron seis horas en total. ¿Cómo se sabía si habían sido esos vehículos? Había otros camiones. Pero lo más desprolijo de todo fue que abrieron un galpón enorme y en el fondo vemos otra camioneta Amarok, no limpia como las otras, sino sucia. Preguntamos qué era eso. Méndez dijo que no la usaban y que estaba ahí por reparación, que tenía desperfectos. Dijo que no se peritaba porque era de Las Lajas, un pueblito de Neuquén. Ninguno de los vehículos tenía el menor resguardo. No tenían faja ni nada”.
Saquero cuenta el final de ese largo día: “Cuando al terminar el operativo el oficial nos muestra el acta, saltan algunas cosas fuertes: los números de los vehículos de los registros que había dado Otranto no coincidía con lo que se había auditado. Algunas camionetas ni siquiera tenían matrículas. Le planteamos al juez Otranto esta irregularidad. Soy ajeno a las instrucciones que dio. El oficial hizo el acta con los números que había, como si fuera sólo una desprolijidad de tipeo. Nosotros la firmamos bajo reserva, porque no queríamos anular las evidencias de las manchas de sangre. Quizá por esa informalidad se operó el segundo rastrillaje, realizado el jueves 10. Ese día la sorpresa fue ver que, cuando abren el galpón, la camioneta de Las Lajas ya no estaba. En su lugar apareció el unimog”.
El Comité también señaló otras irregularidades: “La demora con la cual ocurrió el allanamiento, así como las alegaciones de la posible limpieza de los vehículos que fueron usados con ocasión del operativo, y la no integración de las fotos y videos en los primeros momentos de la investigación, han prolongado de forma indebida los procesos de búsqueda e investigación llevados a cabo”.
La hipótesis que falta

Gendarmería, la única hipótesis que la Justicia no investiga en el caso Maldonado

Federico Efron, del CELS. Foto: Nacho Yuchark para lavaca


Las querellas dijeron a lavaca que aún faltan los análisis de las computadoras y el resto de las fotografías, filmaciones y el entrecruzamiento de llamadas telefónicas. También exigieron el crudo de todas las llamadas telefónicas de los gendarmes. “Hay elementos para dejar de buscar a Santiago en la Pu Lof y buscarlo en Gendarmería”, dijo a lavaca la abogada Heredia.
“Desde el día 1 la única hipótesis con cierto sustento que explica lo que pasó, y que hasta el día de hoy no fue descartada sino todo lo contrario, es la hipótesis de Gendarmería”, señala también Federico Efron, coordinador del Área de Litigio y Defensa Legal del CELS.
Explica Efron: “ En el marco de una posible desaparición forzada, toda hipótesis tiene que ser investigada. Lo que pasa es que cuando se introducen intencionalmente hipótesis en la causa obligan al juez a tomar medidas de prueba para descartarlas, como lo fue el falso informe de la Federal, que decía que a Santiago lo detuvieron el 31 y lo llevaron a Chile. Eso también se tuvo que evacuar. Lo mismo con más de 300 llamadas que dicen que a Santiago lo vieron en distintas partes del país. Todo eso exige recursos del Estado y consume tiempo. Una cosa es tener en claro que toda hipótesis tiene que ser descartada, otra es que se sostengan hipótesis insostenibles. Eso es lo que nos parece muy grave: si uno analiza lo que hizo el Ministerio de Seguridad hasta ahora, es introducir estas hipótesis que fueron completamente descartadas y no tienen ningún sustento, mientras todavía no aportaron toda la información que tienen. Y si todavía no sabemos qué gendarmes llegaron al río ni tenemos la lista completa de todos los que participaron, hay algo que no está bien.
¿Qué significa eso?
-No lo sabemos. Sí podemos decir que no están aportando información que tienen desde el día 1. ¿Qué significa eso? Sera una cuestión a probar después. Primero sepamos qué pasó con Santiago.
La desinformación del día: la mochila y otras falacias
No es la mochila que llevaba Santiago el día que desapareció ni es el celular chileno lo que tiene en su poder  Sergio Maldonado, hermano del joven desaparecido. Así lo dejó en claro la familia en un comunicado en el que tiene que explicar lo que todos saben: recién la semana pasada la justicia le tomó declaración testimonial a Sergio Maldonado y en esa oportunidad se comprometió a entregar las pertenencias que el juez, al escucharlo, le requirió. Cómo esa información fue hoy difundida en forma desvirtuada a través de los medios es algo que parece no haber cambiado en estos 69 días, a pesar de que sí cambió el responsable de responder ¿dónde está Santiago Maldonado?

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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