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Abusos en Salta: Otra denuncia penal contra el ex cura Lamas y un pedido de colaboración al arzobispo Cargnello

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Carla Morales Ríos, artista trans, viajó a Salta para iniciar esta semana una denuncia penal contra ex sacerdote Emilio Raimundo Lamas –cesanteado por la Iglesia y preso desde el 17 de octubre- por los abusos que sufrió durante su infancia. Se suma a la denuncia de Juan Carlos García, que relató las mismas atrocidades cuando era monaguillo. Hoy realizaron una concentración frente al Arzobispado, donde entregaron un petitorio en el que exigen la colaboración del arzobispo Mario Cargnello. Lamas había solicitado la prescripción de la causa, pero la jueza lo rechazó, aunque le concedió la prisión domiciliaria. La denuncia, la esperanza de sentar un precedente y quiénes son las «personas odiantes», en la voz de Carla.
La actriz y activista trans Carla Morales Ríos denunció penalmente al ex sacerdote Emilio Raimundo Lamas, cesanteado por la propia Iglesia y detenido desde el 17 de octubre, por el delito de abuso sexual y acceso carnal, misma denuncia que accionó Juan Carlos García, quien reveló haberlas sufrido cuando era monaguillo en la parroquia de Rosario de Lerma, Salta. Hoy realizaron una concentración en la Plaza 9 de Julio, al lado de la Catedral y frente al Arzobispado, donde entregaron un petitorio en el que exigen la colaboración con la Justicia y la entrega de toda la documentación referida en el Juicio Eclesiástico. También pidieron una reunión con monseñor Mario Cargnello, quien se negó previamente a entregar esa documentación. La reunión, prevista para hoy, fue postergada para el viernes a la tarde.
“Es importante seguir en el rumbo en que vamos”, dice a lavaca Carla, quien la semana que viene fue convocada para realizarse la pericia física y psicológica. “Bienvenido sea todo, porque los casos tomaron mucha difusión”.
El fiscal penal Federico Obeid solicitó esta semana a la jueza de Garantías Claudia Puertas que mantuviera la prisión preventiva de Lamas por dos motivos claros:

  • “Existen riesgos de fuga por parte del ex sacerdote, quien tiene arraigo fuera del país”.
  • “Podría entorpecer la investigación penal con actos de intimidación a testigos”.

En tanto, Lamas planteó la extinción de la acción penal por prescripción del delito. La jueza no aceptó el pedido, pero le otorgó el arresto domiciliario, al considerar “la gravedad de los hechos que se investigan, la extensión del daño que se le habría causado a la víctima, los modos de comisión que se habrían ejercido en contra de ella, así como la instancia preliminar en la que se encuentra la investigación, pero, principalmente, las obligaciones internacionales que podrían surgir de la causa y con relación al Estado argentino”.
Carla plantea que la decisión le «parece un horror, porque tiene que estar en cárcel común”, pero ve una Salta movilizada y mucho apoyo en la sociedad en su denuncia. “Es muy movilizante todo lo que está pasando acá, más en un pueblo y en una provincia tan católica”. Carla remarca que las marchas y las denuncias no apuntan contra la fe, sino “contra la institución que encubre pedófilos”. Un ejemplo: el fiscal Obeid pidió el allanamiento del arzobispado luego que monseñor Cargnello se negara a brindar información sobre el caso, amparándose en el Concordato firmado entre la Iglesia y el país en 1966, que establece, entre otras cuestiones, el “pleno ejercicio de su poder espiritual, el libre y público ejercicio de su culto, así como de su jurisdicción en el ámbito de su competencia”. La jueza Puertas no hizo lugar al pedido basándose en el mismo acuerdo.
En ese sentido, Carla confía en la movilización social como motor de un caso que avanzó inesperadamente rápido en lo judicial, al menos hasta ahora. “Estoy esperanzada con la gente que se va sumando, el pueblo, los salteños y las salteñas que nos apoyan. Creo que esto recién empieza y tiene que ver, también, con toda esta ola verde y de empoderamiento de mis amigas. Hay muchos materiales que están circulando y que hablan sobre el abuso, y se está usando el arte como un canal de transformación. Eso es muy importante porque, en mi caso, sin todo este apoyo y esa red, recién estaría saliendo del cascarón. Y estoy muy fuerte”.
Carla ubica lo que está sucediendo en Salta en el marco de una serie de acontecimientos que va desde la denuncia de Juan Carlos, la marea verde, la discusión por el aborto y la movilización de los grupos antiderechos contra la ley de Educación Sexual Integral. “Ahora también están pidiendo la derogación de la Ley de Identidad: pasaron de ser Provida a ser antiderechos, y ahora los defino como personas odiantes, porque sólo desde el odio podés pedir la derogación de una ley que brinda la posibilidad a muchos y muchas de un nombre en la escuela, acceso a la salud. Y están pidiendo retroceder. Por eso, hay que estar alerta: es gente que odia”.

La denuncia

A comienzos de octubre, Carla decidió visibilizar las denuncias por los abusos sufridos durante su infancia por parte del sacerdote Lamas con una acción desde la Casa de Salta hasta la Catedral, en Plaza de Mayo. Fue al mismo tiempo en que en Rosario de Lerma, su pueblo natal, se desarrollaba una marcha para exigir justicia por su caso y el de Juan Carlos García, quien difundió una serie de audios que revelan los detalles de su abuso. Carla cargó una cruz negra acompañada de dos mujeres con dos carteles que resumían todo: “Iglesia Católica cómplice de violación” y “Emilio Lamas cura violador”. En ese trayecto, hizo catorce paradas en reflejo de las catorce estaciones del Vía Crucis: en cada una de ellas, describió las reiteradas denuncias que hizo a lo largo de su vida, los silencios y su proceso hasta romper la máquina abusadora. En ese camino ocurrió algo emocionante: un grupo de chicos y chicas se plegó a la acción y acompañó a Carla con los carteles hasta la Catedral. Allí dejaron la cruz y los carteles en la puerta, bajo un grito claro: “No callamos. No nos olvidamos. No los perdonamos”.

Una perfomance del Vía Crucis de la Casa de Salta a la Catedral: así eligió Carla denunciar al cura Emilio Lamas


Aquí compartimos la carta abierta con que Carla decidió hacer pública su denuncia:

Carta abierta a mi violador

Hola Emilio!
Jamás pensé que ésta sería la forma de volver a entablar cierta forma de vínculo entre vos y yo, y disculpá que te tutee… pero necesito hablarte de igual a igual!
En estos momentos me encuentro lejos de mi hogar materno/paterno, esa casa humilde que conocías muy bien. Quizás ahora la desconozcas bastante ahora que pasó tanto tiempo.
Cuando apenas leí el titular de que quedaste preso me invadió una sensación extraña…
Instantáneamente mi memoria te muestra sonriente, con esa sonrisa de cura macanudo que tenías.
Y ahí me detengo…
No me pone feliz algo que debería festejarlo con bombos y platillos. Entonces me pregunto: ¿Está mal que quiera verte preso? ¿Está bien sentir culpa por eso? ¿Culpa por no quedarme callada? ¿Culpa poner mi cuerpo en acción para visibilizar lo que vos hiciste? Y qué raro eso de la sensación de culpa… Y para mí
suerte con mucho esfuerzo propio y externo, pude desenmarañar ese sentimiento de “culpa cristiana” que con tan solo 8 años vos y toda la Iglesia se empecinaron para que todavía hoy siga perpetuándose en mi, aunque cada vez menos, pero esa es otra batalla.
No se si podría mirarte a los ojos.
No porque no quiera, simplemente porque me pone en
jaque esta situación en particular.
Me dolería verte en el lugar donde yo también estuve, sólo que cuando yo fui detenida y apresada tenía 18 sólo que cuando yo fui detenida y apresada tenía 18 años.
Y ahí también fui abusada, pero esa es otra historia.
O la misma, que se repite aún hoy con la misma impunidad y complicidad que tu Iglesia.
“La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”, dice el Chavo. Qué paradoja! Lo dice un niño que vive en situación de calle y nosotrxs no entendimos nada… yo sería una superheroíndiatrava vengándome de toda la vecindad por todo lo horribles que son.
Venganza! Ese sentimiento que siento cada vez que matan a una de nosotras como si fuésemos moscas.
Venganza de desearte preso.
Y que es la venganza sino ese sentimiento horrible de destruir todo a su paso por algo malo que una pasa! Y aquí ando, transformando ese sentimiento.
“Que la venganza sea soñarnos viejas”, dicen mis amigas Susy y Marlene.
Y tengo rabia, rabia de esperar tanto tiempo para decirte que lo que hiciste no estuvo ni está bien.
¡Y está mal! ¡Y es horrible!
Y tengo resentimiento.
Y estoy furiosa. Y esa furia, esa rabia, el resentimiento, la sed de venganza se transforma, como yo. Que pude transformarme. Que me sigue trasfmormando en acción y lucha. Lucha que me encuentra en la calle, en el arte.
Y tengo amor… Que de eso hablo, de amor!!!
Y aunque tenga amor ¡no te perdono! Y no olvido!
Y si el perdón significa que me libero, ya soy libre.
Y si el perdón significa que me libero, ya soy libre hace rato.
Tu moral y ética cristianas quedátelas vos y los tuyos!
Quiero que estés preso.
Quiero JUSTICIA!
Por mí.
Por mi vieja.
Por mi familia.
Por mis amigxs.
Por todxs lxs que no tienen voz.
No callamos!
No nos olvidamos!
No los perdonamos!

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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