Nota
Ley de semillas, entre la libertad y las corporaciones: la política de la destrucción
Más de 300 organizaciones campesinas, de agricultura familiar, de soberanía alimentaria, sindicales y de derechos humanos firmaron en apenas unas horas el rechazo al plenario convocado por la Comisión de Agricultura de Diputados para tratar una nueva Ley de Semillas. Los firmantes denuncian que el proyecto, que aún no se hizo público, está hecho a la medida de las corporaciones del agronegocio y persigue a los pequeños productores al monopolizar bienes de los que además depende la alimentación del mundo. Denuncian que no se respetó, entre otras cosas, el Convenio 169 de la OIT que obliga al Estado a consultar a los pueblos originarios. ¿Cómo funciona el conflicto entre la libertad y el negocio? Carlos Vicente, de GRAIN, explica a lavaca: “Esta es la batalla de los pueblos para controlar las semillas. Hay una dura pelea por delante para que la alimentación no dependa de las corporaciones”. Lo que está en juego.
Maritsa Puma es integrante de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), desde hace horas está parada frente al Anexo del Congreso de la Nación vendiendo verduras a 10 pesos en el llamado Verdurazo convocado para esta tarde.
Habla muy claro: “En la quinta en donde trabajamos utilizamos variedades de semillas que hoy intentan decirnos que no sirven, porque nos quieren hacer creer que la de ellos es mejor. Eso es mentira. Producimos sin agrotóxicos, de forma agroecológica, desmintiendo todo lo que nos quieren hacer creer”.
Más de 300 firmas de organizaciones campesinas, de soberanía alimentaria, territoriales, sindicales y de derechos humanos se juntaron de la noche a la mañana para repudiar el plenario convocado por la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados con el objetivo de lograr dictamen y avanzar con el tratamiento de una nueva Ley de Semillas antes de fin de año. Los firmantes subrayaron en un comunicado que, desde hace meses, las corporaciones del agronegocio están negociando con el Estado los lineamientos generales de un nuevo marco legal que busca otorgarles a las semilleras (Bayer-Monsanto, Syngenta-Chemchina, Basf, entre otras) la posibilidad de terminar con el “derecho de uso propio” de los agricultores, y así cobrar regalías cada vez que se utilice una semilla sujeta a derechos de obtentor (las empresas).

Foto: Nacho Yuchark
¿Quién defiende la libertad?
“El proyecto nunca se hizo público, por lo que no sabemos qué se van a sentar a discutir”, dice a lavaca Carlos Vicente, de la organización GRAIN y la revista Biodiversidad. “Pero, en su centro, lo que está en juego es que, de aprobarse, cualquiera que hoy guarda las semillas para plantar deberá declarar cuántas va a guardar y, luego, pagar regalías. Esto va en contra de la esencia de la agricultura, que es la continuidad de 10 mil años de historia en traspaso de semillas. Ahora quieren que, si uno no la declara, vaya preso o pague multas tremendas”.
Las organizaciones convocaron a una conferencia de prensa frente al Anexo del Congreso para denunciar la intención de las corporaciones. Allí participó, entre otrxs, la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas: “Defendiendo las tierras y las semillas, defendemos la soberanía nacional. En estos días vamos a tener que luchar mucho porque, con las órdenes del FMI, buscan dominarnos totalmente. Tenemos que estar en la calle todos los días”.

Foto: Nacho Yuchark
Es llamativo que los supuestos liberales, en este caso, buscan concentrar monopólicamente con el Estado como garante un bien de la naturaleza y la humanidad como son las semillas.
Son las organizaciones –principalmente campesinas, indígenas y de productores- son las que se plantan en este tema del lado del respeto a la libertad.
Por eso plantean: “TODAS las semillas que hoy alimentan a la humanidad y que comercializan las grandes corporaciones son fruto del trabajo colectivo de los pueblos durante más de diez mil años. Tenemos la posibilidad de producir alimentos saludables para todos los/as argentinos/as. Así lo están demostrando las organizaciones campesinas, de productores/as familiares e indígenas que producen entre el 70 y 80% de los alimentos que consumimos quienes habitamos en Argentina”.

Foto: Nacho Yuchark
El proyecto Terminator
Vicente apunta que la intención de modificar la Ley de Semilllas viene desde hace años, y que ahora intentaron cambiar algunos puntos para hacer que se apruebe sin obstáculos. “Un proyecto habla de que los pequeños productores no van a tener que pagar. Otro dice que van a pagar por 5 años. Pero el riesgo está en lo antidemocrático que significa, entre muchas cosas, que Argentina, aun suscribiendo al Convenio 169 de OIT, no cumpla con la obligación de consultar a pueblos originarios sobre medidas que afectan sus recursos naturales. Eso, aquí, no se ha hecho”.
Recuerda que, en Colombia, el Congreso logró aprobar una ley de semillas, pero fue declarada inconstitucional por no respetar esa consulta. “Hay resistencia en muchos países. En Chile también fue discutida, pero se impuso la movilización campesina con apoyo de los estudiantes y no fue aprobada. En general, los países que la aprobaron son los que suscribieron a los Tratados de Libre Comercio como, por ejemplo, Costa Rica. Hay un permanente tire y afloje en América Latina y en todo el mundo con muchas acciones de resistencia de los campesinos”.

Foto: Nacho Yuchark
Durante la conferencia de prensa en el Congreso, las organizaciones que firmaron el documento subrayaron que no es casual que la ley se busque de cara a la cumbre del G20 que desarrollará en el país. Vicente sintetiza qué hay detrás de este tipo de proyectos: “Nosotros cuestionamos que las corporaciones se lanzaron hace 50 años, con la llamada ´revolución verde´, al dominio de las semillas para controlar la alimentación y hacer que tengamos mercancías en lugar de comida. Avanzaron mucho por varios caminos: Monsanto, Bayer y Syngenta manejan más del 50 por ciento del mercado de semillas del mundo. Es una concentración tremenda. También manejan el uso de la tecnología y de semillas como la Terminator, una semilla que se autodestruye. Esta es la batalla de los pueblos para controlar las semillas. Hay una dura pelea por delante para que la alimentación no dependa de las corporaciones”.

Foto: Nacho Yuchark
Soberanía y tecnología
Las organizaciones sintetizaron el rechazo en algunos puntos concretos:
- “Porque implica el sometimiento de productores/as a pagos de regalías por años, cuando deseen guardar semillas para volver a sembrar. Esto significa la violación de un derecho básico, que da sentido a la agricultura. Este mecanismo permitirá la persecución de los/as productores/as tal como ya está ocurriendo en otros países.
- * Porque avanza en la criminalización de las semillas nativas y criollas impidiendo el libre intercambio entre productores/as familiares, campesinas y campesinos y pueblos originarios. De esta manera, se desconoce la ley 27.118 (De Reparación Histórica de la Agricultura Familiar para la construcción de una Nueva Ruralidad en la Argentina) que, en contraposición, resguarda estas semillas y permite su libre intercambio y reproducción.
- Porque se ha obviado la consulta previa libre e informada a los pueblos originarios que exige el Convenio 169 de la OIT del que la Argentina es Parte; ya que son ellos quienes han generado casi TODO el conocimiento y la diversidad agrícola que hoy nos alimenta y quienes intercambian semillas con otros campesinos, campesinas y pueblos originarios.
- Porque TODAS las semillas que hoy alimentan a la humanidad y que comercializan las grandes corporaciones son fruto del trabajo colectivo de los pueblos durante más de diez mil años. Tenemos la posibilidad de producir alimentos saludables para todos los/as argentinos/as. Así lo están demostrando las organizaciones campesinas, de productores/as familiares e indígenas que producen entre el 70 y 80% de los alimentos que consumimos quienes habitamos en Argentina.
- Porque el proyecto que se piensa aprobar fue negociado FUERA de la Cámara de Diputados por el Ejecutivo, los semilleros (voceros de Bayer-Monsanto) y los grandes productores agrupados en la SRA (Sociedad Rural Argentina). Todas las reuniones de “consulta” realizadas fueron una “puesta en escena” para permitir que ahora planteen un supuesto proyecto “unificado” que surge de una “acta de entendimiento” que expresa la voz de los semilleros y los grandes productores. De esta manera, el proyecto que NUNCA se hizo público, excluye los intereses de los pueblos originarios, productores/as de la agricultura familiar, campesinos/as y consumidores/as”.

Foto: Nacho Yuchark
Y cierra: “Lo que está en juego es absolutamente vital. En los países donde las corporaciones lograron imponer sus leyes de semillas pasan hechos totalmente cuestionables: la persecución de agricultores/as, la criminalización de los intercambios de semillas a partir de los cuales los argentinos comemos sano y saludable, la destrucción de cosechas y mayor control corporativo sobre los alimentos y sus precios, en detrimento de la soberanía alimentaria y tecnológica de nuestro país”.

Foto: Nacho Yuchark
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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