#NiUnaMás
Por Lucía y por todas: «Lo vamos a tirar»
- Miles rodearon a la mamá de Lucía Pérez y su hermano Matías en otro #ParoFeminista multitudinario. Hubo una parada clave en Tribunales, donde se señaló a los tres jueces que consagraron la impunidad de su femicidio; una acostada masiva en el Obelisco para simbolizar el paro; y un final emocionante en Plaza de Mayo, con la presencia y la palabra de Nora Cortiñas sosteniendo el cartel de Lucía que su madre había llevado desde MU. Postales y voces de un grito colectivo que cada vez anuncia con más fuerza: «El fallo es una respuesta del patriarcado, que no se va a caer tan fácilmente: lo vamos a tirar».
«Lo vamos a tirar, lo vamos a parar», gritó una vez más una marea de cuerpos que se tiró al piso para representar al #ParoFeminista en medio de la 9 de julio y frente al Obelisco. Miles de mujeres, trans y travestis rodearon así a Marta, mamá de Lucía Pérez, después de una parada estratégica en Tribunales y la posterior llegada a Plaza de Mayo, donde ella dijo: «Cada una de ustedes es Lucía. Gracias, muchas gracias: no saben lo que es perder una hija, y después esperar dos años y que llegue este fallo. Nos quieren derrumbar, pero no vamos a parar».

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Marta llega con la foto de su hija colgada en el cuello acompañada de su hijo Matías, en medio del aplauso cerrado de un grupos de chicas que la reciben y la abrazan. Frente a Marta, mujeres llevan un memorial de Lucía rodeada de flores y de colores. Atrás, una columna de cuadras y cuadras de mujeres, trans y lesbianas grita:
- «Vivas nos queremos»
- «Lucía presente»
- «Se va a acabar la justicia patriarcal»
- «Lo vamos a tirar»
- «Todas somos Lucía».

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Marta y Matías llegaron desde Mar del Plata apenas después de conocerse el fallo. “Ese día sentí lo mismo que sentí el día que me dijeron que había muerto Lucía: sentí que la volvían a matar. Pero no los tres delincuentes, sino los jueces, la justicia”, dijo a lavaca, después de revelar que no había podido dormir en toda la noche previa al paro.
La cara de Lucía, en fotos impresas, la siguió a lo largo de toda la marcha desde MU hasta Plaza de Mayo, levantada por mujeres de todas las edades, espacios y agrupaciones. Una vez más el feminismo irrumpió en el espacio público con estrategias únicas y nuevas para intentar cambiarlo todo. Esta vez lo que estuvo en juego fue en particular la palabra «justicia».

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
La rabia que motoriza
Carla Morales Ríos caminó de la mano de Marta Montero durante todo el trayecto. Artista trans y chef, llegó hace unos días de Salta, su provincia natal, de donde viene de denunciar por abuso sexual al ex sacerdote Emilio Lamas, actualmente detenido. Desde su propia experiencia judicial, Carla analiza el fallo del femicidio de Lucía: “Es como si los jueces viviesen en otra realidad: en una nube de pedos. Es un caso evidente, más en esta época que hablamos desde nuestros cuerpos, desde lo que nos pasa. Eso da bronca. Y es el dolor, la rabia lo que nos junta. Y juntarnos nos pone en cierto modo felices porque es abrazarnos para hacer fuerza. Porque es por Lucía, por mí, por todas ellas y por nosotras. Venimos y nos ponemos el brillo porque nos sacan todo el resto: déjenme el brillo para marchar y mostrar que tengo fuerzas, que ilumino desde acá”.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Carla marchó con brillo en la cara y participó junto a miles de la acostada simbólica que representó al #ParoFeminista frente al Obelisco. En ese contexto dice: “Yo sé que Lucía no va a volver, y no vamos a sacarle el dolor a la madre, porque ella no puede estar en paz. Pero por lo menos devolverle tranquilidad a la familia de que no está sola: sino, mirá. Paramos nuestras actividades para hacer la actividad por Lucía, paramos la producción pero no las cuerpas. Creo que nosotras somos las encargadas de sacar todo lo que está mal y ponernos en lugares de poder. Nos hace fuerte rejuntarnos todo el tiempo”.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Los fallos que (in)disciplinan
“Hay una respuesta del patriarcado, no va a caer tan fácilmente: lo vamos a tener que bajar”.
Las que hablan son hijas de genocidas de la última dictadura cívico-militar. Ellas, junto a hijos, conformaron el colectivo Historias Desobedientes y con un cartel que lleva esa insignia están paradas en la plaza frente a Tribunales, ese lugar donde, se supone, la justicia trabaja. “Los fallos que dan los jueces son fallos políticos -dice una de ellas-. Y dadas las cosas que están pasando en el país el patriarcado no va a aflojar. Al contrario: se siente atacado, y responde así. Se están moviendo las bases, porque si siguiera todo igual seguro no pasaría nada, sería como siempre: dejalas a las locas que vayan por ahí total seguimos haciendo lo que queremos. Y no: el patriarcado está temblando”.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Esta semana la Corte Suprema de Justicia rechazó el 2×1 para un represor condenado por lesa humanidad. Esa decisión entra en la charla de manera natural: “Es interesante pensar como la Corte tuvo que revertir el fallo: tiene sentido salir a la calle. Hubo una presión popular impresionante que también puso un freno a ese poder patriarcal. Vuelven atrás pero te mandan un fallo como el de Lucía. Sabemos la lógica de funcionamiento que tiene la estructura judicial, que es machista y patriarcal, y todo el tiempo está contraponiendo su posición, defendiendo sus privilegios”.
Julieta, de 17 años, llegó desde Merlo y coincide con el diagnóstico y con la respuesta: estar en la calle. “La opción que tenemos ahora para seguir es ésta: reclamar por una mejora dentro de la justicia. Y para nosotras. Porque no podemos seguir viviendo desamparadas, necesitamos una justicia también para las mujeres que no nos ponga por debajo de los violadores”.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
María camina por la 9 de Julio con el pañuelo verde anudado en la muñeca, junto a sus compañeras «piqueteras», como se definen. Todas son de Lugano. Juntas, en el barrio, trabajan contra las violencias machistas. Desde esos bordes dicen: “Está muy jodido, hay mucha violencia en todos lados, en todo sentido. Salir a la esquina no es como antes, hay que tener cuidado. Nosotras nos juntamos como compañeras en un espacio de mujeres. Salen cosas muy enriquecedoras, como cuidarnos de los machistas que tenemos en nuestras casas, en los trabajos, en los colectivos. Es un momento lindo poder compartir con mujeres piqueteras. Que haya más violencia tiene que ver con la situación económica, social, tiene que ver un poco con todo, es un combo que nos va pasando. Es parte de la violencia del patriarcado. Sabemos que si no salimos a la calle y no luchamos, no conseguimos nada”.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Estudiar el fallo
Valeria llegó desde La Plata con sus compañeras de ATE del Ministerio de Trabajo. Más temprano, después de trabajar, cuentan que se juntaron a estudiar el fallo de los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de Mar del Plata, en el que dictaminaron que Matías Farías, 25 años, y Juan Pablo Offidani, 43, fueran absueltos por la violación y el femicidio de Lucía Pérez, 16 años, ocurrida el 8 de octubre de 2016. Farías y Offidani fueron condenados a ocho años de prisión y multa de 135 mil pesos por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”. Alejandro Maciel, otro de los acusados, fue absuelto.
“Nos tomamos ese tiempo para estudiarlo. Nos motoriza entenderlo a la hora de defender nuestras luchas, de qué manera encararlas, cuál es la lógica”, explica Valeria a lavaca.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Natalia, también de ATE de Ciudad de Buenos Aires, suma: “Habíamos pensado escribir informando un poco más los detalles, los párrafos terribles que tiene el fallo para poder distribuir. Porque el tema está en los medios y todos están al tanto, pero quizá no todo el mundo leyó los párrafos, que son terribles. Sirve para visibilizar las constantes violencias que vivimos. Los fallos que están saliendo son una manera de avalar la violencia que sufrió Lucia y que sufren las pibas todos los días”.
Cuando la violencia aparece como máquina sistemática, la necesidad de espacios que discutan y construyan otro futuro posible se hace urgente. “El sindicato necesita tener espacios que sean feministas reales, no solo una comisión de género”, aclara Natalia y cuenta una anécdota: “Cuando hay actividades como el Encuentro Nacional de Mujeres, nos ponen cuestionamiento con los micros: tomen 4 micros y hagan rifas para los otros, cuando en otras actividades no es así. Es parte de la construcción real que tiene que tener un sindicato. El feminismo es copar todos los espacios, y todos los lugares”.

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
Construir lo imposible
“Aprendí a luchar, aprendí a no callarme, a hablar lo que tenía que hablar, y desde la palabra sé que voy a conseguir que algo cambie. Aprendí que la lucha la tengo que seguir por Lucía y por muchas Lucias más. Me encuentro con mamás que están devastadas, que solamente lloran cuando te hablan, que no han podido hacer un duelo. Desde ese dolor aprendí eso, Lucía me enseñó eso: mamá, no bajes los brazos, seguí luchando, habla, decí, pedí, golpea puertas, y que esa palabra sea la gota que va a agujerear la piedra”, cerró Marta en diálogo con lavaca..
Así, el Nunca Más se unió otra vez al Ni Una Menos, con el grito de fondo de «vivas nos queremos» y «el patriarcado se va a caer».
De negro, con paro, con vigilias.
Acostadas en el piso, gritando.
Con brillos en la cara, agarradas de las manos.
De todas las maneras posibles, este cinco de diciembre una manera conmovedora de mujeres, lesbianas y trans volvió a inventar otra forma de decir «basta».

Foto: Martina Perosa/ Lina M. Etchesuri
#NiUnaMás
Fallo histórico: confirman la condena a perpetua y por transhomicidio contra el asesino de Tehuel

La Sala I del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires confirmó la condena a reclusión perpetua y transhomicidio contra el asesino de Tehuel de la Torre, joven trans asesinado y desaparecido desde el 11 de marzo de 2021 en la localidad bonaerense de Alejandro Korn. Los jueves Daniel Carral y Ricardo Maidana rechazaron el pedido de la defensa y refrendaron el fallo contra Luis Alberto Ramos, quien había sido condenado el 30 de agosto de 2024 por el Tribunal Nº2 de La Plata en una sentencia histórica por reconocer el homicidio calificado del joven de 21 años por haber sido cometido por odio a la identidad de género. «La desaparición del cuerpo de Tehuel y la quema de sus pertenencias adquieren un carácter simbólico de negación de su identidad», señaló el fallo.
Familiares y Amigos de Tehuel celebraron la confirmación: «Esta decisión es muyimportante y refleja el resultado de la lucha del movimiento social yde un trabajo en red muy importante, que nos fortalece para continuarel camino contra la impunidad y la violencia por prejuicio hacia lasidentidades travestis y trans». A su vez, exhortaron a la justicia bonaerense para que defina «de manera urgente» la fecha del juicio contra Oscar Montes, el segundo acusado por el crimen y la desaparición del joven. «Fue un crimen de odio», subraya la familia.
Compartimos la nota de MU que analiza los detalles fallo histórico, junto a las pruebas que ahora Casación confirmó.
Y comparte la pregunta urgente de Norma Nahuelcura, la mamá del joven, que sigue sin saber dónde está el cuerpo de su hijo: «¿Dónde está Tehuel?».
#NiUnaMás
Acto trans por más democracia

Por María del Carmen Varela
Fotos Juan Valeiro
Desde las dos de la tarde comenzó a llegar gente a la plazoleta ubicada frente al Congreso de la Nación. Al amparo del sol, distintas banderas fueron colgadas sobre las rejas: Furia Travesti, Justicia por Sofía Fernández – nadie se suicida en una comisaría, Ley de Reparación Histórica Ya. Y también pancartas: Basta de Travesticidios, Femicidios y atropello a nuestras leyes, Más amor, menos odio, ¿Dónde está Tehuel? Caras pintadas con los colores rosa, celeste y blanco, espaldas con banderas multicolores, una foto de Diana Sacayán en blanco y negro y ampliada casi a tamaño natural. El aroma a guiso que apenas listo fue repartido en bandejitas de plástico, impregnó a la concurrencia que iba aumentando con el correr de los minutos.

La policía no permitió la colocación del escenario, sin embargo, el entusiasmo no decayó. El DJ Chezco Beats se encargó de musicalizar e hizo que el frío se esfumara de los cuerpos. Un gato amarillo gigante se ofendió al ser confundido: “No soy Gaturro, soy Garfield”. Cuando le preguntaron por qué vino a la plaza del Congreso, mostró una alcancía. “Te sacás una foto conmigo y colaborás”.
Bartolo viste un elegante saco azul y será unx de lxs presentadorxs del Festival.

Le cuenta a lavaca: “Vine a defender la Ley de Identidad de Género, la Ley de Cupo Trans, el matrimonio igualitario, la ESI. Es un contexto muy dificil y esos derechos nos quieren ser quitados”. Poeta, docente, activista, autor del libro Textosterona 4ML, una crónica poética de una masculinidad trans que está en preventa para lograr ser publicado. Se puede apoyar la edición ingresando a su IG: @escrituraautogestiva. “Estoy acá por el orgullo, por la resistencia, por las infancias trans, por todes les compañeres que ya no están y lucharon para que nuestras vidas sean validadas”.

Say Sacayán, hermanx de Diana, la recuerda a diez años de su travesticidio, que no fue avalado como tal por la Corte Suprema: “Ella fue una militante, luchadora, fue presa política, atravesó violencia en la calle, sabía qué derechos necesitábamos para tener una mejor calidad de vida. No vamos a bajar los brazos, vamos a resistir. Hace muchos años que estamos acá. Como país y como sociedad nos encontramos en un estado de crisis no solo económica. Tenemos un gobierno de derecha que viene a quitarnos los derechos, no solo a la población LGTBIQ+ sino al pueblo. Este es un espacio para encontrarnos, manifestar, abrazarnos y organizarnos”. Micaela Pérez, activista del colectivo Travesti Trans afirma: “Vine a pedir justicia por nuestras compañeras asesinadas en dictadura y post dictadura. Queremos repudiar a la Corte Nacional de Casación que decidió quitar como agravante el odio a la identidad de género, pedimos al Poder Judicial que garantice nuestras leyes”.

Tres chicos rubios de ojos celestes vestidos de riguroso negro llegaron a la plaza. Al ser consultados, responden que no hablan muy bien el idioma porque son rusos. El que mejor hablaba castellano dijo que se llamaba Davis —o simil— y que vinieron a vivir a la Argentina hace dos años. “Es muy peligroso vivir en Rusia. Allí somos terroristas, las personas LGBT somos extremistas y terroristas para la ley. Buscamos información y vinimos a Argentina”.
Pasadas las tres de la tarde, Bartolo dio inicio formal: “Bienvenides, bienvenidas y bienvenides al Festival Plurinacional Antirracista contra los travesticidios, transfemicidios y transhomicidios. Gracias a todas las personas que están acá hoy convocades en el Congreso”.

Una de las oradoras más lúcidas fue la activista Marlene Wayar.
- “Hay toda una sociedad que nos votó en contra por un sueldito que les prometieron, les prometieron que iban a cobrar en dólares y se cagaron en los derechos humanos. Así que hay que poner en jaque a toda esta sociedad pidiendo más democracia, que el Congreso y la Justicia funcionen. Si miramos la realidad, somos quienes estamos, entonces creo que hoy pretender que el mensaje penetre es un poco ilusorio”.
- “Estamos acá para abrazarnos entre nosotras, nosotros y nosotres. Honrar a nuestras muertas y estar juntes. Es una fecha de conmemoración de nuestra resistencia, de construcción, estando juntas, en comunidad, vamos a lograr esas otras luchas politicas, porque si no, las palabras son bonitas pero se las lleva el viento”.
- “Estemos con los pies en la tierra, no hay un político o política que nos esté mirando, no les interesa, están obnubilados en otra realidad, hay que traerlos a la tierra, hay que exigirles que respeten el ejercicio democrático de que las cosas son de todas, todos y todes y la nuestra es la más relegada así que es la primera a la que le tienen que dar prioridad y eso quizás sea con el proyecto de Ley de Reparación Histórica para las travestis mayores que está asegurando el futuro y que esta Argentina entienda que democracia es democracia y no se la puede bastardear”.
El Festival tuvo espacio para bailar chacarera, agitar banderas al grito de “para las travas reparación, es una deuda que nos debe la nación” y un final a todo ritmo con la banda Sudor Marika. Varias generaciones se dieron cita en la plaza del Congreso en el día internacional del Orgullo, se abrazaron, comieron, bailaron, defendieron consignas, exigieron la Ley de Reparación Histórica y como señaló Marlene, conmemoraron la resistencia de la mejor manera: juntxs.


#NiUnaMás
El 3J, diez años después: “El país está preso del Poder Judicial”

Un 3 de junio sin movilización en la ciudad de Buenos Aires (pasó para el 4) pero sí en el resto del país, encontró sin embargo a integrantes de Familias Víctimas de Femicidios y Desapariciones en la Plaza de Mayo con dos enormes pancartas que rodearon la Pirámide con los nombres escritos a mano de las mujeres asesinadas en 2024 (317) y lo que va del 2025 (116). La actividad en Plaza de Mayo se sumó a los actos y marchas realizados en Mar del Plata, Rosario, Córdoba, Salta, Jujuy, Mendoza, Santa Fe y Tucumán, entre otros lugares del país. Lo que dicen las familias sobre lo narco, el poder judicial, y de dónde se saca fuerza para seguir.

“Estamos otra vez acá. No es la primera vez ni va a ser la última, pero estamos acá visibilizando lo que nos pasa, como lo tratamos de hacer todos los años, todos los meses, todos los minutos de nuestras vidas” dijo en Plaza de Mayo Marta Montero, la madre de Lucía Pérez, junto a la Pirámide donde Familias Víctimas de Femicidios instalaron dos pancartas que rodearon totalmente ese monumento, con los nombres de las mujeres asesinadas en 2024 (317) y estos meses de 2025 (116). La actividad en Plaza de Mayo se sumó a los actos y marchas realizados en Mar del Plata, Rosario, Córdoba, Salta, Jujuy, Mendoza, Santa Fe y Tucumán, entre otras.

A su lado estaba Susana Reyes, la madre de Cecilia Basaldúa, que agregó: “Yo estoy acá para que paren de matarnos y para que se haga justicia por todas las que nos faltan. No queremos que haya más mueres, hay mucha complicidad policial, judicial, política y estamos cansadas, pero vamos a seguir peleando y reclamando para que esto cambie en algún momento.
Mónica Ferreyra es la madre de otra joven asesinada, Araceli Fulles: “Ojalá nadie tenga que sentir el dolor que sentimos nosotras. Lo único que queremos es justicia. Pero te encontrás con un Poder Judicial y encima con una política de dejar que los narcotraficantes entren al país. Cada vez hay más narcos en la calle, que venden más droga, y usan a las chicas que se las entregan por drogas, y después las descartan. En el caso de mi hija todos los que la mataron están sueltos, y eso que a tres les dieron perpetua. Pero no cumplieron ni un año y los soltaron. El que la mató es narcotraficante. Ahí te das cuenta de cómo es que funciona el Poder Judicial”.

Guillermo Pérez, el padre de Lucía Pérez: “Uno ve lo de Maradona y la jueza, y la justicia parece un chiste. En el caso nuestro van a hacer otro juicio, ya van como seis. Cada vez que pueden le degradan la pena a los que también fueron narcos que vendía droga en la puerta del colegio al que iba mi hija. Pero hubo un juicio, tuvieron que anularlo, hicieron otro, también lo mandan para atrás. Un jury (juicio político) que fue un escándalo. Y casi nunca se logra justicia. Somos un país que está preso del Poder Judicial. Un país sin justicia, o con una justicia que sigue siendo un chiste”.
Susana: “Es cierto, el caso de Cecilia está impune hace cinco años porque metieron preso a un perejil, un chico que pasó dos años en la cárcel y era evidente que no tenía nada que ver. Lo tuvieron que liberar porque la fiscal Paula Kelm no tenía una sola prueba en su contra, fue vergonzoso, todo armado por la fiscal, por la policía, o sea que es una violencia permanente de la justicia contra la gente”.

Marta saludó a personas y familias que se acercaron al ver los carteles, incluso familiares de otra mujer asesinada en 2017 que terminaron participando del encuentro. Dijo Marta: “No queremos ni una más, ni una mujer muerta más. Las cifras son espantosas y vamos a seguir luchando aunque a veces parezca una utopía. Pero creemos que algún día lo vamos a lograr”.
Susana comentó que hasta la figura de femicidio pretende ser eliminada. Marta: “Claro, es lo que están haciendo en el nuevo juicio por lo de mi hija. Quieren romper todos los derechos, y el Estado no se quiere hacer cargo de nada. Lo que busca es la impunidad en estos casos, y así tenemos casi 450 mujeres muertas en menos de un año y medio, que los nombres de cada una están en estos carteles. Yo decía que creo en la utopía, pero también sé que nuestra lucha será infinita”.

En esa especie de infierno al que son sometidas las familias, ¿de dónde se saca fuerzas para seguir?
Susana: “Del amor que nos dejaron nuestras hijas, de la gente que nos acompaña y de nosotras mismas que nos contenemos para estar juntas y poder seguir adelante”.
Mónica: “Aparte del amor que nos dejaron, también es el amor por hacer justicia. Es como que la impotencia y el dolor, en lugar de frenarnos, nos dan fuerza para seguir pensando que queremos justicia para nuestras hijas”.
Guillermo: “Si no hay justicia, seguiremos en la lucha. Esa es la respuesta que tenemos que dar, pase lo que pase”.
Marta: “Nunca se las vamos a hacer fácil. Nunca nos vamos a dar por vencidos. Que nunca crean que nos han ganado. Es cierto, la fuerza la tenemos del amor y de seguir adelante siempre por la memoria de nuestras hijas”.


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