Nota
Anonymus: la ironía es algo serio
El movimiento global de usuarios de Internet denominado Anonymus logró una victoria política decisiva en la estratégica batalla por el control de la web y utilizando su arma más poderosa: el ridículo. Todas las operaciones coordinadas por este grupo -que deja siempre en claro que no tiene líder ni referentes- está motivada por la defensa de “la libertad de conocimiento” y dirigida hacia quienes pretenden limitarla. Sus objetivos, por lo tanto, son empresas, gobiernos e instituciones que bogan por imponer restricciones. Pero lo más interesantes es cómo han logrado demostrar qué rol juegan los medios en este juego: cada noticia publicada sobre Anonymus en la prensa comercial o es mentira o es un papelón. Aquí, Clarín es la prueba más contundente.
El anuncio trucho
Hace unos días Clarín publicó en su edición impresa el siguiente título: “Anonymus amenaza con destruir Facebook”. Refería así a una supuesta operación que coordinaba “la organización de hackers más importante”. Un día después tuvo que publicar una desmentida, aunque solo lo hizo en su página web y tras conocerse el comunicado que emitió Anonymus donde negaba ser “organizadora” de tal operación y afirmaba que “luchan por los usuarios, no contra ellos”. Quizá la cantidad de visitas que cosechó el video obligó al diario a reconocer su error.
Lo que no tiene cabeza no se puede descabezar
Un mes antes, Clarín había publicado la noticia de la detención de «la cúpula» de Anonymus, especulando -como la mayoría de los diarios del mundo-, que así se había logrado «descabezar» a la organización que todos ya saben que no tiene cabeza. Los miembros de Anonymus detenidos en el mundo fueron muchos y en varios países: España (2) , Italia (3) y Turquía (32), además de los 6 arrestados por el FBI en Estados Unidos. El caso de Turquía deja en claro qué hay detrás de estas detenciones, ya que las operaciones de Anonymus en ese país fueron en apoyo a las movilizaciones en contra del gobierno que, entre otras medidas, restringió el acceso a Internet para reprimir las críticas políticas. Ahora mismo, en Chile, Anonymus es la pata cibernética de la protesta estudiantil y dejó fuera de servicio los 7 portales estatales del área de educación. La operación puede seguirse a través de las redes sociales, en Twitter con el Hashtag, a través de #opmaleducados.
Aun cuando las connotaciones políticas de este movimiento son ineludibles, no hace falta escribir largas notas para que queden claramente expuestas. Por ejemplo, son desopilantes las fotos publicadas en los diarios de la policía posando frente a los resultados obtenidos tras las redadas: las máscaras del personaje de la película V de Vendetta, ícono de este movimiento.
Operación Taringa
Cuando los medios comerciales proclamaban que los Anonymus habían recibido su merecido escarmiento, se organizaron diferentes operaciones que dejaron fuera de servicio las páginas oficiales de la policía de España, el gobierno turco y hasta la del propio FBI. No hay registro de que esa noticia fuera publicada por Clarín. Tampoco publicó nada sobre la exitosa demostración que Anonymus realizó en Argentina, llamada Operación Taringa, con la que dejó en claro su rechazo a criminalizar a los usuarios que comparten libremente información a través de la web. El portal Taringa fue acusado penalmente, condenado por la justicia argentina y está a la espera de una apelación cuya resolución fijará las reglas del juego en Internet de aquí en más. Desde todo punto de vista, se trata de un caso testigo.
La Operación Taringa se realizó el 22 de mayo contra la página de la Editorial De la Flor, una de las editoriales que demandó al portal Taringa por supuesta violación del Derecho de Autor. Fue anunciada con un comunicado de Anonymus, que ocupó la web de De la Flor durante el tiempo que los usuarios creyeron necesario, y que comenzaba diciendo:
«El sistema judicial argentino, por medio del juicio a Taringa!, está poniendo en riesgo los derechos de sus ciudadanos en Internet. Anonymous no defenderá a Taringa! sino que luchará por la implicación que tendrá su fallo en el futuro de la Internet en Argentina. Estimadas editoriales: la Industria debe adaptarse a los tiempos modernos. El cambio de paradigma se está acercando en forma inexorable y ustedes no podrán sostener el status quo por mucho más tiempo. Evolucionen adaptándose o extínganse.
No toleraremos la violación al derecho inalienable de acceso a la información
No toleraremos la violación al derecho inalienable a la libre expresión
No toleraremos la violación al derecho a compartir lo que han adquirido legítimamente.
Somos Anonymous.
Somos legión.
No perdonamos.
No olvidamos.
Espérennos».
Información
Así presentamos a Anonymus a los lectores de nuestra revista MU en abril de este año:
«Se definen como una organización sin líderes ni jerarquías, aunque aclaran que nadie puede atribuirse ser portavoz de Anonymous porque todos lo son. Luchan contra las leyes que limitan la circulación de ideas y, en especial, contra las que criminalizan con la palabra piratería el libre intercambio cultural. Sus métodos son simples y efectivos:
- Acuerdan un blanco en Internet
- Fijan un día y hora para ingresar
- Si son los suficientes, la página no resiste la demanda excesiva y colapsa
- Sostienen el asedio durante el tiempo suficiente como para que quede claro el mensaje: nosotros somos más.
En los últimos meses la comunidad de anónimos global estuvo muy activa porque activos también estuvieron los parlamentos de Inglaterra y España para establecer leyes de patentes que pretendían sancionar con duras penas a quienes calificaban de delincuentes informáticos: personas que buscan acceder a las producciones culturales sin pagar los abusivos precios de mercado. Los proyectos legislativos proponían cerrar páginas web y cortar conexiones de Internet a los usuarios que identificaran como piratas. En setiembre pasado los anónimos hicieron colapsar el portal del Ministerio de Cultura español, el del Parlamento inglés y el de los principales partidos que promovían la norma.
La detención de Julián Assange, creador de Wikileaks agitó a la comunidad, que se organizó para sancionar a todos aquellos portales que cedían a las presiones del poder corporativo. La acción que más se hizo sentir fue la que organizaron para atacar los portales centrales de Pay Pal, Visa y Mastecard, porque se negaron a recibir y transferir aportes para pagar la caución que permitía la liberación de Assange. «Anonymous está apoyando a WikiLeaks no porque estemos de acuerdo o en desacuerdo con la información que está siendo revelada, sino porque estamos en desacuerdo con cualquier censura en Internet. Si dejamos caer a WikiLeaks sin dar pelea, entonces los gobiernos van a pensar que pueden derribar cualquier sitio con el que no estén de acuerdo», afirmó un miembro del grupo identificado con el nic «Coldblood» al diario inglés The Guardian
La lista de víctimas de los anónimos es ya una declaración de principios: la Asociación de Productores Cinematográficos y la de Productos Discográficos de Estados Unidos, la Federación que protege los derechos de autor en Australia, el estudio de los abogados ingleses que promovió acciones contra usuarios que bajaban música y películas de Internet, el banco suizo Post Finance, el sitio oficial del gobierno de Túnez y el de Egipto, entre otras movidas.
«No tenemos página web ni ningún foro específico donde nos reunimos. Nosotros simplemente nos comunicamos» asegura uno de los anónimos entrevistados por el sitio Pandalabs, especialista en temas de informática. Una frase similar repiten los entrevistados por el diario español El País. ¿Cómo es posible que tanta gente pueda accionar en común sin tener una identidad definida ni siquiera por compartir un mismo espacio virtual? Muy simple, responden: «todos estamos enojados». Y cuando dicen todos se refieren a todos. Por lo tanto, es muy sencillo encontrarse en cualquier esquina de Internet con usuarios dispuestos a transformar ese enojo en venganza. «Estamos en la era de la sociedad de la información y nos tratan como delincuentes. Las corporaciones son los nuevos bárbaros y la sociedad es la que se organiza para defender la civilización. No tenemos más remedio que la acción directa si ellos quieren tratarnos como delincuentes».
La película V de vengaza, de los hermanos Wachowski, les otorgó lo que necesitaban para pasar del espacio público virtual al real: una máscara. Ataviados con trajes negros y la careta blanca que popularizó la película se presentaron, por ejemplo, a mediados de febrero en la puerta del teatro donde se entregaban los Premios Goya a actores y directores del cine español. Eran más de 200 que exigían la renuncia de la ministra de Cultura y tiraron huevos a todas las estrellas que desfilaban por la alfombra roja, como expresión de su repudio a la llamada Ley Sinde, que restringe la libre circulación de películas y músicas, entre otras cosas. Esa noche, la tevé española tuvo que hacer magia para borrar las voces de protesta que desde la calle se colaban adentro del teatro donde se hacía la transmisión en vivo. Aún así, la llamada «Operación Goya» fue la noticia más difundida en la web.
Más que como organización, Anonymous prefiere definirse como una des-organización. Los une el espanto y por eso cada causa convoca a diferentes personas según el grado de rabia que la acción propuesta le permita expresar. No son expertos en informática, sino simple usuarios que utilizan herramientas muy sencillas. La cantidad es lo que los transforma en una guerrilla cibernética. «Lo que estamos poniendo a prueba en nuestra capacidad de resistir la censura del poder» asegura en un chat uno de los anónimos. Sus datos: «tengo 65 años. Mi nieto es quien me avisa de cada operación».
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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