CABA
A ganar: futbolistas por el Aborto Legal
Integran distintos clubes y categorías pero se reúnen, por primera vez, para volver a impulsar una Ley que se gana dentro y fuera de la cancha. Lo que se calla en los clubes. La presión de las dirigencias de varones. El embarazo como “lesión” y lo que se empieza a poner sobre la mesa entre jugadoras: el aborto, la menstruación, la ESI y el feminismo. Por Anabella Arrascaeta.

La red empieza con un mensaje, se teje en whastapp y se materializa cuatro días después.
Es rápida porque la urgencia está latente, aun en pandemia, aun cuando el cielo truena sobre Plaza Congreso, ahí donde están paradas diez jugadoras de fútbol que firman una tras otra la Carta Abierta por el Aborto Legal dirigida al Presidente de la Nación, Alberto Fernández, a quien le piden, así, con el pañuelo verde en alto, que envíe el proyecto para la interrupción voluntaria del embarazo y que en el edificio que ahora miran de frente le den urgente tratamiento.
No hay tiempo de descuento: la demora de la ley es una condena que arriesga vidas cada día. Por eso están juntas ellas que juegan en equipos de distintos colores y categorías. “Así se empuja mucho más fuerte que de a una”, asegura Helena Pipolo, jugadora de Norita FC, para explicar qué significa esta unión entre futbolistas de Primera A, B, C, Futsal, cancha de 11, amateur, que dicen no estar transversalmente organizadas.
Hasta ahora.
“Se divide mucho por disciplinas, incluso por categorías”, explica Florencia China Pereiro, ex jugadora de futsal en Boca y actual responsable de Sportivo Barracas. “Pero la lucha tiene que ser colectiva, porque peleamos por lo mismo”.
Luciana Bacci, jugadora de la primera de Racing, oriunda de Santa Fe, agrega: “Después de lo que pasó con Maca Sánchez (quien encabezó el reclamo que profesionalizó parte del fútbol femenino) muchas jugadoras se unieron, pero la realidad es que no fue colectivo: tuvo una cabeza principal que fue Maca y muchas bancamos la lucha. Me parece que después de eso aprendimos que no tiene que haber más una referente que se cargue todo al hombro sino que tiene que ser colectivo, porque eso también hace que muchas se relajen y digan: ya fue, no me meto, total lo va a hacer otra. Tenemos que sacarnos ese chip, empezar a accionar y que sea de manera colectiva”.
Para armar equipo la idea es empezar por los vestuarios. “Muchas veces es difícil politizar un vestuario”, advierte Luciana Bacci. “Sabemos todas presiones que tenemos como futbolistas por parte de las instituciones y de algunas cabezas de grupo. Gran parte es por la cultura del futbol en Argentina que hace que los jugadores y jugadoras no se metan en otro tema que no sea tocar una pelota. El fútbol femenino politiza los vestuarios, porque es consciente del mundo que nos rodea. Y a mi parecer todas las jugadoras tenemos que ser conscientes de que el feminismo nos ayudó bastante y que viene de la mano con que el aborto sea legal”.
Por eso la Carta Abierta viaja y se sigue firmando en vestuarios y canchas de todo el país. Al cierre de esta edición ya firmaron jugadoras de Racing, Estudiantes de La Plata, San Lorenzo, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Sportivo Barracas, Platense, La Nuestra, Norita FC, Futsal Untref, Mafalda, Banfield, Villa Unidas, Pacífico Futsal, Puerto Nuevo, Picado Feminista Evita Capitana, y siguen. Así la Carta se suma a las más de 12 mil firmas de actrices, abogadas, fotógrafas, periodistas, cirqueras, arquitectas, docentes, estatales, entre otras disciplinas –22 en total–, que en 2018 se comprometieron a seguir el trámite legislativo hasta que sea ley.
¿Libertad de expresión?
Estar juntas implica también poner en palabras todo eso que le dijeron que no tienen que hablar. “Intentaron siempre que no nos metamos en temas políticos”, reafirma la China Pereiro. El recorrido que les propusieron, cuentan, siempre fue el mismo: “Jugar al fútbol, entrenar, e irte a tu casa; en algunos clubes eso sigue estando. De hecho pasa con frecuencia que las jugadoras quieren hablar, pero se quedan calladas por miedo a que les pase algo en las instituciones donde están”.
El “que pase algo” se traduce a quedar fuera de los equipos, es decir, no jugar. Ese es el precio que también ellas pueden pagar al jugar el partido para ganar la Ley.
Los silencios, cuentan, son muchos alrededor de los cuerpos: no solo no se habla de aborto, sino tampoco de maternidad, ni por ejemplo sobre la menstruación.
“No están los temas”, dice Rocío Szewczuk jugadora de Banfield, refiriéndose a la falta de apoyo de las instituciones. Ludmila Martínez, que lleva un puño en alto en su cinta de capitana en Platense, cuenta que cuando las jugadoras se involucran y reclaman después, siempre, llega la sugerencia de que mejor no se metan en esas cosas. El disciplinamiento ya no parece dar resultado: en Platense 20 jugadoras firmaron la carta pidiendo por el aborto legal.
Federica Silvera, jugadora de San Lorenzo, alerta y propone: “Faltan espacios en los clubes pero también es responsabilidad nuestra; también tenemos que empujar y plantearnos estas cosas que a veces no hablamos por vergüenza, porque nos dijeron que no se pueden hablar, porque son tabú. Son temas que no se hablan porque pensamos que no tenemos el lugar porque la institución no lo brinda, pero entre nosotras podemos hacerlo”.
Y acá están.
Y entonces hablan.
¿Qué dicen?
¿Te vino?
Otra de las áreas donde la presencia masculina es mayoritaria es en los consultorios médicos. “Sigue pasando que la mayoría son hombres”, relata la China Pereiro. “Miles de veces me pasó estar entrenando con dolor y que el chiste sea: “¿Qué pasa, te vino?”. Terminaba llorando, fastidiosa por cómo me hablaba el entrenador, o un ayudante, o el médico, con ganas de irme a mi casa: eso sigue pasando y es un garrón”.
El silencio que produce no hablar del metabolismo del cuerpo genera tabúes y desconocimiento. Se niega así que dependiendo el momento del ciclo en el que la jugadora esté, se modifica por ejemplo su fuerza o su velocidad. En el Mundial de Fútbol Femenino en 2019, el campéon Estados Unidos adaptó los entrenamientos a la menstruación de las jugadoras.
Federica Silvera cuenta que en San Lorenzo la profesora que está a cargo le explicó que, cuando menstrúa, no tiene que dejar de entrenar. “Por ahí tenés que cuidarte en algunas cosas, no hacer algunos ejercicios, pero de ninguna manera no entrenar. Es indispensable que lo expliquen, porque son cosas que no se saben”. Sofía Cagnoni es jugadora de Pacífico Futsal, club donde hay una kinesióloga mujer. “Por ejemplo con la menstruación nos empezaron a dar bola, porque tiene mucho que ver con el rendimiento. Ella lleva los valores y se involucra; pero después tenés a los dirigentes, que son todos hombres”.
¿Entonces? Una posible respuesta es la que da la China Pereiro: “Que haya mujeres también en los espacios de toma de decisión es indispensable: somos nosotras, las jugadoras y ex jugadoras, las que tenemos que cambiar esas cosas”.
Ovarios y pelotas
«El fútbol no es solamente el fútbol federado: por fuera hay miles de pibas jugando a la pelota”, dice Helena Pipolo, jugadora de Norita FC, el club con nombre de Madre de Plaza de Mayo. En ese desborde se da también el romper las estructuras rígidas que quieren imponer las instituciones. “Los clubes que juegan en liga federada generan en las jugadoras un miedo que hace que las chicas no se atrevan ni siquiera a involucrarse por fuera de las instituciones. Estar acá puede ser un precedente para las más chicas, porque hace que nos unamos todas por afuera, para después poder llegar adentro de los clubes: hay que buscar la manera”, arriesga la China Pereiro y resalta también la importancia de armar espacios de diálogo con las más chicas. “Se necesita hablar más, hacer capacitaciones, porque las más chicas no saben qué significa la maternidad, qué significa abortar, por qué las instituciones no dan lugar a que se produzcan esas charlas. De cinco instituciones, cuatro no te dejan hacer capacitaciones sobre estos temas”.
La China habla desde una experiencia reciente: tiene un niño de dos años. Cuando decidió ser madre tuvo que dejar de jugar a la pelota: “Era una cosa o la otra”. Recién a fines del año pasado la AFA dejó de considerar al embarazo como una “lesión” y estableció que las jugadoras embarazadas tienen que seguir cobrando su sueldo. Hasta ese momento, a quien quedaba embarazada, se la descartaba del plantel.
Como no se habla de embarazo, tampoco se habla de aborto. Así el reclamo no apareció hasta que las calles llegaron a las canchas. “El feminismo me ayudó a poder decir: tengo que involucrarme. Y quiero llevar eso al deporte”, dice Luciana Bacci, una de las que arrancó la cadena de mensajes para firmar la Carta que exige el envío y urgente tratamiento del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Luciana Martiarena, jugadora de La Nuestra en la Villa 31: “Aunque se arme debate adentro del club, como organización nos plantamos del lado de los derechos de las mujeres. En el barrio la iglesia influye mucho, y es difícil hablar sobre aborto, pero entendemos que todas estamos en ese proceso”.
El horizonte de la Ley y el después lo marca Helena Pipolo, jugadora y docente de educación física: “Lo que está legislado en muchos lugares no se cumple, por ejemplo la Educación Sexual Integral en la formación docente. Entonces buscamos la Ley, pero después habrá que seguir”.
Que el silencio se termine depende entonces de esta nueva generación que se para en la cancha como en la vida.
Rocio Szewczuk, de Banfield, concluye: “Lo tenemos que hacer: es nuestra responsabilidad y una oportunidad”.
La pelota ya está rodando.
El gol que falta
Se largó el segundo tiempo de la lucha por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y las futbolistas dieron el puntapié inicial: en Congreso, con las manos en alto, pañuelos verdes y muchos ovarios comenzaron las firmas por los distintos clubes y categorías con un grito urgente: ¡Aborto Legal Ya!
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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