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Los ojos de Lucía. Radiografía de la violencia patriarcal

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Qué representan el Observatorio Lucía Pérez y su padrón público y autogestivo, disponible en la página web observatorioluciaperez.org. De dónde nació la idea, cómo se trabaja y hacia dónde va. El resumen de los datos e historias que dibujan la radiografía de la violencia machista en nuestro país. La necesidad de producir datos para dar dimensión y exigir medidas urgentes. Qué significa decir Ni Una Más hoy, a través de las historias que revelan el entramado femicida, la complicidad estatal y la respuesta social.

Los ojos de Lucía. Radiografía de la violencia patriarcal

Los padrones que sistematizan el registro de la violencia patriarcal son una herramienta que comenzamos a construir durante el año 2014 junto a nuestras amigas travestis. 

El origen fue que los registros que por entonces se difundían no las nombraban. Eran épocas en las que la población travesti/trans no tenía derechos, ni siquiera a su propia identidad. Fue la memoria de esas violencias la que aportó la información, que luego corroboramos con fuentes judiciales y periodísticas, para sumar esos crímenes a las listas. 

Ese origen quedó claro en la primera salida al espacio público del padrón, cuando en la primera marcha producida por el grito Ni Una Menos colocamos una enorme tela negra en una de las rejas de Plaza Congreso e invitamos a las personas que se manifestaban a colocar su mano, pintada de rojo, sobre un papel blanco en el que se escribíamos el nombre y la edad de la asesinada. 

Esa primera vez, la letra manuscrita de los nombres fue de la poeta Susy Shock y las activistas Marlene Wayar y Diana Sacayán. 

Al año siguiente, Diana estaba en el padrón.

Esa herida es la que tocó Marta Montero cuando a principios de este año nos dijo: “Mi hija no es un cifra”. El tono indignado lo produjo la frase que pronunció Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, en su exposición ante la Banca de las Mujeres del Senado. “Las cifras son estables”, aseguró la ministra para referirse a la cantidad de femicidios que se producen en Argentina año tras año.

No son cifras

En todos estos años el padrón de femicidios ha pasado por diferentes etapas y en cada una de ellas hemos aprendido mucho sobre la complejidad que representa la sistematización de estas violencias.  

En los primeros tres años, aquel listado básico de más de 1.200 casos fue el material que usamos para organizar talleres con organizaciones sociales y grupos de mujeres que fueron así completándolo. Invitamos, también, a enviar datos que nos llegaron a través de mails remitidos por madres, padres, hijos, amigas y compañeras de trabajo. De esta etapa hemos dejado registro en la columna que indica la fuente de la información.

En una siguiente etapa, el padrón se convirtió en una herramienta fundamental en los grupos de trabajo con mujeres víctimas de violencia, porque el análisis de los datos nos permitía colocar cada historia personal en un contexto sistémico.

Así llegó el padrón al grupo de familias sobrevivientes de femicidios. Esas familias son las que nos ayudaron a completarlo para poder presentarlo tal como lo compartimos ahora, multiplicado en nueve registros que sistematizan los datos que sigue.

Femicidios

Este padrón sistematiza  2.319 crímenes contra mujeres y personas travestis/trans perpetrados entre 1984 y 2020. 

En los primeros años de elaboración y como consecuencia del objetivo inicial –ser nombradas- los casos registraban sólo nombre, edad, lugar. Datos a los que luego se sumó la forma en que fueron asesinadas y el vínculo de la víctima con el femicida, porque nos señalaron que la crueldad de estos crímenes era una siniestra característica que necesitaba ser destacada ya que en la mayoría de los casos los jueces la obviaban; así como era necesario también consignar el lazo que encadenaba el destino de las víctimas a su asesino para iluminar la escena de estos crímenes: la familia tradicional. El resultado: 2.016 de los femicidios registrados fueron cometidos por personas del entorno familiar de las víctimas: parejas, ex parejas, familiares o conocidos.

Pero las familias sobrevivientes de femicidios nos señalaron que la información era incompleta y, por lo tanto, sesgada. Nos explicaron que el femicidio es un sistema de violencias que destruye la vida de la víctima, pero también muchas otras. Que no se trata de registrar, entonces, un nombre, un lugar, sino una maquinaria. Que era necesario conocer más, no solo  para saber más sino para hacer más. Y más significa hacer todo lo necesario para construir el Nunca Más del Ni Una Más. 

Sumamos, entonces, la información que nos señalaron: nombre y edad del femicida, fiscal interviniente, carátula de la causa judicial, condena, infancias huérfanas, si el femicida se suicidó luego de matar y si las víctimas habían realizado denuncias previas. 

Hasta hoynos faltan completar esos datos en 312 casos. El resultado en un panorama revelador, en sentidos más profundos que los que esperábamos.

Números que hablan

En resumen del panorama que trazan esos casos:

  • 1.840 infancias huérfanas.
  • 400 femicidas se suicidaron después de matar.
  • 345 femicidas ya fueron condenados a cadena perpetua a una edad promedio de 36 años.
  • 83 asesinadas estaban embarazadas.
  • 228 víctimas habían realizados denuncias previas.

No son cifras. Son  vidas.

La sistematización histórica aporta, además, una mirada larga, que permite reconocer ciertas trayectorias. Un ejemplo: el juez del impune crimen de  Jimena Hernández, la niña de 11 años cuyo cuerpo fue encontrado en la pileta de la escuela Santa Unión, quien demoró 70 días clave para derivar la investigación a la policía, fue Luis Jorge Cevasco, hoy fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, presidente de la Asociación Argentina de Fiscales y miembro del comité ejecutivo de la Asociación Internacional de Fiscales.

Crímenes en investigación

Registramos 27 casos en este padrón durante este año, a la espera de más información para confirmar o descartar que se trataran de femicidios.

Tentativas de femicidios

Registramos 166 casos durante 2020.

Travesticidios y transfemicidios

Lohana Berkins fue quien nos enseñó que toda muerte de una persona trans debe ser considerada travesticidio, ya que se trata de una vida sin derechos. En su memoria registramos las muertas durante el año 2020: 95, de las cuales 84 murieron durante la cuarentena. La proporción habla por sí misma sobre cómo golpeó el aislamiento social obligatorio a esta población y la necesaria reparación que el Estado debe implementar para asistir a las sobrevivientes, en especial a las pocas que llegan a superar el promedio de vida, hoy estimado entre los 35 y los 41 años.

Marchas y movilizaciones

El grito “Paren de matarnos” se escuchó en todo el país y durante todo el año. Las restricciones impuestas por la pandemia fueron desafiadas ante cada femicidio a un ritmo promedio de tres marchas por semana. Nuestro registro contabiliza 189 marchas, 150 de las cuales se realizaron en el período de prohibición de manifestaciones en el espacio público.

Violaciones

El tema surgió durante el intercambio con la Multisectorial Feminista de Jujuy  y a raíz de una declaración del gobernador Gerardo Morales sobre los femicidios ocurridos en esa provincia. Concretamente, Morales citó a Rita Segato, a quien había escuchado durante cuatro horas en una capacitación, que por teleconferencia brindó esta teórica al gobierno jujeño. Tal intervención generó una polémica que dejó un resultado positivo: compartir la lectura de Las estructuras elementales de la violencia, la obra que escribió Segato, cuyo primer capítulo se titula “La estructura de género y el mandato de la violación”. No hizo falta más que leer esa frase para que saltara la falta:  “No tenemos datos de violaciones”. Los encontramos en la web del Ministerio de Seguridad de la Nación, que  través del servicio de Estadísticas Criminales, que sistematiza los delitos según las carátulas judiciales, desde el año 2014 hasta el 2019. Dos ejemplos del resultado:

En ese período, en Jujuy las violaciones aumentaron un 49%.

La  provincia que mayor aumento registró es La Rioja: 71,5%. El dato es significativo si se tiene en cuenta que es una de las provincias que menos casos de femicidios reporta y, por lo tanto, no parece prioritaria para destinar recursos ni campañas para prevenir violencias.

Muertas por aborto clandestino

Registramos 4 muertas este año. Son las que llegaron a ser noticia en los diarios, ya que el Estado Nacional respondió que no tenía registros del año en curso ni de muertes ni de internaciones en terapia intensiva. Fue la respuesta oficial a un pedido que hicimos a través de la Ley de Acceso a la Información Pública.

Desaparecidas

Hubo 120 mujeres desaparecidas durante 2020. Sobre este tema también realizamos un pedido de información a través de la Ley de Acceso a la Información Pública, que fue derivado al Ministerio de Seguridad. Vencido el plazo legal solicitó una prórroga, que también venció sin respuesta.

Denuncias por violencia

Este padrón compila la información brindada por fuentes oficiales sobre la cantidad de denuncias recibidas este año en las diferentes provincias. Es útil, entre otras cosas, para comprobar la multiplicidad de puertas de acceso que ofrece cada división organizativa estatal –municipio, provincia, Nación, Poder Judicial, comisarías- y a través de diversas líneas telefónicas, whatsapp, email y sistemas online que organizó por la restricción impuesta por la pandemia, todas de difícil acceso para aquellas personas con recursos escasos, ya sea por cuestiones económicas o por vivir en áreas no urbanas, y que no tienen ni los artefactos –teléfonos, computadoras- ni las conexiones satelitales necesarias para usar esas vías de acceso a la justicia. Un dato ayuda a comprender la dimensión de la desigualdad: el 36% de las mujeres asesinadas durante la cuarentena vivía en zonas rurales.

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102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

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En lo que va del año el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 102 femicidios y travesticidios en todo el país. Durante el último mes fueron 13 femicidios y un travesticidio: el de Dámaris Julieth León Guamán, en el barrio porteño de Almagro, 38 años. El asesinato de Damaris generó movilizaciones: fue una de las 118 marchas que se registraron durante el año; practicamente una por día.

102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

Como resultado de los 102 femicidios y travesticidios se registraron además 65 huerfanxs por femicidios.

Además, en lo que va del 2024, se registraron 75 tentativas de femicidios.

Y llevamos 1174 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez
102 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

No son cifras:es la cartografía de la violencia patriarcal.

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org

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Nota

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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91 femicidios y ninguna respuesta

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“Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia” dice la 2ª carta del colectivo que nuclea a familiares de todo el país, dirigida a Javier Milei. Este 8 de abril las Familias Sobrevivientes de Femicidios se reunieron en Plaza de Mayo, como todos los primeros lunes de cada mes, mientras el mundo seguía el eclipse de sol. Denunciaron en un documento –también presentado en la Casa Rosada– que hasta el domingo 7 se produjeron 91 femicidios en el año, que dejaron además 9 víctimas menores asesinadas y 52 huérfanos. Hay, en lo que va de 2024, 18 mujeres desaparecidas. Luego las Familias hablaron sobre las causas, el factor narco y la responsabilidad del Estado.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta, madre de Lucía Pérez y Facundo, el papá de Luna Ortiz. La lectura del documento que exhibe el nivel de violencia contra las mujeres en el país.

En sintonía con el eclipse de sol de este lunes, la Plaza de Mayo presentó de pronto un clima desapacible, frío, ventoso, mientras las Familias Sobrevivientes de Femicidios volvieron a presentarse allí para visibilizar el reclamo sobre las mujeres asesinadas y para solicitar por carta (la 2ª en el año) que el presidente Javier Milei las reciba.

El grupo, alineado en sillas negras de espaldas a la Casa Rosada, aguantó la ventolera y leyó un documento del que se desprenden distintos datos:

  • º Hubo 91 femicidios en los 98 días del año hasta el domingo 7 de abril, registrados por el Observatorio Lucía Pérez.
  • º Además, 9 víctimas menores fueron asesinadas en el transcurso de esos femicidios.
  • º Otro saldo: 52 huérefanxs.
  • º Se contabilizaron otros 62 intentos de femicidios.
  • º Hay en el país 18 mujeres desaparecidas en lo que va de 2024.
91 femicidios y ninguna respuesta

Mariela, y el reclamo por su hija.

Genocidio por goteo

Sobre estas cifras –que revelan lo que Marta Montero (madre de Lucía Pérez) define como “genocidio por goteo”– no ha habido respuesta alguna por parte del Estado.

El texto de la misiva fue presentado por la propia Marta, su esposo Guillermo Pérez, Susana Reyes (madre de Cecilia Basaldúa), Mariela Quintanilla (madre de Iara Nardelli), Facundo Ortiz y Marisa Rodríguez (padres de Luna Ortiz) en nombre del colectivo.  

El texto: “Señor Presidente de la Nación Argentina. Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia. Creemos necesario y urgente ser escuchados por usted. Desde ya, muchas gracias”. En marzo se había presentado la primera carta en la Casa Rosada y les dijeron que sería derivada a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

91 femicidios y ninguna respuesta

Susana con imágenes de su hija, Cecilia Basaldúa.

Asesinadas en democracia

Susana Reyes, con una foto de su hija y las palabras “Verdad y justicia”,   recordó que hace cuatro años desaparecía Cecilia Basaldúa en Córdoba, cuyo cuerpo apareció el 25 de abril de 2020. “Y todavía estamos luchando para tener un fiscal en la causa por el crimen de mi hija, porque hubo un primer juicio en el que metieron preso a un inocente. Hay muchas causas armadas en Córdoba. Ahora estamos esperando que nos nombren nuevo fiscal, porque el que nos habían designado se jubiló el año pasado en agosto. Y no salió el decreto del nuevo.  Nosotros vamos a seguir siempre. Estamos luchando no solo por Cecilia sino por todas y todos los asesinados en democracia”.

Susana agrega: “Queremos que nos reciban para ver si nos pueden escuchar, si pueden hacer algo. Cada vez son más muertes que se siguen sumando. Hay niños huérfanos y las madres también quedamos huérfanas por la muerte de nuestras hijas. Así que vamos a seguir peleando hasta las últimas consecuencias”.

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Marisa y Facundo, los padres de Luna Ortiz. El caso de su hija (drogada y muerta por sus captores) fue calificado como “homicidio imprudente”. Las familias reclaman justicia.

Homicidios imprudentes

Facundo suma sobre la historia de su hija, Luna Ortiz (19 años cuando fue asesinada el 2 de junio de 2017): “Hace ya siete años que asesinaron a Luna y todavía no podemos llegar a conseguir justicia, es una lucha interminable. La causa está en Casación, la Sala I. Es algo muy importante. Necesitamos que estos jueces nos escuchen y tomen una buena decisión condenando a Villarreal por femicidio”.

Para comprender: Luna fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. Los jueces Ariel Introzzi Truglia y Sebastián Hipólito Urquijo y la jueza Verónica Mara Di Tommaso lo condenaron finalmente al máximo posible solicitado por un delito menor: 4 años y 11 meses por “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente”.

Marisa, la madre de Luna, agrega: “El femicidio sigue impune, nos encontramos en la etapa de Casación otra vez planteando un femicidio. Apelando lo después de siete años de impunidad porque los jueces liberaron a uno de los femicidas de Luna. Vamos a seguir luchando porque queremos justicia por Luna y por todas nuestras hijas”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Lucía Pérez y Carla Soggiu. “Luchamos por justicia para todas”.

¿Cuál es la responsabilidad del Estado?

Guillermo (el padre de Lucía Pérez): “Hace 8 años que venimos buscando justicia por nuestra hija (el femicidio ocurrió el 8 de octubre de 2016 y provocó el Primer Paro Nacional de Mujeres). Ahora el 29 de abril tenemos el recurso de Casación”. En el caso de Lucía, en marzo de 2023 hubo sentencia a perpetua en un caso (Matías Farías), y el otro acusado (Juan Pablo Offidani) terminó con una condena menor, 15 años en total, como “partícipe secundario” del crimen, que incluye la condena a ambos por la venta de drogas en la puerta de una escuela secundaria, lo que desencadenó toda la tragedia. La familia apeló la sentencia a Offidani, y las defensas de los acusados apelaron sus condenas. Es lo que comenzará a debatirse en el tribunal de Casación bonaerense.

“Queremos justicia” dice Guillermo, “y que nuestras hijas puedan descansar”.

En el documento presentado el mes pasado al gobierno junto a la solicitud de audiencia, se planteaba una mirada amplia y a la vez profunda de lo que ocurre: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.

Marta Montero habla sobre el rol estatal: “El Estado es responsable, por eso hablamos de genocidio, con un Estado que no hizo ni hace nada por evitarlo. Y decimos que son narcofemicidios, porque muchísimas veces tienen que ver con esa cuestión de lo narco, donde el Estado no solo está ausente sino que muchas veces está presente, porque ¿quién es el que no hace nada cuando venden droga en la puerta de una escuela? La policía, que es parte del Estado. ¿Y quién deja impunes muchos de estos crímenes? El Poder Judicial, que es parte del Estado”.

¿Y en los casos en que el origen es la violencia dentro de una pareja? “El Estado también es responsable al no avanzar en las investigaciones, al ocultar pruebas muchas veces, al dejar impune al asesino, al no atender a las víctimas, a los huérfanos, a las familias. Pero además, muchas veces esa violencia se genera por lo que hablábamos antes: el tema de la droga, la violencia que se genera territorialmente y en la gente que está en eso, que termina golpeando y matando a las mujeres”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta y Guillermo, los padres de Lucía.

El caso de Lucía implica una ruptura y un precedente, porque la familia logró que se anule el primer y vergonzoso juicio que absolvió a Farías y Offidani por el femicidio, acusándolos solamente de vender droga en vereda de la escuela marplatense a la que iba Lucía, que tenía 16 años cuando la mataron. Esa anulación permitió el segundo juicio (el que ahora irá a Casación por las respectivas apelaciones) y motivó además un jury: un juicio a los jueces de aquel primer proceso. “Estamos esperando que se concrete, porque ya está todo listo” explica Marta.

El rol de Marta Montero en Mar del Plata generó la invitación a participar con una ponencia en la 5º Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos que se está llevando a cabo en esa ciudad hasta el 11 de abril. Marta intervendrá este martes 9 en una sesión que tratará “Justicia de género en salud. Praxis feminists por la justicia en salud”. En el panel coordinado por Melanie Alperstein (Sudáfrica) intervendrá Marta (Femicidio, luchas por la justicia de género y rendición de cuentas), Julie Dale, de Brasil (Violencia y discriminación contra LGBTQI+), Zahira Bouhabra (en conexión desde Marruecos), y hablará sobre Resistencia a los sistemas violentos y respuesta a las crisis de violencia de género Rawia Mahmoud (en conexión desde Sudán).

Lo crucial del trabajo de la familia continúa en Mar del Plata con La Casa de Lucía, punto de encuentro, de conferencias, recitales, eventos culturales y lugar además de acompañamiento para otras familias víctimas de violencia o de femicidios.

O sea que allí se reúne lo académico con lo barrial y la solidaridad concreta, no discursiva. Sostiene Marta: “Para nosotros es una alegría, porque hay un enorme movimiento alrededor de las cosas que se hacen allí. Vienen mujeres, familias, también estudiantes, abogados, de todo. Estamos empezando un curso de huerta, pero también va a ser lugar para que terminen la secundaria quienes no pudieron hacerlo. Y el acompañamiento a otras familias es fundamental, porque a todos nos pasa que ante la justicia estamos desorientados, te hablan de modos que no entendés muchas veces. Con la experiencia que lamentablemente hemos tenido, ahora podeos ayudar a otra gente que pasa por lo mismo para que conozca y entienda sus derechos, y cómo llevar adelante las causas”.

Vuelve a hablar sobre la casa, y la cantidad y calidad de eventos que allí suceden: “Eso sorprendió incluso a los vecinos. Nos decían que era una casa que había estado siempre cerrada, oscura, abandonada (había pertenecido a un grupo narco, según puede verse en MU 190). Y la gente del barrio nos dice que hoy pudimos transformar esa oscuridad en una luz muy linda, que les da entusiasmo. Imaginate la alegría que es para nosotros” dice Marta, cuando se iban de Plaza de Mayo habiendo presentado la carta y el informe y –sorprendentemente- el lunes frío, ventoso, desapacible y eclipsado se transformaba en un día de otoño cálido y luminoso.

El próximo encuentro está previsto para el 6 de mayo.  

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