Nota
Ninguna mujer nace para puta
Con una acción en Plaza Once el miércoles 6 a las 17 y un acto posterior en el Centro Cultural Rojas a las 19.30, se presentará Ninguna mujer nace para puta de María Galindo y Sonia Sánchez, el nuevo libro de lavaca editora. María Galindo, de Mujeres Creando, llegará especialmente desde Bolivia. Liliana López Foresi conducirá la presentación en el Rojas. Aquí, la agenda de actividades y debates, y el prólogo para un libro que, entre muchas otras cosas, analiza los cimientos de una nueva forma de construir vínculos que permitan a las mujeres organizarse y rebelarse.
EL LIBRO La frase nació en Bolivia, pasó por la Argentina y regresa hoy transformada en libro. «Ninguna mujer nace para puta» es una bandera que agitan María Galindo y Sonia Sánchez en acciones callejeras, debates y ahora, en este libro en donde analizan desde la perspectiva de la puta toda la maquinaria política, ideológica y filosófica que la ignoró. Y sus porqués.
Al rescatar la mirada de la puta, María y Sonia obtienen una perspectiva única desde la cual avanzan con rigor y sin piedad: definen y denuncian fiolos (el Estado, el patriarcado) y parásitos (sindicatos, iglesias y oenegés). Se internan en territorios hasta ahora prohibidos, como el de la maternidad de la puta, el pene del prostituyente o la relación puta-puta. Definen la calle como un territorio político y analizan los cimientos de una nueva forma de construir vínculos que permitan a las mujeres organizarse y rebelarse. Dice María:
«La puta es la anfitriona del cambio social. Porque así como el ama de casa puede recoger todo su saber sobre la vida y devolverlo a todas las mujeres como fundamental a la vida humana;así como la lesbiana puede recoger todo su saber sobre su cuerpo y devolverlo a todas las mujeres, así la puta puede recoger todo su saber sobre el otro violento y prostituyente y devolverlo a las mujeres. En ella y desde ella en rebelión, es que muchas cosas se pueden aclarar. Si ella desactiva los mecanismos de cosificación que sobre su cuerpo y su placer recaen es una tarea que nos va a llover y mojar de agua fresca a todas».
LAS AUTORAS«Hola, soy María Galindo, soy boliviana y desde hace más de 15 años en Bolivia, con algunas hermanas, hemos hecho nacer Mujeres Creando, una organización feminista autónoma que se planteó la creatividad como instrumento de lucha y el cambio social como un hecho creativo. Ese fue nuestro primer ingrediente importante. El segundo fue construir un espacio heterogéneo de indias, putas y lesbianas, juntas, revueltas y hermanadas. Un espacio donde no nos vamos sumando a discurso ninguno, sino impugnando las barreras que el patriarcado pone en la construcción de un vínculo subversivo mujer-mujer, barreras que las mujeres las vamos haciendo propias. A partir de allí hemos ido desatando una práctica política en muchas direcciones y nos hemos ido convirtiendo en un referente social de rebeldía, fuerza organizativa y fuerza transformadora en nuestra sociedad».
«Hola, soy Sonia Sánchez, soy mujer rebelde y argentina. Vengo de grandes rupturas. Rupturas de organizaciones donde di lo mejor de mí desde mi tiempo, mi fuerza, iniciativas y afectos profundos. No le tengo miedo a la crisis, el conflicto o la soledad. Le tengo asco a los mecanismos que hacen que nuestros espacios organizados por nosotras mismas se conviertan en nuestras propias jaulas. Este libro es para mi una forma muy concreta de tener voz propia y no permitir que nunca más me la arrebaten bajo ningún pretexto. Las putas hemos puesto el cuerpo siempre para sobrevivir y luchar, pero nunca la palabra».
LA ACCIÓN EN PLAZA ONCE, Y EL ROJAS
El miércoles 6 de junio, a las 17, bajo la convocatoria de «Ninguna mujer nace para puta» la Plaza Once será bautizada Plaza de los Prostituyentes, zona liberada por la policía, la justicia y la política. «Acá mandan los fiolos» es otro de los lemas de este escrache a un territorio donde es obvio el tráfico y la explotación de mujeres.
Luego, se realizará una peregrinación hasta el Centro Cultural Rojas (Corrientes 2038), donde a partir de las 19.30, y con el auspicio de la revista Mu , la señora Liliana López Foresi conducirá la ceremonia de presentación del libro «Ninguna mujer nace para puta».
AGENDA DE DEBATES Y PRESENTACIONES
Viernes 8: 20 hs. Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales, Carrera de Comunicación Social.
Ramos Mejía 841. Parque Centenario
Sábado 9: 10 horas Comedor Felices Los Niños, del barrio Bajo Flores, Camilo Torres y Riestra.4918-9907
Miércoles 13: 19 horas, Instituto Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Uriburu 950, piso 6.
El prólogo de lavaca a Ninguna mujer nace para puta
Este libro es un sueño.
Dicho de otro modo: un proyecto político al que dedicamos más de tres años.
Comenzó a gestarse cuando putas, travestis y vendedores ambulantes se organizaron para resistir la sanción de un Código que pretendía regular el espacio público porteño, aunque nosotros –como buenos periodistas- nos enteramos recién cuando fueron reprimidos y encarcelados. Siguió, luego, en los largos viajes a la cárcel de Ezeiza, a donde fuimos cada viernes, durante catorce meses, para acompañar a tres mujeres presas por participar de una manifestación. Viajes de ida y vuelta, cargados de preguntas sin respuestas, que nos fueron dejando exactamente como debíamos estar: impotentes.
Así fue como conocimos a Sonia y a ese universo de experiencias que ella nos enseño a llamar “mujeres en estado de prostitución”.
Así fue como pudimos aprender el significado de uno de los temas fundamentales que desarrolla este libro: la soledad política.
Esa soledad que nos comprende en un doble sentido, por cómo la sufrimos y por cómo la construimos.
Esa soledad que pudimos identificar, por primera vez y con la claridad de una revelación, al terminar de leer estas páginas.
Esa soledad sostenida por una máquina discursiva que, resumiéndola en grandes trazos, tiene tres engranajes:
Los silencios, que nunca es uno, sino varios.
Los simulacros, que operan para cambiar el sentido de lo que debe ser dicho cuando ya no hay otra forma de acallarlo.
Los testimonios, que limitan lo dicho al recuento en pasado –y por tanto, inmodificable- de aquello que ya no puede ser ni acallado ni simulado, pero sí “interpretado”. (y queda flotando aquí el desafío de repensar cuál será la voz colectiva que narrará en la Historia los crímenes de la última dictadura y si estamos a tiempo de disputarla.)
El siguiente paso fue compartir con Sonia un viaje a Bolivia, para conocer a Mujeres Creando. Podríamos decir que ya sabíamos del trabajo que María había realizado con prostitutas, e incluso que habíamos compartido con la organización que por entonces integraba Sonia los capítulos de su programa, Mamá no me lo dijo. Pero en el fondo no es cierto: ir a La Paz fue por entonces una mera intuición.
Lo que encontramos fue una práctica política que en María se resume en dos palabras: feminista boliviana. Imaginen lo que esto significa en un país donde las mujeres sostienen una poderosa economía por fuera del mercado formal, son la vanguardia de todas las batallas sociales y representan una voz pública muda de toda mudez, si se entiende que el discurso folklórico no es voz propia sino mímica. Imaginen entonces la rebeldía feminista dirigida como un rayo sobre esa realidad y multiplíquenlo por 365, ya que la tarea es cotidiana. Agréguenle esa dulzura y generosidad que tanto añoramos, por escasa.
Eso es María.
En la Argentina, antes de hablar de mujeres y política hay que persignarse ante Santa Evita. La imagen del altar la representa con las manos en alto, su rodete, la sonrisa gardeliana. El rezo es su frase: “Volveré y seré millones”. La inmortalizó en un acto que pasó a la historia con un título paradigmático: el renunciamiento.
Evita, como se sabe, fue insultada con una palabra: puta.
Fue en La Paz donde nos enseñaron el verdadero origen de la frase de Evita. La pronunció al morir, en 1781, el líder indígena Tupac Katari.
Así, ese “volveré y seré millones”se transforma en un mensaje de resistencia que esconde–como todo texto subversivo- una herramienta oculta: el movimiento indigenista triunfará, finalmente, si las mujeres se consagran a parir y a parir y a parir hasta poblar la tierra tanto como fuese necesario. Así la maternidad se convierte en una misión política y en un rol militante y absoluto. Tan central, tan definitorio, que no habrá para las mujeres tiempo ni espacio social para ningún otro.
Por eso en Bolivia, las mujeres no hablan en público. Se lo considera un insulto; en público solo hablan las putas.
Fue María quien nos hizo notar el significado de esta coincidencia.
Puta no es una palabra.
Es un límite, un techo, un cepo construido y sostenido socialmente, entre todos y todas, para dejar a salvo lo que debe estar del otro lado de esa frontera, intocable.
Puta, nos dijo María, es una palabra biográfica que moldea la identidad –no meramente sexual, sino política o mejor dicho, también política-. a gusto del escultor: así será, esto dirá, deberá comportarse de este modo. De cualquier otra manera se es irremediablemente puta.
Entendimos, entonces, la herramienta oculta en el mensaje de María.
Seamos putas.
Lo que siguió es una consecuencia más de esta apuesta que para nosotros adquiere ahora una lógica que nos justifica y nos da sentido.
Nuestro primer libro lleva por título Sin patrón.
Éste tampoco los tiene.
En este caso, no se trata tan solo de los que suele llamarse el ejercicio de la “palabra directa”, sino de la genuina elaboración de pensamiento crítico, el único que nos permite acercarnos con algún grado de verdad a la compleja realidad de estos tiempos, que son los nuestros y claman a gritos que los miremos de frente y con los ojos bien abiertos.
La inteligencia, sensibilidad y valentía de María y Sonia han hecho posible estas páginas. En un sentido, iluminan una habitación a oscuras con un foco potente que nos permite, al fin, ver.
Es la habitación donde nuestros hombres consumen cuerpos de mujeres. Esa donde ellos ejercen cotidianamente el viejo oficio de prostituyente, a cambio de nuestra complicidad.
Al fin puede verse lo que somos, cómo somos y qué hacemos para que las cosas sigan como están.
Pero en un sentido más profundo, lo que María y Sonia comparten con nosotros es una ética y una filosofía política basada en la experiencia y el compromiso con esa realidad que luchan cotidianamente por cambiar. Y lo que así surge claramente, con esa luz propia que supieron darle, es una herramienta.
Entonces, este libro es un martillo.
Rompe.
Y construye.
El resultado es ese nuevo escenario que María y Sonia nos diseñaron para debatir, con pasión, aquello que solo se puede hacer, siendo.
El resultado, finalmente, es nuestro sueño: no están -no estamos- tan solos si se acepta el desafío de conversar con la sinceridad y la profundidad que en estas páginas María y Sonia nos proponen.
Comenzamos, por lo pronto, a aceptar ese desafío nosotros mismos.
Y confesamos:
Nos, supuestos profesionales de la palabra, no supimos escribir nada de lo que aquí se dice. Ni siquiera preguntarlo.
Admitimos nuestras limitaciones y nos relamemos en ellas, sin pudor, eufóricos, aferrados al compromiso de que, al fin. podemos hacer nuestras las palabras de Sonia y María.
Y abrazarlas.
Y seguir soñando.
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.
