Nota
Progresistas vs. desesperanzados
“Quizá escrutando la arena como arena,
las palabras como palabras,
podamos acercarnos a entender cómo y en qué medida
el mundo triturado y erosionado
puede todavía encontrar fundamento y modelo”.
Italo Calvino
Si hubiera elecciones mañana, ¿a quién votaría?
Si pudiera rescatar los ahorros que le secuestraron los bancos, ¿en qué los invertiría?
Si tuviera que señalar a un culpable de la monumental crisis argentina ¿a quién señalaría?
Es probable que las tres preguntas tengan infinidad de respuestas, pero ninguna de ellas tiene más relevancia que la de señalar una preferencia personal, porque son las preguntas -y no sus posibles respuestas- las que refieren a una lógica de terapia intensiva: cómo mantener a un paciente terminal con respirador automático.
No es un candidato, sino un sistema el que ha dejado a la mitad de la población debajo de la línea de pobreza.
No es el corralito, sino el crack monetario el que ha vaciado de sentido toda especulación sobre la salud futura de la economía capitalista en la Argentina.
Ni siquiera las sucesivas troupes de presidentes, ministros y dirigentes que han ocupado cargos desde el 84 hasta hoy pueden justificar esta caída al vacío sostenida, implacable e imparable.
No. Problemas tan complejos no tienen respuestas tan simples.
Sin embargo, no es mi intención contribuir a la sobreoferta actual de diagnósticos, sino dar vuelta la hoja y avanzar un renglón.
Desde el 22 de diciembre -día en que se derrumbó De la Rúa, murieron 35 personas y se reimplantó el estado de sitio, entre otras cosas- hasta hoy, comenzaron a hacerse visibles alternativas que poco y nada tienen que ver con aquel modelo de país conectado al respirador. Si prosperan o fracasan, tampoco será culpa de los forajidos de siempre, sino de quienes por acción u omisión, han contribuido a resucitarlos.
Aquellos que hoy tienen la oportunidad y responsabilidad de plantear una alternativa.
Aquellos que deberían responder, clara y contundentemente, qué significa ser progresista aquí y hoy.
LA TEORÍA. Imperio es probablemente uno de los éxitos editoriales mundiales más curiosos de los últimos tiempos. Es un libro largo, complejo y caro. Sin embargo, se convirtió en un boom traducido a más de diez idiomas, que se agotó rápidamente en librerías y circula libremente por Internet: solo en la Argentina vendió ya unos nueve mil ejemplares.
Imperio es un ensayo redactado a cuatro manos por Michael Hardt, un profesor universitario estadounidense de 41 años, y por Tony Negri, un pensador marxista italiano que cumple actualmente prisión domiciliaria. Negri fue acusado de ser el mentor intelectual de las acciones terroristas de las Brigadas Rojas (incluido el asesinato del ex primer ministro italiano Aldo Moro) y condenado a la cárcel en 1979. Cuatro años después resultó elegido diputado y eso le permitió salir de prisión, pero cuando la mayoría oficialista del Parlamento le quitó la inmunidad, partió al exilio en París. Allí comenzó a elaborar Imperio, hipótesis que terminó de definir en Italia, donde -luego de pasar un corto tiempo en la prisión de Rebibbia- obtuvo la posibilidad de pasar el día en su casa en el trastevere romano y, cada noche, dormir entre rejas. Desde esa realidad, teorizó.
Publicado originariamente en inglés por la Universidad de Harvard, Imperio tiene la estructura y el tono de una clase magistral. Como cualquier clase, entonces, es un pensar en voz alta, un ida y vuelta algo errático, con repeticiones, con ideas sueltas, incluso con contradicciones. Pero con el enorme valor de revisar teorías, enlazar antecedentes, citar autores, integrar miradas. Desde una postura definida, claro. Negri y Hardt eligieron una entre cientos de posibilidades y eso supone un riesgo que asumieron: replantear, discutir, rebatir esas ideas es el desafío que se abre con las páginas del libro.
Imperio es, entonces, una teoría filosófico-política que se convirtió en best seller. Esa situación inusitada abre un panorama interesante: el de acercar el universo académico a las preocupaciones más cotidianas. Algo que revela la proliferación de foros de discusión que se armaron en torno a Imperio en la Internet. Son puntos de encuentro de militantes, intelectuales, lectores no especializados y los propios autores. Todos opinan, discuten, preguntan y responden en igualdad. Como en cualquier clase, una vez más.
Así, el libro se convirtió -a la vez- en centro de análisis y cuestionamiento de muchos intelectuales y bandera de los movimientos antiglobalizadores que encontraron en él un título acertado y la síntesis de varios conceptos difíciles de enunciar.
El ensayo de Negri y Hardt apareció en el 2000, luego de un largo período de investigación. Fue escrito después del fin de la guerra del Golfo y terminado bastante antes de que comenzara la guerra de Kosovo. “De modo que el lector debería situar el argumento en un punto intermedio entre aquellos dos acontecimientos trascendentes para la construcción del Imperio”, explican los autores en el prólogo. Aclaran, además, que el libro les quedó “viejo”, luego del estallido de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre pasado.
¿Qué es Imperio, entonces?
La hipótesis básica de Hardt y Negri es que junto con el mercado global y los circuitos globales de producción surgieron un nuevo orden, una lógica y una estructura de dominio nuevas. “La soberanía ha tomado una nueva forma, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales unidos bajo una única lógica de mando. Esta nueva forma global de soberanía es lo que llamamos Imperio”.
Quizá el punto más polémico es el hilván con que encandenan esta visión del nuevo orden, ya que enumeran como factor primordial lo que llaman “el derecho imperial” y ponen como ejemplo de esta jerarquía jurídica la ONU. Es cierto que el libro no deja reducido a este ejemplo la cuestión ( seguramente les hubiese encantado citar los avatares de la ley de quiebras argentina), pero sí que antepone el ordenamiento jurídico a las relaciones económicas como factor distintivo del nuevo entramado del poder. Semejante transgresión es lo que más ofende e irrita a los teóricos tradicionales y, mucho más, a los marxistas.
Este nuevo poder que gobierna el mundo no tiene centro, fronteras ni territorios nacionales. El dominio del Imperio es ilimitado y, en este esquema global, los Estados nacionales son meros instrumentos de las corporaciones. La verdadera geografía del mercado mundial está trazada con otros mapas delineados por “el complejo aparato que selecciona las inversiones y dirige los movimientos financieros y monetarios”.
Según los autores, la desaparición de los estados nacionales no es el único cambio que produjo este nuevo orden. “El trabajo productivo tiende a hacerse cada vez menos material. El lugar central en la producción del superávit, que antes correspondía a la fuerza laboral de los trabajadores de las fábricas, hoy está siendo ocupado progresivamente por una fuerza laboral intelectual, inmaterial y comunicativa”.
Si en otras épocas, la categoría del proletariado se centraba en la clase obrera industrial, hoy -arriesgan- “esa clase obrera casi ha desaparecido del panorama. No es que haya dejado de existir, sólo que ha sido desplazada de la posición privilegiada que ocupaba en la economía capitalista “.
Este Imperio tiene, además, una máquina responsable de producir y reproducir la imagen de autoridad imperial. Esa verdadera Matrix es responsabilidad de la industria de las comunicaciones. “La máquina imperial que construye tramas sociales que evacuan o tornan ineficaces cualquier contradicción”, además disuelve las identidades locales y organiza los consensos del poder. Por eso, “la industria de la comunicación es el espacio político del poder imperial.”
Negri y Hardt se preocupan, también, por la salud actual de este modelo. Y se preguntan ¿Debemos concebir que éste es un Imperio decadente o es un Imperio de corrupción, no solo moral sino jurídica y política? Es decir: ¿esto es el principio del fin o así es el Imperio en todo su esplendor? Páginas antes, los profesores formulan otra pregunta cuya respuesta plantea una inquietud semejante. ¿qué es justicia y qué es paz en este Imperio? Y contestan: “nuestro rol como ciudadanos y nuestra responsabilidad ética, nuestro poder y nuestra impotencia se miden en el abismo de estas respuestas”.
Tanto Hardt como Negri sostienen que de nada sirve ponerse nostálgico en relación con las viejas estructuras de poder; resucitar el Estado Nación no es un antídoto de protección contra el capital global. “Somos plenamente conscientes de que al afirmar esta tesis nadamos contra la corriente de nuestros amigos y camaradas de la izquierda -se atajan-.La estrategia de la resistencia local identifica mal al enemigo y, por lo tanto, lo enmascara (…) El enemigo es un régimen específico de relaciones globales que llamamos Imperio. Y esta estrategia de defender lo local es perniciosa porque oscurece y hasta niega las alternativas reales y el potencial para la liberación que existe en el interior del Imperio”.
Para los autores, el propio monstruo lleva dentro de sí su destrucción. Cuanto más extienda el capital sus redes globales de producción y control, más vulnerable se volverá frente al agente encargado de llevar a cabo la sublevación: la multitud.
La lectura de Imperio aquí en Buenos Aires ha producido otro tipo de reflexiones. En principio, Imperio & Imperialismo, de Atilio Borón, es el primer texto argentino que crítica con dureza la obra de Hardt y Negri. Así lo explica el propio Borón:
-¿Por qué lo enojó tanto Imperio?
-Porque el libro me parece un dechado de errores. Plantean un esquema absolutamente abstracto, axiomático, que no tiene ningún contacto con la realidad. Por ejemplo: una de las ideas principales de Hardt y Negri es que los estados nacionales están en proceso de disolución. Yo le puedo demostrar con cifras en la mano que este fenómeno puede haberse verificado en los países de la periferia, pero no en los países centrales, donde el Estado ha adquirido una fortaleza extraordinaria, cuantitativa y cualitativamente. Si, como ellos dicen, el Estado es una cosa virtual, desterritorializada y sin centro, ¿por qué Estados Unidos se preocupa por intervenir de manera tan abierta en América latina? ¿Por qué, entonces, España no le concede la separación a los vascos? ¿Por qué no se resuelve la creación de un Estado Palestino? Si el Estado es algo tan irrelevante, Inglaterra podría resolver el problema con Irlanda del Norte de una buena vez.
-De todas formas, el planteo de Imperio parece explicar mejor la realidad mundial actual que la clásica oposición empresario-obrero…
-Es cierto que ellos responden a una necesidad objetiva y que muchos de nosotros nos venimos planteando desde hace tiempo: la necesidad de repensar creativamente las categorías clásicas, que provienen del marxismo. Ahora, una cosa es pensar categorías acuñadas en los debates previos a la Primera Guerra Mundial y otra es tirar por la borda al niño junto con el agua sucia. Es importante tirar el agua sucia, pero no el niño. No, si como hacen Hardt y Negri, para redefinir lo que es el imperialismo hoy, terminan por decir que se acabó el imperialismo. La Argentina, sin ir más lejos, es una evidencia de lo contrario. En un país donde las misiones del FMI se reúnen en los despachos oficiales y bajan línea a los gobernadores, no se puede sostener que el imperialismo ha terminado. Para nosotros, este libro es una burla.
-¿Por qué, en todo caso, una redefinición de categorías equiparable a la de Negri y Hardt no se se piensa en función de la crisis Argentina?
-Creo que lo que ocurrió es que ha habido un proceso muy rápido de reconstrucción económica capitalista en el último cuarto de siglo, junto con una crisis teórica fenomenal del pensamiento de izquierda producto de la frustración del experimento socialdemócrata de los 80 -Francois Miterrand en Francia, Bettino Craxi en Italia, Felipe González en España-, la implosión de la URSS, el colapso de la Revolución Sandinista… Todo eso dejó a la intelectualidad de izquierda muy debilitada, muy a la defensiva. Y sin recursos.
-¿Es posible reconstruir un discurso progresista en este contexto?
-Es posible y es necesario para salir de la trampa del pensamiento único y del posibilismo en que nos han ahogado. Hay que articular la función intelectual con los movimientos sociales, pero sin hacer seguidismo. Veo con alarma a mis colegas, que apoyan las tesis de Hardt y Negri, hacer una exaltación candorosa e ingenua de la multitud, cuando la multitud muchas veces requiere de una claridad y una organización que no tiene, pero que se va a ir dando a ella misma. Un error es el seguidismo y otro, el inverso: suponer que los intelectuales tenemos la llave del futuro y que podemos llevar a la multitud de las narices cuando los intelectuales no somos una vanguardia esclarecida. En oscilación entre estos riesgos, el papel que tenemos que cumplir es muy delicado.
LA PRÁCTICA. El debate planteado por la lectura de Imperio no es tan solo un tema ameno para la tertulia intelectual, sino una manera de enfocar las preguntas correctas que -quizá y por qué no- posibiliten las respuestas adecuadas. ¿Es este Imperio global una etapa superior del imperialismo? ¿Ha logrado, en su despliegue, destruir la fuerza de trabajo como factor económico central? Y en ese caso, ¿es la multitud de desocupados -y no los pocos que aún conservan un salario- aquellos que deben protagonizar la resistencia? ¿Es esa multitud global -a la que refieren Hardt y Negri-, sin más bandera que la protesta, sin más organización que la necesaria para proclamar un par de consignas ni más dirección que la oposición directa la fuerza indicada para jaquear a este capitalismo tribal? ¿El resurgimiento del nacionalismo es un síntoma de progreso o de reacción frente al pánico?
Lo cual, traducido al dialecto argentino de la crisis, podría reducirse a otras preguntas más directas:
¿Piqueteros y vecinos asambleistas o trabajadores y estudiantes?
¿Qué se vayan todos o rescatamos algo? (según los gustos, las opciones morales, del estilo de Elisa Carrió, Luis Zamora o Alicia Castro)
¿Cacerolazo global o himno nacional?
Y, fundamentalmente ¿este el fin de un sistema o la consagración de un modelo, en todo su patético esplendor?
Desde hace cinco meses, todos los días y a cada hora, la realidad dicta estas preguntas y sus consecuencias directas. Los partidos de izquierda ya han formulado sus respuestas de rigor y, quizá por eso, han cosechado más de lo que incluso esperaban sembrar en plena tormenta. Se han quedado con las ahora raquíticas estructuras de las asambleas barriales, que en pleno verano llegaron a convocar a más de seis mil personas en Parque Centenario, la mayoría de las cuales han huido ante los discursos incendiarios que poco tenían que ver con sus necesidades puntuales. Como sintetizó mi vecino aquel domingo que le pregunté que había pasado en la asamblea interbarrial a la que no había podido asistir: “Pasó lo de siempre: un señor planteó que no tenía plata para pagar la luz y se terminó votando no pagar la deuda externa”. En dos mesas redondas que se realizaron en la Feria del Libro, en abril pasado, varios intelectuales citaron burlonamente el ejemplo de la asamblea de Lugano, donde los activistas del MST propusieron realizar una bicicleteada en repudio al ataque norteamericano a Afganistán.
Sin embargo, reducir a estas cuestiones el rol de la izquierda argentina en estos días es mirar la realidad con un solo ojo. El otro podría enfocar, por ejemplo, al triunfo que ha tenido una coalisión liderada por el Partido Obrero al frente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), aquel bastión de Franja Morada desde el cual se maneja no sólo el destino de la protesta de la más importante masa de estudiantes universitarios de la Argentina, sino un presupuesto de más de seis millones de pesos anuales. El ahora presidente de la FUBA es Iván Lendl, un estudiante con 8 de promedio, fundador de un movimiento que lleva el significativo nombre de Tontos, pero no Tanto. En el poco tiempo que lleva en su cargo ha logrado mejorar la calidad de los apuntes y bajar sus precios, concursar aquellos puestos de trabajo que siempre quedaban en manos de los adeptos y organizar, en plena Plaza Houssay, una verdadera puesta en escena en defensa de la universidad pública. Al asumir Lendl declaró: “Somos la Fuba piquetera”. El Partido Obrero, justamente, cumple eficientemente su rol en el movimiento piquetero y ha organizado el pasado mayo una reunión nacional para proclamar su plan de acción: imaginen cual.
También es cierto que, en busca de soluciones prácticas, las asambleas derivaron -entre otras cosas- en los clubes de trueque, donde hoy se negocia -a espaldas de todo el sistema capitalista imperial- el 10 por ciento de las transacciones económicas argentinas. Una cátedra de la Facultad de Economía se ha dedicado no sólo a estudiar, sino a asesorar a la Red del Trueque Solidario. Según los datos del profesor Jorge Marchini, en el Gran Buenos Aires, “un 58% de los concurrentes habituales a los nodos de intercambio son desocupados y un 66% de ellos indican que el trueque tiene una importancia central para el aprovisionamiento de los alimentos básicos de sus hogares”. Sin bien, como señala Marchini ” esta economía de subsistencia no es en sí misma una solución o alternativa para el desarrollo social y productivo del país”, conforma al menos un fenómeno que merece ser analizado no solo desde el punto de vista económico, sino cultural, ya que se basa esencialmente en el rescate de valores tales como “el trabajo, la iniciativa, la participación, la gestión democrática y la colaboración” y hasta en un sistema primitivo de intercambio en donde la necesidad manda. Conozco incluso a varios expertos en marketing, verdaderos gurúes del ramo, que están realizando seguimientos pormenorizados sobre los clubes del trueque y cuyas conclusiones oscilan entre el espanto y el encanto.
Conozco, también, la tarea de Luis Perego, un ingeniero químico, diplomado en gestión en Chile y master en administración de empresas de la Universidad de La Plata, responsable de una cooperativa que reúne a una docena de profesionales con la misión de gerenciar empresas en terapia intensiva. Su gran éxito tiene un nombre legendario: SIAM.
Perego y su equipo idearon un sistema que hoy produce 1.200 cocinas por mes. El 40% de los ingresos que generan (entre cien mil y ciento cincuenta mil pesos por mes) se destina al pago del quiebra de Aurora. El resto permite el funcionamiento de la planta y el pago de un salario de entre 400 y 500 pesos por mes a los 70 miembros de la cooperativa que hoy es SIAM. Cada producto -en este país de inflación impredecible- se vende en cuotas. Las dos primeras, cubren los costos; con la tercera se entrega el aparato y el resto, es rentabilidad. Ahora están diseñando un complejo industrial en el mismo predio, para reunir allí a los proveedores y compartir costos operativos con ellos. Ya sumaron diez empresas. El proyecto es que, en seis meses, el complejo SIAM reúna a 1.500 trabajadores, todos organizados horizontal y democráticamente en cooperativas, sin gerentes ni jefes. Para Perego, el éxito no depende ni del futuro de la macroeconomía argentina, ni de la destreza con que diseñen el plan. “El gran secreto es que nadie estafe a nadie. Eso es lo que nos permitirá hacer historia o ser historia”, sintetiza.
LAS PALABRAS. Fue Nicolás Casullo quien en plena crisis confesó: “La globalización nos plantea como nunca la dificultad de explicarnos a nosotros mismos. Es imposible explicarle a nadie el drama argentino. La idea de una multitud global o de un ciudadano global como plantea Tony Negri no nos sirve absolutamente para nada. Creo que si tendríamos que pensar una nueva política, tendríamos que pensarla desde las absolutas carencias en las que estamos situados. Estamos condenados a la barbarie de tener que pensar lo económico y nada mas que lo económico. Sin embargo, desde esa circunstancia se habilita la posibilidad de pensar por qué no ha quedado nada en términos políticos. Tenemos el recorrido no de lo lleno, sino de lo absolutamente vacío”.
El vacío, entonces, es algo que es necesario llenar, pero para hacerlo no solo hay que saber cómo, sino acertar dónde. No encuentro mejor ejemplo de un desacierto que el editorial de la revista Punto de Vista de febrero en donde se señala: ” Es interesante notar que desde las primeras manifestaciones hasta el estado de virtual asamblea general que se ha desarrollado en estas semanas en los barrios de Buenos Aires, el repudio por la política de estos grupos los ha hecho identificarse sólo como “vecinos”: podríamos decir, la reducción de la idea de ciudadanía a su mínima expresión, la sociedad de fomento o, mejor, el consorcio. Un consorcio que cuando piensa la crisis lo hace con una visión autoindulgente de su rol en ella, y que cuando piensa la democracia, piensa en la expresión sin mediaciones de la suma simple de sus demandas”.
Tampoco encuentro un mejor ejemplo de sensibilidad que las palabras pronunciadas por el filósofo Alejandro Rotzichner, en un debate realizado en la Feria del Libro. Allí Rotzichner -a quién no leo habitualmente ni conozco personalmente- proclamó. “La nueva cultura política necesita que los ciudadanos -intelectuales o no-, seamos más diseñadores de situaciones que analistas de lo social. No pretendo que el análisis sea eliminado, sino que sea puesto en función de una acción. Esta nueva militancia no debe crítica, sino creativa. No está basada en el sacrificio, sino en el entusiasmo. No describe catástrofes, sino que ama el mundo. No se obsesiona con el pasado, sino que apuesta al futuro y quiere el presente. Y se centra únicamente en nuestro deseo: ¿Qué queremos que pase en la sociedad? Ser mas osados, más plásticos, con menos miedo, menos fatales y más confiados”.
Quizá ser progresista hoy signifique tan solo y nada menos que tener esperanza.
Nota
Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:
- Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
- Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
- Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.
En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.
Por Lucrecia Raimondi
Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.
Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:
- El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
- la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
- el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.
En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional.
Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.
En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:
- la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
- la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
- las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.
La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos.
Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva. “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La economía popular y el avance narco
La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).
La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”.
Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.
Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”.
En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.
Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.
Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”.
La voz de los marginados
Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”.
Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”.
“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”
En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.
Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.
Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”. Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.
Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”.
En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”.
La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños.
Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”.
Proyectos de vida y niñas violadas
Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.
Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.
En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”.
El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.
Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.
En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.
En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”.
Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”
Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.
El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.
En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan.
“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.
Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria.
El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”.
En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”.
La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos.
El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”.
Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.
Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: “Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.
Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
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