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Cometierra y Dolores Reyes: censura, femicidios y literatura

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La escritora Dolores Reyes no necesita a fanáticos para promocionarle los libros, pero lo hicieron. Y no son fans. Los ataques oficialistas y gubernamentales (con Victoria Villarruel a la cabeza) pretendiendo censurar su novela Cometierra, distribuida en la provincia de Buenos Aires como parte del material para lectura de los últimos años de la enseñanza media, generaron el efecto inverso: consolidaron como best seller al libro que ya lleva 17 ediciones, mientras ahora volverá a imprimirse.

Como homenaje volvemos a publicar aquí la nota realizada en MU 182, La república de las brujas, que es a la vez el anuncio de la continuación de Cometierra con otra novela –Miseria– que los fanáticos de la censura tal vez se lancen a promocionar próximamente. Algo similar podría ocurrir con las obras de otras autoras cuestionadas, como Inés Garland, Aurora Venturini, Sol Fantin y Gabriela Cabezón Cámara.

Cometierra es el personaje de esa novela tan cuestionada y alabada: una adolescente a la que le llevan botellitas llenas de tierra que pisaron mujeres, niñas y jóvenes que se encuentran desaparecidas, para que ella la coma y cuente lo que la tierra le permite ver.

En la nota Dolores cuenta cómo es escribir en medio de la maternidad de 7 hijos. Su trabajo como docente en el conurbano. Su paso por un taller literario. Habla de la inspiración, de lo cotidiano, de Liniers como territorio de brujerías y desapariciones.

Nos cuenta: “La adolescencia es una etapa donde se pone más de manifiesto un cierto desamparo, y a la vez es una etapa súper vitalista: todo es posible. Los pibes son preciosos, tienen una energía increíble. Todo es posible en el sentido de la potencialidad de esa edad y de esas vidas, y a la vez están muy desamparados”.

La construcción de un mundo y ciertas consultas de Finlandia sobre La Salada. La voz de lo que es nuevo y desde dónde escribe Dolores Reyes. Aquí, el texto completo de La república de las brujas.

Por Anabella Arrascaeta

Dolores Reyes está parada sobre las vías del Tren San Martín donde de niña jugaba con sus hermanos, aunque el cruce de autos no era tal como hoy lo vemos. Pocos metros más allá está la casa de su abuela. A algunas cuadras, la primera escuela donde trabajó de maestra de grado, oficio que dejó hace escasos dos meses. Cerca, su propia casa. Y ahí nomás, la parada del colectivo 237 que va desde Pablo Podestá hasta General Paz, al límite de entrar a la ciudad de Buenos Aires. Para quienes conocen este micromundo real y ficticio, es el colectivo que se toman Cometierra, el Walter y Miseria en el final de su primera novela, Cometierra (2019), hacia su nueva casa.  

Ese punto de llegada es, a la vez, el punto de partida de su segunda novela, Miseria (2023) que acaba de publicar Alfaguara. La primera edición de 7.500 ejemplares se agotó en diez días. La historia, como se ve, sigue lo que el primer libro empezó. 

Cometierra es una adolescente a la que le llevan botellitas llenas de tierra que pisaron mujeres, niñas y jóvenes que se encuentran desaparecidas, para que ella las coma y cuente lo que la tierra le permite ver. El Walter es su hermano, y Miseria su cuñada, de 16 años, que está embarazada, esperando su primer bebé. Su voz, periférica en la primera novela, se vuelve central en el segundo libro. 

El relato va y viene, y se completa entre la voz de Cometierra y la de Miseria, pibas que comparten todo, mientras arman familia, buscan a quienes no están y batallan contra las violencias del propio territorio.

Estamos en Caseros, localidad de la geografía bonaerense.

Desde acá escribe Dolores Reyes. 

Cómo es parir

Dolores nació en 1978. Estudió el Profesorado de Enseñanza Primaria y también Griego y Culturas Clásicas en la Universidad de Buenos Aires. El primero de sus libros fue traducido a trece idiomas y Miseria a tres, en la etapa apenas inicial de su recorrido.  

Cuenta que, para poder escribir, se levanta muy temprano. Cometierra, por ejemplo, la escribió amaneciendo a las 4 de la mañana. “No hay ningún momento mágico en el que esté toda la casa hecha, haya plata en el bolsillo y tenga todas las condiciones dadas para escribir. Eso no existe. No existió nunca”, dice. Entonces pone el despertador temprano y se levanta. “Soy metódica porque no me queda otra. Si no, no haría nada. Nada”. Tal vez ayude a entender el panorama el hecho de que, además de las (pre)ocupaciones de muches, Dolores tiene siete hijes.

Su primer libro lo escribió mientras hacía un taller literario con la escritora Selva Almada (autora de Ladrilleros, Lo que el viento se llevó y No es un río, entre otras). Dolores iba al taller cada semana y leía sus avances. Con las correcciones de Selva y las sugerencias de compañeres volvía a escribir, hasta que terminó. En cambio, el segundo libro lo escribió sola, sin rebotar los textos contra nadie. 

Sabía que quería contar la continuación de la historia y que quería hacerlo sin repetirse, por lo que decidió narrar a dos voces. “No me resultaba necesaria una polifonía de un montón de voces por lo que iba a contar, pero sí sabía que Miseria pasaba de ser un personaje periférico a coprotagonista”. 

Intermediadas por ellas, aparecen también otras voces. Por ejemplo, mientras Cometierra busca desde la tierra a quienes no están, se desespera por encontrar quien ayude a Miseria en el nacimiento del Pendejo, su primer hijo; así llegan las manos de Tina, una mujer que sabe cómo ayudar a nacer. “Me interesaba mostrar saberes que tradicionalmente fueron enseñados y transmitidos de mujer a mujer, respetados incluso, y en algún momento nos los arrebataron directamente. Pasamos a parir en un lugar metálico, con instrumentos espantosos, a veces directamente te atan las piernas; todo para la comodidad de un médico hombre que está ahí mirando. A mí me ataron, no estoy hablando de mi abuela. A mí me dijeron cosas horribles: ‘mirá, 19 años, tercer embarazo’, y yo los veía cómo se miraban, como si esta vida no valiera nada, desde un lugar de lejanía y distancia que muchas veces viven las pibas y los pibes adolescentes. En algún momento nuestras tareas pasaron a ser tareas de cuidado, dejaron de ser trabajo, y nuestra sabiduría fue totalmente arrancada y profesionalizada en manos de otros géneros y otras clases sociales”. 

Cuando a Miseria le llega el momento de parir ahí están Tina, Cometierra y Walter. Llegar al mundo e irse no son cosas que haya que hacerlas sola, dice el libro. Es Miseria quien relata desde su propia voz el parto. 

¿Por qué? “Hace tiempo vengo pensando en cuáles son los relatos de un parto. Siempre son una mujer gritando, llorando descontrolada, unos gritos inexplicables, y de repente todo se llena de sangre, no importa si es paulatino o no, y después aparece un bebé que generalmente tiene un mes y medio. A veces me enojaba, les decía a mis hijos ‘esto no tiene nada que ver un parto’. Me llamaba mucho la atención incluso la falta de disputar esa representación, de algo que es central en la vida de muchísimas mujeres”. 

Cuando Miseria termina su relato –que habrá entonces que ir a leer– dice simplemente: “Y así nacemos”. 

La escuela de la vida

Antes de subirse al colectivo, en el final del primer libro, Cometierra, Walter y Miseria pactan quedarse a vivir donde termina el recorrido. Dolores respetó esa promesa, y como el colectivo que se tomaron termina en General Paz, los hizo cruzar y ahí arranca la segunda parte de la historia. “Me tiran un montón de cosas de Liniers”, explica y enumera: “Es como una micro Latinoamérica. Hay todo lo que quieras: frutas, especies, fiesta de colores, locales que tienen montañas de jugos y un vestido de novia a la venta… Tenés a San Cayetano, y del lado de Ciudadela, el cementerio; cruzando, una cantidad enorme de santerías, una al lado de la otra. Cuatro cuadras para allá y tenés toda la parte de Liniers más antigua de los pasajes, que es una belleza, unas casas que no podés creer lo que son, de gente blanca. Te movés un poquito y aparecen presencias marrones, mestizas. Caminás diez cuadras y te dan diez volantes de hechicera: adivina, adivino indio, adivino de todo lo que se te ocurra; y las desapariciones de pibas, intensísimas en esa zona. Está también la terminal con gente que llega, y gente que va cargada con bártulos porque se va. Es un territorio un poco magnético, ¿no?”. 

En el libro, Miseria responderá que Liniers no es solamente “el shopping del conurbano”, sino la “capital nacional de las videntes”. Cometierra va a decir, cuando ve todos papelitos fotocopiados que llevan caras, nombres y teléfonos, pegados en las paredes como murales: “Acá todas somos desaparecidas, putas o videntes”. Millones de ojos negros como semillas arrojadas al aire, dice en el libro. Pero hay una razón más por la que Dolores va hasta Liniers: “Están todos los mayoristas de las librerías: todas las maestras del mundo compramos en Liniers”. 

Es que hasta el último 15 de marzo Dolores trabajaba en educación, lo hizo durante décadas, en escuelas públicas de Caseros y Pablo Podestá, como docente y secretaria. Mucho de esos años compartidos con pibes y pibas se refleja en el libro. 

Cometierra, Miseria y Walter son adolescentes. En algún momento se definen: somos esto de nuevo, pibes que comparten todo. Dolores construye su relato desde esas voces jóvenes. “La adolescencia es una etapa donde se pone más de manifiesto un cierto desamparo, y a la vez es una etapa súper vitalista: todo es posible. Los pibes son preciosos, tienen una energía increíble. Todo es posible en el sentido de la potencialidad de esa edad y de esas vidas, y a la vez están muy desamparados”.

La primera escuela en la que trabajó fue la n° 49, a la que llegaban pibes y pibas de todo Pablo Podestá: abre a las 8 y cierra a las 5.30 de la tarde, garantizando desayuno, almuerzo y merienda. “Eso de que la adolescencia se extiende hasta los 30 o más en sectores medios acá no existe: tenés que salir a parar la olla. A la escuela venían los lunes con las manos infectadas porque van al Ceamse a buscar cosas con los carros, lata, cartón. Yo no romantizo, incluso el embarazo adolescente tampoco lo romantizo, pero existe. No me interesa construir miradas con prejuicios morales: me interesa acompañar la experiencia de los personajes sin juzgar”.

De nuevo, los alumnos de Podestá, y de tantos otros lugares del país: “La sociedad los desprecia tan fácilmente, se habla desde una distancia impresionante, de quien nunca estuvo ahí, que ni siquiera pisó un barrio precario. Miseria en un momento dice: ahora estoy bien, tengo amigos, heladera y agua. Cosas que damos por sentado, acá hay un montón de pibes que no tienen agua”.

Dolores traza un puente hasta hoy, pasando por el 2001, año de revueltas y del nacimiento de su cuarta hija. Recuerda de esos tiempos que los lunes en la escuela los pibes se caían, se desmayaban porque no comían el fin de semana. Ahora, dice amargada: “Se empieza a ver de nuevo, porque a la noche es té y pancito: la comida está carísima”. 

Su novela Miseria, tal vez también hable de este país en el que la mitad de les niñes menores de 14 años viven en la pobreza. ¿Cómo salimos de esta? Sigue, trazando una fina línea entre ficción y realidad: “Hay muchísimas creencias mías que están en los libros. Una de las principales es que dejamos una huella en la tierra, que la tierra que habitamos nos conoce. No es solamente carne, huesos y sangre que pasa a la tierra, hay algo de la experiencia, algo del alma, de la historia, que hace que Cometierra sea una suerte de médium que puede ver y contarles a las personas que buscan eso que la tierra nos muestra. Y la otra creencia fundamental es: nadie se salva solo”.  

La Salada en Finlandia

Cometierra descubre su don después de que asesinan a su mamá; hija de una víctima de femicidio a la que la tierra le habla. Como se para desde ahí narra la violencia sin espectáculo, el personaje conoce el costo de lo que ve, y su relato no puede ser un mensaje más de la máquina violenta. “No me gusta lo que hacen los diarios sensacionalistas con la violencia”, dice Dolores, quien en sus viajes se nutre de lo que ve y lee. Por ejemplo, recomienda ahora mismo el libro Madres terras que compila una serie de retratos de madres de jóvenes asesinados en Colombia. En las fotos se las ve semienterradas. O libros del norte de México que cuentan la historia de los varilleros: “Clavan unas varillas enormes metálicas en la tierra, las sacan y las huelen. Lo que hacen con un olfato mucho más desarrollado es sentir olor a cuerpos en la composición. Así encontraron fosas comunes. Es el método lo que me interesaba”. Es que Dolores construye un personaje que utiliza otro sentido que no es el de la visión tradicional de los ojos, que siente con la tierra en la boca, y así busca. “Somos una sociedad que buscamos todavía a nuestros desaparecidos, la gran mayoría desaparecidos por violencias estatales, por supuesto en dictadura, pero muchos también en democracia. Buscamos por ejemplo a Tehuel. La violencia institucionalizada contra los pibes en barrios precarios es infernal en este momento mismo: se sigue culpabilizando a los pibes por portación de cara y de pobreza hasta el día de hoy. Y ni hablar del asesinato a las mujeres”. 

Cometierra la llevó a viajar por muchos países, algunos cercanos, otros muy ajenos. El último idioma al que la historia fue traducida su primera novela es el finlandés. ¿Cómo llegó hasta ahí? “Los nórdicos tienen una atracción por los policiales, por el género negro que les encanta. Pero por el otro lado, tengo que hablar 500 veces con las traductoras”. Por ejemplo, cuenta que para entender cómo era La Salada le mandaban fotos de un shopping. “No me alcanza con explicarles y por ahí les mando fotos, artículos periodísticos, trato de armar todo un contexto para que lo vean”. 

¿Cómo fue su experiencia en Europa? “Me acuerdo en Estocolmo de preguntar cosas como ¿hasta qué hora puedo andar sola? Me miraban y no entendían, y a la vez parece que estás en un policial negro, todo lleno de neblina… Vas mirando para todos lados, pero eso es típico de mujer latinoamericana. Es distinto, pero a los pocos días se acercaban mujeres y me contaban que también hay femicidios, obviamente”. 

En cambio, cuando le tocó recorrer Latinoamérica las coincidencias aparecían más fácilmente. “Estás en un barrio y hacés 20 cuadras y tenés una ranchería sin luz, sin agua al costado del basural. También ves las violencias institucionales de los Estados hacia los distintos grupos, y la fosa común, que va desde los enemigos políticos, los crímenes narco y la violencia machista. La fosa común, sacar la identidad, desaparecer un cuerpo: eso es tan Latinoamérica”. 

Por algo de todo esto Dolores dedicó su segunda novela a las Abuelas y a las Madres de Plaza de Mayo: “ellas me enseñaron a luchar”, dice y aclara que no es una entelequia. “Yo en la adolescencia las tenía como modelo en militancia y de mujeres, que pese a todo lo que les habían hecho no tenían miedo y seguían organizándose. Nací en el 78, en medio de las desapariciones más horrorosas que hemos tenido, y crecí viendo organizaciones de mujeres que buscaban a sus hijos en la tierra, no como una metáfora, sino como algo absolutamente material y real”. Esas historias, también, son parte de su experiencia a la hora de sentarse a escribir: “Tuvimos una violencia en la dictadura infernal e innegable, pero estamos en democracia y tampoco es todo color de rosas. Seguimos con una desaparecida mujer o una asesinada mujer por día: muchos de esos cuerpos se niegan y no se encuentran”. 

Al final de la segunda novela, Cometierra vuelve a Pablo Podestá; no se sabe cuánto durará esa estadía, ni si Dolores ya está escribiendo cómo seguirá esta historia que por ahora queda detenida ahí, nuevamente a pocos minutos de su propia casa, en medio de la vía del tren; ahí donde está el cementerio en el que están Melina Romero y Araceli Ramos, dos pibas de 17 y 19 años víctimas de femicidios que estuvieron desaparecidas y que, gracias a la lucha familiar, hoy tienen donde descansar.

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El vacío

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Mercedes golpea la cacerola con una cuchara mientras grita:

“Pueblo, despierte”.

Lo repite infinitas veces. Por momentos agrega su por qué:

“Nos gobierna un estafador”.

Me dice –muy enojada– que tiene “los huevos al plato” porque mientras en Instagram la colman de likes, en la calle la dejan sola.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fue, sin embargo, su solitaria cacerola la que se escuchó por cadena nacional en momentos en que la camioneta blindada del Presidente pasó por Avenida de Mayo hacia el Congreso de la Nación, para dar inicio a su segunda apertura de la labor legislativa.  Eran las nueve en punto de la noche y en la calle lo que había era un enorme vacío custodiado por cientos de uniformado pertenecientes a cinco fuerzas de seguridad. La oscuridad de la noche sin luna, los cortes de calles, las vallas y la sobredimensionada custodia del paso presidencial –que incluía francotiradores y aparatos inhibidores de drones– reforzaban la imagen distópica de un operativo que no parecía de seguridad, sino de aislamiento.

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El palacio. Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Adentro del Palacio le esperaba lo mismo: un inmenso recinto vacío ante el cual el Presidente intentó monologar durante una hora veinte minutos. No pudo. Bastó también una sola interrupción –la del diputado radical Facundo Manes– para que quede en evidencia que este es su momento débil. La segunda evidencia fue el anuncio de que enviará para su aprobación el acuerdo con el FMI, que está –dijo– próximo, pero que depende –no dijo– de ese voto positivo para que se realice.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

Cuando la realidad entorpece la puesta, quien irrumpe en escena es Santiago Caputo. Esta vez acaparó la atención al amenazar al diputado Manes, delante de las cámaras. Otra vez.

No fue el único que agredió a quienes estaban en el Salón de los Pasos Perdidos, esa clásica antesala del recinto convertido hoy en un ring de exhibición de patoteadas por sus secuaces. Otra muestra de debilidad: allí solo ataca quien pierde.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

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‘A little something-something’: la investigación de The New York Times que revela el entramado de coimas detrás del criptogate

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El prestigioso diario norteamericano publicó este viernes, día previo al discurso presidencial en el Parlamento, una investigación realizada por Jack Nicas y David Yaffe-Bellany. Las revelaciones: el rol de Mauricio Novelli; el audio de Hayden Davis, las audiencias pagas.

Por Jack NicasDavid Yaffe-Bellany para The New York Times

El escándalo comenzó con un tuit.

«El mundo quiere invertir en Argentina», publicó Javier Milei, presidente de Argentina, a las 7:01 p.m. del Día de San Valentín, ofreciendo un código para comprar una nueva criptomoneda.

La moneda digital se llamaba $Libra y había sido creada 23 minutos antes.

En las siguientes horas, miles de personas invirtieron. El valor de $Libra se disparó.

Luego colapsó abruptamente. Los mayores accionistas habían vendido sus monedas, dejando a casi todos los demás con pérdidas colectivas de 250 millones de dólares.

Para los veteranos de las criptomonedas, fue un clásico «rug-pull» (estafa donde se retira el apoyo repentinamente). Una celebridad promociona una nueva moneda digital, los precios se disparan y luego los insiders, que poseen la mayoría de las monedas, retiran el apoyo: venden sus participaciones con grandes ganancias a expensas de los inversores amateur que llegaron después.

Para Argentina, fue un escándalo nacional. Los críticos dijeron que el presidente acababa de estafar a sus ciudadanos. La oposición pidió su destitución. Los ciudadanos argentinos presentaron una docena de denuncias penales. Un fiscal federal abrió una investigación, con Milei como objetivo.

Luego, Milei partió hacia Washington. En la Conferencia de Acción Política Conservadora el sábado, dio un discurso combativo antes que el expresidente Trump, el otro presidente que este año promovió una nueva criptomoneda que se disparó y luego colapsó. Esa moneda, $Trump, generó enormes ganancias para los insiders y pérdidas acumuladas de 2 mil millones de dólares para más de 800.000 inversores.

Trump ha alegado ignorancia. «No sé si me benefició», dijo. «No sé mucho al respecto». (La familia Trump y sus socios comerciales ganaron casi 100 millones de dólares solo en comisiones por la moneda).

Tras el creciente escándalo de $Libra en Argentina, Milei adoptó un enfoque similar. Dijo que no ganó ni un centavo. En cambio, culpó a una pequeña startup en Singapur, KIP Protocol, que pocos en la industria cripto conocían.

«Notarán que la empresa que organizó el lanzamiento, KIP, declaró explícitamente que yo no tuve nada que ver», dijo en una entrevista en horario estelar la semana pasada.

Pero la historia de Milei ha comenzado a desmoronarse, mostrando cómo las criptomonedas y la política se han mezclado cada vez más para enriquecer a los poderosos y quitarle a casi todos los demás.

Los orígenes del escándalo de $Libra se remontan a una conferencia en Argentina el año pasado, donde un consultor cripto estadounidense y un socio comercial argentino de Milei intentaron vender acceso al presidente, según entrevistas y documentos revisados por The New York Times. Finalmente, esto llevó a reuniones en las oficinas presidenciales y una asociación planeada con Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports.

Desde el colapso, ha surgido evidencia que contradice las afirmaciones del presidente; los críticos en Argentina han acusado a su círculo íntimo de aceptar sobornos; y el consultor estadounidense, a quien Milei se refirió el mes pasado como un asesor, ha admitido acumular 100 millones de dólares con el esquema.

«Este es un juego de insiders», dijo el consultor estadounidense, Hayden Davis, sobre las criptomonedas en un video la semana pasada. «Es como un casino no regulado».

‘Un pequeño algo-algo’

El mundo cripto estaba emocionado con Milei.

Como economista libertario, había dicho que quería abrir su nación financieramente afectada a nuevas monedas. Así que cuando se anunció que hablaría en una conferencia cripto en Buenos Aires en octubre, los líderes de la industria acudieron en masa.

La conferencia fue organizada por Mauricio Novelli, un pulcro trader de 29 años con conexiones de años con Milei.

En 2020, Milei comenzó a enseñar en la pequeña academia de inversiones de Novelli y se convirtió en el promotor de la escuela, publicando repetidamente sobre ella en línea, hasta que fue presidente. En 2022, publicó sobre un nuevo proyecto cripto de Novelli, llamándolo «un modelo económico sostenible en el tiempo». Poco después, colapsó.

En la conferencia, Novelli cobraba a los patrocinadores 50.000 dólares por un espacio para hablar y un encuentro con Milei, según cuatro asistentes que pagaron la tarifa.

Sin embargo, esas personas dijeron que la reunión con el presidente resultó ser una rápida foto grupal. Para obtener más tiempo, dos de ellos dijeron que los organizadores de la conferencia les dijeron que costaría más.

«Decían: ‘Oye, ya sabes, danos un pequeño algo-algo y podemos conseguirte una reunión'», dijo Charles Hoskinson, un multimillonario de criptomonedas que fundó una de las plataformas más grandes de la industria, Cardano.

Otro asistente dijo que Novelli ofreció una reunión con el presidente si la persona firmaba un contrato de 500,000 dólares por «servicios de consultoría» vagos, según una copia del documento vista por The Times.

Pero Novelli no era el único que vendía acceso a Milei.

Davis, un joven de 28 años con cabello rubio rizado y gafas doradas llamativas a quien Novelli había conocido en un evento cripto en Denver, también les decía a los asistentes a la conferencia que tenía «control» sobre Milei y podía intermediar en acuerdos, según mensajes vistos por The Times.

«Todo, desde que Milei tuitee» hasta «todo lo que sea público de Milei, básicamente, aparecer en cosas, etcétera, tengo control sobre muchas de esas palancas», dijo Davis en un mensaje de audio a un emprendedor, obtenido por The Times.

«Pero», añadió, «hay un costo». Insinuó que ese costo podría ser de millones de dólares. «No estoy tratando de estafar a nadie», dijo, usando un expletivo.

Otro emprendedor dijo que Davis hizo una oferta aún más descarada por escrito: entregaría una reunión con Milei y una asociación con el gobierno argentino a cambio de aproximadamente 90 millones de dólares en criptomonedas durante 27 meses, según una copia de la propuesta vista por The Times.

No hay evidencia de que Milei estuviera al tanto de las propuestas. Davis y Novelli, a través de portavoces, declinaron comentar.

Tres meses antes de la conferencia, en julio, Novelli y Davis visitaron las oficinas presidenciales de Argentina, según registros gubernamentales obtenidos por el diario argentino La Nación. Los registros muestran que su anfitriona fue la hermana del presidente y jefa de gabinete, Karina Milei.

En noviembre, visitaron nuevamente las oficinas presidenciales. Después, Novelli y Davis brindaron con champán en el Four Seasons de Buenos Aires, diciendo a otros que acababan de firmar un acuerdo con el presidente, según La Nación.

Luego, el 30 de enero, Milei publicó una foto de él y Davis, diciendo que el estadounidense «me estaba asesorando sobre el impacto y las aplicaciones» de la tecnología relacionada con las criptomonedas.

‘El proyecto KIP Protocol’
Dos semanas después de esa publicación, un emprendedor tecnológico en Singapur recibió una llamada inesperada de Novelli.

El emprendedor, Julian Peh, fundador de una startup llamada KIP Protocol, dijo que había conocido a Novelli en la conferencia de octubre. Peh fue uno de los pocos asistentes que realmente obtuvo una reunión con Milei. (Dijo que solo pagó para patrocinar el evento).

Pero en los meses siguientes, Peh dijo que no tuvo contacto con el presidente argentino ni con su oficina. Luego, Novelli lo llamó el 13 de febrero para proponerle un nuevo proyecto, dijo: el lanzamiento de una criptomoneda llamada $Libra que finalmente financiaría pequeñas empresas en Argentina.

Novelli describió un plan que involucraba a Davis lanzando $Libra y a la empresa de Peh, KIP, distribuyendo fondos a las empresas, dijo Peh.

No era el fuerte de su empresa: KIP construía tecnología relacionada con la inteligencia artificial. Pero Peh dijo que aceptó de todos modos.

Libra se lanzó con el tuit de Milei. El presidente linkeó a un sitio web que describía el proyecto Libra como teniendo «una misión clara: impulsar la economía argentina». Al final había un único descargo de responsabilidad: «Proyecto de iniciativa privada desarrollado por KIP Network Inc © 2025».

Era antes del amanecer en Singapur. Peh dijo que se despertó con mensajes confusos de sus colegas: ¿Qué era $Libra?

Con el precio colapsando después del boom inicial, Peh dijo que Novelli luego le indicó que publicara un mensaje en X apoyando la moneda. Novelli proporcionó el texto exacto en inglés y español, dijo.

Peh dijo que siguió las instrucciones. «La moneda $LIBRA ha sido un éxito. Queremos agradecer a todos por su confianza y apoyo», publicó la cuenta de KIP. «Queremos aclarar que este es un proyecto de empresa privada, el presidente Milei no estuvo ni está involucrado en el desarrollo de este proyecto, como él mismo ha mencionado. Esto es completamente una iniciativa privada».

Dos minutos después, la cuenta de Milei repudió a $Libra.»Obviamente no tengo ninguna conexión»,publico en su cuenta en X. «No estaba al tanto de los detalles delproyecto». Borró el post inicial promoviendo a $Libra.

Diez horas después, la oficina de Milei emitió un comunicado culpando a Peh y llamando a $Libra el «proyecto de Kip Protocol». El comunicado decía que Peh le había presentado el proyecto a Milei y que Peh le había presentado al presidente a Davis como representante de Kip.
«Davis no tenía ni tiene ninguna conexión con el gobierno argentino y fue presentado por representantes de Kip Protocol como uno de sus socios», dijo la oficina presidencial.

Eso pareció contradecir las visitas anteriores de Davis a las oficinas presidenciales, incluso antes de que Milei y Peh se conocieran.

La empresa de Novelli también emitió un comunicado culpando a Peh y Davis por $Libra. Dijo que no había ganado nada.

Peh dijo que se dio cuenta de que se había convertido en el chivo expiatorio. KIP «se convirtió en una parte conveniente para proporcionar cobertura a otras partes», dijo la empresa en un comunicado.

‘Profundamente amañado’
Parte del atractivo de las criptomonedas es que las transacciones son rastreables públicamente. Así que los expertos analizaron $Libra y encontraron un desastre.

Más de 10.000 cuentas cripto, que representan el 86% de los inversores, perdieron un total de 251 millones de dólares, según Nansen, una firma de datos cripto.

Al mismo tiempo, los datos mostraron que las cuentas conectadas al lanzamiento de $Libra obtuvieron enormes sumas.

Normalmente, los creadores de una nueva criptomoneda controlan un gran porcentaje del suministro. Pero las reglas programadas en la moneda a menudo bloquean la venta de esas acciones durante un período de tiempo determinado, evitando que los insiders obtengan ganancias y colapsen el precio.

Sin embargo, las cuentas cripto que crearon $Libra podían vender de inmediato. En cuestión de horas, esas cuentas, que controlaban el 80% de las monedas, habían cobrado casi 90 millones de dólares, según Bubblemaps, una firma de análisis cripto.

Otros 33 millones de dólares en ganancias fueron a cuentas que se crearon justo horas antes del lanzamiento, y que luego compraron y vendieron rápidamente $Libra después de su lanzamiento, lo que sugiere que quienes las controlaban podrían haber sabido que la moneda llegaba.

Los inversores estaban furiosos. «No se trataba solo de las pérdidas, sino de la actividad de los insiders», dijo Nicolas Vaiman, director ejecutivo de Bubblemaps. «Muestra cuán profundamente amañado estaba el juego».

‘¿De quién es el dinero?’

Un rug-pull cripto suele ser misterioso: el dinero desaparece y nadie sabe quién se lo llevó.

Sin embargo, un día después de que $Libra colapsara, Davis se presentó. «Estoy aquí para aclarar las cosas», dijo en un video publicado en X. «De hecho, soy el asesor de Javier Milei».

Luego criticó a Milei. En un comunicado, Davis dijo que Peh era «completamente inocente» y que «solo puedo suponer que los asociados de Milei intentaron culpar a Julian para protegerse».

Después de eso, dio dos entrevistas en YouTube, incluso a Dave Portnoy, el fundador de Barstool Sports. Portnoy dijo que tenía un acuerdo con Davis para promocionar $Libra, pero se retiró en el último minuto. «Gracias a Dios», dijo, añadiendo un expletivo.

En las entrevistas, Davis dijo que había controlado enormes cantidades de $Libra y vendió esas participaciones cuando los precios estaban altos. También dijo que el equipo que creó Libra había comprado rápidamente la moneda justo después de que saliera al mercado, una práctica llamada «sniping» ampliamente vista como engañosa en los círculos cripto.

Ahora tenía control de 100 millones de dólares, dijo, y quería hacer las cosas bien.

«¿De quién es el dinero?», preguntó Portnoy.

«Es, es, es, es el, es el», respondió Davis, tartamudeando. «No lo sé. Definitivamente no es mío. Es, es de Argentina».

No hay indicios de que Davis haya devuelto dinero, excepto a Portnoy, quien dijo que perdió 5 millones de dólares en $Libra.

En las entrevistas, Davis dijo que las llamadas memecoins como $Libra y $Trump, criptomonedas crudas y especulativas vinculadas a celebridades o memes en línea, estaban esencialmente amañadas.

Los datos muestran que algunas memecoins recientes podrían haber sido respaldadas por las mismas personas.

Un análisis de Bubblemaps mostró que la cuenta cripto que creó $Libra estaba estrechamente vinculada a la cuenta que creó $Melania, una memecoin promovida por Melania Trump que también colapsó. Las dos cuentas eran engranajes clave en una red de billeteras cripto que transferían fondos entre sí, mostró el análisis.

En YouTube, Davis dijo que estaba involucrado en $Melania, pero no explicó su papel exacto.

La oficina de Melania Trump declinó comentar.

‘Un presidente descuidado’
Mientras el universo cripto estallaba en indignación, Milei enfrentaba una crisis en Argentina.

El mercado de valores cayó. Un aliado político clave, el expresidente Mauricio Macri, lo llamó «descuidado». La prensa etiquetó el escándalo como «Cryptogate».

Un fiscal federal ha abierto una investigación, incluida la conducta de Milei, y Milei ordenó a la oficina anticorrupción de Argentina que investigara.

Luego llegó una acusación más grave: La Nación y el sitio de noticias cripto CoinDesk publicaron mensajes de texto que, según dijeron, mostraban a Davis diciéndole a alguien que «poseía» a Milei porque «envío $$ a su hermana».

La hermana de Milei ha actuado durante mucho tiempo como la guardiana del presidente, y él regularmente se refiere a ella como «el jefe».

El portavoz de Milei, Manuel Adorni, dijo que las acusaciones de soborno eran «insultantes». Milei y su hermana no respondieron a las preguntas de The Times. Davis ha negado desde entonces haber pagado a cualquiera de ellos.

Cuando se le preguntó en televisión si algún funcionario había ganado dinero con $Libra, Milei respondió: «No puedo decirlo. Tengo plena confianza en todos mis funcionarios». Apoyó a Novelli y nuevamente culpó a Peh.

Sin embargo, añadió que, en cualquier caso, tenía poca simpatía por las víctimas de la estafa. «Si vas a un casino y pierdes dinero, ¿cuál es el reclamo?», dijo. «Sabían muy bien los riesgos».

Tres días después, otro multimillonario de criptomonedas publicó que quería llevar una nueva conferencia cripto a Argentina.

«MUCHAS GRACIAS», respondió Milei. «Sería una gran oportunidad para nuestro país».

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La salud de la nación

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Se realizó la Marcha Federal de Salud por el centro de Buenos Aires hasta Plaza de Mayo. El diagnóstico y los testimonios de un desguace anunciado que está destrozando al sistema de salud pública, matando gente, y poniendo cada vez más vidas en peligro.

Por Lucas Pedulla

Fotos: Tadeo Bourbon / lavaca.org

La enumeración es brutal:

  • Al menos 60 pacientes con cáncer fallecieron en la disuelta DADSE (Dirección Nacional de Asistencia Directa por Situaciones Especiales) por falta de entrega de medicamentos oncológicos.
  • Derogación de las Coordinaciones Nacionales de tuberculosis, lepra, hepatitis y HIV dispuestas en el decreto 1138/2024, “pilares fundamentales de articulación de políticas públicas nacionales que aseguran estrategias de diagnóstico, prevención y tratamiento”.
  • Despidos masivos en el Ministerio de la Salud, y los hospitales Posadas, Bonaparte y Sommer, entre otros.
  • Cierre y desfinanciamiento de programas esenciales y áreas estratégicas como: Dirección Nacional de Géneros y Diversidad, Dirección Nacional de Recursos Físicos, Dirección de municipios y comunidades saludables, Dirección de Investigación en Salud, Dirección de interoperabilidad, Estándares y Desarrollo; Dirección Nacional de Integración del Sistema de Salud; Coordinación de Equipamiento Médico y de Arquitectura Sanitaria; Coordinación de Salud Familiar; Coordinación de Vigilancia Epidemiológica por Laboratorios; Programa Nacional de Cuidados Paliativos del Instituto Nacional del Cáncer.
  • Recorte de insumos médicos y medicamentos.
  • Profundización de la descentralización del sistema de salud.
  • Deterioro del Plan Nacional de Vacunación.

La salud de la nación

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

  • “A la desaparición de los programas de violencia de género y cuidado de mujeres se suma la eliminación del programa de prevención del embarazo adolescente. Junto con ello, no sólo una disminución de la partida global para salud pública, sino también la destinada a la financiación de los grandes hospitales nacionales como el Garrahan y el Posadas, que pierden frente a la inflación en términos reales entre un 20 y un 40 por ciento del presupuesto”.
  • Recortes de programas de garantía de acceso a 55 medicamentos para jubiladas y jubilados, que se suma a la suba del 188% del valor de los medicamentos en general.
  • La liberación de los precios de las prepagas que permitió aumentos de cuotas de casi un 120%, “lo que hizo migrar a más de 200 mil usuarios a la salud pública”.
  • En CABA, el distrito más rico, se sigue marginando a las enfermeras de la ley de Profesionales de la Salud.
  • Salarios “miserables” de las y los residentes “parte fundamental del equipo de salud y del sostén del sistema público”.
  • Recortes del 50% al presupuesto del Programa Nacional de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis, ITS, y Tuberculosis. Como parte de los 1400 despidos en Salud, el ministro Lugones echó al 40% de la Dirección de Respuesta de esas enfermedades. Además denunciaron una “alarmante” falta de reactivos para medir la carga viral en tratamientos para personas con VIH y que tampoco se realizaron compras de preservativos en un contexto de aumento de diagnósticos de VIH y sífilis.

Todo eso significa vidas en peligro.

La salud de la nación

Carteles que lo expresan todo. Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

Tal la descripción, desde arriba de un camión, realizada por quienes coordinaron la Marcha Federal de Salud convocada en Buenos Aires por más de 130 organizaciones, entre juntas internas, hospitales nacionales, provinciales y locales, residencias, redes de usuarios, entre otras, que reunió a miles de personas este jueves desde el Ministerio de Salud, sobre 9 de Julio, hasta la Plaza de Mayo.

El cáncer y las urgencias

Andrea es trabajadora administrativa del sector Tomografía del Hospital Posadas y la echaron en octubre. Sigue en funciones gracias a una medida cautelar de la justicia que ordenó reincorporarla mientras dure el juicio laboral. Está marchando: “Porque desde el año pasado tuvimos 120 despidos, pero sabemos que hubo más y que posiblemente lleguen a 300. Además están vaciando al Hospital: los médicos se empiezan a ir porque acá cobran 110 mil pesos una guardia y afuera les ofrecen dos o tres veces más. En Oncología la jefa se jubila, quedan dos y decían que, de hacer 6.000 quimios al año, este no las van a poder garantizar. Si llegás con cáncer, te derivan a otro hospital. En Tomografía estamos demorando tres meses en entregar los estudios, salvo que diga ‘urgente’, que tardan dos”.

La salud de la nación

Curiosidad argentina: El Estado, a través de la Policía de la Ciudad, más preocupado por el tránsito porteño que por la Salud Pública y la vida. Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

Cannabis vs. lo narco

Valeria Salech es fundadora y referente de Mamá Cultiva, una organización que logró la ley de Cannabis Medicinal que legaliza el acceso a través de autocultivo, cultivo solidario y comunitario, y habilita la venta de aceites en farmacias y el impulso a la producción pública. Está marchando: “Porque están desguazando la salud, y una de las herramientas que desfinancian es el REPROCANN (Registro del Programa de Cannabis, que regula el acceso de personas autorizadas al cultivo controlado con fines medicinales y/o terapéuticos) que cada vez tiene menos gente trabajando y más gente esperando renovaciones o autorizaciones. Son miles de personas pidiendo acceso a la salud, porque el cannabis también es salud. Empujan a la gente a la clandestinidad: parece que el Estado prefiere que le compremos al narco en vez de que seamos cultivadoras registradas”.

La salud de la nación

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

El trauma del cierre

Joaquín tiene 27 años y es psicólogo residente en el Hospital Bonaparte, única institución nacional especializada en salud mental en el AMBA, que ya tuvo un intento de cierre el año pasado y que en enero sufrió el despido de 200 trabajadores y trabajadoras. Está marchando: “Porque el acceso a la salud mental, con los despidos, está muy deteriorado. Tenemos pacientes que no tienen cubiertos todos los turnos que tenían. Tenemos infancias que se quedaron sin equipos enteros. Todo esto en el marco de una demanda que combina la falta de laburo de pacientes con un cuadro de base traumática. En esa complejidad, donde los pacientes cuentan con menos herramientas, al hospital lo quieren cerrar”.

Una chica de 93 años

Andrea, Valeria y Joaquín son tan sólo tres testimonios de los miles que marcharon.  

A la columna se sumó una joven militante de 93 años que una hora atrás había terminado de dar la ronda que todos los jueves, a las 15.30, hace alrededor de la Pirámide de Mayo, hace casi 48 años. Elia Espen, de Madres Línea Fundadora, que sigue buscando a su hijo Hugo Miedan desaparecido el 18 de febrero de 1977, levantó el puño diciendo: “Fuerza”. La marcha la saludó: “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”.

La salud de la nación

Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo Línea fundadora, ex trabajadora de salud en el Garrahan, uno de los hospitales víctimas de la política autopercibida «libertaria». Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

Así, y al canto de “atención, atención, estamos defendiendo la salud de la Nación”, la columna llegó a Plaza de Mayo siempre marchando pacíficamente por un carril, primero de Avenida Belgrano y luego por Diagonal Sur, custodiada por la Policía de la Ciudad.

En la Plaza, la primera oradora fue Elia, ex trabajadora de salud en el Hospital Garrahan: “Les deseo con toda mi alma y los recuerdos de los viejos tiempos que no haya hambre, que haya trabajo, que haya salud para todos”. La respuesta, nuevamente, fue un abrazo y un reconocimiento a coro: “30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes”.

Luego las organizaciones leyeron el documento con el que se inicia esta crónica, que describe el desguace que la gestión de Javier Milei, con Mario Lugones como ministro de Salud, está llevando a cabo desde diciembre de 2023.

La salud de la nación

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

El llamado

El cierre fue un llamado:

“Llamamos a toda la comunidad a sumarse a esta pelea en defensa a un derecho fundamental: la salud pública, gratuita y de calidad para todas las personas.

Sumate y que nuestra voz se haga escuchar en cada rincón del país.

Por una vida que merezca ser vivida para todas, todos y todes.

La salud es un derecho, no un privilegio.

En salud no sobra nadie. Reincorporación ya de todxs lxs despedidxs!

¡Es momento de defenderla!

Unidad en las calles.

Abajo el ajuste de Milei y sus cómplices.

Salud unida jamás será vencida”.

El final fue un estribillo cada vez más común en un país cada día más convulsionado: “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”.

La salud de la nación

Respuesta a los calificativos del gobierno hacia los pacientes. Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

La salud de la nación

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

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Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

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Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.

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