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Victoria Corda y María Paula Doberti: tenés dos opciones

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La obra de estas artistas ya tuvo dos versiones y en cada una recogió respuestas inesperadas. A través de un recorrido por la maqueta de Plaza de Mayo, el público puede intervenir edificios emblemáticos.

E l cartel lo advierte con claridad, como si hubiera sido escrito por quien quiere evadir responsabilidades sobre consecuencias ulteriores: “Esta imagen contiene una fuerte carga simbólica para el espectador argentino. Compruebe sus pulsaciones”.
La leyenda pende de una pared, en una sala del Centro Cultural Recoleta y acompaña una gigantografía de la Casa Rosada. Un instructivo que aconseja:

1) Mire fijamente El Balcón.
2) Recuerde.
3) Según lo crea apropiado:

  1. Tire.
  2. Empuje.

La mujer de mediana edad lee con atención la consigna. Por unos segundos, contempla la imagen en silencio. Luego, escoge uno de los stickers, se pone en puntas de pie y, con pulso de cirujano, lo aplica sobre el balcón que popularizó Juan Domingo.
La Rosada se convirtió así en la primera posta de la obra Tire y Empuje que las artistas Victoria Corda y María Paula Doberti expusieron en el encuentro Corpolíticas de las Américas, organizado por el Instituto Hemisférico de Performance y Política, una organización con sede en Nueva York que reúne a instituciones, artistas, académicos y activistas dedicados a explorar la relación entre el comportamiento expresivo y la vida social en el continente.
La idea de Tire y Empuje había nacido un año atrás, cuando las plásticas argentinas participaron de un homenaje al artista catalán Joan Brossa. En aquella oportunidad, la propuesta consistía en realizar acciones mínimas que jugaran con las palabras y el absurdo, como solía hacerlo ese poeta, pintor y director teatral fallecido en 1998. “Los trabajos se iban a publicar en Internet, así que debían contener ideas universales, porque se iban a ver desde todo el mundo”, aclara Doberti. Por eso, en aquella oportunidad los stickers se pegaron en medidores de gas, automóviles y -por esa promiscua relación que tiene la globalización y la televisión- en la sede Polka, la productora que dirige Adrián Suar. Pero esta vez, en pleno Recoleta, la intención fue localizar la situación en Buenos Aires para trabajar con la identidad y la memoria, dos tópicos que recorren el arte efímero que habitualmente desarrollan Corda y Doberti.
Entre ambas elaboraron un listado de edificios públicos de fuerte valor simbólico para los argentinos, con la idea de proponerles a los espectadores que los tiren o los empujen, según su más profundo deseo. Cuando terminaron con la enumeración de edificios, concluyeron que la mayoría se encontraba situada en una misma zona. Por esa razón, estamparon la traza de la Plaza de Mayo en el piso de la Sala 12 del Centro Cultural. En una cabecera colocaron la imagen de la Rosada; en la otra, la del Cabildo. A un costado erigieron la Catedral y al otro, el Ministerio de Economía. También reprodujeron las imágenes imponentes del Banco Nación y la Pirámide de Mayo.

Abierto, por elitismo
Con paso cansino, la mujer de mediana edad pisa el plano dibujado con precisión de arquitecto. Se planta frente al Palacio de Hacienda y lee las indicaciones:

Precauciones:

  1. No mire con insistencia el edificio si su corazón no se encuentra lo suficientemente fuerte.
  2. No insista en encontrar soluciones a corto plazo.
  3. No ingiera nada durante las próximas dos horas.

1) Recuerde, por cada ventana, el apellido de un ministro de Economía.
2) Dedique unos minutos a calmarse.
3) Si aún le quedan fuerzas:

  1. Tire.
  2. Empuje.

Esta vez, la señora toma dos stickers: uno con cada opción. Con prolijidad, los recorta para armar otra palabra: “reempuje”. La pega cruzada sobre la entrada del edificio como una faja de clausura.
“Nuestras obras son abiertas –señala Doberti-, el público las completa. Se trata de una decisión política: el arte visual es súper elitista, tanto en la galería, como en el museo o en el centro cultural. En general, el artista baja un saber que el espectador recibe pasivamente. Nosotros invitamos a la participación. No hace falta un saber particular para expresarse. Y muchas veces, te sorprenden con cosas que no imaginabas.”
Un ejemplo concreto: las artistas presuponían que el Ministerio de Economía sería la mayor víctima de la pegatina. Sin embargo, la Casa Rosada ganó por lejos. Al final de la muestra, la sede de gobierno había quedado sepultada por las etiquetas. “Tal vez haya sido porque tiene un valor simbólico mayor que el resto y sea más identificable a primera vista”, apuesta Doberti. Otro detalle: “tire” le ganó por goleada al “empuje”.
Nosotras hacemos arte político –subraya Doberti-, pero estamos por fuera del lenguaje adusto del realismo socialista. El muralismo de Siqueiros no me parece que hoy sea arte urbano, eso se hacía hace 50 años. Ese tipo de obras busca que el público se sienta identificado y agite una bandera. Nosotros, en cambio, nos proponemos que la gente reflexione. Mientras que el realismo socialista trabaja desde la imagen, nosotros lo hacemos desde el concepto, en todo caso desde ahí incorporamos la imagen o el texto. Siempre trabajamos con cruces lingüísticos. Por ejemplo, cuando se leen estructuras reconocibles pero en otro contexto, los mensajes ganan interés y estimulan la complicidad del espectador”.
Los estímulos que el público recibe cuando ingresa en Tire y Empuje no se limitan a las percepciones visuales o táctiles. Como música de fondo, un audio sin fin acompaña la exhibición. Una voz monocorde lee decenas de definiciones y aplicaciones de los términos que bautizaban a la performance, sin hilo conductor alguno. Se escuchan acepciones de distintos diccionarios y, también, las diversas explicaciones que propone la física. Hay algunas nociones vinculadas al deporte y otras a la arquitectura. También aparecen frases de obras fundantes de la literatura nacional, como el Facundo, y los absurdos hallazgos que realiza el Google cada vez que el usuario hace click en buscar. La ensalada se completa con una sucesión de acontecimientos históricos que devinieron en múltiples “tires y empujes”. Rosas, por ejemplo, había organizado un plan para empujar a las tribus hasta la cordillera; el exilio había empujado a Perón a España durante 6.268 días; los obreros empujaron por medio de la huelga general –en 1918– la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas; y los cacerolazos de miles de vecinos enfurecidos empujaron a Fernando de la Rúa de la Casa Rosada. Pese a la deliberada monocronía de la voz, hay una frase que todos escuchan con sobresalto.
Dice la voz: “Tenía miedo de que cuando llegara el momento no me iba a animar a empujar a la gente desde el avión, pero me animé. En ese momento me sentía Dios”.
Es una cita textual y el copyrigh pertenece a el ex diputado provincial por Tierra del Fuego, el represor Juan “Jeringa” Barrionuevo, refiriéndose a las ejecuciones que realizó en los denominados vuelos de la muerte, durante la última dictadura militar.

Hombre trabajando
La muestra se completa con una pantalla donde se proyecta la imagen aérea de la Plaza de Mayo. Pero la puesta incluye la intervención del actor Rorberto Beto Sabatto, que se introduce en la pantalla a través de unos tajos, imperceptibles a primera vista. Desde atrás comienza lentamente a tirar y a empujar. Así, la película se acerca al público y se aleja. Se inclina hasta casi tocar el piso o toma el relieve de unas manos o una cabeza. La pantalla va y viene hasta que, finalmente, la secuencia termina con el hombre aplastado por las rejas de la Casa Rosada, como si todo su esfuerzo por modificar ese relieve hubiera sido inútil.
“Quisimos reflejar, de alguna manera, lo que pasó en 2001. Tiramos todo y volvió. Pero la idea no era dar un mensaje frustrante, sino asumir todo lo que pasó, la película completa. En el fondo, nosotras proponemos que vale la pena seguir tirando y empujando, aunque a veces parezca inútil. Y la gente lo entendió, por eso pegó los stickers por todos lados. Eso sí: en este país para empujar y tirar hay que laburar mucho, por eso el actor está vestido de obrero”.
Cuando el actor sale de la pantalla, se quita su mameluco y lo guarda en el valijín. En ese momento la mujer de mediana edad retoma su marcha, pasa por el Cabildo –donde el instructivo llama a pensar en Saavedra y Moreno–, se topa con el Banco Nación, donde el cartel propone mirar si no hay corralitos cerca y se va, sonriente. Lleva en los bolsillos de su campera dos etiquetas: una dice “tire” y la otra, “empuje”.
“Nuestra esencia es lo efímero y lo público. Si en una galería, la obra de un artista termina cuando la cuelga; la nuestra recién empieza. Es un proceso que va desde el momento de proyectar hasta el seguimiento de las reacciones del público”, sintetiza Doberti.

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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