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La corrupción transgénica

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Conabia 2017. El organismo que aprueba los transgénicos en Argentina fue modificado y amplió el dominio de las empresas: sobre 34 integrantes, 26 pertenecen a las mismas compañías que producen semillas o son científicos con conflictos de intereses. Por Darío Aranda

Los transgénicos en Argentina son aprobados por las mismas empresas que los producen y comercializan. Se trata de un selecto y secreto grupo que decide qué semillas se aprueban y, al mismo tiempo, elude responsabilidades sobre el impacto que eso implica: masivo uso de agrotóxicos, desmontes, desalojos, afecciones en la salud. Se presentan como “científicos”, “técnicos” o “expertos” que ocultan sus vinculaciones con las empresas que producen los transgénicos y que hoy forman parte del organismo oficial que los aprueba. Según el listado “confidencial” al que pudo acceder MU, la Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia) está integrada por Monsanto, Bayer, Syngenta, Indear/Bioceres, Pioneer/DuPont, Don Mario, ASA (Asociación de Semilleros), Aapresid (Productores de Siembra Directa), Argenbio y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).

Secretos

La Conabia fue creada el 24 de octubre de 1991, cuando el gobierno de Carlos Menem tomó la decisión de introducir los transgénicos en Argentina. Su perfil se autodefinía como “científico-técnico”. De forma insólita, su composición se mantuvo secreta hasta 2014, cuando se filtró en medios independientes su composición (en el Periódico de la CTA, en MU N° 86 y La Jornada de México). De 47 integrantes, más de la mitad (27), eran parte de las empresas de transgénicos y de científicos con conflictos de intereses.

Caso emblemático: Martín Lema, el máximo responsable de la Conabia y actual director de Biotecnología (Ministerio de Agricultura), publicó papers científicos con las empresas que debe controlar: Monsanto, Syngenta, Bayer, Basf y Dow Agroscience.

La noticia no fue retomada por ninguno de los cientos de  periodistas “agropecuarios”, que -casualmente- dependen de la pauta de esas mismas empresas y suelen repetir el eslogan “los transgénicos son seguros”.

Intactos

Dentro de la Conabia se sintieron expuestos por primera vez: se negaron a dar entrevistas, y ni intentaron explicación alguna. También impactó una denuncia de la ONG Naturaleza de Derechos por la aprobación de la soja llamada Intacta (Monsanto). El abogado Fernando Cabaleiro puso en evidencia que la Conabia funcionó durante dos décadas sin reglamento interno y sin participación ciudadana, con lo cual objetó todo el procedimiento.

El año pasado la Comisión festejó sus 25 años. Para celebrar anunciaron entonces “la aprobación de dos eventos biotecnológicos” , según tituló la gacetilla del Ministerio de Agroindustria del 2 de noviembre de 2016. El secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, destacó “la contribución de la Conabia al desarrollo tecnológico de la actividad agropecuaria”. El acto de celebración se realizó en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Allí aprobaron nuevas semillas de soja y maíz, con uso de los agrotóxicos 2,4-D, glifosato y glufosinato de amonio. La beneficiada fue la compañía estadounidense Dow AgroSciences.

Sin grabador

Martín Lema, director de Biotecnología en Agroindustria y responsable de la Conabia tiene tres puntos en común con el ministro de Ciencia, Lino Barañao: son férreos defensores del modelo transgénicos; tienen vínculos y trabajos junto a las empresas del sector; y ambos pasaron de la gestión kirchnerista al gobierno de Mauricio Macri.

Lema no habla con la prensa. MU intentó entrevistarlo en reiteradas oportunidades pero sólo una vez propuso un encuentro, sin grabador ni anotador mediante. “Te quiero aclarar algunas cosas”, invitó. MU insistió que sólo se reunía con fines de entrevista. El encuentro nunca se realizó.

Lema sí habló con el suplemento Rural de Clarín el 4 de noviembre de 2016. El título de la nota: “La Argentina es un referente mundial en biotecnología agrícola”. Lema destacó que la Conabia “garantiza la seguridad para el medio ambiente y para las personas de todos los productos que se utilizan en el campo argentino”. Y señaló que las críticas a los transgénicos se deben a “quienes desinforman debido a que atienden diferentes intereses, están relacionados a alguna intencionalidad política”.

Lema celebró que Argentina sea el tercer lugar con más transgénicos, después de Estados Unidos y Brasil. “Esta semana se aprobaron dos eventos más en soja y ya se acercan a los 40 que fueron autorizados en el país y un tercio fueron bajo mi mandato”, aclaró. Y detalló el futuro: transgénicos en “árboles que producen mejores maderas, flores mejoradas, arroces más nutritivos y plantas resistentes a sequías”.

Listas secretas

La campaña maquillaje de la Conabia incluyó un “llamado a nuevos integrantes de instituciones científicas y técnicas”. El 28 de abril de 2017 anunciaron que se realizó la primera reunión con la nueva conformación. “Fomentando el desarrollo biotecnológico para aumentar la producción”, la tituló el Ministerio de Agricultura.

Allí se evaluaron dos cultivos de la empresa argentina Indear/Bioceres. En la misma gacetilla, Martín Lema, volvió sobre la campaña de maquillaje: “Resalto el impulso dado a la transparencia y la participación pública en la toma de decisiones en el campo de la biotecnología agroindustrial”.

El Ministerio precisó que “se revisó la pertinencia de las instituciones preexistentes y se agregaron reglas de selección de expertos para prevenir cualquier conflicto de intereses”.

No precisaron qué organizaciones ni personas integran la Conabia 2017.

MU lo solicitó al Ministerio de Agroindustria. El área de Prensa prometió respuesta. Nunca sucedió. Martín Lema tampoco respondió correos ni llamados.

Los ganadores

A través de un ex integrante de la Conabia MU pudo acceder a su listado actualizado. Al antiguo plantel, ahora se sumaron otros funcionarios con conflictos de intereses:

Natalia Ceballos Ríos. Coordinadora General del Grupo de Biotecnología o “Grupo Bio”,  integrado y financiadopor semilleras, cámaras de cereales y empresas de agrotóxicos como Monsanto, Bayer, Syngenta, Dow, Pioneer/DuPont, entre otras.

Alejandro Tozzini, ex gerente de Monsanto, actual de Syngenta.

Gustavo Abratti, responsable del área de “regulaciones” de DuPont-Pioneer.

Miguel Rapela y Fabiana Malacarne (Asociación de Semilleros de Argentina, donde están todas las empresas multinacionales de semillas transgénicas).

Gabriela Levitus de Argenbio, organización de lobby científico-político fundado por las empresas Syngenta, Monsanto, Bayer, Basf, Bioceres, Dow, Nidera y Pioneer.

Claudio Gabriel Robredo, “líder de Asuntos Regulatorios” de Monsanto entre 2000 y 2011. En la actualidad posee una empresa propia, AgroReg, donde brinda “servicios de asesoramiento y gestión en el área regulatoria de cultivos y semillas”. AgroReg es miembro de ASA (Asociación de Semilleros Argentinos).

Silvia Lede, de la multinacional Basf.

Mariano Devoto, ingeniero agrónomo y docente de botánica general en la Facultad de Agronomía de la UBA. Trabaja en el marco de un convenio con Syngenta en un proyecto de investigación: “Polinización de la soja: un estudio a diferentes escalas”.

Jorge Zavala, ingeniero agrónomo, docente de la cátedra de bioquímica junto a Eduardo Pagano, ex vicedecano y uno de los referentes del agronegocio en la Facultad de Agronomía de la UBA. Zavala también es subdirector del Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA, de la Fauba), donde trabajan en vinculación con empresas transgénicas.

Santiago. D´Alessio, director de Fauna Silvestre de la Subsecretaría de Planificación y Política Ambiental de la Nación.

Abelardo Portugal. Ingeniero agrónomo, ex presidente y referente de Aianba (Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires) y parte de la organización Maizar, en la que participan todas las empresas del sector. Aianba es auspiciada por Bayer, Dow y Monsanto, entre otras empresas.

Mauro Meier, de la Asociación de Cooperativas Argentinas, se autodefine como “uno de los principales operadores de granos del país en la comercialización de cereales y oleaginosas”. Parte del negocio transgénico.

Elba María Pagano es otra de las referentes del INTA para la promoción de transgénicos. Vinculada a Red Bio Argentina (Red de Laboratorios de Biotecnología), espacio donde confluyen impulsores científico-técnicos del agronegocios.

Mariano Podworny, de la Coordinación de Proyectos Especiales de Biotecnología el Instituto Nacional de Semillas (Inase).

Viejos conocidos

Siguen ocupando sus sillas en la Conabia:

Dalia Marcela Lewi (INTA). Parte del Instituto de Genética del INTA. Autora del libro Biotecnología y mejoramiento vegetal II, en coautoría con Clara Rubinstein, de Monsanto Argentina. También investigó, junto a la empresa Bioceres (otra de las referentes del agronegocios), la resistencia del maíz transgénico al frío y a la salinidad, y formó parte del Comité de Biotecnología de ILSI, junto a investigadores de Monsanto, Syngenta, Bayer y Dow Agrosciences.

Miguel Alvarez Arancedo, director de asuntos regulatorios de Monsanto.

Magdalena Sosa Beláustegui, gerenta de asuntos regulatorios y semillas para Bayer Cono Sur.

Mirta Antongiovanni, gerenta de asuntos regulatorios de la semillera Don Mario.

Gerónimo Watson, director de tecnologías de Bioceres/Indear, donde están presentes como accionistas Gustavo Grobocopatel (unos de los mayores pooles de siembra del continente) y Víctor Trucco (presidente honorario de Aapresid).

Fernando Bravo Almonacid (Conicet) es investigador “independiente” del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi-UBA) y trabaja en la mejora genética de la papa. Luego de seis años, en 2013 logró una nueva variedad, que sería más resistente a los virus del campo. En 2015 logró la aprobación del la Conabia –que él mismo integra- de una papa resistente a un virus. La empresa a cargo de la papa transgénica es Tecnoplant, del Grupo Sidus.

Mónica Liliana Pequeño Araujo y Ana Vicario (por Inase).

Silvia Passalacqua y Leonardo Gorodsky (Senasa).

Gustavo Schrauf,  de la Facultad de Agronomía de la UBA.

Sara Maldonado (Facultad de Ciencias Exactas de la Uba).

Hugo Permingeat, de la Facultad de Ciencias Agrarias de Rosario. Como secretario general de la Facultad y junto a la decana (Liliana Ramírez), justificó abiertamente la incidencia privada en la universidad pública: “Monsanto forma sus cuadros aquí. Son ingenieros agrónomos a los que les brinda la capacitación de posgrado y Monsanto valora esa capacitación que brindamos”. Fue la forma de justificar que Monsanto, Pioneer y Syngenta hayan “donado” un laboratorio de biotecnología en la Facultad y equipamiento por 300 mil dólares.

Lucas Lieber, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Rosario. Su CV detalla su trabajo en la empresa Indear/Bioceres.

Andrés Venturino, del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología de la Universidad del Comahue.

Atilio Castagnaro es el referente de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (de los grandes ingenios azucareros de Tucumán). En 2011 formó parte de un equipo de científicos del Mercosur que creó que un robot que busca las plantas de soja más aptas para resistir la sequía. En el grupo de trabajo (y patentamiento) participaron dos empresas: Nidera (una de las grandes multinacionales del agro) e Indear/Bioceres (Instituto de Agrobiotecnología de Rosario).

Alejandro Petek, de la organización de empresarios Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa), espacio de lobby transgénico que promueve al modelo. Hoy presente en el Ministerio de Agroindustria.

Luis Negruchi, también de Aapresid.

Por goleada

La Conabia 2017, que según las gacetillas oficiales apuesta a la “transparencia”, cuenta con 34 integrantes para la aprobación de semillas transgénicas. Una amplia mayoría, 26 de ellos, pertenecen a las empresas que producen los transgénicos o son científicos/empresarios con conflictos de intereses.

Es decir: están de ambos lados del mostrador, son juez y parte del negocio transgénico

El organismo responsable en liberar semillas de soja, maíz, algodón, papa y caña de azúcar (y se siguen sumando cultivos) no cuenta con ningún científico crítico al desarrollo de organismos genéticamente modificados. Mucho menos cuenta con entidades que representen a la sociedad civil.

En audiencias privadas y sin registros públicos, 34 personas deciden el futuro de 24 millones de hectáreas con transgénicos que implican el uso masivo de agrotóxicos.

También ocultan los expedientes de aprobación de esos transgénicos.

Si una universidad, un instituto de investigación, una organización social o un periodista quiere acceder al expediente de aprobación de las semillas de soja, maíz, algodón o papa transgénica, no puede: son “confidenciales”.

Los resultados son conocidos: desde 1996 se aprobaron en Argentina 41 transgénicos de soja, maíz, algodón y papa. Las empresas beneficiadas fueron Syngenta, Monsanto, Bayer, Indear, Dow, Tecnoplant y Pioneer y Nidera, entre otras. Las mismas empresas que dominan la Conabia.

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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