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La corrupción transgénica

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Conabia 2017. El organismo que aprueba los transgénicos en Argentina fue modificado y amplió el dominio de las empresas: sobre 34 integrantes, 26 pertenecen a las mismas compañías que producen semillas o son científicos con conflictos de intereses. Por Darío Aranda

Los transgénicos en Argentina son aprobados por las mismas empresas que los producen y comercializan. Se trata de un selecto y secreto grupo que decide qué semillas se aprueban y, al mismo tiempo, elude responsabilidades sobre el impacto que eso implica: masivo uso de agrotóxicos, desmontes, desalojos, afecciones en la salud. Se presentan como “científicos”, “técnicos” o “expertos” que ocultan sus vinculaciones con las empresas que producen los transgénicos y que hoy forman parte del organismo oficial que los aprueba. Según el listado “confidencial” al que pudo acceder MU, la Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia) está integrada por Monsanto, Bayer, Syngenta, Indear/Bioceres, Pioneer/DuPont, Don Mario, ASA (Asociación de Semilleros), Aapresid (Productores de Siembra Directa), Argenbio y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).

Secretos

La Conabia fue creada el 24 de octubre de 1991, cuando el gobierno de Carlos Menem tomó la decisión de introducir los transgénicos en Argentina. Su perfil se autodefinía como “científico-técnico”. De forma insólita, su composición se mantuvo secreta hasta 2014, cuando se filtró en medios independientes su composición (en el Periódico de la CTA, en MU N° 86 y La Jornada de México). De 47 integrantes, más de la mitad (27), eran parte de las empresas de transgénicos y de científicos con conflictos de intereses.

Caso emblemático: Martín Lema, el máximo responsable de la Conabia y actual director de Biotecnología (Ministerio de Agricultura), publicó papers científicos con las empresas que debe controlar: Monsanto, Syngenta, Bayer, Basf y Dow Agroscience.

La noticia no fue retomada por ninguno de los cientos de  periodistas “agropecuarios”, que -casualmente- dependen de la pauta de esas mismas empresas y suelen repetir el eslogan “los transgénicos son seguros”.

Intactos

Dentro de la Conabia se sintieron expuestos por primera vez: se negaron a dar entrevistas, y ni intentaron explicación alguna. También impactó una denuncia de la ONG Naturaleza de Derechos por la aprobación de la soja llamada Intacta (Monsanto). El abogado Fernando Cabaleiro puso en evidencia que la Conabia funcionó durante dos décadas sin reglamento interno y sin participación ciudadana, con lo cual objetó todo el procedimiento.

El año pasado la Comisión festejó sus 25 años. Para celebrar anunciaron entonces “la aprobación de dos eventos biotecnológicos” , según tituló la gacetilla del Ministerio de Agroindustria del 2 de noviembre de 2016. El secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, destacó “la contribución de la Conabia al desarrollo tecnológico de la actividad agropecuaria”. El acto de celebración se realizó en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Allí aprobaron nuevas semillas de soja y maíz, con uso de los agrotóxicos 2,4-D, glifosato y glufosinato de amonio. La beneficiada fue la compañía estadounidense Dow AgroSciences.

Sin grabador

Martín Lema, director de Biotecnología en Agroindustria y responsable de la Conabia tiene tres puntos en común con el ministro de Ciencia, Lino Barañao: son férreos defensores del modelo transgénicos; tienen vínculos y trabajos junto a las empresas del sector; y ambos pasaron de la gestión kirchnerista al gobierno de Mauricio Macri.

Lema no habla con la prensa. MU intentó entrevistarlo en reiteradas oportunidades pero sólo una vez propuso un encuentro, sin grabador ni anotador mediante. “Te quiero aclarar algunas cosas”, invitó. MU insistió que sólo se reunía con fines de entrevista. El encuentro nunca se realizó.

Lema sí habló con el suplemento Rural de Clarín el 4 de noviembre de 2016. El título de la nota: “La Argentina es un referente mundial en biotecnología agrícola”. Lema destacó que la Conabia “garantiza la seguridad para el medio ambiente y para las personas de todos los productos que se utilizan en el campo argentino”. Y señaló que las críticas a los transgénicos se deben a “quienes desinforman debido a que atienden diferentes intereses, están relacionados a alguna intencionalidad política”.

Lema celebró que Argentina sea el tercer lugar con más transgénicos, después de Estados Unidos y Brasil. “Esta semana se aprobaron dos eventos más en soja y ya se acercan a los 40 que fueron autorizados en el país y un tercio fueron bajo mi mandato”, aclaró. Y detalló el futuro: transgénicos en “árboles que producen mejores maderas, flores mejoradas, arroces más nutritivos y plantas resistentes a sequías”.

Listas secretas

La campaña maquillaje de la Conabia incluyó un “llamado a nuevos integrantes de instituciones científicas y técnicas”. El 28 de abril de 2017 anunciaron que se realizó la primera reunión con la nueva conformación. “Fomentando el desarrollo biotecnológico para aumentar la producción”, la tituló el Ministerio de Agricultura.

Allí se evaluaron dos cultivos de la empresa argentina Indear/Bioceres. En la misma gacetilla, Martín Lema, volvió sobre la campaña de maquillaje: “Resalto el impulso dado a la transparencia y la participación pública en la toma de decisiones en el campo de la biotecnología agroindustrial”.

El Ministerio precisó que “se revisó la pertinencia de las instituciones preexistentes y se agregaron reglas de selección de expertos para prevenir cualquier conflicto de intereses”.

No precisaron qué organizaciones ni personas integran la Conabia 2017.

MU lo solicitó al Ministerio de Agroindustria. El área de Prensa prometió respuesta. Nunca sucedió. Martín Lema tampoco respondió correos ni llamados.

Los ganadores

A través de un ex integrante de la Conabia MU pudo acceder a su listado actualizado. Al antiguo plantel, ahora se sumaron otros funcionarios con conflictos de intereses:

Natalia Ceballos Ríos. Coordinadora General del Grupo de Biotecnología o “Grupo Bio”,  integrado y financiadopor semilleras, cámaras de cereales y empresas de agrotóxicos como Monsanto, Bayer, Syngenta, Dow, Pioneer/DuPont, entre otras.

Alejandro Tozzini, ex gerente de Monsanto, actual de Syngenta.

Gustavo Abratti, responsable del área de “regulaciones” de DuPont-Pioneer.

Miguel Rapela y Fabiana Malacarne (Asociación de Semilleros de Argentina, donde están todas las empresas multinacionales de semillas transgénicas).

Gabriela Levitus de Argenbio, organización de lobby científico-político fundado por las empresas Syngenta, Monsanto, Bayer, Basf, Bioceres, Dow, Nidera y Pioneer.

Claudio Gabriel Robredo, “líder de Asuntos Regulatorios” de Monsanto entre 2000 y 2011. En la actualidad posee una empresa propia, AgroReg, donde brinda “servicios de asesoramiento y gestión en el área regulatoria de cultivos y semillas”. AgroReg es miembro de ASA (Asociación de Semilleros Argentinos).

Silvia Lede, de la multinacional Basf.

Mariano Devoto, ingeniero agrónomo y docente de botánica general en la Facultad de Agronomía de la UBA. Trabaja en el marco de un convenio con Syngenta en un proyecto de investigación: “Polinización de la soja: un estudio a diferentes escalas”.

Jorge Zavala, ingeniero agrónomo, docente de la cátedra de bioquímica junto a Eduardo Pagano, ex vicedecano y uno de los referentes del agronegocio en la Facultad de Agronomía de la UBA. Zavala también es subdirector del Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA, de la Fauba), donde trabajan en vinculación con empresas transgénicas.

Santiago. D´Alessio, director de Fauna Silvestre de la Subsecretaría de Planificación y Política Ambiental de la Nación.

Abelardo Portugal. Ingeniero agrónomo, ex presidente y referente de Aianba (Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires) y parte de la organización Maizar, en la que participan todas las empresas del sector. Aianba es auspiciada por Bayer, Dow y Monsanto, entre otras empresas.

Mauro Meier, de la Asociación de Cooperativas Argentinas, se autodefine como “uno de los principales operadores de granos del país en la comercialización de cereales y oleaginosas”. Parte del negocio transgénico.

Elba María Pagano es otra de las referentes del INTA para la promoción de transgénicos. Vinculada a Red Bio Argentina (Red de Laboratorios de Biotecnología), espacio donde confluyen impulsores científico-técnicos del agronegocios.

Mariano Podworny, de la Coordinación de Proyectos Especiales de Biotecnología el Instituto Nacional de Semillas (Inase).

Viejos conocidos

Siguen ocupando sus sillas en la Conabia:

Dalia Marcela Lewi (INTA). Parte del Instituto de Genética del INTA. Autora del libro Biotecnología y mejoramiento vegetal II, en coautoría con Clara Rubinstein, de Monsanto Argentina. También investigó, junto a la empresa Bioceres (otra de las referentes del agronegocios), la resistencia del maíz transgénico al frío y a la salinidad, y formó parte del Comité de Biotecnología de ILSI, junto a investigadores de Monsanto, Syngenta, Bayer y Dow Agrosciences.

Miguel Alvarez Arancedo, director de asuntos regulatorios de Monsanto.

Magdalena Sosa Beláustegui, gerenta de asuntos regulatorios y semillas para Bayer Cono Sur.

Mirta Antongiovanni, gerenta de asuntos regulatorios de la semillera Don Mario.

Gerónimo Watson, director de tecnologías de Bioceres/Indear, donde están presentes como accionistas Gustavo Grobocopatel (unos de los mayores pooles de siembra del continente) y Víctor Trucco (presidente honorario de Aapresid).

Fernando Bravo Almonacid (Conicet) es investigador “independiente” del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi-UBA) y trabaja en la mejora genética de la papa. Luego de seis años, en 2013 logró una nueva variedad, que sería más resistente a los virus del campo. En 2015 logró la aprobación del la Conabia –que él mismo integra- de una papa resistente a un virus. La empresa a cargo de la papa transgénica es Tecnoplant, del Grupo Sidus.

Mónica Liliana Pequeño Araujo y Ana Vicario (por Inase).

Silvia Passalacqua y Leonardo Gorodsky (Senasa).

Gustavo Schrauf,  de la Facultad de Agronomía de la UBA.

Sara Maldonado (Facultad de Ciencias Exactas de la Uba).

Hugo Permingeat, de la Facultad de Ciencias Agrarias de Rosario. Como secretario general de la Facultad y junto a la decana (Liliana Ramírez), justificó abiertamente la incidencia privada en la universidad pública: “Monsanto forma sus cuadros aquí. Son ingenieros agrónomos a los que les brinda la capacitación de posgrado y Monsanto valora esa capacitación que brindamos”. Fue la forma de justificar que Monsanto, Pioneer y Syngenta hayan “donado” un laboratorio de biotecnología en la Facultad y equipamiento por 300 mil dólares.

Lucas Lieber, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Rosario. Su CV detalla su trabajo en la empresa Indear/Bioceres.

Andrés Venturino, del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología de la Universidad del Comahue.

Atilio Castagnaro es el referente de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (de los grandes ingenios azucareros de Tucumán). En 2011 formó parte de un equipo de científicos del Mercosur que creó que un robot que busca las plantas de soja más aptas para resistir la sequía. En el grupo de trabajo (y patentamiento) participaron dos empresas: Nidera (una de las grandes multinacionales del agro) e Indear/Bioceres (Instituto de Agrobiotecnología de Rosario).

Alejandro Petek, de la organización de empresarios Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa), espacio de lobby transgénico que promueve al modelo. Hoy presente en el Ministerio de Agroindustria.

Luis Negruchi, también de Aapresid.

Por goleada

La Conabia 2017, que según las gacetillas oficiales apuesta a la “transparencia”, cuenta con 34 integrantes para la aprobación de semillas transgénicas. Una amplia mayoría, 26 de ellos, pertenecen a las empresas que producen los transgénicos o son científicos/empresarios con conflictos de intereses.

Es decir: están de ambos lados del mostrador, son juez y parte del negocio transgénico

El organismo responsable en liberar semillas de soja, maíz, algodón, papa y caña de azúcar (y se siguen sumando cultivos) no cuenta con ningún científico crítico al desarrollo de organismos genéticamente modificados. Mucho menos cuenta con entidades que representen a la sociedad civil.

En audiencias privadas y sin registros públicos, 34 personas deciden el futuro de 24 millones de hectáreas con transgénicos que implican el uso masivo de agrotóxicos.

También ocultan los expedientes de aprobación de esos transgénicos.

Si una universidad, un instituto de investigación, una organización social o un periodista quiere acceder al expediente de aprobación de las semillas de soja, maíz, algodón o papa transgénica, no puede: son “confidenciales”.

Los resultados son conocidos: desde 1996 se aprobaron en Argentina 41 transgénicos de soja, maíz, algodón y papa. Las empresas beneficiadas fueron Syngenta, Monsanto, Bayer, Indear, Dow, Tecnoplant y Pioneer y Nidera, entre otras. Las mismas empresas que dominan la Conabia.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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