Nota
Nuevo programa de tevé: Es La Política
Un nuevo ciclo semanal de 30 minutos. Un nuevo concepto para pensar qué es la política por fuera del partidismo en plena época electoral. Este monólogo de Pablo Marchetti abre el primer programa, que ya puede verse en Youtube y por Canal Abierto.
«Es la economía, estúpido”, es, tal vez, el eslogan no oficial más famoso de una campaña política en todo el Mundo. Lo inventó James Carville, el estratega de la campaña en la que Bill Clinton le terminó ganando a George Bush la elección presidencial estadounidense de 1992.
La consigna, además de marcar un rumbo en una campaña exitosa, sirvió para explicar parte de la historia. De muchos tiempos y lugares.
Apliquemos la frase “es la economía, estúpido” a la historia argentina. Y recordemos, por ejemplo, que alguna vez permitimos que haya un centro clandestino de detención y tortura a 300 metros del principal estadio donde se jugó un Mundial de Fútbol Masculino.
¿Por qué permitimos eso? Muy simple: porque la economía andaba más o menos bien. Con la vuelta a la democracia, la economía siempre determinó la suerte de los gobiernos elegidos por el voto popular. ¿Siempre? No, un grupo de irreductibles grandes empresarios y gerentes ultrapremium de grandes corporaciones resiste firme hoy ante el invasor populista.
Hoy, más que en la economía, el Gobierno se refugia en la política. La política, ese territorio con límites casi tan anchos como cualquiera de las religiones conocidas: el catolicismo, el evangelismo, el hinduismo o el peronismo.
La política es algo que puede volverse economía. Se puede economizar. Pero también se puede mediatizar, judicializar, espectaculizar, hospitalizar, privatizar o estatizar. Lo que importa es la política porque está en todas partes. Una política que vive del mito, de la tragedia, del imaginario, de la ficción. Tan ficcional es la política que casi casi parece periodismo.
Lo bueno es que el Gobierno no lo oculta. Porque podemos acusar de muchas cosas a este Gobierno. Menos de hipocresía. “En la Argentina nunca se hizo un ajuste de tal magnitud sin que caiga el Gobierno”, dijo en noviembre de 2018 el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Juro que las palabras de Dujovne en su momento me trajeron tranquilidad. Porque pensé: “OK, este tipo dice esta barbaridad porque sabe que pasó todo”. Y pensé también: “Claro, el ajuste fue bestial, pero lo hicieron hasta noviembre, ahora se ponen media pila para pasar las fiestas y encarar un año electoral sin sobresaltos”.
No, ni a palos. La recontra pifié. Siguió el ajuste, siguieron los aumentos.
Hace poco me crucé con un funcionario del Gobierno a quien conozco desde hace años.
-Che, lo de ustedes es “grieta o muerte”, ¿no? –pregunté-. ¿O tienen Plan B?
El tipo se encogió de hombros, sin decir nada.
-O sea que la economía -insistí.
-Nada, no existe –me interrumpió-. No tiramos una sola medida a favor de la gente. No podemos pensar en eso.¿Vos cómo la ves? –me pregunta.
-Yo estoy armando un programa de tele que se llama Es La Política –le contesto-. Justamente, retomando la teoría Dujovne. El bolsillo está mucho peor que cuando Dujovne dijo eso y ustedes siguen con alguna chance. Es un milagro. Es la política.
-Mirá vos, eso mismo es lo que dice Marcos.
-¿Peña? –pregunto.
-Sí, claro, ¿qué Marcos va a ser? ¿El subcomandante? Marcos dice que esta elección no se va a definir por la economía.
-Es la política, estúpido –digo.
-Exacto –dice el funcionario riéndose.
Nos saludamos y me voy pensando en que estoy por arrancar un programa con una consigna que une el pensamiento de Nicolás Dujovne y de Marcos Peña. ¿Me estaré volviendo macrista? ¿Por eso hice reír a un funcionario afligido? ¿Soy un bufón de la corte?
Sí, pueden putearme.
Lo sé: le estoy haciendo el juego a la derecha.
Sepan disculpar.
Es la política.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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