CABA
Shockeades: Susy Shock y las Postas Culturales
Junto a Andrea Bazán y Caro Bonillo, comandó las Postas Sanitarias Culturales en los teatros oficiales cerrados y en MU. Tenía pactada una gira en Europa junto a su banda, pero debió quedarse y armó una productora. Tejió redes para sostener al círculo de diversidad que la rodea, asediado por el “quedate en casa”. Nominada a los Premios Gardel, habla de volver a la cuadra, al encuentro, al cuidado más acá de la OMS, y a hacer arte para imaginar un futuro distinto. Por María del Carmen Varela.

¿Dónde comenzar a buscar indicios de verdad y belleza? ¿Cómo prepararse para lo que está sucediendo? ¿Y para lo que viene? ¿De la punta de qué ovillo podemos tirar para iniciar entramados que le den color al imperio del gris? El arte es un señuelo, una guía, una señal que descubre el oráculo para un presente incierto y la herramienta eficaz y perdurable para construir futuro.
Entonces, ¿qué dice el arte en medio de una pandemia?
La calle es arte
Si bien desde el minuto cero de la cuarentena obligatoria hay acciones artísticas desde plataformas virtuales, traspasar la pantalla fue el desafío y la necesidad de que artistx y público volvieran al encuentro. Las Postas Sanitarias Culturales fueron una respuesta artística ante la falta de políticas oficiales que ya venía atravesando al sector y que se agudizó con la pandemia. Ante la parálisis impuesta, lxs artistxs siguieron en movimiento.
¿Qué es una Posta Sanitaria Cultural? Una irrupción artística en el espacio público. ¿Para qué? Si los teatros y espacios culturales deben estar cerrados, el arte sucede en la calle, con las medidas higiénicas y la distancia de los cuerpos indicadas por las autoridades encargadas de la salud.
Las tres primeras Postas semanales tuvieron como escenarios las puertas cerradas de tres teatros oficiales: el Presidente Alvear, el San Martín y el Colón. Lectura de textos y manifiestos, canto, danza, y la artista Susy Shock, que leyó su poesía; la acción en el Teatro Colón contó con la actuación del dúo Ópera Queer, integrado por Fernando y Luis De Gyldenfeldt.; las actrices de la compañía Ver Llover y la bailarina Cecilia Gruner también participaron de las postas, que luego tomaron forma en el espacio cultural MU Trinchera Boutique –la casa de la cooperativa lavaca– con shows musicales en la voz y con el encanto de Susy Shock, los viernes por la tarde.
A través de una gran vidriera, se levanta el telón metálico y aparece Susy acompañada por las músicas Caro Bonillo y Andrea Bazán, a cargo de las guitarras y coros. Una butaca ubicada estratégicamente frente a las artistas, se instala en la vereda, une espectadxr se sienta en ella y recibe el regalo de una canción: tango, milonga, chacarera, zamba y cumbia son los variados ritmos que envuelven este obsequio musical. Y a través del vidrio y por encima del barbijo, mirarse a los ojos.
Los teatros y espacios culturales agrupados en ESCENA se sumaron a las postas culturales y los domingos por la tarde realizan actividades en las puertas de sus locales cerrados. Ya participaron Espacio FACE y Planta, en Parque Patricios, Mu Trinchera Boutique y Sala de Máquinas en Congreso; y Tribunales, El Piso y el Centro Cultural Macedonia, en Villa Crespo y Almagro.
Susy es la posta
Susy es cantante, actriz, escritora, poeta y más. Le gusta definirse como artista trans sudaca y de género, colibrí.
Es la chamana que arrojó caña al piso de mármol ajedrez de MU Trinchera Boutique y luego entonó una canción con su caja, en una ceremonia intima al inaugurar el espacio de la Cooperativa lavaca en Congreso en agosto de 2017. La Poetisa que con sus libros Poemario transpirado, Relatos en canecalón, Hojarascas y Crianzas relata la aspereza de un mundo al revés, pero también acaricia con su remanso de palabras. La que nos obsequia frases para pintar murales, hacer afiches o tatuarse en la piel: “No queremos ser más esta humanidad” y “Buena vida y poca vergüenza”, frase heredada de su abuela tucumana que ella llevada tatuada en su mano. La Maestra a la que escuchamos cada vez que estamos desorientades.
Susy tiene la Posta.
Apenas levantado el telón metálico de MU y antes de arrancar con la primera canción dedicada a unx espectadorx, enfatiza la urgencia de volver a habitar la cuadra, el barrio, el pueblo, la ciudad y definió el desafío de esta época: “Hay que Re-crearnos”, dice. ¿Cómo se hace? “Bienvenida esta época porque es como volver a una fuente, como pensar que el teatro sólo está dentro del Teatro San Martín, pensar que la música solamente va a estar en la amplificación de un sonido, como pensar que la poesía va a estar en los libros, pero en realidad la humanidad estuvo antes que los libros, los teatros, antes que cualquiera de las tecnologías que después el arte necesitó para explayarse. Ha sido vital que el arte esté acompañando todas las épocas porque si no ya no tendríamos mundo. Si solo hubiesen mandado la ciencia, esta política burocrática y la lógica de los mercados, hoy llamado capitalismo –pero en su época siempre hubo distintos ismos que nos fueron relegando– sería ya un fracaso, no habría humanidad. Estamos al borde del colapso, si alguito nos queda claramente es porque está el arte soñando otra cosa, instando a una insatisfacción, proponiendo una emotividad que ya no me la está dando ninguno de estos patrones que nos guiaron, que deberían estar haciéndonos la vida más fácil, por no decir feliz”.
Si hay algo que hemos escuchado y leído infinidad de veces desde que arrancó la cuarentena preventiva y obligatoria es el slogan “Quedate en casa”. Susy cuenta cómo le resuena esta consigna: “Es una época que instaló eufemismos, ‘casa’ es un eufemismo y más allá de discutir quién tiene casa o no, a las disidencias hablarles de casa es no conocernos, no conocer las realidades de donde venimos, la batalla primera y fundamental que tenemos que es con esa casa que nos expulsa y si no nos expulsa, es la que nos disciplina”.
Lo primero que hizo fue preguntar a sus amigas. No para desoír el mandato de cuidarse, sino para cuestionar a quienes se imponían como capacitades para ese cuidado. “Ha sido un fracaso de nuestra democracia, claramente lo sostengo, que las fuerzas de seguridad sean las que tengan que estar en la calle ordenando esta época, con todo lo que eso significa porque es la demostración de algo no saldado, algo que todavía sigue con enormes lógicas de las épocas de dictadura. La calle infectada de policía era la primera alarma. Lo digo como trava, como artista, como cualquiera de los bordes que transito. Era ponerme en peligro en lugar de resguardo. ¿Quiénes estaremos capacitades o no para pensar la época? ¿Dónde están les artistas? ¿Dónde están les filosofes? ¿Dónde están les intelectuales? No están siendo invitades a pensar esta época y sobre todo a imaginar cuál es la salida, porque todo lo manda el mercado y todo lo manda la ciencia y todo lo manda una política burocrática que es la que nos trajo al fracaso”.
La comunidad trans y travesti sabe de cuidados, de virus estigmatizantes y de organismos disciplinadores: “Ellos son los mismos que cuando estalló el VIH aprovecharon para disciplinar con enormes mentiras y no para cuidarnos sino para castigarnos, para encerrarnos y continuar su propia hegemonía y en ese punto, nosotras aprendimos a cuidarnos. Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su momento decía que no se podía tomar mate porque te contegiabas de VIH, nosotras aprendimos a tomar mate, aprendimos a no relegar el deseo y lo que podemos sentir por otra persona y lo que otra persona puede sentir por una. Esa estrategia la tenemos nosotras, nos la enseñaron nuestras madres, abuelas, tatarabuelas, que inventaron el deseo. Lo hicimos antes de la que la OMS diga ‘¿sabés que me equivoqué?, el mate no contagia’, porque entre que lo tiró hasta que lo negó, hubo un enorme disciplinamiento, instaló un montón de miedo y desde esa ignorancia hizo mucho mal. Entonces ¿tengo que escuchar a la OMS, para quien hasta hace un año las travas éramos personas enfermas? ¿Tengo que escucharlos para que me digan cómo me tengo que cuidar?”
Zoom o valijita
Al comienzo de la pandemia, Susy tuvo una ilusión: “Yo pensaba que iba a ser el fin de nuestra especie. Se termina todo y el planeta queda para las plantitas y los animales”. ¿Qué pasa con este mundo tal como lo venimos viviendo? “Este capitalismo está llegando a un proceso tan furioso, que en todo caso la pandemia desnuda la profunda desigualdad en la que nos instaló. Como si estuviera rabioso, como el último grito del animal acorralado, que va a luchar hasta el final y ellos tienen todas las estrategias, todas las herramientas, todas las prácticas y no les importa quemarte el humedal, no les importa ir por el Amazonas, no les importa plantarnos una granja de chanchos para seguir jodiéndonos la vida, no les importan las nuevas señales de advertencia que el mismo mundo está dando. A punto del colapso, siguen haciendo oídos sordos”.
Ya que parece que pese a esta pandemia, vamos a continuar como especie, ¿cómo seguimos? “Si vamos a durar, que duremos con lo bello que nos trajo hasta acá. Por eso vuelvo a rescatar el arte, no porque sea más elevado o superior que el resto pero sí es una instancia que nos instala en otro lugar, es otra agenda. Si nos quedamos, si duramos, que duremos con lo más bello que tengamos para aportarle a esta época y a la que viene”.
¿Cómo se transita una pandemia siendo una artista autogestiva? “Yo pude porque estoy en red”, afirma Susy. Esa red implicó desde llamados telefónicos que le advertían “tengo permiso para circular, lo que necesites me avisás y voy a tu casa”, hasta compras colectivas de alimentos, armar la mesa con las verduras cosechadas en el jardín de una casa amiga y repartir los frutos del limonero. Y también está presente la “red de pensar”. Desde esa red se armó la productora “Que otros sean lo normal”, generadora de contenidos audiovisuales. ¿Por qué nace esta productora en plena pandemia? Apenas comenzó la cuarentena, Susy recibió catarata de pedidos de entrevistas y shows por streaming. “La demanda era que todo pase por el celularcito. Yo comprendo que ahora todo pasa por ahí, pero no deja de ser un conformismo”. Ante cada solicitud de su presencia virtual, Susy explica amorosamente: “Cuando voy a actuar, voy a un territorio y voy con mi valijita también. Alguien se me acerca y me dice ¿tenés libros, discos? Yo los vendo y eso es para mi olla. Ahora el pedido de que estés es por streaming o Zoom, pero yo digo: no puedo ir con mi valijita, esta lógica de zoom a vos te la facilita pero a mí, me la complica. Eso se llama extractivismo. Entonces empezamos a generar contenido audiovisual porque me seguían pidiendo todo por celular y dije: les voy a dar algo bello. Hemos creado una cooperativa, entonces hay directorxs, sonidistxs, iluminadorxs, productorxs. Esto no puede ser gratis. Te estás ahorrando llevarme, feria del libro de tal lado, fundación de tal lado, te ahorrás mi pasaje, mi estadía, pero querés mi contenido gratis, gastando yo la luz, el wifi, el celular”.
¿Dónde se encuentra la belleza? Y en todo caso, ¿qué es la belleza? “Siempre estuvimos tratando de producir contenido bello, a veces lo logramos, a veces no, pero estamos con el intento de marcar esa diferencia hasta filosófica, te diría. Si cuando hablo del fracaso estoy pensando en un mundo feo, entonces tengo que proponer algo opuesto y lo opuesto es pensar que las tapas de nuestros libros y discos tienen que ser bellas, los arreglos que hacemos tienen que ser bellos, tocar tiene que ser un hecho de arte, de belleza, más allá del contenido que tenga porque también en nuestra disidencia nos burocratizamos bastante. Parece que lo importante es decir ‘patriarcado’ cada cinco renglones y en realidad hay que pensar menos e instalar una buena canción, un buen texto, una buena poesía, un buen hecho artístico y esa es una diferencia enorme. Yo soy distinta de este mundo que es horrible. Horrible es que haya pibes durmiendo en la calle. No hablo de lindura cuando hablo de belleza. Bello sería un mundo más equitativo, bello sería cuando ves a las travas riéndose y no pensando como llegan a pagar el alquiler en el medio de esta pandemia. El armado de la productora se aceleró en esta época de tanta demanda. No me conformo con el celular y quiero invitar a este mundo a que no se conforme con el celular”.
Gardel y la heterosexualidad
Traviarca –el disco de La Bandada de Colibríes, la banda musical en la que canta Susy– fue nominado como Mejor álbum conceptual en los Premios Gardel que se entregaron el viernes 18 de septiembre. “Quienes nominan son pares y a mi eso ya me ubicó en algo para celebrar”. El título –Traviarca– hace referencia a la travesti que por su sabiduría es respetada por su comunidad y rinde homenaje a la activista Lohana Berkins, fallecida en febrero de 2016. El disco hace un recorrido por distintos ritmos musicales: zamba, chacarera, milonga, candombe, chamamé, copla y vidala. “Están bastante llenos esta vez los casilleros de las nominaciones con autogestión, con disidencia y también tiene que ver con esto furioso que se empezó a instalar y que vino para quedarse que es: tomemos los lugares. En el jurado de los Premios Gardel empezó a haber más mujeres, más disidencia, y eso ya le viene cambiando desde el año pasado la lógica de quienes son los nominados y los premiados porque siempre han sido varones. De hecho la última que ganó un Gardel de oro fue Mercedes Sosa hace veinte años y recién Marilina Bertoldi el año pasado”. La Bandada de Colibríes no vuela junta desde marzo. El año pasado realizaron una gira por Europa, que incluyó un recital en el Museo Reina Sofía, en Madrid, también en ciudades como Barcelona, Bilbao, Lyon en Francia y Belfast en Irlanda. En mayo hubiera arrancado la gira europea de este año, que se posterga, en principio, para el próximo.
De adolescente Susy vio mucho cine, teatro y leyó infinidad de libros. Se fue nutriendo de arte. ¿De qué se nutre ahora? “Al mundo adulto le sigo desconfiando y me interesa cada vez menos, en los últimos encuentros de disidencias yo decidí quedarme en la guardería, dije yo voy a cuidar a les pibxs en lugar de estar en las mesas de pensamiento y querer cambiar el mundo. Me quedé y aprendí un montón, porque si vos no trabajás con tu niñe interior, ninguna crianza se queda cinco minutos con vos. Festejo esa naturalidad, la necesito, voy ahí para todo el tiempo estar más cerca de mi propia niña porque la única señal luminosa me la da la infancia”. ¿Qué hacemos lxs adultxs para no marchitarnos? “Es momento de absorber y no creerse que estamos en un punto acabado. Ser ese gerundio del que habla Marlene Wayar, ser un gerundio todo el tiempo, ir siendo. El mundo está tan emprobrecido, tan chato que no hay novedad. En la feria del libro del año pasado presentamos libros con Marlene y a una pregunta mi respuesta fue que la heterosexualidad no tiene más novedad, por eso nos invitan. Ya no tienen nada nuevo que contar y están mirando alrededor. Ah mirá, acá las travas están escribiendo, entonces nos dan un lugarcito. Nosotras nos damos cuenta, no somos tontas y sabemos aprovechar los lugares. Pero eso tiene más que ver, más allá de las pequeñas, grandes, mayores o menores luces que podemos tener nosotras y proponerle a este mundo, sabemos que el sistema que es la heterosexualidad ha fracasado”. Apagar la tele para ver la realidad. Así sería la táctica de Susy para conectar con el mundo. “No tengo que saber todos los detalles, estar con la radio o la tele prendidas, ¿cómo no voy a entender esta época? La mayoría está con miedo y no estoy hablando solamente de la pandemia. Nada más peligroso que la gente que tiene miedo. Más que por los diarios, me informo con la voz propia, de las amigas, de las hermanas y compañeras”.
Volver a lo puro
A los 14 años comenzó a estudiar teatro con el aliento de una maestra del colegio en el que su mamá trabajaba como portera. El teatro independiente fue su espacio de transformación y apostar a lo colectivo es una práctica que Susy realiza desde hace tiempo. Desde Casa Giribone, en 2001, en medio de un país en ruinas, se juntaba con otres artistas, organizaban varietés y formaron comunidad. Con los años siguieron otras construcciones grupales: Las Noches Bizarras, La Bandada de colibríes y distintos ciclos en varios centros culturales a los que Susy tiene la particularidad de concurrir en tribu.
¿Cuál es la clave para ver más allá de este momento? “La próxima pandemia nos tiene que encontrar viviendo juntas, además compartir un alquiler es mucho más barato y podríamos tener la posibilidad de tener casas más grandes, con jardines. La romantización de la soledad que a veces tenemos las disidencias hay que discutirla porque no está bueno que estemos solas. Podemos un montón de cosas con otras y una palabra tan grande como comunidad que siempre decimos, escribimos, pregonamos, la tenemos que poner radicalmente en práctica. Es vital, yo no sé cuánto de mundo nos queda y cómo se van a presentar los desafíos para seguir sobreviviendo en la desigualdad. Hay gente que está viviendo en la ciudad sola y que tiene una o dos habitaciones vacías, ¿cómo es esto?”
El arte es ofrenda. Y así lo siente Susy cada vez que está frente al público. ¿Cómo es cantar mirando a los ojos a una sola persona? “Queda la mirada y eso es muy potente”. ¿Qué propone este momento de intimidad? “Yo quiero empezar algo nuevo desde ahí, hay una señal de reencuentro que después si quieren lo escenografiamos, lo pintamos, lo tecnologizamos, le ponemos luces, amplificamos el sonido. Ahí hay algo re purito que para mí fue como un reencuentro y yo soy una artista que mira cuando está en el escenario, pero hay algo también que te lo va impidiendo, la distancia del escenario, la cantidad de gente. Celebro volver a ese punto, lo disfruto, me emociona y me conmueve”. El reencuentro de algo perdido, define Susy, algo que hay que cuidar con algo más que con alcohol en gel. Y es ésta la oportunidad. “Mediatizamos muchas cosas, pusimos demasiadas cosas entre una persona y la otra, demasiadas”.
Se trata entonces de ir a lo primario. Este momento puede ser la posibilidad para que brote lo primordial: “Acá hay algo puro que a mí me iguala a quien estuvo hace cinco mil años atrás en una ronda, en un ritual para pedirle a los dioses que lloviera porque si no, no íbamos a comer, porque teníamos miedo a los dioses y los teníamos que alegrar, porque había que acompañar un nacimiento o el tránsito a una muerte. A mí eso no me tocó sentirlo porque cuando nacía esta época ya estaba tecnologizada, había algo ya desacralizado. Escuché una vez que un niñe es el mismo niñe de todas las épocas cada vez que descubre el fuego. No importa si vive en un edificio o en una zona rural, la primera vez que ve el fuego, ese niñe se parece al mismo niñe de todas las épocas. Me parece que hay algo de la mirada, de esa cercanía, de esa necesidad de decir con los ojos. Yo siento que soy la misma y el que está sentado ahí es el mismo y de repente somos todas las épocas y quizás lo más interesante es que somos también la época que viene. Quizás el fuego sea algo que todavía sigue siendo un misterio y nos sigue maravillando. El misterio del fuego es único, es intransferible. Nos sostiene en todas las épocas, como la mirada”.
En cada Posta, Susy deja picando la propuesta de ofrecer belleza para diferenciarnos de un mundo opaco y mezquino: “Esta es nuestra Posta. ¿Cuál es la tuya?”
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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