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Café sin patrón: la confitería Piazza, recuperada

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Doce trabajadores y trabajadoras recuperaron en plena pandemia la histórica confitería a dos cuadras del Congreso. Salarios impagos, presiones y maltrato laboral. La salida cooperativa y autogestiva. ¿Qué cambia en las personas cuando se toma una decisión así? Los desafíos de las empresas recuperadas para lo que viene. Por Lucas Pedulla.

Café sin patrón: la confitería Piazza, recuperada
Foto: Lina Etchesuri

La última vez que la hizo bajar a la oficina para hablar sobre las posibilidades del trabajo en la confitería, Analía González sintió que, efectivamente, sería el último diálogo. Con 41 años, 10 de ellos abriendo las puertas todos los días a las 6:30 de la mañana, entendía que cada escalón que bajaba de Piazza era una certeza. Sin saberlo aún, en el subsuelo de la histórica cafetería ubicada a 200 metros de Congreso, se estaba horneando algo más que las medialunas que, dicen quienes saben, son las más ricas de toda la Ciudad de Buenos Aires. Ella sabía qué ingredientes estaban bajo cocción:

“Cada cuatro años cambiaba la razón social”. 

“Cuando vino el macrismo la problemática se acentuó. Allí no solo la cambió, sino que nos borró la antigüedad”. 

“No teníamos recibo de sueldo”. 

“No teníamos aportes”. 

“No pagaba las cargas sociales”. 

“El aguinaldo ya era algo que no entraba en nuestro vocabulario”. 

“Lo mismo con los feriados”. 

“Teníamos sueldos de 17 mil pesos, pero a veces solo pagaba por día: 500 pesos, 300, otros decía que no podía dar nada”.

“Cuando empezó la pandemia, el día que cerró, me dio 1.000 que me debía. A otro compañero le dio 300 y le dijo que lo administrara bien porque se venían tiempos difíciles”.

La estrategia del dueño Hugo Fogel era la misma: hacía bajar a les 12 trabajadores de Piazza de forma individual. “Así dividía mucho. Ese día me dijo que pensara en ideas para activar: ‘Hay compañeros que no me sirven más y no voy a poder llamar a otros’”.

¿Y qué le dijiste?

Que él mismo me estaba ayudando a generar ideas. Le dije que la salida es colectiva. Y me fui.

La salida fue colectiva: el 7 de septiembre hicieron una asamblea en la puerta. Fogel llegó y no lo dejaron pasar. Le explicaron cada uno de los ingredientes. Y la decisión final: armar una cooperativa para sostener las fuentes de trabajo.

Hoy Analía es la presidenta. 

El limbo pandémico

Piazza está ubicada en la Plaza Lorea frente a la Plaza de los Dos Congresos, desde 2001. Ricardo Arcajo –44 años, cafetero y cajero– entró a trabajar en 1993, cuando el bar estaba en Paraguay y Maipú. Recuerda que la empresa era la principal proveedora de medialunas de diversos restaurantes, comercios y empresas en la ciudad. Otra vida, otra época, otros dueños. Hace 15 años Fogel compró el fondo de comercio, y allí las condiciones empezaron a cambiar. “Con los viejos dueños no podemos decir nada. Lo malo empezó con este. Yo tengo dos hijas, una de 21 y otra de 8, y con mi señora veníamos hablando de que en algún momento íbamos a tener que bancar. La pasamos mal. Mi suegra tuvo que salir a apoyarnos. Toda esta etapa fue muy dura”. 

César Rodríguez –49 años, 11 como camarero– tiene cinco hijos. “Sobreviví gracias a la ayuda de mi mamá, y también pude conseguir un pequeño subsidio de La Matanza por mercadería. Sin esa ayuda, económicamente no sé qué hubiera hecho. Y las deudas no eran solamente con nosotros: Fogel quedó debiendo 12 meses de alquiler, y calculá que son 60 mil pesos por mes. Un millón entre las boletas de luz y gas. Más expensas”.

Tampoco –aclara Analía– esas deudas sirvieron para cubrir los salarios. “Su frase de cabecera era: ‘Ponete la camiseta’. ¿Cuánto más? ¿Qué más querés? Nosotros tenemos de 40 para arriba. Hoy por hoy el mercado laboral te pide hasta 30, y ahí. Todos somos gastronómicos, rubro que ya venía golpeado durante el macrismo, y es imposible ponerte en relación de dependencia en otro lado. Y la problemática se acentuó”.

Las condiciones laborales también eran pésimas: “En invierno trabajábamos con campera como si estuviéramos en un cerro y en verano, con 40 grados de calor porque no había un ventilador. Ni por los clientes lo hacía”. César recuerda que un día una clienta le dijo que pusiera un aire acondicionado. La respuesta: “Si tanto te interesa, dales trabajo vos”. Otra recurrente: “Si  no te gusta, tenés otros bares para ir”.

La situación era de angustia. Damián Montenegro tiene 32, es pastelero hace 12, y por si fuera poco tuvo a su segundo hijo, Benicio, en medio de la incertidumbre laboral. “No tenía obra social ni plata para el hospital”. Yanina Sosa –25, camarera hace 6– se volvía todos los días a su casa en Moreno con mucha amargura. “Frustrada por el trato. Era la más chica y me tomaba de boluda. No podía ni ir al baño que me seguía a todos lados. Iba a agarrar otro trabajo y justo declararon la pandemia. Quedé en el limbo”. 

Hicieron un encuentro por Zoom para poder verse y hablar. Surgieron las primeras inquietudes. Analía comentó que tenía un contacto en el Ministerio de Desarrollo Social. La pusieron en diálogo con Eduardo Vasco Murúa, histórico referente del sector en el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) y actual Director Nacional del área en la Secretaría de Economía Social. Empezaron a hablar de la posibilidad de la recuperación. Julio Acuña –55 años, 12 como cocinero– fue claro: “No tenemos nada que perder”. Las familias les apoyaban. Analía tiene dos hijos y recuerda lo que le dijo el de 13 años: “Mamá, aunque comamos arroz todos los días, no importa”.

Tomaron la decisión. El 7 de septiembre, acompañadxs de otras cooperativas integrantes del MNER, hicieron la asamblea en la puerta y le dijeron a Fogel que ya no podía ingresar y que no pertenecía más a Piazza. Ese día César llegó a su casa a las 22:30. “Sentí un alivio. Nunca había llegado tan relajado. Siempre con malhumor, con angustia, a veces me acostaba sin comer por todo lo que vivíamos. La señora de un compañero nos mandó un mensaje: ‘Es la primera vez que veo feliz a mi marido’”.

Empezaba una nueva etapa.

Hacer caja

Recibieron el apoyo de los vecinos, del barrio y de otras empresas recuperadas. César se sorprendió de las donaciones y las mercaderías que recibieron: “Nunca me ayudó nadie, y de repente ver algo así fue impresionante”. A partir de las disposiciones porteñas, pudieron sacar las mesas a la calle para empezar a trabajar. En este momento hay cinco mesas ocupadas: “Empezamos a hacer caja. Nos pudimos llevar un pesito cada uno para empezar a sobrevivir. Pudimos limpiar. O sea, las cosas se podían hacer”.

Analía también destaca el apoyo de la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas. “La autogestión existe y somos nosotros los que sacamos el trabajo adelante. No necesitamos de una persona diciendo lo que hay que hacer”. Hoy no solo reciben apoyos e insumos de otras fábricas –Farmacoop o Aceitera La Matanza, por ejemplo– sino que también piensan con otras empresas proyectos para mejorar las maquinarias.

La cooperativa expresará en su nombre esa renovación: La Nuova Piazza. César cuenta con entusiasmo el nuevo diseño del nombre, las modificaciones que le harán al frente del local, las ideas para las sillas y las mesas, la importancia de poder trabajar con productos e insumos de otras recuperadas, cooperativas y empresas de la economia social, y el deseo de generar nuevas fuentes de trabajo. “Yo era anti todo, anti política, anti organización. Llegaba a mi casa de malhumor, me ponía Netflix, y chau. Era muy cerrado, un ermitaño. El cooperativismo lo defino como humanidad. Pensar en el otro. Ser compañeros, solidarios. Te abre mucho la mente. Algunos cambios sí son buenos”.

Junto con la fábrica de alfajores La Nirva (MU 148) y la pizzería 1893 (MU 150), La Nuova Piazza es una de las tres empresas recuperadas en plena crisis económica y sanitaria. El cocinero Julio había encontrado trabajo en una textil para poder tener algún ingreso durante la cuarentena. Cuando le contaron, no dudó y se sumó al equipo con sus compañeros y compañeras. “No sé si lo estamos evaluando ahora, pero sabemos que hicimos algo groso. Para nuestras familias. Para nuestros hijos. Fue un logro muy importante. No sabíamos que podíamos hacer esto. Y lo hicimos. Antes había desunión, llegabas a tu casa mal, con dos mangos”.

¿Y cómo están?

Hoy pensamos que tenemos futuro.

Pre–ocupaciones

Al cierre de esta edición, además de apoyar y asesorar a lxs 12 trabajadxs de La Nuova Piazza la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas, que conduce Murúa dentro del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, está brindando respaldo a las 40 familias de la Cooperativa 1º de Mayo, un aserradero recuperado en 2010 en General Roca, Río Negro. Hace semanas que están bajo una amenaza de desalojo luego de un fallo de la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de la ciudad. Murúa subraya que apelarán a la Corte Suprema de Justicia.

Los desalojos están suspendidos por decreto presidencial con motivo de la pandemia, pero Murúa apunta que es el momento de discutir la Ley de Recuperación de Unidades Productivas, una histórica demanda del sector que este año ingresó nuevamente al Congreso: “Necesitamos que se trate de una vez por todas esa ley. Ese sería el modo de darle seguridad jurídica al conjunto de empresas recuperadas. Y, también, serviría para recuperar a las que no tengan la posibilidad de seguir funcionando como sociedades anónimas”. 

Los puntos más importantes del proyecto: “Recuperar un bien social para el conjunto de la sociedad. Declarar de utilidad pública el trabajo, el bien más escaso no solo en la Argentina, sino en el mundo. Y que la empresa la adquiera el Estado y sea cedida a los trabajadores en comodato, convirtiendo esas deudas en un activo”. 

En la MU 148 (nota Es por abajo), Murúa destacaba la importancia de lograr potenciar el sector de la economía popular y solidaria en su conjunto. Después de más de seis meses de cuarentena, el balance de la gestión –dice– presenta  sinsabores. “Por un lado, hay un trabajo desarrollado con apoyo económico que estamos logrando brindar. Tenemos más de 40 proyectos a punto de salir que tienen que ver con capital de trabajo e incorporación de maquinaria. Mucho del presupuesto que soñábamos estuvo destinado a la urgencia. Es lo amargo de la situación, porque ya veníamos de cuatro años de mal gobierno”. 

Desde la Dirección avanzaron en poder evitar los cortes de servicios y lograr convenios para aplicar tarifa diferenciada que se tradujo en rebajas de hasta el 30%. Murúa destaca tres caminos a seguir trabajando: “El fortalecimiento del capital del trabajo. La generación de un fideicomiso para asegurar créditos para cooperativas. Y complementar la demanda de las empresas, para dar una respuesta a la comercialización de nuevos productos en ventas”.

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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