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Nayla Beltrán: la surera

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Editó un libro con décimas que recuperan la tradición gauchesca en clave feminista y urbana. Habla de reapropiarse del criollismo y reinvindicarlo popular. El símbolo de Juan Moreira y el surgimiento de payadoras antipatriarcales, cuando lo bello está en disputa. Por María del Carmen Varela.

Nayla Beltrán: la surera
Foto: Martina Perosa

«Por fuera este siglo grita,
por dentro los vientos van
debajo mis pies están
llevando la primavera.
Sobre mí, la voz certera
de nuestra revolución,
delante la convicción
que se encuentra en lo profundo
y hacia el sol con este mundo
que nos quema el corazón”.

Así arranca “Se va a caer”, una de las décimas populares feministas incluidas en el libro Décimas féminas, escrito y cantado –con códigos QR que son puentes a la música– por Nayla Beltrán, con prólogo de Susy Shock. 

Nayla es licenciada en Música Argentina, profesora de viola y violín en orquestas infantojuveniles de San Antonio de Areco y de Ituzaingó, y una apasionada de la música surera, estilo folclórico de la región pampeana. Cuando veía a alguien  cantar y tocar la guitarra, pensaba que en su próxima vida iba a hacer lo mismo… Hasta que un día, se precipitaron los hechos: mientras atravesaba una crisis, tocó un arpegio de milonga y sintió que estaba a salvo. “No sé cómo explicarlo; en ese momento ni cantaba ni tocaba. Empecé a cantar milonga en mi casa y eso me salvó: empecé a estar mejor y me enamoré de esta música”. 

En febrero de 2020 Nayla obtuvo la licenciatura en la Universidad de San Martín y al mes siguiente llegó la pandemia. Aprovechó el tiempo para lo que más le gusta: tocar la guitarra y cantar. El siguiente desafío era componer sus propias décimas. “Cuando quise cantar fuera de mi casa, en una guitarreada, no había mucho repertorio con el cual yo pudiera sentir una identificación. Por un lado porque es un repertorio que habla mucho de lo rural, y yo soy súper porteña. Si bien mi famila viene del campo, este es mi paisaje. Por otro lado hay una cuestión bastante patriarcal en gran parte del repertorio; me costaba encontrar temas que yo realmente pudiera decir convencida, y ahí empecé  a estudiar la poesía criolla con los payadores para empezar a escribir mis letras”. 

En esa búsqueda, Nayla se preguntó qué tenía ganas de expresar en sus composiciones.  Si en la música surera —que abarca Buenos Aires, La Pampa, sur de Santa Fe, sur de Córdoba y sur de Entre Ríos e incluso Uruguay y sur de Brasil— el paisaje abraza  y deja su impronta en las letras, en las propias no podía faltar la vivencia barrial. “Tomé las caracteristicas, nada más que en vez de hablar del paisaje del campo, hay temas que hablan de mi patio, de mi barrio, porque yo siento que la relación es la misma: es la que tenía el paisano, la paisana, cómo hablaba de su paisaje o de su vida cotidiana”.

Las temáticas que aborda la música surera tienen que ver con la crítica social. Si bien “la china” tenía su participación y también ponía su voz, la confección de las letras estaba a cargo de la masculinidad.  Nayla elaboró sus décimas apelando a su época. “El feminismo nos atraviesa inevitablemente, eso iba a estar. Yo siento que tomé de esta poesía el rasgo quizá más característico que es hablar de las cuestiones presentes, de las cuestiones urgentes, las cuestiones sociales y de las cuestiones del paisaje. Ese es quizás el rasgo más importante de toda la poesía popular criolla. No siento que hice algo totalmente distinto.  Si hablo de temáticas feministas, siento que estoy haciendo lo mismo, nada más que hablando de hoy”. 

Nayla Beltrán: la surera

Las gauchas 

Esa cosecha de letras fue volcada en el libro publicado por la editorial independiente La mariposa y la iguana, que reúne décimas dedicadas  a las infancias, al amor con libertad, al erotismo, una que habla de los femicidios, otra de la dictadura, una que refiere a “Gaucho, patria y tradición”.  En ella hace alusión a que “intelectos y gobiernos impusieron su mirada conservadora y sesgada sobre el país más interno”. Cuenta Nayla que los payadores aparecieron en 1770: eran paisanos que iban con su guitarra de pueblo en pueblo contando historias y lo hacían en verso. Una imagen icónica es la del gaucho con su guitarra cantando bajo un árbol o en un fogón. 

A finales del siglo XIX y principios del XX el payador empieza a profesionalizarse gracias al auge del criollismo popular. Actuaban en los circos, en los cafés de Buenos Aires y sus payadas eran multitudinarias. Más tarde, en los años 50 hubo un resurgimiento y se produjo un intercambio artístico con Uruguay. 

Durante la dictadura hubo un corte ya que es un arte ligado a cuestiones sociales.  La figura del gaucho, ese hombre libre que caminaba por las pampas acompañado por su guitarra fue disputada por varias corrientes. “En el criollismo las masas populares lo adoptaron como símbolo a partir del Martín Fierro, que fue un canal para la crítica social. Después aparece Juan Moreira que era un gaucho matrero que vivía por fuera de la sociedad y para las masas populares fue un símbolo del pueblo, en contraposición a las elites. Incluso en ese momento los anarquistas a principios del siglo XX también se lo apropiaron porque el gaucho iba mucho más con un discurso anarquista que con uno conservador y elitista”.  En la época del Centenario, la masa inmigratoria llegó con sus ideales socialistas y las elites locales necesitaban un símbolo para instalar el sentimiento nacionalista. De manera arbitraria y recortando varios aspectos, se apropiaron de la figura del gaucho.  Nayla: “El tradicionalismo fue un movimiento muy fuerte que tuvo mucha banca del Estado, entonces lo que nos llega a nosotros del gaucho es más todo ese costado, pero en realidad es todo lo contrario: es una apropiacion conceptual, pero todo lo relacionado con las tradiciones rurales, gauchescas, tiene más que ver con lo popular que con lo conservador o elitista”. 

Si bien hasta ahora la música surera no se había dejado influir por la temática feminista, la payadora más importante desde hace décadas es una mujer: Marta Suint, oriunda de Sarandí, partido de Avellaneda, quien cumplió hace poco cincuenta años de su primera payada profesional. También la mayor representante de este género musical es una mujer: la cantora Suma Paz, fallecida en 2009. 

Otra payadora actual es la cordobesa Araceli Argüello. Junto a Araceli, forman parte de una colectiva feminista que se llama “Versadoras” y escribieron el Manifiesto Decimista Antipatriarcal. Son seis: una mexicana, una peruana, dos chilenas y dos argentinas. Se reúnen de manera virtual motivadas por el gusto por la décima y la música popular de cada país. “Nos juntó Carola López que es una payadora y cantora chilena que viene haciendo esto hace mucho. Ha viajado por todos lados y conoce mucha gente, vio que éramos varias mujeres en distinos lugares, que estábamos muy metidas en el tema de la décima, de la poesía y de la música tradicional del país de cada una, entonces nos empezamos a juntar como para seguir profundizando juntas y discutiendo cómo nos hallamos en la tradición de cada una en su país. Así surgió la idea de hacer el Manifiesto y en algún momento la idea es poder hacer algo más grande juntas”.

Décimas féminas fue presentado en diciembre del año pasado en Café Artigas. En el prólogo, Susy realza “la reconfortante certeza de que este posicionarse desde palabras tan necesarias y urgentes a nombrar, no impide que la poesía siga brillando, que esté presente, ¡no es esto un noticiero!, ni un panfleto, es y sigue siendo, sobre todo, la disputa por lo bello”. En “Pa´ despenar” –el ciclo musical de los primeros viernes de cada mes comandado por la cantante, guitarrista y docente Andrea Bazán– Nayla fue la invitada especial en el encuentro de mayo, en el espacio MU -Trinchera Boutique. Estuvo dedicado a “Mi lado pampeano”, y las zambas y milongas de Andrea se hermanaron con las décimas de Nayla. 

¿Por qué es importante prestarle atención a esta música? Nayla responde con fervor: “Porque nos acerca a nuestra historia chica. Esta poesía y esta música que vienen de la tradición popular y de la oralidad nos acercan a esa historia, y nos ayudan a ver la historia desde abajo y a conocer de dónde venimos”.

Décimas Féminas – Versos criollos en clave feminista, de Nayla Beltrán
Conseguilo en: lamariposaylaiguana.com.ar

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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