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Aprender a ser: Mundo Nuevo, escuela cooperativa de gestión social

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Cumplen 50 años de (auto)gestionar la institución por fuera de la lógica estatal o privada. También, por fuera del financiamiento del Estado: reclaman una ley para las escuelas cooperativas y de gestión colectiva. Mundo Nuevo, pionera en el rubro, sigue enseñando y aprendiendo junto a las y los alumnos que la definen mejor que nadie. Del sueño de una docente embarazada expulsada de su trabajo a la creación de un espacio asambleario. Y una propuesta a la comunidad: la compra del edificio. Por María del Carmen Varela.

Aprender a ser: Mundo Nuevo, escuela cooperativa de gestión social
Docentes y autoridades de Mundo Nuevo en asamblea: decisiones colectivas. Las y los alumnos también se reúnen cada 15 días. En pandemia murales y actividades virtuales para sostenerse en el aislamiento. Ahora volvieron los juegos y abrazos, además de la búsqueda de una ley para la enseñanza de gestión social. Fotos: Lina Etchesuri.

«Si vos te equivocás, acá no te gritan. Te dicen: tratá de resolverlo y si necesitás ayuda, pedime. Es distinto”, relata una voz infantil en un video donde hay niñes que juegan, ríen, barren, bailan, dibujan y  explican que en esta escuela se aprenden muchas cosas, como ciencias naturales, inglés, música, magia, circo y fotografía. Otra niña reflexiona: “Todo el mundo, para tener una profesión tiene que ir a la escuela”. Un niño se visualiza en el futuro: “A mí me gustaría ser rockero o antropólogo”.  Todes elles son algunes de les 300 alumnes de Mundo Nuevo, una escuela cooperativa de gestión social ubicada en el barrio porteño de Villa Crespo  Así la definen les pequeñes: “La directora, las chicas que limpian, los maestros: todos son dueños”; “Un trabajo cooperativo es que el trabajo es en equipo: no decide uno lo que vas a poner, sino todos”.  

Parir escuela

Este año la escuela con rayuelas pintadas en el piso está de fiesta: cumple 50 años. ¿Cómo nació? “De la necesidad de crear un lugar más amoroso”, dice la maestra Denise Hillman, recordando la historia que parió un nuevo mundo: una docente estaba embarazada y en la escuela donde trabajaba no le renovaron el cargo. Decidió organizar una nueva escuela junto a otres docentes y algunas familias. Al poco tiempo se constituyeron como cooperativa de trabajo, primero en el barrio de Belgrano y a mediados de los 70 se establecieron donde están ahora, Serrano 557. “Una escuela nueva para un mundo nuevo, para un hombre nuevo, era el lema”, cuenta Denise Hilman, exalumna de la escuela, maestra por más de dos décadas y actual coordinadora pedagógica de primaria. 

Más de veinte maestrxs y profesorxs de distintas artes y disciplinas se reúnen en asamblea los martes por la tarde cada quince días. A partir de las 6 y durante tres horas se juntan “para pensar la cooperativa, para gestionarla, para inventar cosas, para formarmos”, cuenta Serena Colombo, asociada a la cooperativa desde 1999 y actual directora de primaria. Se saludan con abrazos y sonrisas, circula el mate y la palabra.

Y las preguntas: ¿cuáles son las diferencias con otras escuelas? Serena prefiere hablar de características en lugar de diferencias. “Hay muchas escuelas que son cooperativas en la República Argentina y pasamos desapercibidas pero existimos. Y hay algo que nos caracteriza pero tratamos de no decir que nos diferencia. Y no es menor. Primero porque no queremos separarnos de otros sino decir lo que nosotros tenemos para aportar al sistema educativo”. Entonces, señala que esas singularidades tienen que ver con acciones concretas: 

La propuesta pedagógica tiene que ver con pensar con otres;

El conocimiento es algo que se comparte y se construye colectivamente;

Los problemas no son individuales, entre todes se buscan posibles soluciones.

Así como les docentes se reúnen en asamblea cada 15 días, les alumnes hacen lo mismo. Serena: “Se juntan para  pensar lo que les pasa,  planear cosas; eso habla de apropiarse del espacio que habitamos, de las ideas que tenemos, compartirlas, hacerlas crecer. No es una democracia en donde se hace lo que yo quiero, sino que nos pensamos juntos. Incluso a veces a mí me gustaría tal cosa, pero pensando en el conjunto sería mejor otra”.

Se comparten las cajas de útiles y materiales así como los juguetes en los recreos. Una vez al año se eligen delegades de cada aula. Quienes quieren participar se postulan. Les elegides tienen un mandato de un año y les delegades de cada grado se juntan en almuerzos cada quince días “para pensar los conflictos, los problemas, las propuestas, las ideas, los deseos que tienen para la escuela, la organización del uso de algunos espacios y últimamente, propuestas para el festejo de los 50 años. Es un espacio donde la cooperación se ve de manera muy directa, además de los pequeños gestos cotidianos, de ayudar a alguien a atarse los cordones, avisar si hay alguien que está triste, acompañar a alguien que está enojado, ayudar a resolver conflictos y que puedan con autonomía también resolver sus propios conflictos”, relata Lara Benítez Bregant, maestra de 3° grado, tallerista en narración oral e integrante del Consejo de Administración. 

Romper la lógica

Noelia Díaz Carnevale es maestra de 2° grado y cuenta que cuando ingresó a trabajar a Mundo Nuevo le llamó la atención el método para elegir a les abanderades. Por lo general en otras escuelas consiste en la evaluación de los promedios y muchas veces los chicos y chicas suelen repetirse. “Acá lo que se hace es que les chiques piensen criterios y voten. Mes a mes van cambiando las abanderadas, los abanderados. Este año pasó que quedaban dos niños sin haber ido nunca a la bandera y lo que hicimos fue pensar en criterios para que estos dos compañeros puedan ir a la bandera. No entraron en los criterios del año pero se pudo pensar algo para ellos”. 

La cooperativa se constituye de 75 asociades que ocupan diferentes puestos de trabajo y tienen la misma autoridad para tomar decisiones. Lara: “Somos todes asociades de la cooperativa; dentro de la estructura hay personas que ocupamos roles de maestras, maestros, directora, coordinadora, y también hay personas que ocupan cargos de administración, de mantenimiento, de maestranza. Podemos presentar propuestas; en otras escuelas es más la conducción la que lo hace y no se dan esos espacios de pensar la práctica pedagógica, o como nos gusta decir a nosotres: político-pedagógica, entre todes. Nos retroalimentamos todo el tiempo; estamos buscando a compañeres que tienen más experiencia en algún tema para preguntarles cómo hacer con algo”. Desandar las estructuras es una práctica constante. “Hay algo de la lógica patronal que es difícil de romper y que no es lo que el mundo nos propone constantemente ni a nosotres ni a les chiques; romper eso es interesante y hermoso: por eso elegimos estar acá y construir acá”.

El arte es una herramienta fundamental en las aulas y patios de Mundo Nuevo. Por eso en los talleres que se dictan a lo largo de jardín y primaria, les chiques tienen la posibilidad de experimentar con la música, las artes plásticas, la danza, la narración oral y la expresión corporal, Otra de las oportunidades para compartir no solo con les compañeres de la escuela sino con les amigues y vecines del barrio, se da en “Para todos mis compas”, un espacio abierto a la comunidad que incluye talleres optativos de circo, clown, de objetos, fotografía, cine, títeres, luthería y percusión. Del taller de murga surgió “La huella de los monos”, que con sus colores distintivos rojo, amarillo y violeta, sale a tocar y llevar su música por el barrio. 

“Más compost, menos basura” dice un cartel pegado en la pared del patio principal. Al lado, una cartulina blanca resalta que “todo junto es basura, separados son materiales” y explica qué comprende cada categoría de orgánicos y reciclables. Recibieron la visita de Carlos Briganti, “El Reciclador Urbano”, y sobre la vereda de la calle Serrano hay consecuencias de eso: algunas gomas de automóviles pintadas de colores albergan gran cantidad y variedad de hojas verdes. 

Sobre la pared blanca del patio las familias organizaron en agosto una jornada para pintar un mural colectivo. Presentaron diferentes bocetos y entre todes eligieron uno: del tronco de un árbol salen muchas ramas y en lugar de hojas hay manos estampadas en distintos colores. Cada participante estampó la suya. También arman una feria autogestiva —La Coopada— de la que participan trabajadores y familas de la escuela, con ropa, juegos, libros, alimentos saludables y llevan adelante talleres de radio, yoga, plástica y foros de conversación sobre distintas temáticas.

Aprender a ser: Mundo Nuevo, escuela cooperativa de gestión social

La ley de la autogestión

Mundo Nuevo está constituida legalmente como cooperativa. Además de esta cuestión organizativa en cuanto a contar con asociades que toman decisiones de manera conjunta, también aparecen otras vivencias y sensaciones a la hora de ponerlo en práctica. Así lo expresa Macarena Aizaga, maestra de la escuela: “El cooperativismo no tiene que ver con este espacio puntual sino que es un modo de habitar y compartir con otres y eso se cuela en nuestros cuerpos, en la salas, en las aulas desde el nivel inicial, las rondas de la circulación de la palabra, los espacios de debate, el estar pendiente de qué le pasa al otro y  poder construir colectivamente. Nos transforma como adultes: es imposible que no se cuele eso en las chicas y chicos y en el quehacer cotidiano de la práctica docente”.

También pertenece a la categoría de “gestión social” y esto significa que no es de gestión estatal y tampoco de gestión privada, las habituales clasificaciones de las instituciones educativas. Explica Serena: “Todas las estadísticas dicen cuántas escuelas de gestión estatal y cuantas de gestión privada hay, dependiendo de la jurisdicción, aparecemos como de gestión privada o gestion estatal. Y no somos ni una cosa ni la otra. En 2020 se empezó a hacer un relevamiento que está buenísimo, organizado por el Ministerio de Educación nacional, es voluntario. Ahí se contabilizaron alrededor de 800 experiencias en todo el país, aunque creemos que hay muchas más”. A fines de octubre se presentó el proyecto de ley de Experiencias Educativas de Gestión Social, Cooperativa y Comunitaria en la Cámara de Diputados de la Nación, con autoría del diputado Eduardo Toniolli y en la que participó, entre otras, la comunidad educativa de Mundo Nuevo. La Ley busca la regulación de estas experiencias educativas, asegurar sus derechos y obligaciones y aportar a su financiamiento. “El proyecto de ley que nosotros estamos presentando —señala Serena— propone que así como las escuelas de gestión estatal son sostenidas económicamente por el Estado, las de gestión social y cooperativa también porque nos parece que el Estado debe solventar, sostener y propiciar que la comunidad se haga cargo de la gestión de lo público, dando cuenta de cada centavo, por supuesto. La gestión colectiva nos da la posibilidad de apropiarnos del espacio, de hacernos cargo, de ver cuántas lamparitas se necesitan, cómo armamos el recreo, eso es parte de la gestión colectiva, es parte de lo que el Estado debería sostener también”.

Durante la pandemia Mundo Nuevo continuó con las clases, como se podía, de manera vitual, se pusieron en contacto con las familias para conocer su situación, les aseguraron que ningún chique quedaría afuera por no poder pagar la cuota y ante el panorama de incertidumbre intentaron brindar tranquilidad. Surgió la Coope de familias: “Se organizaron para sostener el proyecto, para mostrarnos su confianza, hicieron el mural colectivo, proponían cosas. Es lo más potente que nos dejó la pandemia: esa sensación de comunidad”, asegura Macarena. Alegría, define Denise, como el motor que potenció el reencuentro con les alumnes. “Todavía lo estamos viviendo con el cuerpo, valorando mucho los espacios, lo que antes era obvio. Este año fue liberador volver al encuentro, al juego. Nos preguntamos mucho por los efectos, de estar atentos a eso, que también estaba en el cuerpo de los chicos y de las chicas y saber que quizás hay algunas cosas que no estábamos entendiendo de las que estaban pasando y que quizás tenían que ver esos dos años tan particulares en la vida de todos”.

A Lara, le recordó por qué se inclinó por este camino: “Esto es lo que elegimos. El encuentro es fundamental para el aprendizaje”. 

En este año que Mundo Nuevo cumple cinco décadas ininterrumpidas de funcionamiento, la comunidad se puso su regalo objetivo: comprar el edificio. Cuenta Denise: “Somos dueños y dueñas de una parte del edificio, pero es compartido con otros propietarios y tenemos el deseo y la necesidad de hacerlo propio. Estamos pensando modos para que suceda, y confiados en que lo vamos a lograr. Para eso nos estamos moviendo mucho y necesitamos de otras decisiones amigas que nos ayuden a lograrlo”. 

Están organizando una campaña de financiamiento colectivo y las familias lanzaron una rifa. Asegura Serena que “este espacio merece ser albergado, cobijado por la comunidad, y eso le decimos a todo el mundo: si queremos un espacio para habitar, ya lo tenemos y es este”.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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