CABA
Mapu hip hop
Son doce konas de la Comunidad Newen Mapu que aceptaron el desafío de ponerle ritmo a la lucha de su pueblo. Ya tienen un hit –Malditas petroleras– donde arremeten contra las multinacionales y el silencio.
Cantan en dos idiomas, mezclan chamamé con rap, reggaeton con música ancestral mapuche. Son los konas –jóvenes guerreros– de la Comunidad Newen Mapu y aunque llevan apenas un año dedicados a la música, ya pisaron tres escenarios fundamentales: el que improvisaron con cajones de cerveza en la ruca (casa) de la comunidad; el de la Fiesta del Pehuen en la hermosa cordillera andina y en Plaza de Mayo, como banda soporte de Karamelo Santo.
La ruca de la comunidad queda en Villa Ceferino, un barrio de la periferia neuquina. Tiene forma circular porque intenta representar la cosmovisión mapuche: en la naturaleza no hay principios o finales, hay ciclos infinitos, que se renuevan en el Wiñoy Xipantu, cada 24 de junio. Antes de hablar de Puel Kona como banda, los konas quieren presentarnos el lugar en el que estamos. Despliegan un afiche. “Éste es el grafemario –dicen–. Con esto aprendemos nuestro idioma”. Despliegan otro con fotos de telares, vasijas y ceremonias religiosas. Y otro. Hasta que queda en claro el alcance del Centro de Educación Mapuche, donde se enseña Mapuzungún (idioma); Epew (teatralización); Video (Aywiñ, proyectarse); telar, alfarería, música y danza, fotografía y comunicación. Los konas están a cargo de la comunicación.
Calfucurá tiene 22 años, toca el wiro en Puel Kona y es el experto en video. “Este centro de educación tiene cerca de 15 años, se creó en medio de este proceso de recuperación y de formación del pueblo mapuche”, explica. Newen tiene 19 años, es el fotógrafo de la comunidad y en la banda toca el sikus y el bongó. “Varios compañeros nos vinieron a dar talleres de capacitación y hemos aprendido para después ser nosotros lo que transmitamos los conocimientos”, amplía. Wayki –23 años, toca la xuxuka, maracas y kuj kuj– completa: “Éste también es un lugar de formación política”.
La seriedad durante la primera parte de la conversación es impactante. Ellos saben que los pueden mirar desde una perspectiva “folklórica” y están atentos a que su música no sea tomada superficialmente, sino como una herramienta más de su pueblo para la difusión de su cultura –que es profunda y compleja– y para la difusión de sus problemáticas territoriales, que son dramáticas.
La relación con el Estado
La comunidad Newen Mapu forma parte de la Confederación Mapuche (com) que hace varios años tiene su representante en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (inai) y ahora en la flamante Dirección de Pueblos Originarios y Recursos Naturales, dentro de la Subsecretaría de Medio Ambiente. La pregunta que se impone entonces es qué reflexión hacen los más jóvenes sobre esta relación con el Estado. Umawtufe tiene 22 años, estudia Ciencias de la Comunicación y toca el bajo. Toma la responsabilidad de responder: “Muchos lo ven como que nosotros estamos aliados con este gobierno, pero nosotros lo vemos como una herramienta a utilizar en nuestra lucha política para reivindicar y poner en ejercicio los derechos del pueblo mapuche y de todos los pueblos originarios, que son más de treinta”, dice. Calfucurá es más crítico: “Siempre hay que responder a un sistema burocrático. Un sistema que te imponen ellos, eso es así. Pero cuando hay recursos que llegan a las manos de los pueblos originarios, se usan para proyección, capacitación e incluso para el mantenimiento de una lucha que es muy difícil de sostener”.
Más allá también de los compromisos políticos, los konas avanzan con sus reclamos: por estos días están haciendo una campaña en la ciudad de Neuquén para cambiarle el nombre Julio A. Roca a una calle y sacar el monumento del genocida de la plaza principal: “Nosotros comparamos a Roca con Videla porque los dos ejecutaron un plan sistemático de exterminio. Y Kirchner bajó los cuadros de Videla, pero no los de Roca”, sentencia Umawtufe.
El punto de fuga
Puel Kona es el punto de fuga hacia el territorio de lo desconocido, lo emotivo, el grito de lucha, de desahogo y descontrol. Puel Kona, la banda, comenzó hace un año cuando Wechekeche, una banda formada por jóvenes mapuches chilenos, les propuso grabar un disco. “A ellos les parecía importante entregarnos algunos conocimientos de música y así fuimos empezando”, explica Wayki.
En plena conversación, se suma Aylin, una de las cuatro mujeres de Puel Kona, que además de poner la voz, estudia Sociología y tiene 22 años. Empieza a contar los muchos desafíos que quedaron planteados con Puel Kona: “Cuando empezamos no se nos ocurría ni cómo organizarnos. Hicimos las canciones y las empezamos a ensayar hasta que nos salieron. Después, empezamos a ver cómo les poníamos onda: gritos de ánimo acá, tal instrumento mapuche allá…”, cuenta y se ríe. Así nació un reggaetón, un chamamé, un reggae y tres rap: Con Fuerza, Bicentenario y el hit, Malditas Petroleras:
Contaminación y muerte
para toda nuestra gente
votos y propaganda
para el que roba y miente
leyes y garantías
para las multinacionales
represión y policía
para los que no son funcionales
La policía reprime
Repsol contamina
el gobierno es cómplice
Repsol asesina
la sociedad calla
!!Repsol mata!!
La movida
Calfucurá dice que aunque lo llamen “fusión” porque suena mejor, lo que ellos hacen es simplemente mezclar. Se pregunta: ¿cómo hablar de algo tan armónico como es la cosmovisión mapuche en un reggaetón?”.
Aylin: “Es que es ahí donde está el desafío: contar la cosmovisión de una forma divertida, pero no superficial. Eso nos cuesta, porque nosotros estamos acostumbrados a decir todas las cosas así, seriecitos. Entonces, subirte al escenario, cantar sobre la cosmovisión mapuche, sobre qué representa la bandera, bailando reggaetón, es raro…”.
Umaw: “Hay que buscarle la vuelta: darle el sentido profundo que tiene la cosmovisión, pero con un chamamé que es una música que invita a la celebración, a compartir con toda la familia, con toda la comunidad”.
Basta verlos con sus trajes típicos y enchufados a un bajo, descalzos cantando un rap, para comprender que lo que hacen es una innovación en su cultura. Son conscientes de eso y quieren demostrar que la cultura mapuche no está estática, que se mueve, crece y se reinventa, comandada por ellos.
¿Cómo reaccionaron sus mayores? Se ríen y se miran. Calfucurá se decide a contar: “Fuimos parte de la inauguración de una radio en una comunidad. Los mayores nos miraban raro. Después, escuchando la letra, entendiendo el mapuzungún, les gustó y termino siendo el tema más pedido en esa radio”.
Comunicación propia
Así: los konas se autodefinen como comunicadores mapuches. “Con Puel Kona apuntamos a que otra gente pueda fortalecer su identidad, que sientan que no están solos, que hay otros mapuches que están organizados y trabajando”, resume Aylin. Por otro lado, para ellos Puel Kona es también una forma de luchar contra la desinformación y, muchas veces, contra los que quieren ayudar a difundir y confunden: “Hay gente que tiene la mejor intención de trabajar, pero queremos ser nosotros mismos los que digamos como entendemos el mundo y los que contemos nuestras problemáticas, con nuestros propios medios de comunicación”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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