CABA
Misión imposible
La transformación de parte de la ESMA en el Centro Cultural Nuestros Hijos. El ex campo de concentración se colmó de jubilados con ojotas y malla, en verano. Estalló al compás de las murgas en carnaval. Y convocó a una multitud el último 24 de marzo para conmemorar el golpe con una fiesta.La esma está fuera de quicio. Su mutación de campo de concentración a lugar abierto, o la que permitió que las inenarrables clases de los marinos a sus cadetes hayan sido reemplazadas por la señora Hebe de Bonafini dando cursos de cocina, forman parte de una asombrosa ruptura que, como corresponde a buena parte de la historia argentina, comienza por un laberinto:
“El auto avanzaba por una de las calles internas, ya habíamos pasado el portón. Íbamos por entre los edificios lúgubres. Parecía un laberinto pero ahí estaba Hebe diciendo todo lo que íbamos a hacer. Se sentía en el alma que había más que un proyecto”.
Así narra la cantante Teresa Parodi su entrada a la Escuela de Mecánica de la Armada en febrero de 2008 para llevar a cabo la curiosa idea de convertir un ámbito de formación cuyos resultados de oscuridad y muerte son ampliamente conocidos, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi), bajo la batuta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Parodi, había llamado poco antes a Liliana Szwarcer para decirle: “Reunámonos con urgencia. Tenemos la esma. ¿Te interesa?”
Carnaval en el campo
Si alguien informa que 1.500 personas de más de 60 años pasaron por la esma, cualquier lector desprevenido asociará la noticia con el pasado, el secuestro, la tortura, o los llamados vuelos de la muerte. Hoy, en cambio, la cifra corresponde a la Colonia de Verano para jubilados que se realizó en la ex esma. Todas esas personas participaron en talleres de teatro, de literatura, de danza y, lo que es más importante, se dedicaron a jugar (palabra más bella que “actividades recreativas”), y participar en espectáculos. Los adustos jardines se inundaron así de viejas y viejos recuperando su potencialidad de vida, diversión y aire libre.
Teresa Parodi, directora del ecunhi, fue la promotora de convertir las tradicionales colonias para niños en un espacio para los mayores, gente muchas veces olvidada, cosa que parece sublevar un tanto a Teresa: “Es que queremos que el adulto sea alguien respetado, porque es alguien que nos enseñó. Siempre me acuerdo de algo: mi abuela nos contaba cosas todo el tiempo a mis hermanas y a mi, y yo la volvía loca a preguntas. Una vez le pregunté qué es la patria. Y me dijo: tu mamá, tu papá, tu casa, tus amigos y tus juguetes. Desde ese día la idea de patria me pareció algo cercano y creíble”.
Sin marcos
Si el lugar está fuera de quicio, conviene recordar que “quicio” es, por definición, el marco de las puertas, o cualquier otro molde por el estilo La gente dice que se salió de quicio cuando algo la descolocó, o la enloqueció. Si se revisan las palabras –actividad siempre sorprendente– la locura puede representar mejor opción que ciertas normalidades. Las Madres Locas (así las llamaban en los 70) están des-normalizando a la esma, y descolocando las puertas, que ahora están abiertas.
Otro ejemplo. Nadie sabe qué hacían los habitantes de la vieja esma en Carnaval (por lo pronto, la dictadura lo había hecho desaparecer –también al Carnaval– prohibiéndolo y borrándolo del calendario). Este año, en cambio, unas 8.000 personas participaron en los festejos, y las Madres con sus pañuelos bailaron junto a las murgas.
Poco después, el 24 de marzo, a 33 años del golpe, 10.000 personas hicieron allí una fiesta, donde León Gieco y Arbolito fueron los puntos culminantes, cantando juntos de paso. Si se compara esta cifra con los actos convocados el último 24 de marzo en Plaza de Mayo se entenderá lo que representa esta noticia que nadie dio: el repudio a la dictadura tiene a partir de ahora otra forma de expresarse. Y es una fiesta
Los museos y el under
Esta nueva aventura de las Madres nació a partir de la decisión del gobierno de Néstor Kirchner, en 2004, de impulsar “la creación, organización y funcionamiento de un Ente Público, denominado Espacio para la Memoria, la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos” en el predio de la esma, donde funcionó “el más representativo de los centros clandestinos de detención y de exterminio durante la última dictadura” dice el texto, relegando acaso injustamente a Campo de Mayo, La Perla y muchos de los otros más de 300 campos de concentración y muerte regenteados por la dictadura.
La esma fue subdividida entre los organismos de derechos humanos para que cada uno realizara allí alguna forma de instalación y convocatoria a la memoria.
Dar vuelta la historia
La primera recorrida de las Madres por la esma fue acompañada por mu. Dato inquietante: ese día de febrero de 2008 eran 14 las Madres (el mismo número de mujeres que había participado del primer encuentro de la organización, el 30 de abril de 1977). Durante el trayecto por la esma, Hebe planteó su diferencia de criterio con respecto a los otros organismos: “Nunca entendimos esa manía por hacer museos. Para museo estamos nosotras, que somos viejas. La gente va a un museo una vez, y gracias. En cambio nosotras queremos llenar esto de jóvenes que vengan a prepararse y a aprender. Ahora va a haber talleres, carreras, conciertos, muestras, una escuela de arte, un centro cultural, pibes y pibas yendo y viniendo, creando. ¿Sabés qué vamos a hacer? Vamos a dar vuelta la historia”.
¿Cómo se da vuelta semejante historia? Según Hebe, con ideas y acciones. “Y sin pedir permiso. Por eso nosotras primero hacemos, y después pedimos permiso”. Luego hace una enumeración como para que se entienda qué clase de combustible está alimentando toda esta acción: “Mirá: a nuestros hijos los tiraron vivos al río y no pudieron. Los quemaron y no pudieron. Los enterraron y no pudieron. Y no pudieron porque estamos nosotras. Y vamos a vencer”.
En ese plan de dar vuelta la historia, Teresa Parodi imagina otros proyectos: “Este lugar tiene que albergar a toda la cultura under, a los militantes de la cultura, a los que hacen la flia (la Feria del Libro Independiente), a los que pintan y no llegan a las galerías, a los músicos que no tienen donde tocar, los que hacen teatro en la calle, todos los que tienen esa pasión y esa libertad por hacer cosas”. Un espacio para los que no tienen espacio. Esa es la contra-esma que impulsa Teresa.
Todo por 2 pesos
Los talleres del ecunhi están divididos en cuatro áreas y ya tienen más de 500 alumnos: artes visuales (dibujo y pintura), letras, teatro (iniciación para adolescentes, con Lorena Pángaro y para adultos, con Rita Cortese), música (especialmente piano) y artes y artesanías originarias. En este último rubro se incluye el taller Cocinando Polìtica, y otras yerbas, los martes de 17.30 a 19.30. Profesora: Hebe de Bonafini. Se requiere inscripción y es gratuito.
Según la coordinadora Liliana Szwarcer, Bonafini busca “descolonizar la comida”. Esto implica que Hebe relata desde cómo encarar el enigma de las góndolas para saber qué comprar, hasta cómo recuperar alimentos autóctonos (una de sus obsesiones es lograr que la gente deje de comprar yogur y comience a hacérselo). El primer día del taller, Hebe apareció con un delantal que se había hecho con la imagen de su propia madre cocinando. En el ecunhi no había gas, ni utensilios. Pero Bonafini ha resuelto temas más complejos: “Se apareció con una cocina y una garrafa –relata Szwarcer– y arrancó con la consigna de que ningún plato podía costar más de tres pesos por persona, y con la condición de que las recetas fueran nutritivas y autóctonas”. La primera fue con pollo, obra culinaria intitulada “Alitas del campo popular”. El cierre del primer curso fue con un picnic con sobremesa, mate, guitarreada y lo que la profesora tituló “comunión atea”.
Este año el ecunhi ya tiene cocina, y el curso incluye recetas baratas y sanas y charla política bajo el siguiente argumento dictado por esa mente casi publicitaria que suele exhibir Hebe: “La cocina también puede ser un bastión revolucionario, Atrévase a meter las manos en la masa”.
Lo que viene
Antes de toda esta festividad, las Madres no habían tenido otra relación con la esma que la de la denuncia, incluso en plena dictadura. Hebe recuerda que en algún momento le colgaron un cartel: Escuela de torturadores. “Ese día había un chiquito que nos acompañó, lo quisieron agarrar, y se lo arranqué a la policía. A los pocos días lo mataron”. Esas historias jalonaron la llegada a la esma, lugar que encontraron literalmente vaciado por los militares. Parodi describe: “Esto era una ruina desolada. Los militares arrancaron las líneas de teléfono, rompieron hasta los tanques de agua y se llevaron incluso los herrajes”.
La nómina de eventos planificados es variación pura. Recitales de la Orquesta infantil y juvenil de Santa Rosa con el grupo Cuatro Vientos, la exposición de las obras del artista plástico ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, un ciclo de cine cubano que presentará el documental Los cuatro días que conmovieron al mundo o Misión contra el terror (sobre el intento de invasión norteamericana en Playa Girón), obras teatrales, conferencias.
En otro tiempos Bonafini defendió la idea de la revolución. “Sí, yo pensaba que la revolución tiene que ser armada, pero también es revolucionario hacer estas cosas. Porque está lleno de tipos que hablan y hablan, sin hacer nada. A mi me dirán oficialista, me insultarán, lo que quieran. Pero mi pregunta es: y vos, ¿qué construís?”. Hebe termina la charla, está preparando una receta de un guiso para el martes que, dice, va a ser verdaderamente revolucionaria.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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