Mu26
Mutación ska
Piquete de ojos. Pipo Pescador y Xuxa se convirtieron en hits en favor de la legalización de la marihuana. El Che en versión punk y la música, en su mirada generacional.
¿Qué diría Pipo Pescador si viese sus canciones convertidas en himno contra el prohibicionismo de la marihuana? ¿Cómo reaccionaría Xuxa (sí, la ¿cantante? brasileña) si su popular tema rezara así?:
Es la hora, es la hora
Hora de legalizar
Si legales son las armas
¿Por qué no puedo fumar?
El show del Xuxo es el nombre del video que reúne estas dos canciones infantiles versionadas por Piquete de ojos, aunque nada tengan que ver con su faceta artística regular. Es decir: lejos de ser los nuevos piñones fijos modernos, Piquete es una banda de ska-punk. ¿Cómo cuajan Pipo y Xuxa con la marihuana y el anarquismo? Jero lo explica así: “Apuntamos a sacarle un poco el tabú a ese tipo de cuestiones. Elegimos enfocarlas más relajadamente desde el humor para que viéndolas te puedas cagar de risa y que al mismo tiempo digan epa, acá hay un mensaje”.
El video llegó a más de 30.000 visitas en Youtube, aunque originalmente fue sólo para mostrar entre amigos. Jero, cantor y mentor del Pipo marihuano, intenta separar una cosa de la otra: el video y el humor por un lado; las letras anárquicas y críticas por el otro. Por eso, en el álbum no se escucha la canción de Xuxa versión Piquete, aunque sí se reflejan esos mismos valores. “Cuando yo era chico escuchaba a Pipo Pescador; ahora mezclo esas canciones populares con lo tabú para intentar sacarle eso de prohibido”, traduce Jero por si algún despistado no se dio cuenta. El proceso del Auto de papá a lo largo de la vida mental de Jero es un fenómeno sociológicamente estudiable. No únicamente aplicable para Jero, claro: devela una mutación de valores para una generación toda. ¿Cómo se transforma lo indefenso y sencillo en lucha y mensaje? El quiebre 2001 asoma como la respuesta a la hipótesis: “Si hablamos de fechas, somos hijos directos del estallido: nacimos en 2002. Al 2001 lo viví muy desde adentro e involucrado: tenía 18 años, y pienso que es la edad aproximada en la cual se empieza a formar tu conciencia e inclinación política”, filosofa Jero, como explicando el porqué de sus letras, de su música, de sí mismo. “Y sí, evidentemente todo eso quedó muy plasmado en lo que fue después Piquete de ojos”, remata, y al mismo tiempo que se explica, se descubre.
El laberinto de Jero
Aunque una de sus letras invita a no votar, Jero no se dice anarquista. Admite puntos comunes –inevitables–, pero rechaza todo encasillamiento: “Si luchamos contra las banderas, no nos podemos poner una”. Su inclinación punk tal vez sugiera algo más. “Somos anarquistas más en cuanto a la organización interna de la banda que como postura ideológica”, aclara, y enseguida lo relaciona otra vez con las manifestaciones, las cacerolas y el helicóptero de hace ocho años: “Antes, la militancia política era algo mucho más común en la juventud: ahora hay emprendimientos autogestivos e independientes que la suplantan. Piquete de ojos, en ese sentido, si bien no es una cooperativa que produce algo físico como una medialuna, sí se comporta horizontalmente en casi todos sus aspectos”.
Más allá de su funcionamiento interno, la mayoría de los integrantes de Piquete no votó en estas últimas elecciones. Jero, que no está por eso ajeno a la realidad, utiliza a este 28 de junio para rematar su procedencia social y política: “La adolescencia la viví en medio de un país donde se votaba a Menem. En 2001, la movilización popular más allá de la política partidaria asomó como un principio de voluntad para cambiar las cosas. Pero seis meses después, de vuelta la guita, ya nadie tenía más interés en nada, al punto que hace semanas ganaron Macri y De Narváez”, sintetiza un proceso que parece cíclico y laberíntico.
En busca de la salida, Jero deja entrever un concepto cada vez más deforme y deformado: la izquierda. A partir de 2001, según entiende, la inclinación hacia ese sector político no fue más que una apariencia y un impulso momentáneo. Llevado a la esfera punk, es interesante desmenuzar los diferentes abordajes del término. “En general, el movimiento punk tiene un prejuicio sobre lo que es la izquierda. Piquete, en ese sentido, nada que ver: hemos tocado en más de un festival organizado por agrupaciones volcadas hacia ese lado, y ahora mismo estamos preparando una canción del Che”. El Che como símbolo y figura parece ser para Piquete una especie de ejemplo que se filtra por lados varios. Partícipes activos de cada aniversario del Comandante, Jero confiesa que su admiración por Guevara les ha traído un que otro problema: “Algunos pibes anarquistas que nos siguen nos dijeron: ´cómo tocan para el recital del Che si es un asesino´. Y la verdad es que yo me siento muy identificado con sus valores y, sobre todo, por cómo fue capaz de llevarlos a la práctica”. En su próximo EP –esto es, un disco pero de 4 ó 5 temas – Piquete piensa versionar desde el ska-punk la canción Hasta siempre, dedicada a Guevara. Es un desafío a sus seguidores anarquistas, sí, pero también un homenaje que le pone a Piquete un cable a tierra: “Hablar, hablamos todos; tocar, también. A los artistas nos falta ese toque de contacto con la realidad, de cambiar realmente algo más allá de la letra de una canción. La versión de este tema, en esa línea, es nuestro humilde homenaje al hombre que simboliza el pensar y hacer”.
A.C. y D.C.
El a.C. y d.C. es un parámetro tan triste como inevitable dentro de la escena de las bandas under. No hablamos de Cristo, claro está –que bien ausente estuvo esa noche–, sino de la masacre de Cromañón: clausurados los locales, la escena under se había quedado sin lugar para expresarse. El mur (Músicos Unidos por el Rock) es un movimiento de bandas que se generó d.C. y del cual Piquete de ojos forma parte: “Se intentó buscar una salida ante la clausura de todos los lugares donde podía tocar una banda under. Se organizaron una serie de festivales en Plaza de Mayo y recitales en espacios de conflicto como forma de apoyo”. Así, Jero y Piquete agitaron su música en medio del aeropuerto Jorge Newbery, o en el Mercado de las Pulgas para evitar su desalojo. “La intención del movimiento era muy positiva: no sólo abrió una puerta para que las bandas under tocaran, sino que al mismo tiempo se estaba bancando un proyecto”, recuerda Jero. Sin embargo, como sucede las más de las veces, el mur derivó por politizarse y desviar su núcleo e idea inicial. Con las Manos de Filipi y el Partido Obrero a la cabeza, Jero habla del mur como quien tuvo alguna vez una novia muy querida, y ahora, nada más que ese recuerdo.
Las Manos de Filipi merece un capítulo más en la historia de Piquete. Más allá de la desventura del mur, por el prestigio y antigüedad en el ambiente y por sus creaciones críticas, Jero la siente como una “banda modelo”: “Rescato muchísimo lo explícito de sus letras. No metaforiza los problemas sino que te canta la justa”, explica Jero y, a la vez, se justifica, a él mismo como autor de las letras de Piquete.
Sin cadenas es el primer tema de su disco único, y asesta, de entrada, un golpe que nos ubica rápidamente en el mundo Piquete:
Creo que ya no sirve de nada
ir a votar
No quiero dictadura
ni esta farsa electoral
canta Jero al ritmo de los vientos pegadizos de Diego y Cristian y la guitarra de Mariano, el otro mentor de la banda. El equipo se completa con Ely, la bajista, y Nani, el batero que conocieron, vaya casualidad, en uno de los recitales de Las Manos de Filipi.
Ubicar bajo el género ska-punk a Piquete de ojos no es más que un convencionalismo para orientar a los indecisos. El ska es el género musical estandarte del álbum; el punk, se reserva las letras. Es decir: al ritmo de las guitarras intermitentes y los potentes vientos se alza un grito de libertad y anarquismo, emparentado con las banderas de la música punk. Llama la atención, de pronto, escuchar Adolescencia, un tema tranquilo y reflexivo que en nada responde al género Piquete. “Es la baladita del disco”, bromea Jero, y es cierto. ¿Puede gustar Adolescencia al mismo público que salta y grita al ritmo del ska Autogestión, Revolución y Libertad? “Adolescencia viene de las raíces de la banda, de cuando hacíamos temas más rockeros. En vivo, ahora, le metemos el ska y la canción es más pesada”. Todo, explica Jero, tiene que ver con una preservación de identidad, vinculada con un respeto al público mismo. “Más allá de las libertades que nos podamos tomar en el disco –porque no somos ningunos cerrados musicalmente–, intentamos mantener una línea porque la gente que nos viene a ver le gusta escuchar un tipo determinado de música; si yo hago un tema electrónico me matan”, bromea de nuevo.
El humor parece ser para Jero la mejor terapia. Piquete combina a Xuxa con la marihuana –¿hay algo más extremo?–; a la fiesta, con la revolución. El sinsabor social y político lo cura –aunque sea temporalmente, así son las terapias–, con dosis efectivas de parodias y bromas. Mientras se calza la mochila para ir a ensayar, avisa: “En la línea de las parodias de Pipo y Xuxa, tengo otras de Miranda, Mambrú y los Backstreet Boys”. Ahora se entiende: tiene con que hacerle frente a Macri, De Narváez y todo el futuro negro que vaticina.
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