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Lo que enferma es la salud

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Entrevista a Jorge Jabkowsky, secretario de Cicop. Una lectura sobre lo que realmente pasó con la gripe A que traza un cuadro político y sanitario de lo que nos pasó. Los negocios detrás de las investigaciones y el mapa del poder en el complejo médico industrial.

Lo que enferma es la salud“Fuimos a la guerra sin generales, sin armas y sin escudos”, resume el doctor Jorge Yabkowski, secretario de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires, más conocida como Cicop. Según las cuentas que registra esa entidad, sólo en esa provincia hubo 235 muertes provocadas por la gripe A, convirtiéndose en la zona que más golpeó la enfermedad, seguida por Santa Fe, donde se registraron 72 muertes según las cuentas oficiales. Las dos zonas, asegura el doctor Jacovsky, recibieron tarde y mal las dosis de medicamentos necesarios para el tratamiento de la enfermedad. “En la provincia de Santa Fe nos consta que no llegó a tiempo. El martes 29 de junio, dos días después de la semana pico del gripe y de las elecciones, ya con Juan Manzur al frente del Ministerio de Salud, Santa Fe tenía en sus droguerías sólo 800 dosis de tratamientos para atender a toda la provincia. En Buenos Aires pasó algo similar y la proporción de muertes con respecto a la población general en los dos casos es idéntica.”
La pregunta que deja flotando es inquietante: ¿se podrían haber evitado esas muertes si se hubiera distribuido la medicación a tiempo? Responde Yabkowski: “Lo que sabemos es que lo que pasó no tiene justificación. Las dosis estaban compradas, es decir, el gasto estaba hecho. No pudimos establecer aun dónde se produjo la demora en la distribución. Si fue en la entrega por parte de las droguerías o en el sistema logístico del Ministerio”.
 
¿O en las elecciones? ¿Cree que el factor electoral tuvo alguna incidencia?
Si, en varias cosas. En que no se declaró la emergencia sanitaria, y que no se hable del tema para no pinchar la campaña. Y en que la entonces ministra Graciela Ocaña planteara algunas medidas restrictivas, en lugar de renunciar y decir “bueno, me voy porque acá no me dejar hacer lo que hay que hacer”. En cambio, se quedó callada y este silencio tuvo un efecto extraordinariamente malo sobre la conducción de la epidemia, porque al estar callado el Ministerio de Salud no había normas. Y cada zona resolvía el desastre como podía.
¿Tan importante es el rol del Ministerio de Salud en casos como és stos?
Es cierto que se trata de un Ministerio que está semidestruido o vaciado, que redujo su rol al de una oficina administrativa porque todo el sistema público de salud está federalizado y se maneja provincialmente. Pero el hecho de estar políticamente callado y sin capacidad de conducción en una situación así es grave porque declina su única tarea estratégica que es la de fijar las políticas públicas nada menos. Por eso digo que fuimos a la guerra con pocos elementos de bioseguridad y sin generales, porque estaban todos metidos debajo de la mesa por un problema político. Sin armas, porque no teníamos las dosis necesarias para enfrentar la epidemia y sin escudos porque tampoco se fijaban pautas para controlar la demanda extraordinaria que sembró el pánico.
 
Las cuentas
En las planillas que en plena batalla fue confeccionando el Cicop están registrados los decesos que los profesionales médicos informaban desde cada trinchera. El hospital del municipio de Malvinas Argentinas, que centralizó los casos más graves, contabilizó 223 internados y 42 muertes. El Posadas, otro nodo bonaerense, tuvo 30 muertos. “Una muestra que realizamos en otros 24 hospitales no dio como resultado 154 muertos. Así que solo en provincia de Buenos Aires la cifra supera los 300. Pero los teníamos que contar nosotros, porque las cifras oficiales aún hoy no están completas” .
 
Si tuviera que identificar el peor momento de la gripe A ¿cuál sería?
Todo empezó el 7 de marzo. Es decir que estamos hablando de un proceso que se podría haber previsto. En lugar de medidas, lo que tuvimos fue un largo silencio. El pico fue en plena campaña electoral: los quince días previos a las elecciones. Ese es el momento donde se tendría que haber hablado más del tema y con más claridad. Pero la ministra Ocaña estaba en los hechos renunciada y las medidas que tomó fueron muy débiles. Durante esas dos semanas la demanda en los hospitales fue alta y grave. Y en algunos se habían tomado medidas y en otros no. En algunos había un poco de tamiflú y en otros no.
¿La designación del Hospital de Malvinas Argentinas para centralizar los casos de gripe A no alcanzó como medida de crisis?
Esa es una decisión política. El municipio de Malvinas Argentinas hace 15 años que está manejado por Jesús Cariglino, que en la última campaña amenazó con pasarse a Unión Pro si no le daban el dinero para las obras públicas que le habían prometido. Bajo su gestión el sistema de salud público se tercerizó. El personal de salud es todo contratado, lo cual para nosotros significa que está en negro. Tiene abierto un proceso penal en los tribunales de San Martín por sobrefacturación al Pami. Y además, un sistema de salud arancelado. Nosotros lo planteamos muchas veces: no puede ser que banquen con recursos y dinero a un centro hospitalario que representa todo lo que combatimos. Pero el pacto político tiene más peso y en el suelo bonaerense los caudillos mandan.
 
Todo tiene precio
Los profesionales de la salud ¿denuncian estos problemas?
Hay un plan sistemático de destrucción de todos los núcleos que se resisten. Hay mucho hostigamiento y acoso laboral que terminan provocando la renuncia de gente valiosa. En muchos casos hay también una política de persecución sindical: prohíben las asambleas y hasta los carteles que las anuncian. Y cuando se pide una reunión con las autoridades de un hospital, la mayoría de las veces no nos reciben. Pero también hay una complicidad por parte de algunos profesionales que tiene que ver con la caja que dejan los protocolos que se realizan en los hospitales públicos.
¿Es decir que los profesionales involucrados en un protocolo de investigación cobran por realizarlo?
Sí.
¿Cobran el protocolo y cobran su sueldo?
Sí.
¿Es decir que el hospital público pone la infraestructura, los pacientes y paga los sueldos del personal especializado, y los que están involucrados en la investigación son los que cobran el dinero que ponen las empresas para realizar los protocolos que necesitan para que le autoricen la venta de un medicamento o tratamiento?
Es lo que le planteamos en su momento a la ministra Ocaña: usted es quien puede y tiene que prohibir el cobro individual de los protocolos de investigación en todo el sistema de salud público. Nos respondió irónicamente: “¿Y ustedes, los profesionales, se lo van a bancar?” Le respondimos: usted prohiba el cobro y nosotros vamos a empezar a pelear por nuestro salario, como corresponde.
¿De cuánto dinero estamos hablando?
Por ejemplo, el protocolo Compas, que se aplicaba en el Hospital de Pediatría de Santiago del Estero sin los controles sanitarios necesarios y que provocó la muerte de 6 chicos, dejaba 8 mil dólares por pibe. Así que multiplicalo por 2.500, que eran los pacientes que se necesitaban para cumplir con el contrato y te suma 20 millones de dólares. Es cierto que se trata de una investigación que requiere una logística carísima, así que no todo el dinero se reparte entre los profesionales. Pero es dinero.
¿Quién lo pagaba en ese caso?
El laboratorio Glaxo.
¿El mismo que produce uno de los remedios contra la gripe A?
El mismo. Nosotros denunciamos ese protocolo en julio del año pasado y en agosto logramos la suspensión. Se trataba de una vacuna contra el neumococo que se probaba en niños recién nacidos.
¿Cuánto recibe el profesional por participar de un protocolo experimental?
Depende. Por un protocolo oncológico se pude llevar entre 3 mil y 5 mil dólares. Eso tiene que cubrir todo: no sólo el cobro del profesional, sino toda la logística y lo administrativo. Un protocolo como el que causó el escándalo en el Hospital Fernández dejaba por paciente 18 mil dólares. Esta es una de las maneras en que se privatiza la salud pública: con el reparto personalizado del dinero.
¿El paciente recibe dinero?
No recibe nada. La normativa es que solo reciben pago los voluntarios sanos que experimentan fármacos.
¿Qué autoridad pública puede regular este tema?
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, anmat. Tiene un director decente, pero poco poder de policía porque no hay una ley nacional que regule este tema. Así y todo, en el caso de Santiago del Estero le aplicó una multa de un millón de pesos al laboratorio.
 
La postal amplia
¿Quién fija las políticas de salud en Argentina?
El poder sobre la salud en Argentina lo tiene el complejo médico industrial y la corporación sindical, que en realidad están asociados. Hasta hace algunos años el esquema era diferente: las obras sociales financiaban al sector privado y el sector privado, a su vez, estaba centralizado en una serie de capitales relativamente intermedios. La segunda fuente de financiación eran las prepagas, que también contrataban al sector privado. Ahora el círculo se cerró. En realidad, ya no hay más círculo. La corporación sindical es dueña de prepagas y sanatorios y tiene fuertes alianzas con las droguerías. Hay una integración vertical: el sistema de salud sindical y el privado se integraron en uno solo. Básicamente, toda la legislación que posibilitó este proceso fue sancionada en tiempos de Carlos Menem. Conclusión: nosotros íbamos ahora a hablar con la ministra Ocaña y planteábamos: hay que integrar el sistema estatal, capacitar a los trabajadores de salud, hay que tener producción pública de medicamentos. Y ella nos daba la razón. Nos decía que estaba totalmente de acuerdo. Pero no hizo nada.
Insisto, ¿qué se puede hacer por la salud pública desde un Ministerio?
Con un plan estratégico y dinero se puede hacer mucho.
¿Incluso enfrentar a lo que usted define como “el complejo médico industrial”?
El problema de la salud, en general, es que actualmente el complejo médico industrial es extremadamente poderoso. En el mundo tenés dos grandes actores: por un lado, lo que llamamos el complejo médico industrial, es decir, la unión de laboratorios, prestadores, tecnología; y por el otro, el capital financiero, representado por las aseguradoras. Estos dos sectores, a su vez, tienen acuerdos y peleas, porque el complejo asegurador plantea la disminución de los costos para poder tener una mejor tasa de ganancia de capital invertido. Y el complejo médico industrial plantea el aumento de los costos para vender más y ganar más. El resultado es que así se inventan enfermedades. Y no hay que recurrir a teorías conspirativas para comprobarlo. Basta ver cómo la tristeza se transformó en depresión o cómo los chicos inquietos se transformaron en pacientes con trastornos de atención.
¿Qué rol juegan los medios de comunicación en este esquema?
A nivel local, un diario como Clarín representa lo más funcional al complejo médico industrial. Si todo lo que publica Clarín fuera verdad ya estaríamos viviendo 140 años. La noticia de salud siempre es “salió el nuevo…”. Es un catálogo. Y así moldea cabezas. Su política es informar como verdad lo que sólo es marketing.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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