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La normalizanón

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Zanón fue expropiada. Alejado el fantasma del desalojo, la fábrica de cerámicas espera acceder ahora a créditos para renovar tecnología. Todavía la luz es más cara sin patrón y no hay subsidios a la vista. Pero algo cambió radicalmente: se renovó la conducción del sindicato y los dirigentes salientes volvieron a trabajar. Otro milagro de Zanón.

La normalizanónPregunta al público presente. A usted le dicen que el triunfante secretario general de un gremio va a volver a la fábrica, abandonando su cargo, convirtiéndose en uno más de los obreros, turno de 6 a 14. ¿Apostaría a favor o en contra de que eso suceda? ¿Se jugaría un asado por ejemplo? ¿O simplemente quedaría atrapado en un ataque de risa?
En Zanon, Alejandro Cabezón López, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén ya hizo ganar cuatro asados a los que apostaron que lo que decía era cierto.
Y cuando uno se acerca a la línea de esmalte de ese gigantesco planeta zanoniano, se ve el perfil de Raúl La Bruja Godoy, gorrita con la visera hacia atrás, concentrado, manguereando una máquina, acomodando un tonel de esmalte que pesa como un hipopótamo, hasta que hace un gesto a sus compañeros que están a unos 40 metros para que la gigantesca línea de producción arranque otra vez. Godoy –que fue primero secretario general y hasta hace poco secretario adjunto del gremio– es otro de los referentes inevitables de la historia de esta fábrica donde los obreros entraron en conflicto con el viejo empresario filo-menemista, pro-radical e hiper-sobischista Luis Zanon, un extremista de la coherencia: siempre con el poder. A fines de los 90 la situación en la fábrica provocó que los obreros se empezaran a organizar y ganaran el sindicato expulsando del mismo a la vieja burocracia de los hermanos Montes, familia encantadora que al ya clásico estilo sindical “gordo”, ofrecía a la patronal las listas de los que podían ser despedidos. Godoy y López se convirtieron en dirigentes del soecn.
El siguiente paso fue el más asombroso. En 2000, la fábrica fue tomada por los obreros en defensa de sus puestos de trabajo, desplegando un sistema de comunicación con la comunidad de Neuquén que les hizo ganar el apoyo social para su reclamo. Aguantaron intentos de desalojo, propusieron la estatización bajo control obrero de la fábrica, la pusieron a producir, duplicaron los puestos iniciales de trabajo, crearon una cooperativa llamada fasinpat (Fábrica Sin Patrón) y hace dos meses lograron lo impensable: la empresa fue expropiada, definitivamente. El clásico lema “Zanon es de los trabajadores y al que no le gusta, se jode” se plasmó en ley provincial producto de años de calle, marcha, producción, voluntad y razón.
Casi al mismo tiempo la Lista Marrón ganó electoralmente un nuevo período en el sindicato, sin oposición. Mientras todos daban las hurras, López, Godoy y otros como Carlos Acuña (ex secretario de Prensa) obligaban a prender el carbón a los que apostaban en contra de esa temible actitud de volver al trabajo. ¿Será contagioso? Hay honda preocupación entre los gordos de la cgt, que ni siquiera fueron invitados a los asados.
¿Cuánto mide el pelo?  
Amar Villa Villablanca es el nuevo secretario general del soecn: su larga cabellera mide exactamente la historia del conflicto: “Mi familia es de trabajadores rurales, el pelo largo nunca fue un tema. Cuando entré a Zanon, en 1995, me mandaron a cortármelo. Después empezaron los conflictos y claro, no me lo corté más”.
Andrés Chaplin Blanco es el secretario adjunto: “Tenía el pelo más corto y medio enrulado, y soy chueco. Esto de los apodos terminó armando casi un zoológico. Están Tucán, Perro, Gato, Loro, Cotorra, Urraca, Oso”. Por la ventana pasa saludando Cepillo Riquelme, con su pelo ídem.
Villablanca tiene 36 años, está en la fábrica desde 1995, trabajaba en los molinos de atomizadores del sector porcelanato y siempre fue reacio a la cuestión sindical: “Veía grandes traiciones de todos los sindicalistas. Pero el clic aquí fue en 2000, cuando murió el compañero Daniel Ferrás”. Paro cardiorrespiratorio. Tenía 22 años, en la enfermería no había ni oxígeno, la ambulancia jamás llegó, la enfermera “se abatató -dice Omar-. Entendimos que le podía pasar a cualquiera”. Salieron a pelear no sólo por salarios y estabilidad, sino por dos palabras que sólo cobraron sentido cuando quedaron del lado obrero del idioma: seguridad e higiene. Con el tiempo, la madre de Daniel se incorporó a la fábrica.
Omar reflexiona sobre su nueva responsabilidad: “Estar en este puesto es muy especial. Cuando empecé hace un par de meses tenía nudos en toda la espalda, de tensión. Tenés que cuidarte en lo que decís, estás representando a cientos de trabajadores, hay que estar informado”. Cree que la situación general es compleja: “No nos extraña la política de ignorar a las fábricas recuperadas. El país se gobierna para las grandes empresas. Le dan subsidios a General Motors pero no a Zanon, Brukman o Renacer. Nosotros queremos empezar la renovación tecnológica de la fábrica, y la expropiación nos va a servir para poder conseguir créditos. Lo ideal sería la estatización bajo control obrero, pero con la expropiación por lo menos se nos va el fantasma del desalojo y podemos encarar la modernización de la fábrica”. Se resolvió un problema aún pendiente para otras fábricas recuperadas: si la expropiación es definitiva, pueden pedir un crédito y para el banco la garantía es el propio edificio. Si la expropiación es transitoria, los bancos no les conceden ni el saludo.
 
 
Trabajadores millonarios
Entre los referentes de Zanon existe cierta hegemonía de ideas, criticada desde otros sectores: Godoy, López y Blanco son hinchas de River. Villablanca es de Ferro, pero sus hijos de 11 y 8 años también son “millonarios”. En términos políticos, Godoy y su reemplazante, Andrés Blanco, militan en el pts (Partido de los Trabajadores Socialistas). Blanco: “Pero la verdad es que somos una minoría. Los que creen que un partido va a llevar de la nariz a gente como Alejandro López, a Carlos Acuña o tantos otros compañeros, es que no los conocen, es gente demasiado inteligente y capaz. Nosotros hacemos el aporte que podemos”. Villablanca: “Yo soy independiente, pero a esos compañeros les reconozco coherencia entre lo que dicen y lo que hacen”. Walter Diagatti, del sector decoración: “Afuera hay una imagen equivocada. La mayoría no somos militantes. Las asambleas son totalmente apartidarias, pero eso mismo es algo político, porque es un ámbito de obreros que están haciendo una gestión con todo un debate sobre lo social”.
 
 
Datos duros
Cuando se tomó la fábrica eran 240, hoy son 460. Trabajan los tres turnos del día. Ganan entre 3.500 y 4.000 pesos mensuales, cifra que varía según la antigüedad y el ritmo de producción: los que hacen 6 días de trabajo por dos de descanso (varían sus francos) son los mejor pagos. Chaplin Blanco: “El de expropiación no es nuestro proyecto, sino del gobierno, porque hay que pagar a los acreedores principales (por ejemplo, la proveedora italiana sacmi y el Banco Mundial) 23 millones de pesos. Esa deuda la asume la provincia, pero termina pagando la comunidad, cuando es de la familia Zanon. No logramos que se anulara, pero vamos a reintegrar ese importe con trabajo para obras públicas, viviendas, escuelas. Entregamos cerámicos al costo nuestro, o sea que no perdemos, y el Estado gana porque lo compra mucho más barato que en el mercado. Nos quisieron hacer firmar una cláusula de paz social, pero la rechazamos. Nosotros seguimos movilizados y luchando como siempre”.
La fábrica paga alrededor de un millón de pesos mensuales entre luz y gas. Chaplin: “Luis Zanon tenía subsidiado el 70% de la energía. Sus facturas de luz eran de 25.000 pesos, las nuestras son de 470.000. Las otras empresas tienen así costos más bajos que los nuestros. Como no nos pudieron ganar, para mi el gobierno apuesta a ahogarnos financieramente”. En plan económico, entonces, imaginan el acceso a créditos, la renovación tecnológica y reclamar igualdad oficial de trato. En plan político, los ceramistas lanzaron un proyecto de corriente sindical clasista, a la vez que buscan entrar a la cta. “Pero con nuestra propia personalidad” dice Chaplin.
 
El chico obrero de la calle
Como La Bruja Godoy está en plena tarea, presenta a sus compañeros de esmaltado. Como siempre, cada historia es una sorpresa. Awkan Contreras tiene 25 años, es decorador de cerámicos: “Yo entré como mapuche, porque apoyamos esta posibilidad obrera y Zanon se abrió a integrarnos. Sólo había hecho changas como albañil, pero lo principal es que soy militante, kona, joven activo: queremos hacer conocer que existe una cultura mapuche, distinta a la argentina, en medio de toda una innovación de la estructura organizativa y filosófica de nuestro pueblo”. ¿Cómo empalma esa cultura con la de un obrero? “Fue duro, por más que no haya patrones. Podía militar como kona todo el día, pero cumplir horarios me exigió adaptarme”. Los mapuche habían echado a Zanon de una cantera en sus territorios, cerca de Cutral Có: “Pero cuando empezó la gestión obrera el pueblo mapuche dijo: ‘Ustedes tienen problemas, nosotros tenemos la cantera’. Fue una propuesta de interculturalidad. Los obreros largaron la línea de cerámicos Mapuche, por marketing para tener más ventas, pero con un contenido: hacer ver que hay una cultura distinta”.
Ariel Zapata tiene 27 años y una vida para una película, que relata en medio del trueno perpetuo que es la fábrica trabajando: “Éramos diez hermanos, me crié sin mi viejo, mucha hambre y pobreza. Cuando tenía 8 años me escapé y me fui solo a Buenos Aires, haciendo dedo. Me llevaban en camiones. Viví en Núñez y en Retiro. Comiendo basura, viendo cosas muy feas, durmiendo en los trenes, tapándome con cartones. Estaba con otro par de pibes. Vi cómo se podía cortar a alguien con un cuchillo para robarle. Los pibes roban para comer. Yo no me metí, estaba muy mal, y volví a mi casa. Gracias a Dios estoy contándolo, me podía pasar cualquier cosa”.
Ariel pudo terminar el primario y el secundario. “A los 14 años descubrí el boxeo. Es violento, pero como deporte es lindo. Lo mejor que me pasó en la vida. Los gobiernos tienen que apoyar el deporte, pero nunca entienden nada. También trabajé, pero no era como acá: repartía agua en bidones, 16 horas por día, te súper explotan, todo en negro, sin horas extras, ni la comida me pagaban”. Ariel tuvo al primero de sus 5 hijos a los 20 años. “No tenía para comprarles pañales, ni para comer. Pero por el box conocí a compañeros que me trajeron y pude empezar a trabajar aquí. Parece otro mundo. Podés hablar, discutir, nadie te obliga. Con patrón sólo podés obedecer”.
Ariel es superpluma, pesa 57,500, entrena siempre y pelea cada 4 ó 5 meses. Está 7° en el ranking argentino, con 15 peleas ganadas, 2 empatadas y una sola perdida, por puntos. “Soy más bien un boxeador técnico. Miro lo que hace el otro y en base a eso trabajo”. ¿Es de ir al bulto? “Cuando me conviene sí, y si no, espero. Hay que ser inteligente” contesta, y la palabra “inteligencia” (la que ha tenido desde que huyó de su casa) tiene en este caso un contenido de vida muy distinto y más profundo. No le gusta lastimar a nadie, pero reconoce: “Le das para que caiga y el otro quiere hacerte lo mismo. Cuando lo tirás te ponés re contento, es como hacer un gol en el fútbol. La diferencia en box es que estás sólo. Si te equivocás, nadie te cubre”. Toda comparación con la vida real es válida, pero en Zanon, Ariel rompió esa soledad: “Estás con tus compañeros y miralo a él (Godoy sigue trabajando), es un dirigente y está embarrándose, sin problema. En otro lado el que se acomoda no se despega más del sillón. Acá te muestran que se puede ser distinto”.
Sobre la alienación, y Tosco
Godoy deja la manguera, se quita los guantes de trabajo y se ríe: “Me pone contento estar en la línea laburando y militando. En realidad, cada vez tengo más tareas, pero me acostumbré rápido a la máquina”. Anda con una especie de chaleco cruzado: “Es una faja por la lumbalgia, estamos viejos…” dice este cuarentón sin quejarse. ¿Este tipo de trabajo no implica en sí mismo alienación? “No voy a hacer apología del trabajo, pero a mí me hace bien. Ojalá pudiéramos trabajar 6 horas y tener más tiempo libre. Hay un grado de alienación porque tu cuerpo tiene que seguir el ritmo de la máquina. Pero en la gestión obrera tenés muchas cosas desalienantes: la asamblea, el compañerismo”.
Otra experiencia al volver a ver las cosas desde el puesto de trabajo: “Algunos compañeros cumplen, y punto. Pero yo les decía: cada metro cuadrado de cerámico lo veo como parte de nuestra lucha. Mientras más podamos hacer hoy, más tiempo vamos a tener para otras cosas. Con Alejandro López, volvimos a la producción, llegamos hechos una tromba y nos decían: ¿qué onda? Antes, con patrón, no era así. Lo que pasa es que ahora esto es nuestro. De gestión obrera. Y uno quiere predicar con el ejemplo”.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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