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Sintonizando el futuro

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Barrio Monteguado, del MTL. En 2003 los integrantes del Movimiento Territorial Liberación (MTL) decidieron ya no ser ni inquilinos ni ocupas. Formaron una cooperativa, le compraron el terreno a Bunge & Born, eludieron la foto con los empresarios y construyeron un barrio que alberga a más de 300 familias de la agrupación. El barrio está ubicado en Parque Patricios y ahora tiene hasta su propia radio, montada por un equipo de profesionales de la comunicación social.

Sintonizando el futuroEligieron colores suaves para pintar las paredes de los edificios: amarillos, rosas, verdes y grises. La construcción forma tiras, unidas en sus extremos por pórticos de ladrillo a la vista. Hay patios centrales con plantas y arbustos. Murales. Paredes todavía en blanco. Las rejas son negras e intuyo que permanecen gran parte del tiempo entornadas y no cerradas con llave. El ascenso y descenso a los departamentos es a tracción a sangre, no hay ascensores y las escaleras llegan al cuarto piso, en armonía con la respiración.
En las ventanas hay ropa colgada secándose al sol y en las veredas, cada tanto un perro –que no necesita de paseador ni de peluquería canina– mira cómo pasa el día con los ojos chiquitos. De lejos, se ve una torre de 50 metros de alto que es el tanque de agua del barrio y que muy pronto –en días nomás– será el lugar donde terminará de instalarse la antena de transmisión de Radio Sur.
Estoy en el barrio del Movimiento Tierra y Liberación, conocido por sus siglas, mtl, y sus marchas de protesta. Pero acá no hay gomas quemándose ni capuchas ni palos, tampoco hay piquetes y su consecuente caos vehicular. Es que si uno usa sus propios sentidos percibe que en el barrio Monteagudo viven personas muy particulares, personas que soñaron en conjunto y trabajaron para concretarlo. Y de esta manera hacen la otra historia.
Los siete locos
Marisol nació en Chile y hace 20 años que llegó con sus valijas, recuerdos y una mirada: “Cuando iba a la escuela se veían los cuerpos de las personas asesinadas por la dictadura de Pinochet y eso determinó en mi generación una fuerte toma de conciencia. De muy jovencita comencé a militar, a hacer trabajo poblacional”. Ya en la ciudad de Buenos Aires, esta tarea la reinició junto al referente Carlos Chile y otros cinco compañeros, bajo la bandera roja y negra del mtl. La organización nace en torno al problema habitacional de la Capital, que para los sectores más desprotegidos se traduce en desalojos y la falta de acceso a la vivienda. “Nacimos en 2001 –explica Marisol– más allá de una situación difícil a nivel global había una política marcada de expulsar a los pobres de la ciudad”. Por entonces el mtl hizo pie especialmente en La Boca, Barracas y San Telmo, nutrido por la histórica la ausencia del Estado en materia habitacional y por esa gente atrapada en un inquilinato. “Gente que arranca de la pobreza en alguna ciudad de Perú, Bolivia o Chile y viene a Buenos Aires a agrandar los asentamientos porque no hay ninguna perspectiva de cambiar su suerte, de mejorar”.
Entre 2003 y 2006 el movimiento resistió 56 desalojos de carácter masivo. Algunos respondían a su propia población y otros eran casos como el del ex Padelai, donde no vivía ningún integrante del mtl. Para Marisol ayudar a resguardar el techo de esas personas fue un deber moral. Así fueron tejiendo “acciones de resistencia que no sólo se implementaban desde el punto de vista organizativo –sintetiza Marisol– sino desde la defensa del derecho de vivir en la ciudad. Y a esto se suma la defensa desde lo legal”. Dentro de esa red, el mtl nuclea alrededor de 5.000 familias en la Capital Federal, de las cuales 1.500 están en emergencia habitacional.
Cuenta Marisol que la primera tarea fue romper el destino que el Estado les daba a quienes reclamaban un techo digno: primero el desalojo, luego el pasaje temporario de una familia entera a una pieza de hotel, y por último, nada. “Armamos una base de datos de propietarios que nos alquilaban casas a precios razonables. Porque en ese momento se mandaba a la gente desalojada a hoteles municipales, que eran como cárceles donde todo estaba condicionado: el tránsito en los pasillos, el uso del baño, de la cocina. Nosotros llegamos a tener diez casas alquiladas donde los compañeros empezaron a entender el uso del espacio común y a recobrar valores. Y también a poder convivir en lugares más amplios”. De esta iniciativa también se desprenden números: los subsidios que el Estado porteño desembolsaba para mantener la estructura de los hoteles municipales y albergar a 200 personas llegaban a casi un millón y medio de pesos anuales. A la gente del mtl le costó 500 mil pesos el alquiler de las casas en el mismo período. Calculen.
El segundo paso fue el que los llevó a donde están hoy. En el marco de la Ley N° 341, que determina “el otorgamiento de créditos hipotecarios para el acceso a la vivienda para familias en situación crítica habitacional”, obtuvieron una clave: esa legislación habilita a las organizaciones sociales que exigían respuestas al tema habitacional a obtener financiación para construir sus viviendas. Pero para hacerlo, tenían que construir otra cosa primero: una cooperativa. Marisol aclara que se lanzaron a esa aventura sin meditar en torno a las ideas del cooperativismo, sino sólo con la urgencia de tener un techo. Otras organizaciones sociales armaron 2, 3 ó 10 entidades de este tipo. Ellos sólo una. La llamaron Cooperativa mtl. Ahí fue cuando les hicieron una pregunta crucial: ¿Ustedes están locos?
Un barrio con historia
En octubre de 2003 la entonces Comisión Municipal de la Vivienda –actualmente Instituto de la Vivienda (ivc)– les otorgó un crédito de 16 millones de pesos, a pagar en 30 años. El terreno elegido está delimitado por las calles Monteagudo, Famatina, Cortejarena e Iguazú, en el barrio de Parque Patricios. Muy cerca de allí, a fines del 1918 los Talleres Metalúrgicos Vasena fueron el escenario de una protesta obrera por la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas y el descanso dominical, entre otros pedidos. El gobierno del presidente Hipólito Yrigoyen ordenó un operativo policial que dejó un saldo que pasó a la historia con el nombre de Semana Trágica y consistió en 700 muertos y 3.000 heridos.
Volvamos al presente: Ismael llegó hace 19 años desde Perú. Primero ingresaron su hija y su esposa al Movimiento y luego, en diciembre de 2002, entró él, queriendo saber qué era. En la práctica fue aprendiendo. Ahora es parte de la dirección y durante la construcción del barrio Monteagudo fue el responsable de la caja diaria. Ismael cuenta que el terreno pertenecía a Bunge y Born y que en el momento de la firma de la venta nadie quiso salir en la foto. Detalla orgulloso que para el proyecto del barrio Monteagudo, el estudio de arquitectos Zurdos y Pfeifer diseñó 326 de viviendas; un jardín maternal, 10 locales comerciales, un salón de usos múltiples y una estación de radio.
Ya con el título y los planos en la mano, a mediados de 2004, llegaron al terreno 30 integrantes del mtl. Ismael era uno de ellos. Para su sorpresa, no fueron bienvenidos. “Estaba oscureciendo y los vecinos llamaron a la policía; luego hubo alguna marcha en contra de la instalación del barrio piquetero. Aguantamos todo esto sin responder, porque estaban los sueños de los compañeros en el medio y había que hacerlo.”
La construcción del complejo demandó la contratación de 400 trabajadores que en su gran mayoría estaban desocupados desde varios años atrás. Ismael cuenta qué significa esto en la práctica: “Se cansaban, les dolía el cuerpo y al otro día faltaban. Además, debían romper con años de acostarse y levantarse tarde. Había que comprender que era todo un proceso devolverles la capacidad de trabajo” En ese sentido, Marisol cree que por momentos fueron demasiado permisivos. Pero se ilumina al recordar otro de los logros: la incorporación de las mujeres a la construcción. “Las mujeres del campo popular son castigadas de muchas formas. Son mujeres que comen guiso y tienen varios hijos, y el mercado laboral las discrimina hasta por su figura. No valora la inteligencia o capacidad que tienen. Para nosotros, ese aporte fue fundamental. Y un acierto: ellas conformaban el 80 por ciento del Movimiento y fueron las protagonistas también de este barrio. Muchas son ahora electricistas, ceramistas, trabajadoras calificadas”.
Hubo numerosos debates y asambleas en la construcción del barrio Monteagudo, pero Marisol me cuenta uno inimaginado. Horas y horas se discutió si la milanesa iba con una pasada de pan de rallado o dos, o si tenía que ir acompañada de puré o de arroz. “Al incluir el comedor de obra buscábamos que los compañeros tuvieran un lugar para distenderse y poder charlar, y si bien sirvió para esto, para crear esa conciencia grupal, hubo primero que pasar una etapa donde tuvimos que discutir hasta por el menú”.
Como elegir al Papa
Los referentes resaltan que el broche de oro de la obra es que las viviendas fueron acordadas a tasa 0. Es decir: el dueño de un departamento de 38 metros cuadrados paga cuotas de 180 pesos mensuales, a lo largo de 30 años y en concepto de devolución de la financiación otorgada por el ivc. También resaltan que la buena administración logró que el costo total del complejo habitacional fuera un 25 por ciento por debajo de los valores del mercado.
Marisol e Ismael coinciden en que la experiencia hasta ahí fue difícil y maravillosa. Y que luego, cuando los departamentos ya estuvieron listos para entregar, lo difícil y maravilloso se intensificó aun más. “¿Viste cuando se elige al Papa?” Con esta pregunta Ismael me da una idea de cómo se eligió a los habitantes de cada departamento entre los integrantes del mtl de Capital. “Estuvimos encerrados durante 3 meses. Éramos 13 personas tratando de resolver la ecuación dedicación+compromiso+responsabilidad en las tareas del Movimiento. Yo temía que una vez que obtuvieran el techo nos cerraran la puerta, pero no fue así. Y cuando les abríamos la puerta de la vivienda, no te podías contener de la emoción. Nos agradecían, aunque no tenían por qué. Fue el trabajo de todos, el sueño de todos”. Para Marisol todo lo malo pasó a un segundo plano cuando los niños preguntaban qué habitación del departamento le correspondía a cada familia y había que explicarles que toda la casa era de ellos y que podían tener sus propios dormitorios.
Movilización y ladrillos
La construcción del barrio Monteagudo llevó 36 meses y ese lapso no fue tiempo de paz con el ivc. El Movimiento tuvo que manifestarse, acampar y tomar las instalaciones del Instituto al ritmo en que les retaceaban los fondos para seguir construyendo. Aun así, antes de terminar este barrio, decidieron presentar otro proyecto ante el mismo organismo para construir viviendas que en una primera etapa estarán destinadas a 180 familias. Prevén levantarlo en un terreno del barrio de Lugano.
Hoy, los habitantes de Monteagudo se organizan con un delegado por tira, es decir, más o menos cada 30 departamentos, según la construcción. Realizan asambleas en las que deciden juntos las mejoras y dirimen los problemas que puedan surgir. Tres personas se ocupan del consorcio y del mantenimiento.
Radio Sur en el aire
En el proyecto original del barrio estaba incluida una estación de radio. Para la dirección del mtl era estratégico tener un medio de comunicación propio. Marisol recuerda qué pasó cuando plantearon por primera vez la idea: “Muchos no lo entendían. Creían que todos tenían que salir al aire y que le iban a mandar saludos a la mamá. Y no. La radio es un aporte al campo popular. Eso es muy difícil de dimensionar y a nosotros también nos asustaba pensar quién la iba a manejar”. Entonces, se juntaron, discutieron y llegaron a la conclusión de que debían incorporar a personas con experiencia, con profesionalismo, para tomar la radio en sus manos y, a la vez, para romper con la idea de que el Movimiento es sólo para trabajadores desocupados.
En marzo de 2007 se inauguró el barrio y no por casualidad, a la celebración llegó Mariano Randazzo, militante del Partido Comunista –al que adscriben muchos referentes de este movimiento– y docente desde los inicios en la escuela éter. Randazzo es también realizador sonoro y editor de programas como Marca de Radio (La Red) y Dos Gardenias (Radio Nacional), entre otros.
Mariano comenzó a trabajar a los 15 años en fm La Calle de Bahía Blanca, ciudad en la que nació. Cuatro años más tarde se instaló en Buenos Aires con intenciones de estudiar, pero en los lugares que eligió para hacerlo lo tomaron para trabajar: tea, deportea y luego éter. Se puede decir de él que es un profesional surgido de una experiencia de comunicación popular. Y apareció la coincidencia: “La gente del mtl quería una radio profesional de izquierda y que no les hable sólo a los convencidos. Yo estaba buscando eso”. Lentamente comenzaron a tramar la Radio Sur 102.7. “A pesar de los tiempos, me di cuenta, como con un primer amor, de que lo que me estaban diciendo era real y sincero. El compromiso fue lo central”.
Los integrantes de la cooperativa ya compraron para la radio un transmisor de 100 wats, mientras que la antena está siendo emplazada a 50 metros de altura, sobre el tanque de agua del barrio. Estas características permiten una cobertura potencial de 7 millones de oyentes. Para darse una pequeña idea de qué va la radio, se puede escuchar la transmisión de prueba en Internet. En muy poco tiempo se podrá encender un aparato para sintonizarla.
Construyendo el deseo
El colectivo que maneja este proyecto se divide en tres grupos vinculados a la comunicación: estudiantes de la uba y de escuelas privadas de periodismo, gente surgida de las experiencias de las radios comunitarias de fines de los 80 y profesionales de los medios. “Todos estos grupos están atravesados por un proyecto social, algo que tiene que ver con la militancia –explica Randazzo–. Y lo que pretendemos es que la radio sea un desafío para todos. En primer lugar, construir colectivamente, porque lo que tiene uno le falta a otro. Muchas veces a los profesionales nos falta una cuestión social de tener en claro qué rol cumplís en la sociedad, qué es la comunicación. También hay desafíos en el lenguaje y en la forma de hacer periodismo. Entonces, la idea es que el proyecto sea una oportunidad de construir el deseo para los profesionales. Y para los que están estudiando o aprendiendo, que sea una experiencia nueva, distinta de las que ya existen. Es decir que lo que ya existe sea el piso y no el techo”.
Una de las características importantes de Radio Sur es el valor que tendrá la música. “Entendemos que la música construye un discurso político y que en esta ciudad, que es una capital cultural, hace falta escuchar mucha música que la radio no pasa”. Mariano argumenta un poco más: “No queremos tener muchos programas malos, como sucede generalmente en las radios comunitarias; es mejor pasar música. Tampoco nos vamos a quedar en un discurso de izquierda que sólo analiza y critica, sino estar acorde a las nuevas experiencias que se van dando: autogestivas, cooperativas, de economía social. Queremos mostrar que eso es posible”.
Pido ejemplos: “Microprogramas” dice Randazzo y pasa a explicar qué significa: “Las docentes que hacen un programa en una radio comunitaria, pero no lo pueden producir porque no saben y no tienen tiempo saben que el programa es malísimo, y que nadie lo escucha. ¿Cómo hacemos para que esas tres horas que las compañeras destinan a la radio sean más fructíferas? Primero, vemos elementos de producción radiofónica: cómo pensar ideas según los formatos que nos permite el medio. O sea definir qué es una columna, un informe, un documental. Después, el esquema del tiempo de producción: si le destinás diez horas por mes al proyecto, en vez de que sea fragmentado en cuatro programas de una hora, venís dos horas por semana y hacés microprogramas. La señal de cable tn, del grupo Clarín, produce seis veces y lo repite cuatro veces al día. Nosotros también podemos hacer eso, teniendo en cuenta todo lo que nos cuesta. La idea es aplicar lo aprendido del profesionalismo para jerarquizar la participación sin perder de vista lo social. Es un combo de militancia, educación y profesionalismo”.
Mariano cree que es un error muy frecuente en el que se cae en las radios comunitarias y también en los medios comerciales que todos hablen de todo. Desde este espacio se pensó algo innovador: los conductores y columnistas hablan de lo que conocen y el resto se investiga o se le pregunta a las personas que saben más.
Finalmente, la pregunta que dio origen a todo lo que están soñando: ¿por qué existe la necesidad de una radio para el barrio? Mariano responde: “Grabamos lo que esperan de la radio los compañeros del barrio. Y lo que se escucha en esos testimonios es contundente: quieren una radio que no pase cumbia y que hable de los problemas de la gente. Una compañera boliviana grabó un saludo en aymará y pidió que se hable de lo que es tener una vivienda digna y que contemos su experiencia. En este barrio habita un proyecto político-contracultural y la radio está debajo de ese paraguas. Luego de hacer las viviendas, se siguieron y se siguen armando cosas. No es casualidad que nosotros podamos pensar otra forma de hacer la radio y llevarla adelante, acá. No podría haber salido de otro lado. Éste es el lugar para pensar la comunicación hoy”.

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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