CABA
Monólogo de la tijera
Rubén Orlando, el regreso. Quebrado por Cavallo, se había exiliado en favelas brasileñas. Ahora, la sede central del célebre estilista estará en la Villa 31. Dice saber dónde queda el infierno.Rubén Orlando, celebridad a partir del año 1984 cuando protagonizó como estilista las campañas de la empresa Sedal, está sorprendido: “Estuve once años afuera, pero encontré al país mucho más discriminador. Me hicieron notas por mi idea de trabajar en la Villa 31, que titularon: ‘Del glamour al infierno’. Me parece que el infierno era lo que vivía antes, creyéndomela, rodeado de amigos por tu éxito y tu dinero, que de golpe te dejan solo cuando te va mal. La verdad, agradezco haber podido tener conciencia de esto. Yo me hubiese ido engañado de este mundo si Dios no me hubiera hecho vivir lo que viví cuando me fundí y terminé en una favela brasileña”.
En la favela llamada Brasilandia, en San Pablo, había puesto un local llamado Cabeleireiro Gringo Rubén, pero en realidad le fue mejor con su otro emprendimiento: vendedor ambulante de las acarameladas “manzanas del amor”: 3 manzanas x 1 real.
Universidad del espejo
¿Es una escuela de peinados y estilo, o una universidad del espejo y la autoestima? Cursadas: Peinado (con todo lo que eso implica sobre corte, estilo, color y una infinita gama de etcéteras), Manicuría, Depilación, Pedicuría y Maquillaje. Rubén Orlando ya tiene la sede central de su escuela en la Villa 31, Barrio Carlos Mugica, con alrededor de 90 personas inscriptas a 180 pesos por mes, la mitad de lo que pagarían en la escuela de Caballito, por caso. ¿Qué buscan? “Una salida laboral”, reconoce Peter Aravena, compadre de Orlando en esta experiencia. “Lo conocí lavando cabezas”, explica, actividad que no debe confundirse con la de predicadores religiosos, políticos y/o periodísticos.
El 40 por ciento de lo recaudado en estas actividades, además, irá a parar a la Asociación Por el Futuro de los Niños (que pone el galpón y el local), dirigida por el delegado barrial macrista pero declarado votante cristinista, Chacho Mendoza (ver nota central). El nexo entre coiffeur y referente barrial fue un taxista llamado Rodolfo, que recordaba a Orlando por la serie de avisos publicitarios de champú. Rubén: “Aquello me hizo ganar mucho dinero y popularidad, viajamos por el mundo, el director era Luis Puenzo”, quien también dirigió La historia oficial, primera película argentina que ganó un Oscar.
Por otro lado, el taxista había acompañado a Chacho Mendoza a Corrientes, a un acto de veneración del Gauchito Gil, y fue el encargado de hacer las presentaciones (la cadena genética de esta historia, desde el champú al Gauchito Gil, confirma que el cosmos sigue siendo un lugar apasionante).
Billetera vacía mata amigos
Escorpiano, 57 años, cuatro hijos, Rubén Orlando nació en Del Carril, Saladillo, provincia de Buenos Aires: “No tuve electricidad en casa hasta los 11 años. Mi vieja era peluquera, le ponía los ruleros a las clientas y como no podía usar secador de pelo, las dejaba al sol. Tampoco había agua, teníamos que ir a buscarla a una bomba manual: 800 bombazos para llenar los baldes. Y para beber, comprábamos sifones. Todo eso te va marcando”.
De adolescente Rubén se mudó a Buenos Aires y consiguió trabajo con Miguel Romano. “Un genio”. Con el tiempo fue haciendo sus clientas y llegó a instalar sus propios locales, hasta que la publicidad lo empujó a la fama. “Menos Mirtha Legrand, con quien no tuve el gusto, trabajé con todo el mundo. Susana Giménez, Menem, las ex mujeres de Tinelli, Zulema, Zulemita, Caniggia, Houseman…”. Estuvo casado con quien nombra así “Silvana Suárez Miss Mundo”. (A las personas a las que estos nombres no les digan nada: maduren, y usen su buscador favorito). “Claro, yo hablo de otra época. Las pibas y los pibes no me tienen”, dice Rubén riéndose.
Un día de 1997 le cayó una inspección impositiva. “Buscaban un pescado gordo de cada rubro. Me agarraron y también a otro amigo mío, Daniel Pasarella”. El actual presidente de River había traído un crucero haciéndolo pasar impositivamente como un gomón. “En mi caso asumí la culpa. Yo tenía 32 locales y les daba trabajo a 680 personas. No era fácil. En Brasil aprendí que en un caso así no te dejan caer, pero no por vos sino por las fuentes de trabajo. Pero a mi vinieron a reventarme”. ¿Quién? “Para mí fue (Domingo) Cavallo. La mujer, Sonia, se cortaba con el otro”. Se refiere a Roberto Giordano, con quien lo une una inquebrantable enemistad. “Si algún día me lo cruzo, va a haber problemas, porque sé que me lo hizo a propósito. Vos pensá que atendí hasta a Menem, pero cuando pasó lo que pasó se borraron todos. No culpo a nadie, uno es el pelotudo al creerse protegido por estar con esa gente”. Al argumento “billetera mata galán” (de otro amigo de Orlando, Jacobo Winograd) Rubén le agrega: “Billetera vacía mata amistad. Yo entraba a cualquier lado y se me colgaba gente, minas, una cosa de locos. Carlitos Monzón fue mi gran amigo, en serio, y me decía: en este mundo tenés que dormir como los indios, con un ojo abierto”. Cuando busca palabras sobre ese ambiente, elige “fallutería”. Salva a Maradona según la siguiente doctrina: “Diego es Diego”.
Un día de 1999 notó que no sabía dónde vivía una de sus hijas, ni cómo llegar a lo de su abogado, cerca del Obelisco. “Había vivido en una burbuja. Dije: me tengo que ir. Estaba casado con una brasileña, (Tuka), y nos fuimos a lo de los padres, en las afueras de San Pablo. Yo había pagado todas mis deudas y estaba en la lona absoluta. Me mudé a la favela y tenía que levantarme a las 3 de la mañana a preparar el caramelo de las manzanas”. De San Pablo la familia se mudó a la casa de otros parientes, en la más célebre favela de los morros de Rio de Janeiro: Rocinha, 700.000 habitantes. “Todo me dio vuelta la cabeza. La gente, la mirada de los chicos. Te sensibilizás. Nunca tuve un problema ahí adentro. La mitad de la gente que trabaja en la ciudad vive en las favelas. En cambio aquí, si la gente dice que es de la Villa 31 no la toman. ¿Entendés lo que te digo de la discriminación?”.
En el Barrio Mugica, Rubén se reencontró con una persona que había trabajado con él 20 años. “Cuando tuve mi negocio, no creo haber sido un turro con nadie”. La experiencia favelera duró dos años. Un argentino le propuso hacer Café Cortado, bar con peluquería en Buzios. “Decidí volverme. Mi hija menor Candelaria (16) quedó en Río con la mamá. Cuando me pasó esto pensé: le tengo que mostrar un ejemplo a mi hija. La riqueza más grande es dejar cosas positivas en la vida. Mucha gente vive, gana guita, pero no deja un carajo como vida. Yo alguna vez pensé en matarme. Pero al final le puse el pecho al asunto. Y acá estamos”.
El viejo habitante de un country como Highland ha decidido que la sede principal de su negocio sea la Villa 31. ¿No es una cuestión de marketing? “Al contrario. Todo el mundo me decía: ni te metas. Pero a mí me parece una idea genial: ayudar haciendo lo que me gusta. Lo que aprendí con todo lo que me pasó, es que hay que tener fuerza, algún Dios, el que te guste y, sobre todo, que nunca te quede el mate liquidado”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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