CABA
Tuiteame tu novela
Te sigo, de Marcos Pereyra. La novela, con trama policial, revela el mundo tuitero, donde hay quienes pagan para tener 10 mil seguidores. Y quienes logran, como él, desafiar a las editoriales.
B rrr, brrr, brrr. Marcos estaba durmiendo. Era la 1 de la madrugada y un sonido lo sacó del ensueño. Tanteó la mesa de luz y descubrió el origen del caos: su celular no dejaba de vibrar.
Brrr, brrr, brrr.
“Qué raro, seis mensajes seguidos”, pensó. Chequeó a ver quién trataba desesperadamente de contactarlo. Eran todos tweets de un cordobés que ni siquiera conocía. Marcos no pudo evitar sorprenderse ante lo que leyó: “Estuve estudiando tu timeline y la gente que seguís –escribió esa madrugada su seguidor–. Tus características son estas: estás casado en segundas nupcias, tenés tres hijas mujeres, seguramente seas abogado o ingeniero…”
Todo el perfil era erróneo, salvo por la profesión: abogado. Sin embargo, Marcos no podía creerlo. No podía entender cómo un tipo (¡un tipo!) había dedicado parte de su tiempo y de su vida para tratar de delimitar un esbozo suyo a través de sus tweets. “Si esto hace conmigo, no quiero imaginar lo que le pasa a una mujer que pone una foto más o menos linda”, meditó.
Por suerte, todo lo que le sucedió a Marcos era sólo una novela.
El círculo vicioso
Marcos Pereyra tiene 44 años, vive en Tigre y realizó una maestría en Derecho en la Universidad de Michigan, Estados Unidos. Trabajó en Tribunales y en estudios legales, pero dice que escribe desde los 15. Realizó talleres de guión, literarios y hasta de crónica periodística.
Su pulsión narrativa lo llevó a escribir dos novelas, que no publicó. Pero no porque no quisiera: las editoriales se la rebotaban. “La novela está bien, pero no te conocemos, por lo que no queremos hacer una apuesta editorial grande. Mandala a concursos”, le aconsejaban.
Y Pereyra las mandó.
No le fue bien. “Estoy en un círculo vicioso: no me conocen porque no publiqué, pero si no publico no me van a conocer”, razonaba.
Entonces… abrió una cuenta de twitter, un blog y empezó a publicar cuentos.
El círculo virtuoso
El resultado fue satisfactorio. Sus historias comenzaron a tener repercusión, Mario Pergolini leyó alguna en la radio y el número de visitas y comentarios en su blog fue creciendo paulatinamente. Hoy su contador marca casi 200 mil cibernautas. Es decir, lo que las editoriales le criticaron, Pereyra lo fue construyendo por una vía mucho más interesante y productiva. De hecho, la revista semanal Oblogo, que difunde los relatos de las nuevas voces en la web, otorgó a Pereyra el premio al mejor cuento 2010 (auspiciado por el Banco Hipotecario) por su historia Querida Mariana.
Con un nombre ya medianamente instalado en las redes, el escritor publicó un cuento que no sería uno más, aunque él no lo supiera. Te Sigo era un relato autónomo, sobre un hombre perturbado que, a través de las redes sociales, pudo rescatar en el momento adecuado a una joven que estaba a punto de ser secuestrada por un stalker (o acosador, según la jerga de las nuevas tecnologías), quien la había contactado por Twitter.
El cuento fue un éxito. No solo hablaba de Twitter sino que fue por esta vía como mejor y mayor se difundió. “Un círculo virtuoso”, definió el autor a esta nueva etapa.
Pereyra decidió estirar el cuento. Ya para la quinta entrega supo que tenía una novela.
Stalker & commodities
«Si vos tenés algún perfil de stalker, las redes sociales son una muy buena herramienta porque la gente se expone un montón”, dice Pereyra. “Empecé a ver que el nivel de interacción y de exposición es muy grande. Pero me interesaba que el libro no se restrinja a Twitter. Quería realmente que cualquiera que lo agarrara pudiera entender qué era. Este no es un libro de tecnología”.
Claro que no lo es. Te Sigo es un thriller atrapante y vertiginoso que utiliza a las redes sociales como un instrumento inmejorable para delimitar un nuevo perfil de psicópata. Y también una nueva figura detectivesca: el laburo cibernético que realiza el protagonista, Ignacio, un diseñador de videojuegos que, junto a su amigo, es propio de esta nueva era comunicacional.
La trama
Ignacio es un hombre casado, con una hija y un hijo. Su hija mayor había sido secuestrada y asesinada por un contacto que había hecho a través de las redes sociales. Él, como padre, no puede perdonarse su desatención, e inicia una búsqueda, vía Internet, de aquellos acosadores que se inmiscuyen en la vida de las mujeres. Sin embargo, el primer capítulo del libro ya deja bien en claro que el stalker que Ignacio detiene (mejor dicho, la stalker), es solo un peón de una red muchísimo más oscura y perversa. Políticos, jueces, policías y empresarios mediáticos son los que componen una trama tan terrible como actual: las redes de trata y prostitución. Resume Pereyra: “Esa es la mezcla entre sector público y privado”. Dos caras de un mismo negocio.
Te Sigo posee una estructura narrativa interesante: la gran mayoría de los capítulos están narrados en primera persona. Si bien no es un recurso innovador, Pereyra lo utiliza para sumergir al lector en los rincones mentales más inquietantes de los personajes. De hecho, la caracterización del psicópata tiene momentos altísimos, al punto de llegar a reducir a la mujer al plano de un mero commodity. Un frase como ejemplo: “Exportarla como si fuera una tonelada de soja”.
Usos del Twitter
Pereyra se ve obligado a aclarar una cuestión: “Acá te puedo hablar de algunas cosas malas de las redes sociales, pero a mí me parecen fantásticas. Profesionalmente, me sirvieron un montón. Sin Twitter, el libro no existiría o se habrían vendido dos ejemplares. Cuando abrí mi cuenta, cándidamente agarré un periodista y le conté lo que hacía, pero en vez de retwittear, se mofó: ´Este piensa que soy Flavia Palmiero´, dijo. Yo no tenía ni un seguidor, y pensé: ´guarda que esto también puede ser una contra´. Pero eso me enseñó algo: primero entrá, generá contenido y, después, tratá de mostrarlo”.
Para muchos, Twitter es un medidor de status: cuantos más seguidores tenés, más importante sos.
Hay un poco de snobismo. Igual, eso ya es ridículo porque los seguidores se pueden comprar. Vos pagás y tenés un paquete de 10 mil seguidores. A mí me sirven los que tengo, porque son los que me leen, compran el libro, entran al blog y demás; pero si lo que querés es un numerito, es una pavada. Después, también tenés en Twitter las historias divertidas. Me acuerdo la del tipo que se enamoró de una twittera que tenía un avatar de Kate Moss, y se pusieron de novios virtualmente. Hasta que uno le dijo: “Che, ganso, esa mina es una modelo, no es tu novia”. Y el tipo salió a hacer una twitcam diciendo que él había entregado su corazón virtualmente. Por eso te digo que la gente se expone. Pelotudos grandes como este no importa. Pero con los más chicos el tema es más complicado.
De película
Pereyra ya está trabajando en su nueva novela, también de suspenso. No da muchos detalles, pero adelanta el tema: periodistas. Y se muestra entusiasmado ante la crítica del libro que Juan Pablo Varsky realizó en su programa de radio. Dijo: “Invito a productores, a la gente de la tele, a que lea el libro Te Sigo, de Marcos Pereyra. Lean ese libro y cuéntenme si ahí no hay una película”.
Coincido.
Y retwitteo.
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


Artes
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Disparatemos: artistas al poder
Un experimento con artistas clave de la escena independiente cruzó textos y discursos políticos con música, danza, canto y perfomance en MU Trinchera Boutique. Qué nació como resultado de las Postas Culturales Sanitarias. Los cambios de percepción que implicó la pandemia, la vuelta a los escenarios, la creación de comunidades de sentido y la necesidad de encontrarse, más acá de Zuckerberg. ¿Que queremos ser, y qué no? Por Claudia Acuña.
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