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Criar cine

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Ana Katz: Su cuarta película Mi amiga del parque refleja una mirada sobre la maternidad que trasciende el encierro del espacio hogareño. Poder exhibirla fue un parto.

Criar cine

«¿Cuándo podremos agruparnos todos como gallinas que defienden a sus pollitos?”, se pregunta el poeta Nicanor Parra en una de sus obras. Ana Katz, directora y actriz, retoma ese cuestionamiento sobre nuestra sociedad en su nueva película Mi amiga del Parque, para decirnos: “Los problemas no se solucionan con la familia y el consumo como nos vendieron siempre, sino  formando alianzas entre personas”.

Ana nos recibe en su casa y entendemos que es madre sin necesidad de preguntar. Entre los cuadros del living hay un dibujo colorido pintado por un nene o nena y el patio está lleno de juegos y juguetes. Ana ya parió dos hijos (Elena de 7 años y Raimundo de 4) y tres películas (El juego de las sillas, Una novia errante y Los Marzianos). Mi amiga del parque, es la que está criando ahora, lo que implica en estos tiempos parir sala para estrenarla, mientras comienza a engendrar el rodaje de la quinta: Sueño Florianopólis, una co-producción con Brasil.

¿Cómo se logra mantener fértil ese nivel de producción y creación? Ana nombra dos elementos que, para ella, no pueden faltar: el amor y los aliados, usualmente  llamados amigos.

Valores

Filma cuando encuentra un tema capaz de comprometerla, por eso la medida del éxito es para ella llegar al fondo. En el caso de Mi amiga del parque ese tema es la maternidad y ese fondo es cuestionarla. El personaje principal, Lis (Julieta Zylberberg), madre primeriza, paúpera y sola con su bebé (Nicanor) de tres meses. Obvio que está angustiada, confundida, sensibilizada y padeciendo todas las presiones que dervian del mandato de ser una buena madre. No es tan obvio, sin embargo, que el cine refleje esas angustias y presiones y menos que las maneras de enfrentarlos se encuentren en el espacio público y no el hogar: en el parque es donde Lis conoce a personas diferentes y, por eso mismo, otros caminos posibles.

Hay una idea central que atraviesa a Mi amiga del parque: en la crianza no hay nunca una sola manera de hacer las cosas. “Tenés un hijo y no tenés el diploma. A medida que todo transcurre vas descubriendo quién sos. ¿Sos un padre que grita? ¿Te copa ir a la plaza o no te copa tanto? Vas probando escenarios de acción como podés. En este mundo de alienación estamos acostumbrados a sostener valores que no son muy coherentes, entonces es interesante encontrarse con otros y repensar algunas cosas, ponerlas un poco en duda”, nos dice Ana en su cocina. Y agrega: “Las condiciones de producción, la elección de actores y todas las decisiones estéticas están en función del asunto que estoy interesada  en contar. En este caso, se me abrió un mundo en relación a la revolución de cimientos que produce en cualquier persona la llegada de un hijo. La causa de esta película es la idea de que un hijo es una elección. Hay una tradición y una exigencia tan fuerte en relación a la familia y la crianza que casi ni se te ocurre pensarlo de otra manera. Una vez que lo vivís, es evidente que no tenía nada que ver con la foto del abuelo adelante y todos atrás. Nos venden que la maternidad es algo que te llega, una esencia, y, en realidad, implica un lugar muy activo y fuerte”.

Maternidad colectiva

¿Se combinan maternidad y dirección? “Logré combinarlo. La película habla mucho de la importancia de tener un auto justamente por eso. En general, se liga a la madre a la casa pero, en mi caso, como cineasta siempre fui de viajar mucho. En cuanto quedé embarazada me pregunté: ¿cómo voy a hacer para viajar con chicos? Y entendí que es interesante pensar a la madre como alguien que viaja. Me invitaban a lugares y yo armaba una lista de amigos que me acompañaban. Es un quilombo y un embole muchas veces para el resto pero, para mí, es fabuloso hacer eso porque no puede ser la crianza un problema que se resuelva a escondidas. Está bueno que haya chicos molestando por ahí en una reunión y ver cómo lo solucionamos entre todos. Siempre se resolvió con la madre o la empleada, pero pienso que hoy nos toca a todos. Es una cuestión de ganas y de disposición”.

Ana también dice que la crianza hizo crecer su mirada como directora: “Mis hijos viven en la infancia, que es un tiempo infinito y muy extraño que uno abandonó. Con ellos visito de nuevo zonas que para el trabajo de escritura del cine están muy buenas. Son zonas de posibilidad, fantasía y ficción que no tenía a los veinte años porque estaba en un terreno mucho más concreto. Oírlos es un pasaje directo al absurdo y eso en cine y en poesía siempre es bueno”.

¿Cómo se hace para  filmar con bebés de tres meses como parte del elenco? “Decidí seguir la lógica que apliqué para cuidar a un hijo. Si los bebés tenían que dormir la siesta, dormían. Si tenían hambre, comían. Los actores tenían que tener preparados los textos y las actuaciones como para que cuando se pueda dar la toma, ocurra; casi como en un contexto de documental”.

Géneros y violencias

¿Es más difícil ser directora mujer? “Nunca sentí frenos por ser directora y mujer. Algo que cuesta es que estamos más acostumbrados a ver y escuchar cosas hechas por hombres, entonces el punto de vista de una mujer parece raro. A mí me preguntaban: ¿qué le pasa a la protagonista? ¿Está loca? ¿Son las hormonas? Y no: no son las hormonas. Es muy normal todo lo que le pasa a Lis. ¡Sería casi un chliché si estuviésemos más acostumbrados al punto de vista de la mujer! En cine, las protagonistas suelen ser víctimas o personas que pelean por sus derechos de una forma más general. Para mí, la mujer como personaje es algo muy rico y fuerte por su carga subjetiva y su complejidad, y eso está muy poco explorado. Es importante trabajar el tema de la violencia contra las mujeres, pero eso no está dado sólo en un hombre que pega. Para desmantelar una violencia tan horrorosa también tenemos que ver cómo pensamos y cómo se crío a ese hombre que después pega”.

La ley del mercado

Por la falta de disponibilidad de salas para exhibir, Ana se vio obligada a postergar el estreno de su cuarta película. ¿Por qué? “Las condiciones para exhibir son difíciles. Por un lado, se hacen muchas películas, lo cual que está bueno porque significa que es un poco más fácil producir hoy, pero el problema es que se ven muy pocas. El Gaumont está siempre lleno y hay uno solo. Me da pena lo difícil que es exhibir para las operas primas porque hay cosas geniales que no llegamos a verlas. Antes el problema era el tanque de afuera y ahora es el tanque de adentro. Sin embargo, no tiene mucho sentido quejarse de que las películas grandes acaparen las salas porque es una consecuencia evidente: si no hay leyes que regulen la cultura, la regulación la hace el mercado”.

¿Hay salidas a esa imposición del mercado? “Lo más conflictivo es respondernos la pregunta sobre qué espacio le queremos dar a la cultura. Para mí, es central que se generen espacios de investigación, se produzca movimiento cultural y se difunda lo nuevo”. Toma como ejemplo el caso brasilero: “Hay una ley que limita la cantidad de pantallas por complejo que puede tener una misma película. Eso es interesante porque permite compartir los espacios. Surgió a partir del fracaso del documental sobre Lula frente a una película de acción, extranjera. A partir de ese escándalo, apareció la regulación”.

¿Cómo analizar al nuevo fenómeno de los tanques del cine argentino actual? “Diferenciar popular de comercial me parece importante. Hoy está cada vez más polarizado el camino: o hacés un cine para tres personas o estás en una escala de competencia inmensa. Es muy fuerte esa polarización a partir de la entrada del marketing en los mercados culturales. Este es un momento de mucha excitación respecto a la taquilla. Antes la gente se metía en una sala oscura a ver una película sin saber de qué se trataba.  Ahora pasa lo opuesto: van a ver películas que desde un año y medio antes de su estreno te vienen promocionando”.

Ana se encuentra en un lugar intermedio y poco convencional: “Ese lugar raro que tienen mis películas se da porque a mí me gusta mucho la idea de poder conectarme con el público. Me interesa más lo popular que lo comercial.”

¿Qué significa esa distinción? “Me encanta la idea de compartir mis películas con la mayor cantidad de  personas posibles, pero también me gusta la poesía, el cine que te hace pensar, conmover y correrte un poco de la norma. Si se dan las dos cosas juntas es un lujo, pero no estoy dispuesta a cumplir con los requisitos que se exigen en el cine comercial.” ¿Cuáles son esos requisitos? “No profundizar. No ofender susceptibilidades”.

Y el cine que hace Ana transmite el requisito opuesto: no ser banal.

Derechos Humanos

A 40 años de la sentencia: ¿Qué significa hoy el Juicio a las Juntas?

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Este martes 9 de diciembre se cumplen 40 años de la lectura de la sentencia del Juicio a las Juntas Militares. Habrá un acto en la Corte Suprema de homenaje a los jueces Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz (fallecieron los otros dos integrantes de aquella Cámara Federal: Andrés D’Alessio y Jorge Torlasco).

Testigo privilegiado de muchas de las audiencias por su cobertura para el diario La Razón, Sergio Ciancaglini, actual periodista de MU y coautor del libro Nada más que la verdad (junto a Martín Granovsky) repasa escenas, revelaciones y el contexto de una experiencia inédita en el mundo en la que por primera vez se juzgó un crimen masivo cometido desde el Estado por una dictadura.

Los testigos, los alegatos, las sorpresas, la ubicación de la locura y de la cordura. Los gestos de Videla, Massera y Viola. Los testimonios de las mujeres sobre los ataques y violaciones que sufrieron. El antisemitismo militar. El peso desde el cual los médicos calculaban que era factible torturar. El sitio de lo impensable, y la proyección de aquella historia pensando en los derechos humanos del presente.

Por Sergio Ciancaglini

A 40 años de la sentencia: ¿Qué significa hoy el Juicio a las Juntas?
Los militares en 1985, de pie ante los jueces. Fotos gentileza de Telam y Fondo Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. Archivo Memoria Abierta.
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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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