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La luz de Lucía: nuevo juicio para el femicidio que sacudió al país

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Lecciones de la lucha que logró anular el vergonzoso fallo que debajaba impune el femicidio de Lucía Pérez. De Mar del Plata al primer Paro Nacional de Mujeres, las movilizaciones siguieron frente a los Tribunales de Casación en La Plata, donde se dio vuelta la historia. Por qué sirve estar en la calle. Por Anabella Arrascaeta.

La luz de Lucía: nuevo juicio para el femicidio que sacudió al país
Foto: Nacho Yuchark

Marta Montero se despertó a las 5 de la madrugada para ir a trabajar como enfermera en el Hospital Interzonal de Mar del Plata. A la salida la pasó a buscar Matías, su hijo mayor, de 23 años. Llegó a su casa y fue directamente a bañarse, parte de trabajar en un hospital en medio de una pandemia. Escuchaba que su celular sonaba. Las llamadas perdidas eran del fiscal de Casación Carlos Altuve. “Salió la sentencia -me dijo-. El juicio se va a hacer de nuevo. Qué bien -le dije yo- la verdad que ante lo que usted me está diciendo no tengo reacción: ni enojo, ni gritar, ni alegría, no es que me da lo mismo, pero no me voy poner nunca feliz ni contenta porque no la tengo a Lucía. Es un paso más que hemos dado en la justicia”. 

Mil cuatrocientos cuatro días después de que Lucía Pérez, 16 años, fuera abusada y asesinada, la Sala IV de la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires resolvió anular el fallo que pretendía dejar impune su femicidio.

Juzgar a la víctima 

El 8 de octubre de 2016 Marta volvió de trabajar a las 3 de la tarde. No había nadie en la casa. Guillermo, chapista, papá de Lucía, estaba en el taller mecánico de donde lo despidieron mientras pedía justicia por su hija. Las mascotas, cuatro perros y seis gatos, estaban adentro, no en el parque que la casa tiene al fondo. La computadora de Lucía estaba sobre la mesa. Su Whastapp decía que la última conexión había sido cinco horas atrás. El teléfono respondía con el contestador cuando Marta la llamaba. Matías estaba repartiendo agua; pasó por el taller del padre y, en el momento que estaba con él, recibió una llamada. Pasó a buscar a Marta, y fueron a la comisaria. “Lo lamento señora, su hija ha fallecido”,  le dijo el comisario. 

Matías Farías, 23 años, y Juan Pablo Offidani, 41 años, llevaron a Lucía a la sala de salud de Playa Serena. Llegó muerta. Un día después los apresaron en una camioneta Fiat Strada gris donde se encontraron 38 gramos de cocaína y 250 de marihuana. La causa fue caratulada como abuso sexual seguido de muerte. El tercer detenido fue Alejandro Maciel, 61 años, acusado de encubrimiento agravado por ayudar al lavado del cuerpo muerto.

Dos años después comenzó el juicio oral en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Mar del Plata. Los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale hicieron un minucioso análisis de la vida de Lucía: qué le gustaba escuchar, qué profesión quería seguir, con quién y de qué chateaba, con quién se acostaba, qué le gustaba fumar. El tribunal condenó a Farías y Offidani a ocho años de prisión y multa de 135 mil pesos por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”. A Maciel lo absolvió: el sitio marplatense 0223 informó que murió este año por un cáncer de pulmón. Ninguno de los tres fue condenado por el femicidio ni por el abuso sexual. Los argumentos: Lucía “no era sumisa” y “tenía carácter”. 

“Esto no termina acá, esto acá empieza”, dijo Marta abrazada por cientos de mujeres que en la puerta de los Tribunales lloraban de bronca después de escuchar El Fallo de la Vergüenza.

Estar en la calle

Marta prepara el ramo: tres crisantemos violetas, uno blanco, y un clavel blanco que la chica que trabaja en la florería le regaló. Son sus flores preferidas, a veces lleva también rosas rojas. Otras flores amarillas y verdes, para recordar que a Lucía le gustaba escuchar reggae. Suele ir los domingos después de trabajar pero el último fin de semana estuvo atravesado por la noticia de que anularon el fallo que dejaba impune el femicidio de su hija y el pensar cómo seguir. Entonces fue al cementerio el primer día que tuvo franco, antes pasó por la farmacia por unas gotas que no pudo comprar porque la receta llevaba más de cuatro meses vencida. “Hay cosas que vas dejando, no vas haciendo”. Llevó las flores con Matías. El día había amanecido soleado pero se fue nublando, estaba frío y húmedo. “Hoy me pasó ver el cementerio como un lugar de paz. No es un sacrificio ir, todo lo contrario: es un lugar de tranquilidad. Es con el cristal que uno mire las cosas. Voy, le llevo un ramito, rezo, y después me vengo tranquila a casa”. 

Pasaron casi dos años entre la sentencia en primera instancia que la familia de Lucía apeló y la decisión del Tribunal de Casación de anularla. Durante veintiún meses la familia de Lucía y el colectivo que la acompaña en la Campaña Nacional Somos Lucía no se quedaron quietas. Desde el Primer Paro de Mujeres hubo movilizaciones multitudinarias y sentadas de un puñado de personas frente al Tribunal. Gritazos, carteles, videos, remeras, asambleas. Caminatas con bombos y otras en silencio. Familias sobrevivientes de femicidios que se agruparon en un colectivo para compartir estrategias y abrazos en Plaza de Mayo. Cartas al presidente. El Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez que registra y sistematiza las violencias y lo que el Estado no hace para dar respuesta, aun estando obligado. Festivales y cientos de tarros de mermeladas caseras que se vendieron para costear los kilómetros que hay que recorrer en búsqueda de justicia.  

La audiencia de apelación en La Plata fue días antes del inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio. La respuesta tardó meses. Finalmente los jueces Carlos Natiello, Mario Eduardo Kohan y Fernando Luis María Mancini pidieron que un nuevo juicio se realice con “la premura que el caso amerita”, y en sus argumentos recordaron lo obvio: “No se está juzgando a la víctima (como pareciera estar ocurriendo) sino a los eventuales victimarios”. 

Los jueces recordaron que el Estado está comprometido en trabajar para prevenir y erradicar la violencia machista, y que quienes son parte del Poder Judicial tienen la obligación de “valorar la prueba con perspectiva de género”. Partiendo desde ahí calificaron como “un despropósito” la evaluación que en primera instancia hicieron sobre la vida de Lucía y consideraron que en ese accionar atentaron contra su intimidad y dignidad. “No nos pueden juzgar por lo que hacemos: queremos libertad”, había dicho en el Congreso de la Nación Marta Montero sobre el accionar de los jueces marplatenses después de conocerse la sentencia. Ahora también lo deja escrito el propio Poder Judicial. 

¿Cómo interpretás, Marta, lo que pasó?

Como un paso fundamental, pero no un paso mío, es de todas, de todos y de todes. Hemos salido a pelear con lluvia, con frío, con el sol reventándonos la cabeza. Esto es tan grande que no queda solamente en esta familia. Es un tobogán: de acá saltamos para otro lado. Lucía va a tener justica y nosotros no vamos a parar más. 

¿Por qué?

Porque es histórico. Marca un precedente. Lucía va a tener justicia, claro, pero va más allá. Esta sentencia es la herramienta para poder trabajar sobre otras cosas, por eso la imprimí y me la hice un módulo. La estoy resaltando, la leo, la aprendo: son herramientas. Los jueces de Mar del Plata se preocuparon más por echarle la culpa a Lucía, que lo que le hicieron. Eso es terrible y los jueces de Casación lo remarcan diciendo: “Esto no puede ser una prueba”. 

¿Cuándo empezó a cambiar la perspectiva?

En la audiencia de apelación el fiscal Altuve les habló a los jueces y eso no fue gratuito. Se enfrentó a sus colegas, son sus superiores porque son jueces y él es fiscal, y a la vez son la misma maquinaria. No es fácil decírselos en la cara: el gran problema que nosotros tenemos se lo debemos a la justicia. Wow. No es gratuito. Se interpuso en la maquinaria y fue muy visionario en esa audiencia. Y muy directo: estuvo a la altura de la circunstancia. 

Está pendiente el juicio político a los jueces, ¿qué expectativas hay?

Al tomar esta decisión el jury tiene que avanzar directo. Si Casación está diciendo que la sentencia está anulada, que está todo mal hecho, que trabajaron mal, esta gente se tiene que ir. Además está mal intencionalmente: no saber no te da derecho a culpar a la víctima. Eso es crueldad. 

¿Se puede pensar en construir otra justicia?

Es un indicio, un empezar a pensar una justicia diferente. Creo que las personas, nosotros, tenemos las herramientas para poder hacerlo, solo tenemos que saber usarlas. Y nos tenemos que ocupar, que poner. Por ejemplo en Mar del Plata queremos una fiscalía para casos de violencia de género. Y vamos a luchar hasta que la vamos a conseguir, aunque parezca una locura. Cuando las Madres de Plaza de Mayo salían a caminar con todos esos milicos que mataban a los hijos también era una locura. 

¿Cómo vinculás la lucha por el fin de la violencia machista con el legado de los derechos humanos?

En el fondo somos personas que salimos a luchar por los derechos de nuestros seres queridos. Somos los mismos, en otra época, en otro contexto político, pero luchamos por los derechos de nuestros seres queridos. Salimos a decir: nunca más puede pasar esto. Se juzgó a una criatura por un chat, porque Lucía era una criatura, el pecado fue comprar porro a esos tipos… Eso la llevó a la muerte. Ese derecho que tenía a la vida, a fumar, a ser lo que quería, la llevó a la muerte y eso no se veía, al contrario: hacía que alguien diga: “Ella tuvo la culpa, se lo busco, que tenía que hacer con esa gente”. Y que los jueces nos digan por disciplinamiento a todas: “vos te hacés la piola, te va a pasar esto.” Nunca más. Nosotros como familia escuchamos atrocidades sobre Lucía, podíamos entrar en un lugar de una tristeza tan grande que no te permita salir. Pero yo sé quién era mi hija. Y aunque hubiese sido la reventada más grande nadie tiene derecho a ponerle una mano encima sin su consentimiento. 

¿Cómo se logró?

Cuando uno tiene una convicción y va, y va, y va, es como la gota que agujerea el piso. Yo creo que acá más que la masividad es el compromiso. Yo no tenía problema en ir, tomarme un micro seis horas y llegar aunque éramos cuatro. El hecho es ir, estar ahí molestando en ese lugar que es donde no te quieren ver. Necesitás firmeza y pedir claramente lo que querés. A nosotros nos funcionó estar en la calle. Por eso la sentencia tiene el sabor a la lucha que hemos hecho entre todas. Lucía unió, encendió una luz tan grande. Ahora viene un nuevo juicio y es volver a cero pero no somos los mismos: tenemos otra experiencia. Y no vamos a parar. 

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8M: Estamos

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En otro Día Internacional de la Mujer el movimiento feminista volvió a llenar las calles de Buenos Aires, frente al Congreso, como supo hacer durante las movilizaciones a favor del aborto, en medio de algunas novedades: un gobierno que ataca al feminismo, que cree que lo puede contener con un protocolo antipiquetes y que enfrenta la agenda de derechos que las mujeres y disidencias volvieron a poner hoy en la calle. La desigualdad como eje. Las principales reinvindicaciones y palabras de hoy. Los testimonios que hablan de emergencias de hambre (con comedores sin comida y con el triple de gente), a la conexión con las banderas de derechos humanos. Les Nietes de personas desaparecidxs, y el lema de la bandera que salió hoy por primera vez a la calle: “Soy feminista porque tengo memoria”.

Texto: Anabella Arrascaeta

Fotos: Lina M. Etchesuri

“Soy feminista porque tengo memoria”, dice la bandera que Ana, nieta de detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar, pintó para marchar junto a sus compañeres de Nietes. Es la primera vez que esta frase sale a la calle, en este 8M, a días del 24, el primer marzo de la era de Javier Milei. 

8M: Estamos
Les Nietes en la puerta de Mu Trinchera Boutique. Foto: Lina Etchesuri

Argentina, 2024. Sobre Callao la Policía Federal intenta mantener cortada la Avenida para la foto que da cumplimiento al protocolo de la ministra Patricia Bullrich. No pueden. Los autos circulan solo esa cuadra y doblan a la izquierda por Avenida Rivadavia. Hacia la plaza Congreso las calles están cortadas porque el músculo de los feminismos está entrenado y volvió a llenarla. Partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales, culturales, asambleas, deportistas, músicas, periodistas, y miles de grupitos de amigas, madres, abuelas, hijas, vecinas, nietes, en un largo y cada vez más inabarcable etcétera.  

A las cuatro de la tarde el hit sacude el pasto: “El que no salta votó a Milei”. 

La Plaza, una vez más, está llena.

¿Por qué?  

Límites

Cristina, 80 años, abre los ojos grandes desde abajo de la gorra que la protege del sol y dirige la mirada hacia sus amigas (otra Cristina de 72 años, y dos Lilianas, 67 y 70 años). Dice: “Peleamos mucho por este momento, y lo tenemos que defender”. Llegaron temprano, con sus remeras del grupo de teatro comunitario al que pertenecen y con el que en el último tiempo hicieron una obra sobre la Semana Trágica, y otra que es un homenaje a Azucena Villaflor, Madre de Plaza de Mayo desaparecida. “Tenemos una edad donde vivimos a full el patriarcado, y vemos en nuestras hijas ese cambio de paradigma: no son las mismas mujeres y yo me alegro profundamente por eso. Y aprendo todos los días de las generaciones nuevas, necesitamos acompañarlas porque debemos lograr ese cambio que de a poco se va modificando. No es que se haya logrado todo, nos falta, pero tenemos que estar unidas”. 

“Estar” y “juntas” son de las palabras que más se repiten hoy en Congreso. Y que se sienten: todas las generaciones, de los centros a los bordes. Dice una de las Cristinas: “Te voy a decir una frase peronista: unidos o dominados. En este momento, con este gobierno estamos en un retroceso, y nosotras tenemos que poner un límite: hoy, todas en las calles, estamos poniendo ese límite concreto en la calle”. 

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Comedores

Claudia, 54 años, vino de San Miguel y señala a una compañera: “Ella trae una papa”, y después apunta a otra: “Ella trae una cebolla”. Después mira a otra: “Ella trae fideos”. Así explica cómo están sosteniendo en los barrios las ollas desde que no reciben alimentos tras la asunción del nuevo gobierno.

Dice que lo hacen porque, cuando hay una emergencia, “el pueblo es solidario”. Y porque saben cómo hacerlo. “Nosotras echamos a los ingleses: las mujeres. Hicimos la bandera para Belgrano, organizamos la campaña para San Martín, y ahora tenemos que organizar la campaña para sacar a este loco. Las compañeras muchas son de programas sociales, todas trabajan, sirvieron cuando estaba la pandemia pero ahora las quieren descartar”. 

Según su termómetro, la gente que asiste a los comedores se triplicó. No son solo niñes: ahora son familias enteras. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri

“El barrio ahora se está dando cuenta que la casta somos nosotros” dice a lavaca. “La gente estaba cansada de los políticos comunes corrientes, pero ahora las mujeres del barrio están preocupadas porque no les alcanza para comer. Muchas no pudieron comprar útiles de sus hijos, y en los comedores no hay mercadería”. 

Claudia, que es militante del Movimiento Evita, dice que la organización está haciendo una autocrítica interna, pero ella ya tiene clara una posición: “Aunque sea un gobierno nuestro, si hay que hacer un reclamo, hay que hacerlo. No hay que esperar. Aprendimos que si un funcionario o compañero no está haciendo las cosas como corresponde, hay que protestar”. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

En los comedores de La Boca que tiene el MST también se triplicó la demanda. “Muchos vecinos que no iban, ahora van. En diciembre ya teníamos escasez de variedad pero ahora la situación está cada vez peor. No tenemos alimentos, hace varios meses no llegan”, dice Susana. Para sostener la olla organizan actividades: rifas, hay quienes arreglan cosas, otras que hacen las uñas: “Nos la rebuscamos”. Ese es el reclamo que llegó hoy hasta el Congreso. 

Susana explica: “Los comedores están compuestos por mujeres: somos las que los mantenemos. Pero hoy hay muchas compañeras grandes que no pudieron venir; son mayores y hace mucho calor; otras tienen muchos chicos. Antes podíamos venir, pero ahora no, porque se reprime. Es una decisión que muchas compañeras que tienen muchos hijos se quedan cuidando los comedores y las demás que podemos venir, venimos”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Aguante

Paula está con un cartel que clama: “Nuestros derechos no se negocian”. Del otro lado sentencia: “Milei nunca”. Llegó sola a Plaza Congreso, pero se encontró con amigas en el camino. Tiene 52 años, y dice: “Viví muchas crisis, pero hoy veo que estamos cada vez peor, tenemos un gobierno que no tiene idea de lo que es la empatía, de cómo se lleva adelante un país con todos los sufrimientos que hemos tenido, con una dictadura todavía reciente, con cosas nefastas que nos han pasado. Y en ese contexto, las mujeres somos las que hemos luchado”. 

Paula afirma que así como hubo y hay crisis, hay salidas: “Salimos primero organizándonos; somos las que podemos sacar este país adelante, porque somos empáticas. Hoy tenía miedo que no haya gente pero para sorpresa y alegría veo que todavía hay mucho aguante. Seguimos acá”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Tensión

Cuando los bombos de ATE dejan de tocar, Marina, a quien llaman “La capitana”, descansa. Están al frente de la masiva columna de trabajadoras del Estado, aún cuando se anunció que se les iba a descontar el día a quienes pararan. El efecto fue el contrario: “Estamos acá justamente por eso, a pesar que nos quieren guardadas en nuestros lugares y casas, aunque estén avasallándonos con que nos van a descontar el paro, con tomar represalia, venimos a poner el cuerpo más que nunca porque no vamos a permitir que se retroceda en ninguno de los derechos que hemos conquistado y están tratando de poner en riesgo”. 

¿Cómo los resguardamos? “Con esto”, dice y mira alrededor una marea de gente. “Animándonos entre nosotras a salir a la calle, fortaleciéndonos entre nosotras en los lugares que ya habíamos conquistado, perdiendo el miedo, entendiendo que si estamos juntas vamos conseguir la fuerza para defendernos, que ninguna se va a salvar sola, que es muy necesario que los feminismos puedan poner una voz en lo que está sucediendo y poder decir cómo impacta sobre nosotras el hambre que está generando este gobierno. Las voces están, las compañeras estamos: hay que animarse a levantarlas porque los lugares están todavía en tensión”. 

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa, joven asesinada en Capilla del Monte. Foto: Lina Etchesuri

Transversal

Las integrantes de Nietes posan con su bandera que lleva la insignia con la que comienza esta nota. Ana cuenta que escribió esa frase para recuperar “las luchas que hacen a las libertades que tenemos hoy y la memoria de los derechos que tenemos: esa es la conciencia que hoy reivindicamos”. 

¿Cómo se conectan el movimiento feminista y el de derechos humanos?

Lucía: No lo hemos charlado con tal profundidad en el organismo, podemos darte nuestras perspectivas; yo considero que empezaron a tener puntos de conciliación a partir del 2017-2018, con todo el movimiento que generamos las feministas jóvenes junto con las feministas históricas, contra la violencia hacia las mujeres que después se pudo darle muchísima fuerza a lo que fue la legalización del aborto. Solemos tener mucho vínculo con sobrevivientes, construcción política fraternal y compañerismo; hablando con una compañera de la Asociación de Detenidos Desaparecidos, de Tucumán, nos contaba cómo le influyó el movimiento desde el 2017 en adelante, para tener el valor de poner en palabras la violencia sexual como parte de las torturas. A partir del 2017 se pudo retomar de otra manera porque también había más herramientas para problematizar un montón de cosas y para que también las nuevas generaciones acompañen procesos de históricas luchadoras.

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

¿Por qué les parece que esas dos banderas, la de feminismos y derechos humanos, son las más atacadas hoy? 

Ana: Creo que son los dos movimientos que han tenido la masividad, que han logrado interpelar al conjunto de la sociedad; tanto el movimiento de derechos humanos como el movimiento feminista ha logrado ser transversal a todas las tendencias. Y esa fuerza constituye una amenaza muy fuerte y ellos lo saben. Yo creo que los esfuerzos en desarmar todo esto es por la potencia que tiene en términos de transformación social, económica, subjetiva; por la fuerza y la potencia que tiene de interpelar al conjunto de sociedad, que se involucren personas que por ahí en la política no se meten tanto y en temas como derechos humanos y feminismos, sí. Eso es una fuerza muy grande. 

Después de marchar, les Nietes tocan en el piano de nuestra trinchera “Los dinosaurios” de Charly García. Y cuando terminan, aplauden y brindan por lo que están haciendo juntes. Historia, futuro, y presente.

Fotos: Lina Etchesuri

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Actualidad

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

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El colectivo Familias Sobrevivientes de Femicidios, que nuclea a familiares de todo el país, se reunió hoy en Plaza de Mayo para presentar un informe elaborado junto al Observatorio Lucía Pérez sobre los crímenes de los últimos años. El estudio (que publicamos aquí) abarca distintas administraciones del Estado (Macri, Fernández y ahora Milei) y permite ver lo que las familias describieron como “un genocidio por goteo, que avanza a un ritmo constante que aumentó desde la pandemia, y desde entonces no para de incrementarse”.

El trabajo del Observatorio Lucía Pérez, entregado también en Presidencia con un pedido de audiencia, muestra que el año pasado hubo 343 femicidios contra 281 de 2016. En lo que va de 2024 hubo 65 crímenes de este tipo: un aumento promedio del 12% con respecto a 2023.

Agregan las Familias: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

Guillermo, el padre de Lucía Pérez y Susana, la madre de Cecilia Basaldúa, firmando en Plaza de Mayo el informe entregado en Presidencia. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca)

Estuvieron presentes Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; quienes junto a Mariela, mamá de Iara Nardelli, llegaron desde Mar del Plata; Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa; y Alfredo y Roxana, papá y mamá de Carla Soggiu; en representación de muchas otras familias de todo el país a las que se les complica cada vez más llegar hasta Buenos Aires por el actual contexto económico y social.

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

Mariela, la madre de Iara Nardelli, leyendo en Plaza de Mayo un tramo del informe. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca).

El informe se leyó en Plaza de Mayo, en el encuentro que las familias organizan mensualmente el primer lunes de cada mes, y luego se entregó en Casa Rosada dirigido al presidente Javier Milei. El funcionario encargado de recibirlo indicó que iba a ser leído primero por Karina Milei, hermana del mandatario y actual Secretaria General de la Presidencia, para determinar cómo seguir. Junto al informe, las familias volvieron a solicitar una audiencia con funcionarios y funcionarias del actual gobierno. Por ahora lo único que recibieron es “estén atentos al teléfono por si los llaman”.

A días del 8M, el mensaje transmitido desde la Plaza al gobierno fue contundente: “Tienen que hablar menos y hacer más, acá tienen una oportunidad”, dijo al micrófono Daniel, papá de Cecilia Basaldúa, asesinada en Córdoba en el 2020 cuyo crimen aún se encuentra impune.

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

Madres y padres en la Plaza de Mayo, reclamando justicia. Como siempre. En este caso esperando respuestas de la Casa Rosada. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca)

“En este grupo hay familias con procesos judiciales a medias, otros ni siquiera empezaron, son procesos muy largos, el Estado tiene que ayudar”, reforzó Guillermo, papá de Lucía Pérez, asesinada en Mar del Plata en 2016. Marta, mamá de Lucía, agradeció el acompañamiento: “Esperamos que nos escuchen, que esto se termine para nosotros porque es agotador. Juntos podemos lograr lo que estamos buscando: justicia por nuestras hijas y una vida digna como personas”.

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

Alfredo, Marta y Daniel entregando el informe en la Rosada dirigido al Presidente. Les dijeron que primero lo verá Karina Milei. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca)

El video de la lectura del informe en Plaza de Mayo: https://www.instagram.com/p/C4F8Yk8OZSM/

El informe completo presentado por las Familias Sobrevivientes de Femicidios

No son cifras: son vidas. Incluyen las de nuestras hijas. Por eso mismo pedimos que con respeto y sensibilidad social analicemos lo que estos datos representan. Los ha elaborado especialmente para compartir hoy el Observatorio Lucía Pérez. Se concentra en la última década. Diez años que involucran tres administraciones diferentes del Estado y que marcan un ritmo que nos preocupa, ocupa y que queremos parar. Necesitamos juntar más fuerza para lograr lo que queremos: políticas públicas de prevención, contención y reparación. Solo así vamos a detener la máquina femicida que se alimenta de la desigualdad, la cultura del odio y la explotación de los cuerpos, por nombrar solo tres de los factores que, con preocupación, notamos que se están propagando desde las más altas instancias del poder.

Pero también queremos resaltar que no podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar sin nombrarlo ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social.

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Hemos pedido reuniones con diferentes funcionarias y funcionarios de la nueva administración del Estado, todavía sin respuesta. También con representantes parlamentarios. A todos le entregaremos este informe y transmitiremos la exigencia de acciones concretas, ya. Esto es urgente y necesario, realmente.

Con la esperanza de ser escuchadas y la convicción de no detenernos hasta lograr justicia para todas las familias y una vida sin violencia para toda la Argentina compartimos este informe.

Muchas gracias por escucharnos

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Familias Víctimas y Sobrevivientes de Femicidios y Desapariciones

Marzo de 2024

Los datos

  1. Si observamos la última década notamos un genocidio por goteo, que avanza a un ritmo constante que aumentó desde la pandemia, y desde entonces no para de incrementarse:
AÑOCANTIDAD DE FEMICIDIOS% AUMENTO/DISMINUCIÓN
2016281 
2017284+2
2018229-2
2019253+10
2020315+20
2021327+4
2022336+3
2023343+3
2024 hasta el 2 de marzo65+12
  • Si clasificamos estos datos por meses del año en los que se produjeron estos femicidios y travesticidios notamos la misma tendencia: el ritmo es constante, con leves variantes que señalan a los meses de diciembre, enero y febrero como alertas a donde habría que dirigir todos los esfuerzos de prevención y contención:
MESPORCENTAJE DE FEMICIDIOS ANUALES
ENERO10.5%
FEBRERO10.4%
DICIEMBRE10.2%
OCTUBRE8.8%
MARZO8.6%
ABRIL8.4%
NOVIEMBRE7.7%
JULIO7.7%
AGOSTO7.5%
MAYO7%
SEPTIEMBRE6.8%
JUNIO6.5%
  • Uno de los principales reclamos de nuestras familias es para que el Estado cumpla con su deber de proteger a las infancias huérfanas por la violencia femicida. Lo dijimos hace cuatro años y lo repetimos ahora: la ley Brisa está mal reglamentada. La asistencia llega tarde y el trámite lleva años. En el peor momento, el de más sufrimiento, estas infancias no tienen nada. Y esa nada es un derecho incumplido por el Estado. Acá las cifras de quienes están sufriendo esta injusticia:
AÑOINFANCIAS HUERFÁNAS POR FEMICIDIOS
2020216
2021374
2022391
2023414
2024 hasta el 2 de marzo43
  • Si analizamos las localidades que sufrieron estos femicidios y travesticidios encontramos que hay territorios que concentran estos crímenes. Comprender las tramas que los impulsan y concentrar en esas zonas programas piloto de shock de prevención, contención y reparación –involucrando a todas las fuerzas sociales locales- permitirían comprobar la efectividad de las políticas en acciones concretas, para corregirlas, mejorarlas y expandirlas. Algunos ejemplos:
CABACOMUNA 1
PROVINCIA DE BUENOS AIRESLA PLATA, LA MATANZA, GENERAL PEUYRREDÓN
CÓRDOBACapital, Punilla, Colón
MENDOZAGuaymallén, Capital
SALTAGral José de San Martín, Orán
TUCUMÁNCapital, Cruz alta
SANTIAGO DEL ESTEROCapital, Banda
CHACOResistencia, San Fernando, Comandante Fernández
SANTA FERosario

“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios

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62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

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El Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró  62 femicidios y travesticidios en todo el país en los primeros 60 días de 2024. Durante febrero, fueron 29 femicidios: uno por día.

62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

Como resultado de los 62 femicidios y travesticidios se registraron además 43 huérfanxs por femicidios. Y 54 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal que exigen justicia ante los crímenes que no cesan. Hay, además, 10 desaparecidas en lo que va de 2024.

62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

Además, en lo que va del 2024 se registraron 34 tentativas de femicidios.

Y llevamos 1.113 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

No son cifras, y por eso en nuestros padrones se visualizan sus nombres, edades, dónde vivían y cómo sucedió el femicidio, entre otros muchos datos que permiten dimensionar la violencia.

62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans.

62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org

62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez
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