#NiUnaMás
8M: El desborde que para
Marea. Océano. Gotas.
¡No llueve!
Sudor. Lágrimas. Flujo.
Or-gas-mo.
Se paró.
Estamos paradas.
La corriente es tanta que no tiene una sola dirección. Va y que viene y sí, ahora se mueve, y todas juntas, y dale que vamos, y dale que avanza, y otra vez estamos caminando, y qué bueno estar ahí arriba ,como la señora que mira desde la ventana toda Avenida de Mayo llena, wow.
El asfalto se moja con la ola que va y que viene. Y ya no es asfalto: es playa.
Es tierra regada.
Florecen los feminismos.
Es la primera vez que viene Jennifer. También sus compañeras. Trajeron con ellas el camión de bomberas. Lo pintaron de rosa y lo estacionaron en la puerta del Congreso. “Los bomberos no podemos parar: estamos alertas los 365 días del año”. Pero ellas son bomberas y pararon. Jennifer, que vino desde Vuelta de Rocha, paró para homenajear a su mamá: “Fue golpeada cuando estaba embarazada de mí, de 4 meses. Ella me enseñó a luchar”.
Adentro del Congreso y desde el mediodía, hay trabajadoras dale que dale con las palmas y los redoblantes, por los pasillos y luego, en la puerta. “La Cámara no es fácil” dicen y se ríen, porque consiguieron un protocolo para abordar casos de violencia laboral con perspectiva feminista. Unos metros más allá, otras trabajadoras del Congreso de otra organización sindical bailan en una pasarela imaginada delante de la puerta principal del Palacio legislativo. “Es un anti desfile”, dicen. Y se ríen.
Pasan los tambores. Y los sikus. Y otros tambores. Y otros. Y con todos se baila.
Baila Lorena, que se pintó verde los párpados y plateado los pómulos y recorrió así maquillada los ciento setenta y tres kilómetros de San Pedro al Congreso. “Allá hay muchos fachos” dice y se ríe, porque las mujeres se organizaron y hoy amanecieron la ciudad adornada de verde. Ahora está acá y sostiene una bandera en Avenida de Mayo, que Lorena acaba de cortar, y baila una cumbia amplificada en las gargantas de las trabajadoras de INADI que cortan la calle junto con ella. Es una cumbia pegadiza, divertida, que contagia y que proclama:
“La bailan trabajadoras,
la derecha no la baila
porque es explotadora”.
Las preguntas
Desborda, excede lo previsto, desorganiza y crea otras formas de estar en la calle.
Es parte de la cultura social argentina y es la herencia de donde abreva esto que llamamos feminismo. Lo vemos cada 24 marzo y ahora, hoy, cuando la Avenida de Mayo se convierte en pic nic y marcha, en cuadras con banderas y cachetes con glitter.
Habrá que eludir, entonces, cualquier forma de relato clásico para no atarlo ni domesticarlo, porque así, desordenado y organizado en pequeñas comunidades de afinidades, afectos, complicidades, desobediencias, ideologías, necesidades, y etcéteras y etcéteras, fermenta y renueva, crece y desafía, elude las etiquetas y desoye mandatos, pero fundamentalmente , expande lo clasificable.
Escapa.
Estamos en campaña electoral y eso significa que las internas cocinan sus fuegos para intentar atrapar con sus expectativas las rebeldías sociales.
Una vez más las cuentas fueron más mediocres que los resultados. Hay tantas personas afuera como adentro de lo previsto y ese empate significa lo más importante, lo que está en juego.
¿Quién domina lo indominable?
¿Quién desorganiza lo organizado?
¿Quién se lleva los laureles?
Todas y cada una de las personas que hoy compartieron la calle.
Es decir: nadie.
Podrá decirse que al movimiento feminista argentino le falta la referencia de las Madres de Plaza de Mayo, aunque no sus pañuelos. Son verdes y aunque la dirigencia política lo eluda, el aborto legal es por ahora la única consigna que unifica lo previsible y lo espontáneo.
¿Es un déficit o es un mérito?
Podrá decirse que al movimiento feminista argentino le sobra relato, discursos, expertas, internas, jerga, aunque le sobra base.
¿Es un déficit o un mérito?
Podrá decirse, también, que le sobran órdenes, pero no capacidad para desordenar la calle.
Y así, al infinito.
Al movimiento feminista argentino le sobran preguntas, pero no futuro.
Hoy en la calle vimos escenas de enormes mezquindades y de pequeñas inmensidades. Vimos trabajadoras estatales poniendo el pecho a autos y colectivos para cortar las calles (porque un paro también es eso: detener el ritmo ciudadano) y escuchamos un discurso (que pocas escucharon) que comenzó reclamando el dinero del sonido del acto, en el país del femicidio diario y las niñas violadas, torturadas en hospitales del Estado.
Disputar la voz de este movimiento tiene esas consecuencias: empequeñece.
María Galindo nos lo advirtió: “el feminismo es insaciable”.
No hay palabras que lo alcancen.
Hay acciones.
Hoy se hizo algo.
No hay que mirar para arriba si se quiere verlo, sino al lado.
¿Qué logramos hoy y así detener, parar, frenar, inmovilizar, desestabilizar, desobedecer?
El orden.
No es poco.
Es demasiado.
#NiUnaMás
Femicidios en julio: la noticia es el horror

27 femicidios en julio, 163 en 2025. Esos son los datos reunidos por el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestivo de datos y análisis de la violencia patriarcal. Los números no alcanzan a dar cuenta sobre el punto de inflexión que expresa este mes para este tipo de violencias. Se trata de una consecuencia directa de la complicidad estatal (Poder Ejecutivo & Poder Judicial) al imponer una política negacionista a los crímenes de mujeres y trans cometidos en contextos narco territoriales. El resultado está ahora a la vista y es el horror: cuerpos descuartizados, que emulan el modelo instalado en Ciudad de Juárez por los carteles narcos que dominan la muerte en esa ciudad.
Este julio argentino fue en Córdoba, fue Brenda Torres (foto de portada) -de apenas 24 años- y fue cerca del estadio de fútbol donde apareció uno de sus muslos seccionados. Recién hoy 1º de agosto apareció el resto de su cuerpo destrozado. La fiscalía asegura que ya hay dos detenidos.

En agosto del año pasado también había sido detenido Juan Carlos Galarregui, el asesino de Rocío Fernández, de apenas 27 años. Fue en Mar del Plata y fue en un freezer donde encontraron su cuerpo, en el cual su femicida lo depositó esperando el mejor momento para descuartizarlo. La causa fue elevada este mayo a juicio oral, pero el fiscal Fernando Berlingeri solicitó resolver el procedimiento en un juicio abreviado. Para eso ofreció declinar la acusación de femicidio, ya que esa calificación legal impide estos procesos de resolución rápida y, por cierto, de menos pena. Es exactamente lo que hizo el Poder Judicial correntino en el caso de la periodista Griselda Blanco: homicidio simple, juicio abreviado, 12 años de prisión que no son de cumplimiento completo, ya que la carátula omite la violencia de género. Esta tendencia judicial negacionista se inició este año y en febrero cuando la Cámara de Casación bonaerense emitió el tercer fallo sobre un mismo crimen para justificar que Lucía Pérez había sido drogada y violada, pero decidió que su crimen no era un femicidio.
Así, al borrar las huellas de la violencia de género en el trámite judicial, el Estado argentino se jacta de haber bajado la tasa de este tipo de crímenes.
Así los dos poderes del Estado ganan impunidad, y la sociedad pierde.
¿Qué pierde?
Los femicidios en contexto de narcomenudeo territorial tienen característica atroces y también señales comunes: la diferencia de edad entre víctimas y asesinos, el consumo de cuerpos como intercambio de mercancías, la vulnerabilidad de las adictas y sobre todo, la diferencia de poder entre quien tiene la droga y quien, por situación de absoluta dependencia, la necesita. Estos rasgos, entre otros, son los que se omiten en los procedimientos judiciales y también en los análisis sociales, que tienden a asimilar estas políticas con las que se somete a las barriadas periféricas con las conductas recreativas de clases y barrios acomodados.
Situar la información en territorios específicos, con sus contextos particulares y sus vulnerabilidades sociales, es clave para analizar qué significan estos femicidios que, hay que repetirlo, sin la complicidad policial y judicial podrían evitarse.
Las consecuencias de la maquinaria de invisibilización estatal y académica tiene consecuencias brutales. Eso es lo que nos informa este mes de julio de 2025: los cuerpos de las mujeres ya son pedazos arrojados a nuestro paso.
#NiUnaMás
Fallo histórico: confirman la condena a perpetua y por transhomicidio contra el asesino de Tehuel

La Sala I del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires confirmó la condena a reclusión perpetua y transhomicidio contra el asesino de Tehuel de la Torre, joven trans asesinado y desaparecido desde el 11 de marzo de 2021 en la localidad bonaerense de Alejandro Korn. Los jueces Daniel Carral y Ricardo Maidana rechazaron el pedido de la defensa y refrendaron el fallo contra Luis Alberto Ramos, quien había sido condenado el 30 de agosto de 2024 por el Tribunal Nº2 de La Plata en una sentencia histórica por reconocer el homicidio calificado del joven de 21 años por haber sido cometido por odio a la identidad de género. «La desaparición del cuerpo de Tehuel y la quema de sus pertenencias adquieren un carácter simbólico de negación de su identidad», señaló el fallo.
Familiares y Amigos de Tehuel celebraron la confirmación: «Esta decisión es muy importante y refleja el resultado de la lucha del movimiento social y de un trabajo en red muy importante, que nos fortalece para continuar el camino contra la impunidad y la violencia por prejuicio hacia las identidades travestis y trans». A su vez, exhortaron a la justicia bonaerense para que defina «de manera urgente» la fecha del juicio contra Oscar Montes, el segundo acusado por el crimen y la desaparición del joven. «Fue un crimen de odio», subraya la familia.
Compartimos la nota de MU que analiza los detalles del fallo histórico, junto a las pruebas que ahora Casación confirmó.
Y comparte la pregunta urgente de Norma Nahuelcura, la mamá del joven, que sigue sin saber dónde está el cuerpo de su hijo: «¿Dónde está Tehuel?».
#NiUnaMás
Acto trans por más democracia

Por María del Carmen Varela
Fotos Juan Valeiro
Desde las dos de la tarde comenzó a llegar gente a la plazoleta ubicada frente al Congreso de la Nación. Al amparo del sol, distintas banderas fueron colgadas sobre las rejas: Furia Travesti, Justicia por Sofía Fernández – nadie se suicida en una comisaría, Ley de Reparación Histórica Ya. Y también pancartas: Basta de Travesticidios, Femicidios y atropello a nuestras leyes, Más amor, menos odio, ¿Dónde está Tehuel? Caras pintadas con los colores rosa, celeste y blanco, espaldas con banderas multicolores, una foto de Diana Sacayán en blanco y negro y ampliada casi a tamaño natural. El aroma a guiso que apenas listo fue repartido en bandejitas de plástico, impregnó a la concurrencia que iba aumentando con el correr de los minutos.

La policía no permitió la colocación del escenario, sin embargo, el entusiasmo no decayó. El DJ Chezco Beats se encargó de musicalizar e hizo que el frío se esfumara de los cuerpos. Un gato amarillo gigante se ofendió al ser confundido: “No soy Gaturro, soy Garfield”. Cuando le preguntaron por qué vino a la plaza del Congreso, mostró una alcancía. “Te sacás una foto conmigo y colaborás”.
Bartolo viste un elegante saco azul y será unx de lxs presentadorxs del Festival.

Le cuenta a lavaca: “Vine a defender la Ley de Identidad de Género, la Ley de Cupo Trans, el matrimonio igualitario, la ESI. Es un contexto muy dificil y esos derechos nos quieren ser quitados”. Poeta, docente, activista, autor del libro Textosterona 4ML, una crónica poética de una masculinidad trans que está en preventa para lograr ser publicado. Se puede apoyar la edición ingresando a su IG: @escrituraautogestiva. “Estoy acá por el orgullo, por la resistencia, por las infancias trans, por todes les compañeres que ya no están y lucharon para que nuestras vidas sean validadas”.

Say Sacayán, hermanx de Diana, la recuerda a diez años de su travesticidio, que no fue avalado como tal por la Corte Suprema: “Ella fue una militante, luchadora, fue presa política, atravesó violencia en la calle, sabía qué derechos necesitábamos para tener una mejor calidad de vida. No vamos a bajar los brazos, vamos a resistir. Hace muchos años que estamos acá. Como país y como sociedad nos encontramos en un estado de crisis no solo económica. Tenemos un gobierno de derecha que viene a quitarnos los derechos, no solo a la población LGTBIQ+ sino al pueblo. Este es un espacio para encontrarnos, manifestar, abrazarnos y organizarnos”. Micaela Pérez, activista del colectivo Travesti Trans afirma: “Vine a pedir justicia por nuestras compañeras asesinadas en dictadura y post dictadura. Queremos repudiar a la Corte Nacional de Casación que decidió quitar como agravante el odio a la identidad de género, pedimos al Poder Judicial que garantice nuestras leyes”.

Tres chicos rubios de ojos celestes vestidos de riguroso negro llegaron a la plaza. Al ser consultados, responden que no hablan muy bien el idioma porque son rusos. El que mejor hablaba castellano dijo que se llamaba Davis —o simil— y que vinieron a vivir a la Argentina hace dos años. “Es muy peligroso vivir en Rusia. Allí somos terroristas, las personas LGBT somos extremistas y terroristas para la ley. Buscamos información y vinimos a Argentina”.
Pasadas las tres de la tarde, Bartolo dio inicio formal: “Bienvenides, bienvenidas y bienvenides al Festival Plurinacional Antirracista contra los travesticidios, transfemicidios y transhomicidios. Gracias a todas las personas que están acá hoy convocades en el Congreso”.

Una de las oradoras más lúcidas fue la activista Marlene Wayar.
- “Hay toda una sociedad que nos votó en contra por un sueldito que les prometieron, les prometieron que iban a cobrar en dólares y se cagaron en los derechos humanos. Así que hay que poner en jaque a toda esta sociedad pidiendo más democracia, que el Congreso y la Justicia funcionen. Si miramos la realidad, somos quienes estamos, entonces creo que hoy pretender que el mensaje penetre es un poco ilusorio”.
- “Estamos acá para abrazarnos entre nosotras, nosotros y nosotres. Honrar a nuestras muertas y estar juntes. Es una fecha de conmemoración de nuestra resistencia, de construcción, estando juntas, en comunidad, vamos a lograr esas otras luchas politicas, porque si no, las palabras son bonitas pero se las lleva el viento”.
- “Estemos con los pies en la tierra, no hay un político o política que nos esté mirando, no les interesa, están obnubilados en otra realidad, hay que traerlos a la tierra, hay que exigirles que respeten el ejercicio democrático de que las cosas son de todas, todos y todes y la nuestra es la más relegada así que es la primera a la que le tienen que dar prioridad y eso quizás sea con el proyecto de Ley de Reparación Histórica para las travestis mayores que está asegurando el futuro y que esta Argentina entienda que democracia es democracia y no se la puede bastardear”.
El Festival tuvo espacio para bailar chacarera, agitar banderas al grito de “para las travas reparación, es una deuda que nos debe la nación” y un final a todo ritmo con la banda Sudor Marika. Varias generaciones se dieron cita en la plaza del Congreso en el día internacional del Orgullo, se abrazaron, comieron, bailaron, defendieron consignas, exigieron la Ley de Reparación Histórica y como señaló Marlene, conmemoraron la resistencia de la mejor manera: juntxs.


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