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Año nuevo, cine nuevo

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La película Las fiestas se estrena este 5 de enero en salas de todo el país. Con dirección de Ignacio Rogers (foto de portada) y las actuaciones de Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Maitina De Marco, Daniel Hendler y Ezequiel Díaz, llega rodeada de gran expectativa como expresión de una nueva generación que apuesta por una mirada propia y por el contacto con una gran porción de público que sigue prefiriendo el cine argentino, tantas veces un espejo en el cual descifrarnos. Las fiestas cuenta una historia familiar surcada por los conflictos recurrentes, los afectos a veces sinuosos, y la fugacidad de esos momentos que con el tiempo se convertirán en las joyas de la memoria. Detalles de la trama, las voces y lo extraordinario del cine. Por María del Carmen Varela. (Foto de portada, Lina Etchesuri)

Cada familia es un mundo. Cada una ofrece material más que suficiente para escribir un libro de anécdotas, recuerdos y aventuras. O ¿por qué no? hacer una película.

La actriz Julieta Zylberberg y los actores Esteban Lamothe y Ezequiel Díaz se juntaron en 2010 durante poco más de tres meses con un objetivo tan abierto como concreto: “Hagamos algo”, cuenta Ezequiel, quien estaba recién llegado al país luego de vivir tres años en España. Tres personajes fueron diseñados a partir de la improvisación por parte de este trío creativo y al tiempo convocaron al actor, guionista y director Ignacio Rogers, amigo de Esteban y Julieta, director de El diablo blanco, su ópera prima estrenada en el Bafici, premiada en varios festivales internacionales. Su cortometraje Sábado uno ganó el premio a mejor cortometraje en el 12° Bafici. “Tuvimos un primer guión terminado más o menos en el 2014 –relata Ezequiel– y ahí ya estábamos para filmar. Por alguna cuestión no se pudo y ahí entró en boxes. Cuando conocimos a los productores se reactivó pero… pandemia, el tiempo es largo pero no fue tanto lo que tardamos en armar el guión”.

Año nuevo, cine nuevo
Ezequiel Díaz, Daniel Hendler y el director Ignacio Rogers, tras esa magia que se sintetiza en palabras como luz, cámara y acción. (Foto: Lina Etchesuri).

Los personajes ligados por el vínculo de la hermandad, la figura de la madre que se alza para dar sabor a la trama y el condimento de la simpatía por las películas navideñas –especialmente de parte de Ezequiel– se  combinaron para dar forma a Las fiestas, película en la que es fácil identificarse con los vaivenes familiares, para bien y para mal ya que, como en casi todas las familias, es misión imposible eludir el conflicto.  

Madre hay una sola

María Paz, la madre, interpretada por Cecilia Roth, invita a sus tres hijos –Luz (Dolores Fonzi), Sergio (Daniel Hendler) y Mali (Ezequiel Díaz)– a pasar las fiestas en la quinta familiar luego de haber sufrido un infarto, con la promesa de que será un buen momento para estar juntxs y pasarla bien. Asegura haber cambiado y que las cosas  ya no serán como antes. Un tanto descreídxs, finalmente aceptan y lo que vemos en el film es ese período que transcurre en un escenario bucólico, tan distinto al de sus cotidianos, en el que no dejan de traslucirse los problemas que vienen arrastrando y la amenaza de dar un portazo para volver a la ciudad está latente en lxs tres personajes. “Muñeca”, interpretada por la actriz Maitina De Marco –madre en la vida real de Ignacio Rogers– es quien cuida la casa campestre y en algunas ocasiones descomprime las tensiones familiares con una secuencia de comentarios que, desde la candidez, provocan la sonrisa cómplice de quien observa la historia.

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Hendler, Cecilia Roth, Dolores Fonzi y Ezequiel en su rol de Mali. Lo que muestran y lo que ocultan las familias.

“Es un tema inagotable –afirma  Ignacio– sin embargo hay lugar para hacerlo de formas distintas, al infinito, es un tema que nunca se va a acabar”. Como espectadorxs no contamos con mucha información de cada unx de los personajes y este detalle la hace más atractiva. Cada palabra, cada actitud puede ser un indicio, si prestamos atención. Se respira un clima auténtico, las situaciones que vemos están revestidas de una simpleza que se agradece porque realidad y ficción se hacen amigas. Lo espontáneo, lo que no es premeditado para subrayar con el lápiz de “lo importante”, se tiñe al cabo de un tiempo con el barniz de lo inolvidable. Los mejores recuerdos suelen ser esos momentos random que quedaron atesorados en las ranuras de la memoria.

Ignacio: “Los personajes de los hermanos están transitando sin demasiada conciencia del peso de esos momentos, y María Paz es la única consciente de que todo lo que está sucediendo es una especie de gran despedida o construcción de un gran recuerdo. La película está en un presente, fue totalmente intencional esta idea de estar como espiando a una familia, fue intencional no explicar lo que pasó antes sino conocer a los personajes a través de ese presente que estás viendo”.

Suma Ezequiel: “Tiene que ver con la materia del recuerdo, la película es una acumulación de momentos que terminan siendo un recuerdo en común a toda la familia. Cuando hacés algo como artista siempre tenés la duda de si es muy críptico, si se va a entender o no, si dialoga con alguien más o si es solamente un capricho, cualquiera de las opciones está bien, pero en este caso puntual a mí personalmente me interesaba que hubiese un ida y vuelta y lo que vi es la materia del recuerdo, momentos familiares que te iban dejando una huella y creo que eso parte de algo muy verdadero, de hurgar mucho en el momento, en ese presente, ese mismísimo momento en que lo estábamos viviendo”.

El tablero, las extrovertidas y la trans

Las fiestas tiene, como coinciden Ignacio y Ezequiel, un “elenco soñado”. Ezequiel es muy amigo de Dolores Fonzi, “somos familia”, y le preguntó si quería interpretar el rol de Luz. Dolores conocía el proyecto y aceptó en un segundo. También es amigo de Cecilia Roth por haber hecho teatro juntxs, le hizo llegar el guión y también obtuvo un sí. Agrega Ignacio: “A quien menos conocíamos era a Dani (Hendler) pero a la vez el productor Ezequiel Borovinsky habia trabajado con él hacía poco y pensando en quién hacía de Sergio, rápidamente apareció”.

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Daniel Hendler. ¿Hay malos? ¿Hay buenos? (Foto: Lina Etchesuri).

Daniel conoció al niño Ignacio cuando fue a ver la obra de teatro del director Federico León, 1500 metros sobre el nivel de Jack –estrenada en el Teatro del Pueblo en 1999– y  quedó impactado por la historia y su actuación. De Las fiestas, le resultó interesante al leer el guión que se ponía el foco en “la verdad de los personajes y sus situaciones, todo escrito con seguridad y sin concesiones. Pero fue recién cuando vi la película montada que pude percibir la riqueza de la propuesta, el universo de esa familia contado desde una mirada tan íntima y genuina”.

Con respecto a los personajes, Hendler define: “No hay malos o buenos, cada uno hace lo que puede. Terminamos empatizando y entendiendo a cada uno, con sus fortalezas y sus contradicciones. Mi personaje es el más mediador, pero también el que más tapa sus angustias, y por eso se vuelve el catalizador de algunos estallidos. Hay cierta asfixia que provoca la madre en esa presencia omnipresente y a la vez etérea y huidiza; las hermanas, los personajes de Dolores y Ezequiel, tienen más facilidad para extrovertir sus conflictos, pero no por eso logran sacar la cabeza del agua”.

El personaje de Daniel parece ser el que analiza más causas y consecuencias, aunque también veremos cómo el hielo de la superficie se resquebraja y al menos algo comienza a fluir. “Si me pudiera encontrar con Sergio le diría que patee el tablero cuanto antes, que se vaya de viaje un tiempo”, refiere Daniel. “Al personaje lo trabajé en relación a los otros personajes, y a la mirada de los compañeros de elenco y del director. Un personaje no solamente debe definirse en relación a los otros si no que existe gracias a la mirada de los que lo rodean. No lo digo por una cuestión de espíritu comunitario sino porque es la única vía para crear un personaje, a través de una interacción que va más allá de nuestras ideas o ansias de composición. De lo contrario sería como si un grupo de músicos creara sus partituras en soledad y luego pretendiera sonar en conjunto; quizás una melodía se destacaría o resaltaría sobre el el resto, dando la impresión de que es la melodía central, pero eso provocaría que el resto desentone (es decir, que sobreactúe). Cuando nos parece que alguien sobreactúa, siempre tiene que ver con un desajuste grupal; nadie sobreactúa solo. Y en esta película, algo de lo que estoy seguro es que la familia suena bien en conjunto, y que tanto Ignacio, como coguionista y director, y  Ezequiel, como coguionista y coproductor,  estuvieron muy atentos a esa dinámica, para que logremos un microuniverso familiar particular”.

Mali, el personaje de Ezequiel, es una chica trans que trabaja como camarera en un bar, se olvida lo que le piden, se harta, renuncia, luego quiere volver. “Con los personajes trans y las historias gays –reflexiona Ezequiel– por  lo general hay una tragedia y siempre el tema central es esa identidad, todo gira en relación a quiénes son, sobre todo a su condición sexual. Me parecía un gran desafío meterme en esa piel y que fuese un momento más, normalizarlo, que no se detuviera ahí, no queríamos que girase en relación a su identidad de género”.

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Ezequiel Díaz, interpretando a una trans: «No todo gira en relación a la identidad de género». (Foto: Lina Etchesuri).

Lo extraordinario del cine

El ámbito cultural se recompone luego de la pandemia y el cine no es la excepción, junto con otras variables que hacen que cueste fortalecer la afluencia de público a las salas de cine. “A nivel público el cine venía bastante mal en términos de películas argentinas, la pandemia fue devastadora en ese sentido y en 2022 remontó. Estuvo Argentina, 1985 y también hubo otras películas más chicas que tuvieron buena cantidad de espectadores”, señala Ignacio.

Ezequiel: “La calidad es extraordinaria, se estuvieron estrenando películas argentinas muy buenas. Durante la pandemia hubo un fenómeno en cine.ar, se estrenaban películas y el primer fin de semana las veían cien mil personas, películas que en los cines las ven 400 personas. La gente quiere ver sus problemáticas y tambien parte de eso, creo yo, tiene que ver con empezar a ver nuevos actores, actrices, nuevxs directorxs, nuevas voces, nuevxs guionistas, que algo de esa ebullición también empiece a impregnar a la industria. En las plataformas las películas más vistas suelen ser las argentinas, sea de la calidad que sea, del mundo que sea, las funciones en los festivales del Bafici, en Mar del Plata, se agotan en dos segundos y eso es un síntoma”.

@echidiaz

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@rogersignacio

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Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

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La Ronda de Madres de cada jueves como lugar de encuentro, denuncia y reflexión, desde los 12 hasta los 93 años. Elia Espen y lo que vienen pidiendo hace más de 40 años. Por Lucas Pedulla

Tiene 12 años, se llama Catalina y es la primera vez que viene. «Es hermoso», dice, con brillo en los ojos, después de tomarse un tren y un subte desde Lomas de Zamora, sur del conurbano, con su tía Daniela, para venir a la ronda de las Madres en Plaza de Mayo, segunda después del triunfo de Javier Milei en el balotaje presidencial.

La caminata la encabezan Nora Cortiñas y Elia Espen, Madres de Plaza de Mayo de la Línea Fundadora. Hay menos personas que la semana pasada, pero el movimiento sigue siendo vital para pensar esta época.

Catalina, por ejemplo, cuenta que en su colegio se discutió mucho durante las elecciones, y si bien fueron pocos los compañeros que apoyaban a Milei, lo hacían con argumentos que le parecían extraños: «Hablaban de la dolarización y pedían que vuelvan los militares».

Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org

Zurda vas a correr

Daniela –31 años, preceptora– abre los ojos: «¿Por qué será que siendo tan jóvenes crean eso? Soy docente y he tenido problemas por tratar de frenar esos discursos. Tenía estudiantes que me chicaneaban, y aun si lo hacían para hacerme enojar, eran chicanas violentas: ‘Se te acaba la joda’, ‘viene el Falcon verde’. Mi otro sobrino, el hermano de ella, me dijo: ‘Zurda vas a correr’. Tiene 10 años».

¿Dónde vio eso? «En Tik Tok», dice. Catalina suma su visión: “Hay mucho Tik Tok y mucha violencia. Las redes sociales no ayudan para nada”. Daniela piensa que son necesarias nuevas formas de comunicar: “Trato de dar información, hablar con mi mejor tono, y enfatizar los ejemplos: los militares secuestraban personas y las tiraban vivas de los aviones. Pero no cala. En algo estamos fallando. Ahora todo son 10 segundos efímeros”.

De fondo, mientras caminamos, una voz lee nombres:

Lopez Ceferino.

López Bravo José María.

Lópes Calvo María Eugenia.

Son personas que siguen desaparecidas.

Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org

El lugar donde se mira al mundo

Otro de los camina en ronda es Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el joven de 28 años que desapareció el 1º de agosto de 2017 en medio de una brutal represión de Gendarmería a una comunidad mapuche en Esquel, provincia de Chubut. Su cadáver, sospechosamente aparecido meses después, fue señalado como efecto de un “accidente”. Eran tiempos de Mauricio Macri como presidente y Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. Tiempos en que también fue asesinado por la espalda Rafael Nahuel en la Patagonia. Maldonado está en Buenos Aires porque el 11 de diciembre iba a tener la audiencia de apelación por el intento del juez Gustavo Lleral de cerrar la causa, pero se la postergaron hasta el 28 de febrero.

Percibe, en general, un sentimiento de retroceso: “Todas las instituciones se rompen, como un desmoronamiento general. Ya no es un negacionismo, sino desidia. Hubo una disconformidad que se manifestó, pero también es irresponsabilidad: es triste ver cómo la tercera fuerza se mete ahora a manejar el gobierno, con el discurso de rebeldía, pero el ministro de Economía va a ser el mismo que nos endeudó por 100 años (Nicolás Caputo). Hay un grupo de gente que no votó con el bolsillo, sino de manera irracional”.

No sintió miedo, pero sí preocupación: “Bullrich está coqueteando con el Ministerio de Seguridad, aunque hoy también sonó para Trabajo. Representa dos épocas nefastas, porque como ministra de Trabajo en 2001 ya le recortó el 13% a los jubilados. Y ni que hablar que ahora, si asume en Seguridad, tiene como vicepresidenta a alguien que reivindica el genocidio”. 

¿Por qué, entonces, venir a la Plaza? “Quedan poquitas Madres y esto tiene que seguir. Nos encontramos con seres queridos en una misma línea. Capaz no sabés la fecha de cumpleaños, pero es un lugar de reencuentro. Desde acá se mira el mundo y también se interpela a la Casa Rosada. No hay que perder el vínculo con las Madres”.

Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org

Pensar todo otra vez

Lua tiene 16 años y Paloma 17. Son estudiantes de cuarto año del colegio porteño Carlos Pellegrini. Paloma viene por primera vez: “Estamos en una situación complicada y ahora, que se está reivindicando la dictadura, es súper importante cuidar la memoria”.

Lua ya vino varias veces: “Se cuestiona algo tan básico que siempre me pareció incuestionable. Y es importante venir para que en las casas se vuelva a hablar”. Percibió que Milei entró en el Pellegrini más silenciosamente, a diferencia de otros colegios donde el apoyo fue más colectivo, precisa: “La mayoría son por las familias; o lo toman como chiste, un meme, algo nuevo; o por la desconfianza en la política. Muchos descreen de lo político, entonces tampoco hablan, por lo general, con alguien que no piensa como ellos”.

¿Qué pudieron hablar post balotaje en el Pellegrini? “Siento que es un momento donde deberíamos hablar más que nunca, pero en mi colegio la juventud no se está pudiendo organizar lo suficiente para pensar estos cuatro años. Recién pasaron dos semanas, pero tuvimos una instancia para hablar y éramos nada más que 20 personas. Siendo un colegio tan politizado, es poco, y hay que replantearnos cosas básicas y volver a esquematizar todo”.

¿A qué te referís con esquematizar?

–Pensar cómo vamos a salir, cómo van a ser nuestras marchas, cómo nos vamos a cuidar. Probablemente a mucha gente no la dejen ir a las marchas, porque somos pibes de 16, 17, 18 años, incluso menos. Tenemos que ser un gran volumen.

Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org

Me tienen podrida

Elia Espen tiene 93 años. El 18 de febrero de 1977, su hijo Hugo Orlando Miedan Espen fue secuestrado y llevado al centro clandestino de detención y tortura El Atlético. Sigue desaparecido. 

«Están diciendo pobrecitos los generales, que tienen que liberarlos, mientras nuestros hijos siguen desaparecidos, fueron tirados al mar –habla, micrófono en mano, una vez terminada la ronda–. Estamos como empezamos: me tienen podrida. ¿Qué más podemos decir? Seguimos pidiendo lo mismo que pedimos hace más de 40 años: verdad y justicia. Estoy escuchando cada cosa por la radio y televisión que me espanta. Todavía no sabemos nada de lo que pasó con nuestros familiares. Ojalá se unan, ustedes, todos. Lo único que tenemos que seguir haciendo es estar juntos».

Luego, le pasó el micrófono a Nora Cortiñas, 93 marzos. Su hijo Gustavo está desaparecido desde el 15 de abril de 1977. Nora habló y dejó frases para tomar apuntes:

  • “Todavía este pueblo no llegó a captar los horrores que vivimos durante el terrorismo de Estado porque, si no, las elecciones hubieran sido diferentes”. 
  • “Vamos a tener que seguir hablando”. 
  • “Como vienen días muy difíciles tratemos de estar juntas, juntos, y pensar que no queremos que se repita más lo que vivimos”. 
  • “Tenemos que estar en la calle todo lo que podamos”. 
  • «En vez de absorber el veneno que tienen les contestaremos con el amor que tenemos».
  • “Hay que salir y reivindicar lo que lucharon nuestros 30 mil”.
  • “Vengan acá, vengan a acompañarnos porque así vamos a demostrar que exigimos memoria y verdad hasta el final”.
  • “A seguir luchando. Vamos a vencer”.
  • “No pasarán”.

Voto cansancio

Rocío, 23 años, de Lomas de Zamora, estudiante de Periodismo en la Universidad Nacional de Avellaneda (UnDAV), militante del Movimiento Evita, la escucha con atención. También, es la primera vez que viene. “Me movilizó mucho venir ahora que Milei es gobierno, ver todo el sufrimiento de las Madres, pero que siguen acá. Vine por eso. Y seguro vuelva”.

Rocío es de las que piensa que no fue un voto negacionista sino un voto cansancio: “Venimos haciendo las cosas muy mal y hay reconocerlo: en los últimos cuatro años no hubo grandes políticas que le cambiaran la vida a la gente, que es por lo que el peronismo se identifica. Hay un cansancio: no creo que el 55% sea negacionista. Espero que no”.

Le cuento que recién, en otra entrevista, una docente hablaba de la necesidad de nuevas formas de comunicar. ¿Qué piensa una estudiante de periodismo? “Las empresas de medios siguen siendo funcionales al sistema. Yo me tiro del lado de los medios autogestivos, ahí se cuenta la realidad de los hechos. Soy mamá de una nena de cuatro años y no quiero que se malinforme por Tik Tok. Deberíamos volver a lo que hicieron las Madres y contar desde ahí. Por no querer confrontar, la juventud peronista fue tibia. Tenemos que perder el miedo y dejar de ser sumisos. El Nunca Más es Nunca Más en muchas cosas”.

-¿Qué destacás en las Madres como comunicación?

-La sensibilidad. Las Madres son un gran ejemplo de cómo enfrentaron la dictadura. Hubo estrategia ahí. Cuentan un hecho terrible que vivieron en carne propia, pero desde la sensibilidad con el otro, de entender al otro, de comunicar hacia el otro. Es por ahí y es lo que nos está faltando. 

Repite: “Es por ahí”.

El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org

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Crimen de Rafael Nahuel: condenan a los prefectos a 4 y 5 años de prisión; la familia apelará

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La condena por el asesinato de Rafael Nahuel llegó tarde y mal: el prefecto Sergio Guillermo Cavia, responsable del delito de homicidio agravado, fue condenado a 5 años de prisión. Sus cuatro compañeros, cómplices, a 4 años y 6 meses. Y hasta tanto no quede firme la condena, seguirán libres. La familia anunció que apelará el fallo, a las puertas de una nueva presunta asunción de Patricia Bullrich, la responsable política del asesinato. Crónica de la audiencia de un veredicto anunciado, en cobertura colaborativa con Perycia.

Por Ludmila Cabana Crozza. Fotos de Jaime Carriqueo

desde fiske menuco

El fiscal llegó antes que nadie. Al habilitarse la sala de audiencias era la única persona sentada en la sala, en su lugar. Por momentos cerraba los ojos, por momentos revisaba su teléfono celular. Cuando ingresó al Juzgado saludó a una de las decenas de policías federales que custodiaban el edificio del Tribunal Federal de la ciudad de General Roca adentro y afuera. Antes de iniciar la subida por la escalera recibió un buen deseo. Va a estar todo bien, doctor, le dijo un policía.

Desde las 7:25 am hasta que se habilitó el ingreso a la prensa, el fiscal Rafael Vehils Ruiz estuvo solo en la sala. Entraron la prensa y la familia de Nahuel. Se llamó a un breve cuarto intermedio y todos regresaron, junto al Tribunal, cerca de las 11 para presenciar la lectura de la decisión final. 

Este miércoles 29 de noviembre de 2023 en la sala de audiencias Alfredo C. Nielsen se leyó el veredicto que los jueces federales Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Díaz Lacava entendieron como justicia por unanimidad: condenar a Sergio Guillermo Cavia por considerarlo autor material responsable del delito de homicidio agravado por haber sido cometido mediante la utilización de arma de fuego y con exceso de legítima defensa, a 5 años de prisión e inhabilitación especial por 8 años.

Eran cinco los prefectos procesados por la muerte de Rafael Nahuel en 2017 en Bariloche. Francisco Pinto, Juan Obregón, Carlos Sosa y Sergio García fueron condenados a 4 años y 6 meses de prisión e inhabilitación especial por 7 años por el tribunal oral criminal federal de General Roca ya que los consideraron partícipes necesarios del delito de homicidio agravado cometido por Cavia. Los 5 condenados no tendrán condena preventiva: serán detenidos cuando la sentencia quede firme. Hasta tanto no podrán abandonar el país ni retirarse de su domicilio por más de 24 horas salvo que avisen con anticipación. 

Pero antes de los 6 minutos que tardó la lectura del veredicto hecha por el presidente del tribunal, Alejandro Silva, los cinco procesados tuvieron un momento para decir las palabras finales. Todos hicieron uso de ese derecho y dijeron casi lo mismo: que obraron en cumplimiento del deber, conforme a derecho, sin cometer excesos y con una orden judicial que los legitimaba.

Cavia agregó que tenía fe en que se iba a hacer justicia; Obregón dijo que respetó la vida propia y la de terceros en cuanto se pudo. García dijo que actuó en este “lamentable hecho conforme a derecho”. Todo fue escuchado y visto en una pantalla, porque ninguno de los acusados pisó el Tribunal Federal en ninguna de las audiencias: siguieron el juicio desde sus casas, conectados a internet. Recibieron el veredicto en las mismas circunstancias.

Durante el debate oral hubo dos querellas: una por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación con el abogado Mariano Przybylski como representante, y otra por parte de los padres de Rafael Nahuel con los abogados Rubén Marigo y Ezequiel Palavecino. En los alegatos ambas querellas pidieron prisión perpetua para los 5 prefectos por homicidio agravado.

El pedido de pena máxima se desprende de lo que el abogado Marigo entiende es un delito político, un delito de violencia institucional pero fundamentalmente una deuda de la democracia: no haber terminado con prácticas que vienen de la dictadura militar. Se refiere a usar el aparato estatal (en este caso las fuerzas de seguridad) en contra de ciudadanos comunes. 

La defensa fue por la absolución, no reconoció ningún delito pese al resultado de una persona muerta y dos heridos de bala del mismo lado. El fiscal Vehils Ruiz, por su parte, pidió 5 años de prisión para los acusados. No consideró quitar el atenuante en la acusación original de homicidio en exceso de legítima defensa y fue por la idea de un enfrentamiento entre las partes. Esta posición, pese al pedido de las querellas, limitó la decisión del Tribunal en cuanto a la pena dictada: la más alta fue la que pidió el Ministerio Público Fiscal. 

Rafael Nahuel fue alcanzado por un disparo por la espalda y murió el 25 de noviembre de 2017, tenía 22 años. Quienes lo acompañaban también fueron heridos y oficiaron de testigos en una de las jornadas del juicio que ayer terminó, no estaban armados. 

El miércoles 29 de noviembre, día del veredicto, la mamá de Rafael Nahuel cumplió años. Se llama Graciela, es una mujer bajita, lleva zapatillas negras de caña alta, medias de color rosa, un pantalón animal print y una remera mangas largas con otra blanca encima con la cara de su hijo asesinado. La misma remera llevan Alejandro, el padre y Ezequiel, el hermano. Graciela tiene, en el día de su cumpleaños, que estar lejos de su casa en Bariloche, a 481 kilómetros, porque le falta un hijo y busca justicia.

Lleva dos hebillas con brillos en el pelo, tiene una bolsa de tela de Unelen que revisa buscando alguna cosa, hace un gesto como de revolver algo en la boca mientras escucha y mira lo que dicen los jueces sobre los acusados de la muerte de su hijo, que son culpables y están en sus casas -¿qué mastica Graciela? ¿bronca?-.

Afuera, al sol, dijo frente a un micrófono que no está conforme, que esperaba más, que está desilusionada. El abogado Marigo aseguró que apelarán, Horacio Pietragalla Corti, titular de la Secretaría de Derechos humanos de la Nación que acompañó la jornada dijo que, a pesar del cambio de gestión que se acerca, esa también es la intención de la Secretaría. 

El 29 de Diciembre de 2023 a las 11 hs. es el día fijado para dar a conocer los motivos del hecho en el que se funda el veredicto conocido hoy. «Que tengan un excelente día, cuídense», fueron las palabras del juez antes de dejar el recinto.

En 2017, el año del hecho juzgado hoy, la poeta neuquina Silvia Mellado escribió:

Rafael Nahuel

han soltado los albatros

en el medio del bosque

donde dice tierra ancestral

leen coto de caza los perdigueros que olisquean

gustosos un pedazo de tu muerte 

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La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

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(Desde Mar del Plata/lavaca.org) Guillermo Pérez se quedó mirando absorto unos pupitres escolares que había enviado el cura Héctor Díaz, muchísimo más conocido como Chobi. Los pupitres estaban siendo acomodados por toda la gente de la Campaña Somos Lucía en el patio de una casa ubicada en la calle Alvarado al 4500.

La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

Las mujeres y luchas en el acto. Fotos: Lina Etchesuri.

En medio del vértigo de la inminente inauguración Guillermo (mecánico de automóviles) le habló a su esposa, la enfermera Marta Montero:

–Acá hay un mensaje. Acá empezó todo– dijo señalando los pupitres garabateados en algunos casos, un símbolo de la escuela pública a la que iba Lucía cuando fue captada como tantas otras adolescentes por narcos que vendían lo suyo a la salida de las clases. En el caso de Lucía, el negocio terminó en el femicidio de esa chica que iba a 4º año del secundario, en octubre de 2016, caso que provocó el primer Paro Nacional de Mujeres.  

La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

La ministra Mazzina, Marta, Guillermo, Raquel Vivanco, Yamila Rodríguez. Fotos: Lina Etchesuri.

Guillermo completó su idea:

–Y acá puede continuar todo ahora: a esto vamos con todo lo que estamos haciendo–  dijo señalando los pupitres, porque el proyecto de la Casa de Lucía es que sea un lugar para capacitaciones, talleres, para compartir ideas, acciones y la contención de las familias víctimas. Un punto de encuentro crucial para el trazado de estrategias de vida frente a la violencia contra las mujeres en la ciudad, y la impunidad que suele acompañarla desde siempre.  

La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

La mamá de Candela, la mamá de Iaria. El sentido de tener un lugar de encuentro. Fotos: Lina Etchesuri.

Tres datos para sintetizar la historia   

  • El femicidio de Lucía provocó un cimbronazo social que derivó en aquel primer Paro Nacional de Mujeres el 19 de octubre de 2016. La familia llevó el caso a un juicio (2018) que resultó vergonzoso, con jueces dedicados a sembrar sospechas sobre la víctima menor de edad y a exculpar a los narcos acusados, Matías Gabriel Farías (29) y Juan Pablo Offidani (48). El tercero, Alejandro Maciel, había fallecido en 2020.
  • Marta y Guillermo se propusieron entonces lo que parecía impensable: la anulación de esa vergüenza, y la realización de un nuevo juicio que se realizó finalmente en febrero de este año, en el que sí se pudo lograr la condena a perpetua por femicidio de Farías, y a 15 años a Offidani como “partícipe secundario”, tema que está apelado.
  • La familia además impulsó un jury aún pendiente, que juzgue a los jueces del primero de esos juicios, Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas (el tercer juez, Alejandro Carnevale, eludió el proceso al jubilarse antes).
  • Ahora la Campaña Somos Lucía obtuvo algo más: recibió del Estado, a través de la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) una casa abandonada y derruida que en apenas dos meses lograron acondicionar a pulmón y corazón, y que fue inaugurada este martes 28 de noviembre junto a otras familias de víctimas de femicidios que se acercaron a compartir ese momento acaso histórico.   
  • Lugar de encuentro y aprendizaje   
  • Así contado todo parece veloz, pero en la práctica significó años, meses, días y cada segundo de energía, de lágrimas, de insomnios, de amenazas, que Guillermo y Marta, y también su otro hijo Matías Pérez, lograron superar.

No lo hicieron dedicados solo al caso de Lucía sino también buscando acompañar y reunir a otras familias que pasaron por infiernos similares. Así fue que inspiraron otra organización clave: Familias Victimas de Femicidios, Transfemicidios y Desparecidas.

La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

Madres que no bajan los brazos, y el sacerdote Héctor Díaz, Chobi, siempre acompañando las luchas marplatenses. Fotos: Lina Etchesuri.

Entre los familiares estuvieron Gustavo Mellman, papá de Natalia (asesinada en febrero de 2001). Los policías condenados están presionando para obtener su libertad. Estaba también Mariela Quintanilla, la mamá de Iara Nardelli (sus huesos aparecieron este año, pero el caso sigue sin investigarse como femicidio), Carola Labrador, madre de Candela Rodríguez (asesinada por una banda narcopolicial en 2011, cuando ella tenía 11 años),  Marisa, la madre de Luna Ortiz (asesinada en 2017 a los 19 años). Participaron también integrantes de la Asamblea por un mar libre de petroleras, y de la multisectorial Ni un hundimiento más, creada por familiares del barco pesquero El Repunte, hundido en 2017.  

Estuvieron además las hijas de Evangelina Sánchez, asesinada el 20 de noviembre pasado. Por el lado oficial se hizo presente la ministra nacional de Mujeres, Igualdad y Género, Ayelén Mazzina. El presidente Alberto Fernández no pudo asistir, y fue representado en el acto por una de sus asesoras, Raquel Vivanco, así como Yamila Zavala Rodríguez representó a Estela Díaz, ministra provincial de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.  

La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

Marta, Guillermo, y una idea: “No nos podemos quedar en el dolor, el sufrimiento y que todo termine así. Nuestras hijas son la semilla». Fotos: Lina Etchesuri.

“Lucía está acá” dijo Marta durante su intervención, junto a la gigantografía con los ojos de su hija. “La perversidad de la justicia fue de tal magnitud… pero no pudieron con nosotros, que somos gente de la calle, y eso muestra que nadie nunca debe bajar los brazos”. Marta nombró y presentó a quienes fueron a compartir la inauguración formal de la casa y destacó que en los casos de femicidios no alcanza con la condena: “Siguen las vidas de quienes quedan, pero el Estado tiene que estar presente como tiene que ser. Que las hijas de Evangelina, por ejemplo, puedan tener comida, educación, que puedan cubrir sus necesidades básicas porque quedaron solas, criaturas enfrenando un mundo perverso de adultos. No es una dádiva, es un derecho el que hay que darles. Y organizados vamos a hacerlo” dijo mirando a dos de las hijas de Evangelina Sánchez.

Dijo también: “Esto va a ser un lugar de encuentro, de aprendizaje. Acá no terminó nada. Acá seguimos sin bajar los brazos para que crezca una esperanza de vida, de respeto y de derechos. Esto hay que hacerlo porque en el fondo lo que se quiere es que estemos desunidos. Si estamos desunidos, ganan ellos”.

La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

Familiares de un pesquero hundido, El Repunte. Fotos: Lina Etchesuri.

“No nos podemos quedar en el dolor, el sufrimiento y que todo termine así. Nuestras hijas son la semilla. Jamás nos van a convencer de que somos unos negros de mierda. Somos mujeres y hombres trabajadores, que no son egoístas, gente que piensa que no somos el ombligo del mundo, sino que necesitamos comunidad para trabajar”.   

Después fue el tiempo de las fotos, los abrazos y las lágrimas de tantos familiares, que por esta vez no fueron de tristeza sino que simbolizaron una puerta al futuro.  

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Fotos: Lina Etchesuri.

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