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Bailando por un sueldo: Cómo es la entrada al mundo del trabajo

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Falsas promesas, pocos derechos, meses a prueba y despidos precoces. Un relato encarnado en Marcelo, un rompecabezas de distintas voces de jóvenes que buscan empleo privado y encuentran cualquier cosa. Publicada en la edición de agosto de MU ▶ FRANCO CIANCAGLINI
Marcelo vio aparecer en la pantalla de su computadora la respuesta que, creía, estaba buscando:
“Tu CV ha sido seleccionado para el puesto de telemarketer, en la sección ventas. Por lo tanto, te espero este miércoles para una pequeña entrevista”.
Tuvo que fijarse el nombre de la empresa que aparecía junto a la firma de Agustina –la de Recursos Humanos- para ver cuál era de todas a las que había mandado: “Es importante conocer a la empresa”, recordó.
Encontró el mail, que decía: “Si sos afín a la comunicación, a la psicología, a la contaduría, mandanos tu cv”. Aunque después – se da cuenta- da igual: en el nuevo mail dice claramente telemarketer.
Lo mismo de siempre.
Lo que sigue lo sabe de memoria. Tiene que ir vestido entre formal y con estilo, digamos elegante sport: camisa (si no hay, chomba), jean oscuro (no celeste, ni tampoco pantalón de vestir) y zapatos, preferentemente marrones.
Lo mismo con el horario: una vez, en otra entrevista, llegó 20 minutos antes, lo recibieron, pero no quedó en el trabajo. Luego, charlando junto a otro amigo experto en flexibilización, entendió:
-No podés llegar antes. Eso demuestra que tenés tiempo de sobra, o algo peor: que estás desesperado por el trabajo. Ni 5 minutos antes ni 5 después: llegá exactamente a la hora en que te citan.
La entrevista
Llega puntual. Ya sabe que tiene que preguntar por Nuria, y eso es lo que hace en el mostrador que está en la entrada. Atrás se ven oficinas de vidrio y durlock, las típicas.
Como lo suponía, también hay otras personas que esperan a Nuria, y otras que van llegando mientras él la espera. Sin embargo, la entrevista es individual: está tercero de cinco. El primero tarda diez minutos reloj; el segundo, ocho; el tres sale antes de que Marcelo se dé cuenta.
Le toca.
Entra diciendo “buenos días” – es lo que hay que decir- y espera si la respuesta es cordial, amable o simpática, pero que se seca en un “hola, cómo te va”, sin signos de interrogación, es decir, sin interés de escuchar la respuesta. Marcelo sabe qué contestar contestar (“Muy bien”), qué repreguntar (“¿Usted?”) y mantener esa delgada línea entre cordialidad y simpatía, sin hacer – nunca- un comentario sobre el aspecto o la vida personal del otro.
Una de las primeras cosas que le piden es que dibuje el famoso test en el que hay que representar a “una persona debajo de la lluvia”. Pan comido: Marcelo sabe que tiene que dibujar un piso y, al menos, un paraguas para protegerse de la lluvia. También puede ser un techo, aunque, como nunca entendió bien la diferencia entre dibujar un paraguas y un techo, va a lo seguro: paraguas.
La cara de Nuria indica que está ok.
Ahora le piden que se defina, a él mismo, con una palabra. Con el tiempo, con las sucesivas e idénticas entrevistas, aprendió que debe decir “proactivo”. Esa es la palabra que garpa y que, a su vez, ellos (ella) esperan que diga: siempre hay que hablar desde el punto de vista positivo. Sabe que las empresas buscan gente (o palabras) con (o como) compromiso, liderazgo, comunicación, adaptación, cambio.
¿Qué significa proactivo? Que nunca se quedará quieto, ni esperando a que le digan qué tiene que hacer, aunque sabe que -en la práctica- siempre tiene que esperar a que le digan qué tiene que hacer. Al fin y al cabo, qué proactividad, qué liderazgo necesita para un callcenter.
-Proactivo- responde, ya inmerso en el juego de quién miente a quién.
Porque ya sabe: nunca un trabajo es lo que le ofrecen.
Le preguntan por qué le interesan las ventas: dice algo sobre la comunicación interpersonal, que por su carrera es súper importante, que estudia para sugestionar a las personas, para llevarlos por un lado… Se pinta chanta, digamos.
La siguiente pregunta nunca se la habían hecho: ¿Qué partido político tenía el centro cultural en el que trabajaste? Antes de responder duda, piensa: me estoy postulando para telemarketer, no para senador. Recuerda: tenés que ser pragmático, tenés que ser ordenado, tenés que ser apolítico, obviamente tenés que vivir en zonas, Caballito, Puerto Madero, Palermo, Flores… Y responde:
-No era político, era cultural– y es la verdad. Sabe que no debe decir mucho más: la pregunta es capciosa porque, en caso de extenderse en explicaciones sobre su anterior trabajo, se infiere que también podría proporcionar información sobre la compañía de Nuria en un futuro.
Los 3 meses de prueba
Sabe que pasó la entrevista: la propia Nuria se lo confirma, sin delays. Luego le consulta si tiene alguna pregunta: es su momento de aclarar dudas, para demostrar además interés por el puesto de trabajo.
Como Nuria es de Recursos Humanos, puede preguntar por su sueldo (si es personal jerárquico, es un mal plan). Le pagan bien: 10 mil pesos más premios. Aunque sabe que los premios no existen.
Obvio: 3 meses a prueba.
Sabe: lo pueden echar a los 2 meses, 29 días, 23 horas.
Sabe que lo van a echar.
Nuria aclara: “Pero todavía falta la capacitación”.
5 horas durante 3 días.
Si le va bien –que es, básicamente, que no abandone motu proprio antes de esos 3 días- el trabajo es de lunes a sábado, 6 horas. Eso cambió: antes nunca eran los fines de semana, piensa y se lamenta.
La capacitación
Al llegar a la capacitación lo llevan a una habitación con pupitres, junto a otras treinta personas. Les cuentan el speech, les tiran los tips, se los hacen repetir y a la hora – no más- los mandan a otro sector: el de boxes.
Una computadora para cada uno con un software para hablar por teléfono a través del micrófono. Auriculares y una base de datos de posibles llamados a distintas ciudades de España.
Sí: tiene que vender loterías a España.
Loterías.
A España.
-Tienen que poner acento medio neutro – les dicen a último momento.
Empieza, marca un número: nada.
Otro: nada.
Otro: nada.
Otro: lo atienden.(Nervios).
–Buenas tardes, lo llamo porque salió beneficiado con un boleto de loter… Le cortan.
Otro: nada.
Otro: lo atienden.
–Buenas tardes, lo llamo porque salió beneficiado con un boleto de lotería.
-¿Qué lotería?
– Lotería España.
– Yo no jugué a ninguna lotería.
–Mediante este llamado usted es beneficiado con un boleto de lotería. Sólo tiene que conseguir a dos personas para obtener el premio. De esa manera, el premio lo tiene asegurado.
– Pero, hombre, ¿qué me está diciendo? No entiendo.
–Que usted ha sido beneficiado con boletos de lotería, y si consigue a dos personas más, usted recibe el premio.
Le cortan.
Escucha que desde algún otro box – que no llega a ver- alguien vendió. Al rato, otro grito, esta vez del supervisor:
-¡Bien, Tomás! ¡Vamos todos como Tomás!
Marcelo piensa: “Y a mí los gallegos me sacan cagando”.
Al otro día ni siquiera hay una charla previa de capacitación: los mandan directamente a vender.
Al rato entra otro grupo de 30 personas, similar al del día anterior, y la misma historia: los capacitan una hora, y a vender.
Un pibe de dos asientos más allá se saca los auriculares, se levanta y se va.
A Marcelo le cae la ficha: “Nos están haciendo laburar a todos gratis”.
Sale atrás de él.
El laberinto
El mundo laboral no para de sorprenderlo. Y eso que ya trabajó de planillero para Greenpeace (debía conseguir donantes de dinero), de recepcionista (en una empresa de software), de asesor contable (debía perseguir morosos)…
El trabajo que más le duró –es decir, más de los 3 meses de prueba- fue el data entry: digitalizaba fotos de archivo del Estado.
Trabajó allí dos años e hizo, gracias a ese tiempo, algunas amistades, sobre todo con los que ya habían echado antes que a él. Salió de ahí, tiró cvs e instantáneamente lo llamaron para una entrevista. ¿De qué? De data entry.
-Pero, mirá, yo me acabo de ir…
El sueldo resultaba más bajo. Las horas eran más. ¿Cuál es el negocio?
Se dio cuenta de que pasaban los años y en su currículum solo tenía data entry. Y que cuando buscaba un nuevo trabajo, la marca carcelaria lo condenaba: sólo lo llamaban de esos trabajos, y no de otros. Y para pagarle cada vez peor.
El resto de sus empleos fueron siempre por los tres meses de prueba.
Durante esos meses la supervisión es constante. Es decir, el supervisor es un panóptico que monitorea la concentración y la intensidad de trabajo de las decenas de personas que entran al mismo tiempo. Una competencia implícita se despliega en la oficina, en la que todos luchan contra todos, al tiempo que simulan caerse bien. Sobre todo, caerle bien al más odiado: al supervisor.
El supervisor dice cosas como “yo los primeros 3 meses di lo mejor de mí”, o incluso peores, como una vez escuchó Marcelo: “Acá hemos despedido gente embarazada, gente con cáncer terminal, así que nadie tiene asegurado el puesto de trabajo”.
Sus compañeros murmuraban: “Menos mal que tengo trabajo”.
Él elegía callar.
Estudio o trabajo
Ahora elige estudiar: “Con el tiempo, cuando vi que se me iba complicando la posibilidad de estudiar dije: acá hay algo mal. Si estudiás y trabajás parece que sos Superman, cuando debería ser lo normal. Yo estudio, estudio muchísimo. Y lo que me pasa ahora es que, al ver mis buenas notas, se acercan mis compañeros y me preguntan: disculpame, Marcelo, ¿vos trabajás?”.
Actualmente los padres de Marcelo mantienen sus sobrios gastos, y su hermano se hace cargo de la facultad en la que él brilla por sus notas.
Con el tiempo aprendió que la ilusión de independencia que genera el trabajo no es más que eso: una ilusión. Y – dice- que en vez de depender de su jefe o de un supervisor, a sus 27 años ahora depende de sus padres.
Cuando tenía 17 años, Marcelo quizás imaginó que a esta edad ya iba a estar recibido y trabajando de lo que le gustaba, es decir, de lo que estudió. “Hoy ese circuito se distorsionó, y esa biografía es mentira”, dirá desde la experiencia, junto a sus amigos que, cerveza de por medio, asienten con la cabeza.
Uno, estudiante de Ciencias Políticas, trabaja vendiendo calzones y medias en la calle. El sociólogo, en una empresa de fumigación, que es del padre de otro del grupo, un profe de guitarra. Dos se mueven por el centro haciendo lo suyo en una oficina contable y una pyme familiar de insumos electrónicos. Uno labura en una fábrica de cerveza y otro trabaja con los padres en un consorcio familiar. Está el kinesió- logo profesor de hockey, un boletero de subte los fines de semana y el que trabaja en una revista cooperativa.
Todos los días, desde hace años, escuchan historias como ésta.

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Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge

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En la localidad mendocina de Uspallata el gobierno provincial junto a la multinacional Solway -radicada en paraísos fiscales, con denuncias de contaminación y agresión a pobladores originarios de Guatemala- buscan imponer (otra vez) el proyecto minero San Jorge, rechazado por la comunidad desde hace más de 15 años. Esta vez la ofensiva se dio a través de la represión (patota de la UOCRA, un vecino detenido y varios allanamientos), y la censura. El rol de la Justicia, los daños y perjuicios de la megaminería en una zona cordillerana y de glaciares, y la resistencia de un pueblo que sigue de pie: “Sin licencia social no hay minería”. El agua como recurso estratégico, y la figura del gobernador Cornejo, que mientras tanto se encuentra junto a Karina Milei en la «feria minera más importante del mundo en Canadá».

Por Francisco Pandolfi

Uspallata es una localidad del departamento de Las Heras, en el norte de Mendoza, que está a 120 kilómetros de la capital provincial y a 90 del paso fronterizo con Chile. Es un sitio estratégico: pasa la ruta del Mercosur. E histórico: albergó el Paso Sanmartiniano y el Camino del Inca. Uspallata es el pueblo argentino más grande a menor distancia del cerro Aconcagua (62 km). Y es, también, el epicentro donde el gobierno mendocino junto a la empresa multinacional Solway Holding, buscan imponer (por enésima vez) un proyecto minero de cobre, oro y plata, sin la licencia social y pese a la vigente Ley 7.722 que regula la actividad minera, prohibiendo el uso de sustancias tóxicas para el cuidado del ambiente y el agua.

Al proyecto minero San Jorge (PSJ) intentan instalarlo desde 2007, y es desde ese entonces que tiene la resistencia de la población. A inicios de este año volvió la ofensiva gubernamental y empresarial, sostenida en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Volvió con la fuerza de los millones, y también de la censura y la represión.

¿Qué está pasando en Mendoza?

A fines de enero se inauguró en Uspallata una oficina de la Cámara de Proveedores de Servicios Mineros, en un acto al que acudieron empresarios del sector, legisladores y funcionarios provinciales y municipales, así como el intendente de Las Heras, Francisco Lo Presti. Nora Moyano tiene 73 años e integra la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza. Le dice a lavaca: “El intendente, que en un año de gestión no fue nunca a Uspallata para conocer las necesidades de la gente, apareció para este acto acompañado por la patota de la UOCRA. Vinieron a amedrentar a las vecinas y vecinos de Uspallata en contra de la minería. A uno de nuestros compañeros la patota de la UOCRA se le vino encima, le rompió el tabique, y un vecino comerciante, para evitar que le siguieran pegando agarró un matafuegos de un negocio y le tiró el polvito (sic) para que se fueran”. Agrega Nora: “Este vecino se llama Mauricio Cornejo y el lunes 24 de febrero iba caminando por la calle del pueblo y lo detuvieron. Desde ese día está preso. A eso hay que sumarle varios allanamientos a vecinos de las asambleas. Es una locura lo que está pasando. Es tal la ambición y codicia que avanzan y ya no respetan ni las mínimas leyes de nuestras libertades democráticas. Defender el agua y los bienes comunes no es delito. Delito es llevar a la patota de la UOCRA a pegarle a los vecinos”.

El artículo 213 bis

Eugenia Segura conforma la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Uspallata, que denuncia la persecución del gobierno provincial con Alfredo Cornejo (UCR) al mando. Alfredo y Mauricio tienen el mismo apellido, pero no son parientes. Uno es el gobernador de Mendoza. Otro, está preso. Eugenia dice que “el foco y el ojo” de lo que pasa en su pueblo “hay que ponerlo en el artículo 213 bis del Código Penal”. Explica el por qué: “La figura penal que se agarran para detener a Mauricio apunta a convertir toda forma de protesta y organización en algo que puede ser tildado de terrorista; no importa si hacés algo que esté contra la ley o no, igual te pueden imputar porque hay un otro que se supone hizo algo ilegal y es de tu organización, lo cual debería ser completamente inconstitucional. Es inadmisible que corran el arco de los derechos humanos como lo están haciendo”.

El artículo 213 bis fue incorporado al Código Penal en 1984 y refiere al delito denominado de “prepotencia ideológica”, y apunta contra quien “comete, organiza o toma parte en agrupaciones que tengan por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor”. La pena es de 5 a 15 años de prisión. 

Exclama Nora Moyano: “Estamos sufriendo una persecución y en esta peligrosidad nos encontramos. No puede ser que a tantos años de recuperar la democracia todavía esté en vigencia un artículo que nos quieren aplicar a todos los que somos de las asambleas socioambientales por defender el agua y los bienes comunes”.

Censura

En el marco de un ciclo de cine y ante la ofensiva minera, el 14 de febrero se iba a proyectar en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza, el documental “HAM, historia del agua en Mendoza”, sobre cómo el pueblo revirtió la derogación de la Ley 7722 en 2019, que además de la decisión del entonces gobernador Rodolfo Suárez (UCR), también contaba con el apoyo del presidente de la Nación, Alberto Fernández (PJ).

Se iba a proyectar, hasta que desde parte de la comisión directiva del club la dieron de baja por ser una película “politizada”. Rápidamente se consiguió otro lugar (la radio comunitaria La Mosquitera), pero no cesó el hostigamiento. Bernardo Blanco es el director de HAM y le cuenta a lavaca: “Desde temprano se empezó a presentar la policía y a preguntar si iba a realizarse una manifestación por el agua o qué íbamos a hacer. Primero vinieron dos agentes, luego cuatro y después ya eran nueve. ¡Un montón! Tenían la intención de entrar y pudrirla”. A partir de este nuevo amedrentamiento, se pensó la idea de hacer funciones simultáneas de HAM: el sábado pasado se realizaron 29 en Mendoza y 46 en todo el país. Dice Bernardo: “Fue muy fuerte la respuesta de la gente en todo el país. Esto va más allá de los nombres propios y de la película, lo interesante es el fenómeno social/cultural/político que se pone de manifiesto con tantas proyecciones simultáneas”.

HAM es un documental independiente que “cumple la ley de cine, califica apta para todo público y tuvo su estreno en salas comerciales. Esto lo digo para acentuar aún más los intentos de censura y la presencia policial”, destaca el director.

HAM puede verse de manera gratuita en la plataforma BAFilma.

El fondo de la cuestión 

¿A qué se oponen quienes se oponen al proyecto San Jorge? 

Nora: “Nuestra provincia tiene agua por el deshielo de los glaciares de la Cordillera de los Andes. Por ella vivimos, cultivamos; por ella ustedes conocen la vid de la que hacemos el vino. Eso defendemos: el agua, nuestros bienes comunes, nuestros glaciares. Con los explosivos que usan en la megaminería van a destrozar las vegas alto andinas (pequeños oasis en el desierto). El polvillo que generan no se auto consume y en esa zona de vientos fuertes irá hacia los glaciares. La contaminación no sólo afectará a Uspallata: el río Mendoza es una cuenca que atraviesa toda la provincia y cuyo cauce desemboca en Neuquén, Río Negro, La Pampa y el sur de la provincia de Buenos Aires”.

Eugenia: “Uspallata es un pueblo de montaña que está en un valle. En Mendoza tenemos solamente tres oasis, el norte, el centro que es el valle de Uco y el sur. En el norte, donde está Uspallata, nace el río Mendoza que abastece al Gran Mendoza, donde vive la mayor parte de la población; más de un millón de habitantes beben de ese río, que riega las más de 250 mil hectáreas de malbec y que también sostiene el cuarto polo industrial del país. Uspallata se ubica en las nacientes de este río que el proyecto megaminero va a contaminar. Estamos protegiendo el área natural Uspallata- Polvaredas, patrimonio cultural, natural, paisajístico, un lugar bellísimo. Lo estamos haciendo desde hace más de 15 años de manera pacífica, y así seguiremos”. 

Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge

Nora Moyano (a la izquierda) y parte de la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza, en una de las movilizaciones en Uspallata.

El rol de la Justicia

Otro actor clave en este conflicto es la Corte Suprema de la Nación, que en 2021 se hizo eco de la apelación de la minera San Jorge ante la ley 7.722 y declaró inconstitucional un puñado de palabras del artículo 1, que hacía referencia a la prohibición de “otras sustancias tóxicas similares”.

Este era el Artículo 1° completo: 

A los efectos de garantizar debidamente los recursos naturales con especial énfasis en la tutela del recurso hídrico, se prohíbe en el territorio de la Provincia de Mendoza, el uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo.

La Corte Suprema eliminó el “otras sustancias tóxicas” y consideró constitucional el resto de la ley. ¿Qué permite esa eliminación? Detalla Nora: “El fallo facilita la explotación de proyectos mineros que utilicen otras sustancias también muy contaminantes y dañinas para la salud, como el xantato, la poliacrilamida y otras, que están incluidas en la ley de residuos peligrosos y son prohibidas. Son tan graves como el cianuro y el mercurio, así que ahora está abierta la puerta para que revienten nuestra cordillera, nuestra montaña, pasarla por una sopa química por el proceso de flotación a través del xantato o la poliacrilamida”. 

Daños y perjuicios

¿Qué perjuicios trae el Xantato? Enumeran desde las asambleas:

-No sólo es altamente tóxico para la salud humana y de animales y plantas, sino que además es muy inflamable, explosivo y reactivo.

-Su combustión produce gases irritantes, corrosivos y/o explosivos.

-Reacciona violentamente al contacto con el agua y el dióxido de carbono, generando disulfuro de carbono, más tóxico aún.

-La inhalación de subproductos gaseosos de sus reacciones al contacto con el agua y el aire puede causar lesiones o la muerte.

-El contacto con la piel u ojos puede causar severas quemaduras.

-Las fugas pueden causar contaminación.

Retoma Nora: “El gobierno mendocino está tocando las leyes ambientales para adaptarlas a este negocio. Por ejemplo, el código de minería lo reformó Cornejo a sus intereses; tampoco cumplen la ley de glaciares, ni de bosque nativo. Sólo arrasan y arrasan. También acaban de presentar el plan maestro donde se revierten las históricas prioridades de la Ley de Agua, (que data de 1884 en Mendoza), y que establece que primero está el consumo humano, el riego agrícola, los árboles, las industrias, no la minería. Si llegaran a votarlo en la Legislatura, que es lo más probable porque casi no hay oposición, el gobernador tendrá la potestad de hacer lo que quiera y eso será gravísimo para los mendocinos. Están constituyendo, como decía Jauretche, un nuevo estatuto legal del coloniaje”.

La preocupación en Nora se le nota en su habla acelerada. “No tenemos problemas con la minería común, tanto la ripiera, como la cementera. Estamos en contra de la megaminería metalífera hidrotóxica que llevan adelante megacorporaciones internacionales como Solway, que además de estar radicada en paraísos fiscales, tiene denuncias de contaminación y agresión a pobladores originarios de Guatemala. A esa gente no la queremos. No queremos su violencia. Y como decimos junto a Víctor Jara, tenemos derecho a vivir en paz”. 

Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge

Viernes 7 de febrero, Ciudad de Mendoza. Manifestación contra el proyecto minero San Jorge.

Un pueblo de pie

El pueblo mendocino dio una lección en 2019 de cómo organizarse (y vencer) al tándem lobby minero y apoyo estatal. En aquel entonces, enormes movilizaciones en toda la provincia torcieron la votación de diputados y senadores en sólo 10 días. Seis años después, Mendoza vuelve a estar en alerta. Cuenta Nora: “A raíz de todos estos atropellos volvimos a salir a la calle. Hicimos multitudinarias manifestaciones en Uspallata y en la Ciudad Capital. A mucha gente le parece increíble que nuevamente quieran hacer lo que no lograron en el 2019, pero hay motivos”. Describe: “Tenemos un gobernador lamebotas del presidente, que hasta salió a defender lo que dijo Milei sobre el saludo nazi de Elon Musk. Así de bestial. Cornejo es un alfil de Milei y hay muchos intereses económicos por encima de las necesidades y decisiones de nuestro pueblo. Volvieron a la carga porque sienten que tienen más poder aún que antes, por la ligazón con la Casa Rosada”. 

Cornejo acompañó a la Ley Bases, al Rigi y al Pacto de Mayo. Ahora mismo, al cierre de esta nota, está en Canadá junto a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y otros cinco gobernadores (San Juan, Catamarca, Jujuy, Santa Cruz y La Rioja) en la PDAC 25, la feria minera más importante del mundo.

Cierra Nora: “Cornejo durante todos estos años generó una especie de suma del poder público: tiene a su favor el poder judicial y también el legislativo, que le vota todo. Construyó una red muy fuerte de contención, y al frente de toda esa telaraña estamos nosotros, de pie, nunca arrodillados. Y así seguiremos, defendiendo nuestro patrimonio, defendiendo lo que es nuestro”.

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57 femicidios en el año, infancias huérfanas cada dos días: Informe mensual del Observatorio Lucía Pérez

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Según datos del Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez, hubo 26 femicidios durante febrero, contabilizando un total de 57 en los dos primeros meses del año. Estos crímenes dejan, a la vez, un saldo de 35 infancias huérfanas. Si bien existe una ley que obliga al Estado a brindarles una protección integral económica, de acompañamiento y de acceso a la salud, desde que asumió la actual gestión no se otorgó ninguna: la Ley Brisa no se cumple. Los otros indicadores de la violencia patriarcal de este 2025: 43 intentos de femicidio, 15 desaparecidas, 595 funcionarios denunciados.

El cuerpo de Carolina Ríos, 43 años, fue encontrado por una de sus diez hijas. Maite y Carolina, las mayores, le pidieron luego a la prensa que difundiera este mensaje : “Necesitamos ayuda para poder criar, vestir y mandar a nuestros hermanitos a la escuela. Hoy estamos destruidas, y hacemos todo lo posible para seguir adelante y no quebrarnos ante nuestros hermanos menores». 

Tres días antes asesinaban a Ailén Oggero, de 32 años, delante de sus hijos de 11  y 4 años. El mayor fue quien avisó del crimen a los vecinos. 

A Otilia Cubilla Jara, de 65 años, también la encontró asesinada su propio hijo. 

Estos son solo tres de los 26 femicidios y travesticidios que ocurrieron durante febrero. 

Una síntesis de la violencia que marca los dos primeros meses del año:

Toda la información sobre cada uno de estos casos está disponible en la web del Observatorio Lucía Pérez, el primero y único autogestionado y público.

Una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por nuestra cooperativa. 

www.observatorioluciaperez.org

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Trabajadores de Morvillo toman la fábrica tras el anuncio del cierre de la planta, que implica 200 despidos

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Una histórica empresa gráfica de Avellaneda -donde se imprimen títulos de la editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias– anunció su cierre dejando a 200 trabajadores en la calle. Se enteraron por un comunicado pasadas las once de la noche del martes y la respuesta fue unánime: ingresaron a la imprenta e iniciaron una permanencia pacífica en defensa de los puestos de trabajo. El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la firma faltó a la audiencia. Los argumentos empresariales de caída de la producción y los argumentos obreros: “Somos las principales víctimas de esta situación”.

Por Lucas Pedulla

El obrero gráfico Enrique Andina terminó su jornada de trabajo en Anselmo Morvillo SRL a las 22 horas y se marchó a su casa, como todos sus compañeros, como todos los días. Muchos estaban llegando a sus hogares cuando pasadas las 23 horas les llegó un comunicado de la histórica imprenta, que terminaba de la siguiente manera:  

“Con una tristeza difícil de describir tenemos que contarles que ya no podemos seguir adelante. Sabemos acerca del impacto, no sólo económico, sino emocional que tiene para cada uno dejar parte de nuestra historia en el recuerdo, y los relatos que hemos compartido siempre con nuestras familias. Le dejamos a cada uno de ustedes, nuestra gratitud por su invaluable esfuerzo y el deseo de que todos puedan superar este trago amargo con la capacidad de levantarse que los caracteriza”.

El texto cerraba con esta firma: “La Dirección”.

Así como llegaron a sus casas, los obreros volvieron a la gráfica, ubicada en Avellaneda, municipio al sur del conurbano bonaerense. Andina contextualiza: “Somos 200 compañeros; yo tengo 17 años de trabajo y muchos tienen más de 30 y 40 años de antigüedad. En la pandemia vivimos una situación similar pero logramos mantener nuestras conquistas. Somos la gráfica que más cobraba dentro del gremio, pero esto fue imprevisto”.

La respuesta fue unánime: los trabajadores votaron la permanencia.

Avon, papel & toma

Anselmo Morvillo SRL inició sus actividades en 1974 desarrollando folletos cosméticos. En su página web cuentan que en 1988 incorporó la primera rotativa de tecnología de punta, “única en el país en esa época”, y sumó la segunda tres años después. Cuentan que crecieron más del 70% en la segunda década de los noventa y que hoy, en su planta de 13500 metros cuadrados de Avellaneda, los folletos comerciales representan un 70% de la producción, mientras que los trabajos editoriales significan el 30% restante. Andina cuenta que, entre las publicaciones, se encuentran títulos de la Editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias.

En el comunicado que “la Dirección” les mandó a los obreros, a quienes se refirió como “queridos compañeros de tantos años”, la empresa expresó su posición:

  • “Hemos atravesado las reiteradas crisis económicas de nuestro país, los cambios en el mercado gráfico con la marcada implosión por el avance tecnológico y el comportamiento poco ético de algunos de nuestros colegas competidores”. 
  • “Fuimos golpeados por la Presentación en Concurso de algunos de nuestros clientes y por la Quiebra de nuestro cliente número dos, ARCA Distribuidores. Luego, a la escalada de precios internacionales de la mayoría de los insumos y repuestos, se le sumó la exigencia de pago anticipado del papel y la desaparición del crédito internacional. Todas situaciones que enfrentamos con mejor éxito que muchos de nuestros colegas”. 
  • “En el año 2014 RR Donelley cerró su planta de Argentina, en enero de 2016 AGR también cerró sus puertas, y en enero de 2020 IPESA cerró la mayor parte de su operación”. Una aclaración: tras el abandono empresarial, Donelley fue recuperada por sus trabajadores y trabajadoras y, hoy, es una cooperativa gestionada sin patrón.

La empresa describe un contexto “tan negativo” en el que inscribió la caída del 63% del volúmen de producción: “Avon, que como bien saben representa más de la mitad de nuestro trabajo, dejó de imprimir catálogos y mudó su comercialización a internet. Esto nos dejó en una situación económica y financiera terminal”.

Los trabajadores respondieron con la permanencia pacífica y otro comunicado que respondía los argumentos de la empresa: “Todos factores ajenos a la responsabilidad de los trabajadores, que somos las principales víctimas de esta situación”.

Gris de espera

Enrique Andina integra la Comisión Interna y explica: “Estamos en permanencia pacífica para preservar las fuentes de laburo. A lo largo del día se hizo presente el sindicato. Exigimos una presentación en el Ministerio de Trabajo y también hicimos un pedido de plenario de delegados para discutir con todos los delegados los pasos a seguir”.

El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la empresa no se presentó a la audiencia. “Está incumpliendo -dice Andina-. Mientras tanto, nosotros seguimos sin tener comunicación de la empresa. Tampoco atienden los teléfonos. La última comunicación oficial fue el comunicado de anoche. Eso deja un gris, porque estamos en la calle sin un mango, pero no hay un telegrama de despido ni nada”.

Los trabajadores tienen sólo rumores, desde un cierre definitivo hasta la posibilidad de la llegada de inversionistas “que reclaman despidos masivos”, según denuncian. “Se olfateaba que la situación venía rara, pero nadie pensó que todo fuera de esta manera -dice-. La convocatoria acá fue masiva, y agradecemos también que se acercaron de otras ramas, como médicos del Garrahan. La intención es difundir el conflicto y rodearlo de solidaridad para lograr lo que necesitamos, que es que la patronal se siente a discutir”.

Mientras esperan, en las próximas asambleas decidirán los pasos a seguir: “Es un golpe fuerte, pero uno tiene que estar fuerte, también, por la familia. La mayoría de los compañeros son sostén de hogar. Estamos dispuestas a lucharla hasta el final y no aflojarle hasta encontrar una solución, que es sostener las fuentes de trabajo con las mismas condiciones que teníamos hasta ayer antes de recibir el comunicado”.

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