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Boaventura de Sousa Santos: Latinoamérica bipolar

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El analista social más importante de América Latina analiza la situación del continente, que para él está entrando a una fase de polarización crucial. País por país, traza los desafíos actuales y avanza sobre el futuro: “No creo que se pueda cambiar el mundo sin tomar el poder, pero tampoco creo que podemos cambiar algo con el poder existente. Entonces, afirmo que debemos cambiar las lógicas del poder, y para ello las luchas democráticas son cruciales”

Mientras que los jefes de Estado de Europa y América Latina se reunieron en Lima, “protegidos” por rejas y miles y miles de policías, para la Quinta Cumbre Oficial entre ambas regiones, la Universidad Nacional de Ingeniería fue el escenario de la Cumbre de los Pueblos: Enlazando Alternativas. Activistas de ambas regiones se juntaron para discutir alternativas al neoliberalismo, para la creación de un mundo más justo, democrático y solidario. El activista-investigador portugués Boaventura de Sousa Santos fue uno de los participantes más conocidos y queridos. Boaventura –profesor de Sociología del Derecho en Yale y Coimbra- es actualmente uno de los principales intelectuales en el área de ciencias sociales, con reconocimiento internacional. El periodista Raphael Hoetmer lo entrevistó durante su estadía en Lima.
¿Cómo caracterizas el escenario actual en América Latina?
Los cambios en el mundo son rápidos, y muestran muchas contradicciones, debido a la asociación de eventos políticos que nos han impactado mucho en los años recientes. Ejemplos de ellos, son los cambios en Ecuador y Bolivia, y recientemente en Paraguay. En estos países han ganado un economista progresista, un campesino indígena y un sacerdote de la teología de liberación, materializando la resistencia contra las políticas neoliberales de las últimas décadas.
Por otro lado, América Latina es una pieza clave en las estrategias económicas actuales de las empresas transnacionales y los gobiernos del Norte global. Hay que entender que el sistema capitalista siempre necesita nuevos espacios para generar ganancia económica. De esta manera, la expansión del mercado ha llegado a convertir el agua, los servicios de salud, y la educación en mercancía. Algo que anteriormente era impensable. En este momento, la mercantilización de los recursos naturales es la estrategia fundamental para la acumulación de capital al mediano plazo, poniendo la biodiversidad enorme de América Latina en el centro de la atención.
Este proceso, de re-enfocar América Latina, ha sido acelerado por el fracaso de la guerra en Irak. Los Estados Unidos encontraron que durante su relativa ausencia en su backyard, se habían gestionado cambios en América Latina, que presentaron dos problemas a su agenda. En primer lugar, los procesos sociales habían avanzado fuera de su control, y mas allá de sus planes, resultando en gobiernos progresistas, y en movimientos sociales fuertes. En segundo lugar, estos movimientos habían llegado al poder a través de la democracia, en una época en la cual los EE UU están usando el discurso de la lucha por la democracia para justificar sus intervenciones alrededor del planeta.
En este escenario se desarrolla una nueva estrategia de contra-insurgencia, que consiste de una mezcla entre las estrategias de la Alianza por el Progreso con una política conciente de división de los movimientos, y específicamente del movimiento indígena. Por otro lado, se intensificó en los últimos años, de manera brutal, la criminalización de la protesta y la profundización de la militarización.
En el escenario que usted ha descrito, se puedan dar cuenta de algunos cambios en el paradigma neoliberal. ¿Cree usted que podemos hablar de una modificación de este a un paradigma de seguridad, en el cual toda la actividad humana se subordina al objetivo mayor de la seguridad?
Sí, me parece que esto es la perversión final del proceso de re-estructuración neoliberal. Efectivamente, el neoliberalismo intenta sustituir todos los conceptos existentes, como los de desarrollo y de la democracia, por los conceptos de control y de seguridad, tras su incapacidad de generar un apoyo popular sólido.
Esto es consecuencia de la profundización de la exclusión social, de la miseria y de la desigualdad creciente bajo el capitalismo neoliberal, que implica la emergencia de un fenómeno que quiero llamar el fascismo social. Este no es un régimen político, pero una forma de sociabilidad, de desigualdades tan fuertes, que unos tienen capacidad de veto sobre la vida de otros. Corremos el riesgo de vivir en sociedades que son políticamente democráticas pero socialmente fascistas.
El mejor ejemplo de esta lógica es el doloroso incremento del hambre en el mundo, que muestra la contradicción entre la vida (la producción de alimentos accesibles para la población mundial), y la ganancia (la producción de los rentables bio-combustibles). La emergencia del fascismo social muestra que la modernidad como proyecto está roto, porque no ha cumplido sus promesas de libertad, igualdad y solidaridad, y ya sabemos que no va a cumplirlas tampoco.
En este escenario, se presenta entonces la contradicción entre el paradigma de la seguridad, y de la lucha contra el terrorismo a un lado, y al otro los Estados que reivindican su soberanía, los movimientos sociales, y específicamente las luchas de los pueblos indígenas. Es en los territorios indígenas donde se encuentra el ochenta por ciento de la biodiversidad latinoamericana. Las organizaciones como la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería del Perú (Conacami), y la Coordinadora Nacional de Ayllus y Marqas (Conamaq), son en este sentido un peligro para el status quo.
No sorprende, por ende, que la criminalización de la disidencia que existe en toda América Latina, es aún más fuerte en contra de los indígenas, como vemos en el Perú y en Chile. Queda claro que existe la intención de transformar a los indígenas en los terroristas del siglo XXI, como muestran los documentos de la CIA. En Global Trends 2020, se puede ver que sus grandes preocupaciones son la radicalización del movimiento indígena y el control de los recursos naturales. De hecho, Alan García (el presidente del Perú, red.) toma esto como inspiración cuando habla de las redes de terroristas que iban a atacar la Cumbre entre Europa y América Latina.
El uso de las leyes antiterroristas en contra de los dirigentes indígenas se basa en una descaracterización total del concepto del terrorismo, ya que esto significa el ataque y el daño a civiles inocentes. En el caso de las luchas de los indígenas, máximamente se trata de ataques a la propiedad privada para defender otra propiedad: la propiedad comunitaria y ancestral. Esto no cabe en ningún concepto de terrorismo. Por lo tanto, el uso de estas leyes debería ser suprimido lo antes posible.
En este sentido, el llamado consenso post-Washington, es post porque los neoliberales ya no confían solamente en la economía, y por lo tanto, aplican la guerra y la lucha contra el terrorismo, para mantener el sistema de desigualdad a nivel global. Ejemplos claros de esto, podamos ver en Santa Cruz de la Sierra, donde paramilitares colombianos entrenan a los grupos privados de seguridad de la oligarquía cruceña, que está decidida a defender el status quo.
¿Cuáles son las posibilidades y desafíos para la izquierda latinoamericana en este contexto?, y ¿cuál es el papel de Brasil y Venezuela, que parecen impulsar proyectos propios que buscan una hegemonía regional?
Es evidente que en el continente han emergido gobiernos con una lógica distinta al Estado capitalista neoliberal. En sus gestiones económicas podemos señalar dos vertientes diferentes. A un lado, los gobiernos de Lula da Silva, Cristina Fernández y Michelle Bachelet, mantienen la macro-economía neoliberal, pero profundizan la protección social en los márgenes de la sociedad. Otros gobiernos, como los de Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez intentan cambiar el sistema económico. Desde una lógica de mayor soberanía, aplican diferentes estrategias, como la nacionalización, la recontractualización de la explotación de los recursos naturales, o la entrega de esta explotación a empresas privadas pequeñas nacionales.
En los casos de Brasil y Venezuela, existe el deseo de hacer cosas nuevas, pero sus gobiernos siguen trabajando con conceptos viejos del desarrollismo y del Estado. En Brasil, el gobierno deja, por ejemplo, todo el trabajo del desarrollo económico a las empresas nacionales y multinacionales. Esto incluye las inversiones inmensas en el agro combustible. Simultáneamente, Lula invierte en la redistribución social, a través de políticas sociales. En Venezuela se hace lo mismo, pero sobre la base del petróleo.
En ambos casos, se ve una mayor sensibilidad a la cuestión social, como también, de maneras diferentes, un cuestionamiento a las empresas transnacionales y sus actividades. La respuesta de las empresas a ello, es la invención de la responsabilidad social. Construyen escuelas y hospitales para sus relaciones públicas, para hacer aparecer que ellas también están preocupados por la desigualdad, en sociedades cada vez más desiguales. El Tribunal Permanente de los Pueblos, que se desarrolló durante esta Cumbre de los Pueblos en Lima, evidencia claramente que detrás de esta cara humana persisten las violaciones estructurales de los derechos humanos por parte de los transnacionales.
Analizando al caso de Brasil, uno piensa en la tesis de Ruy Mauro Marini, quien sostuvo que las condiciones de desarrollo de Brasil lo llevarán inevitablemente a una posición sub-imperial en el continente. Y, es cierto, que Brasil -como Sudáfrica en Africa- explota fuertemente a sus países vecinos, a través de sus empresas estatales, que a menudo no difieren de las empresas transnacionales del Norte global. No obstante, ya que estas empresas son nacionales, hay más sensibilidad a la lógica política, que permite la distorsión de la lógica del mercado por la negociación política. Así sucedió, con Petrobras en Bolivia, y ahora, posiblemente, con la hidroeléctrica en Paraguay.
Es un proceso confuso y contradictorio, pero sostengo que podemos ver la emergencia de una solidaridad regional, con mayor apertura y tolerancia a las diferencias políticas.
El caso de Bolivia lució por mucho tiempo como el proceso más transformador de la región, pero ahora ha entrado en crisis. ¿Cómo analiza usted el escenario boliviano y el proceso de regionalización subnacional que se está reivindicando en el país?
La regionalización subnacional ha sido promovida por el Banco Mundial, en la forma de descentralización, que apuntó a desmontar el Estado central, a través de la transferencia de responsabilidades del Estado central a los niveles locales. En Bolivia había una posición de descentralización dirigida por las autonomías indígenas, desde una visión política y cultural sólida, que permitió que los indígenas ganaran algo con las políticas de descentralización, impulsadas por el Banco Mundial.
Pero la bandera de la descentralización ha sido asumida ahora por las oligarquías, en respuesta a su perdida de control del Estado central. Ellos siempre habían sido centralistas, pero ahora tenían que tomar la bandera de la autonomía para defender sus privilegios económicos. Obviamente, esto generó un problema político para el movimiento indígena en Bolivia, que siempre habían promovido la autonomía de los oprimidos, y no de los opresores. En mi opinión, la declarada autonomía de Santa Cruz es ilegal, ya que no pueden hacer esto bajo la vieja constitución; si es una nueva, está por ser aprobada. En realidad, la decisión de las autonomías tocaría al Congreso, después de que se implemente la nueva constitución.
Yo he defendido en Bolivia, la distinción entre autonomías ancestrales y las de la descentralización. Propongo entender a las autonomías indígenas como extraterritoriales en relación a las autonomías departamentales. Es decir, se deberían basar en el control total de su territorio, fuera de la gobernabilidad descentralizada, ya que son anteriores al proceso de descentralización. Pero habría que fortalecer la institucionalidad indígena, que aún es muy frágil, frente el poder de las oligarquías bolivianas.
En todo caso, el debate actual es sumamente peligroso, ya que existen deseos recíprocos de enfrentamiento armado. Las oligarquías no quieren dejar sus privilegios, y los indígenas no van a dejar pacíficamente que se divida al país. Es muy interesante, ya que serían ellos los que defenderían al país.
En el nuevo escenario continental, Perú y Colombia representan posiciones diferentes a los nuevos gobiernos progresistas. ¿Cuál es su rol en los procesos actuales en América Latina?
Está claro que estos dos países representan al status quo neoliberal y a los Estados Unidos en la región. Me da la impresión que además actúan desde una complementariedad. Colombia, representa la lógica militar, que busca la creación de conflictos y tensiones que crean condiciones para la creciente militarización e intervención en la región. En el Perú se esta impulsando una lógica similar, con la fuerte criminalización de las organizaciones sociales. Este siempre es el primer paso que prepara la militarización posterior. De hecho, existen indicaciones muy claras, que la base de Manta en Ecuador se mudará a la Amazonía peruana.
Como ya dije, estos procesos de criminalización y militarización buscan asegurar el libre acceso y la mercantilización de los recursos naturales. Obviamente, en este modelo económico, el Perú juega un papel central, debido a sus enormes reservas de hidrocarburos, minerales y metales preciosos. Y las élites políticas y económicas del Perú están muy dispuestas a asumir este papel de exportador de recursos naturales en la división mundial del trabajo, ya que ellos ganan con esto. No obstante, la mayoría de los peruanos no ha ganado nada en los últimos años de crecimiento económico espectacular, y lógicamente buscarán alternativas al gobierno actual.
En todo este escenario, ¿cuál es el papel de Europa?
Al nivel de los contactos entre las organizaciones sociales de ambas regiones hay cosas muy positivas. Un proceso como Enlazando Alternativas muestra la profunda solidaridad que exista entre los pueblos de ambos continentes y la voluntad de las organizaciones europeas de aprender de las luchas latinoamericanas.
Pero al nivel de los gobiernos, veo algo muy diferente. Crecientemente, Europa busca seguir las políticas de los Estados Unidos, enfocadas en el acceso a los recursos naturales, para mantener su posición competitiva en el mundo. Esto me repugna aún más, ya que Europa tiene una deuda cultural, social y ecológica histórica muy grande con América Latina, por el saqueo de los recursos naturales del colonialismo y el genocidio a los indígenas. Por lo tanto, me parece inaceptable implementar en la actualidad políticas neocoloniales, que dan continuidad al mismo saqueo. No obstante, todo indica que en la actualidad las empresas transnacionales europeas definen la agenda de la UE, imposibilitando una posición europea que fortalecería la democracia, los derechos humanos y la redistribución social en el continente.
En este mundo tan confuso, en el cual parecen chocar diferentes proyectos territoriales, ¿cómo ve usted el futuro?
Esta clarísimo que estamos entrando en una fase histórica de polarización. A un lado, las políticas de mercantilización buscarán el libre acceso a los recursos naturales, y la continuidad de los privilegios económicos de las élites. Al otro, existe un imaginario radicalizado en las fuerzas progresistas del continente, que han desarrollado concepciones distintas de la democracia, del desarrollo, de los derechos y de la sustentabilidad, que son compartidas por cada vez más personas y organizaciones. Me da la impresión de que las fuerzas dominantes ya no pueden cooptar este imaginario radical, con sus propuestas de protección social. Y por esto la represión. Entonces vemos la confrontación entre la represión y la imaginación utópica. Es difícil de decir, a dónde vamos. Como sociólogos prevemos bien el pasado, no tanto el futuro.
Para mí el horizonte sigue siendo la democracia y el socialismo, pero un socialismo nuevo. Yo he dicho, en diferentes ocasiones que el nuevo nombre del socialismo, es democracia sin fin. Mi apuesta es una para la democracia radical, ya que ella representa una alternativa a dos ideas fundamentales. No creo que se pueda cambiar el mundo sin tomar el poder, pero tampoco creo que podemos cambiar algo con el poder existente. Entonces, afirmo que debemos cambiar las lógicas del poder, y para ello las luchas democráticas son cruciales.
Estas luchas son radicales, porque están fuera de las lógicas tradicionales de la democracia. Sostengo que debemos profundizar la democracia en todas las dimensiones de la vida. Desde la cama hasta el Estado, como dicen las feministas. Pero también con las generaciones futuras y con la naturaleza, lo cual nos urge a parar la destrucción del planeta que actualmente se está desarrollando.
Nuestro objetivo es salir de una democracia tutelada, restringida, de baja intensidad, para llegar a una democracia de alta intensidad que realmente haga que el mundo cada vez sea menos confortable para el neoliberalismo. Pero la realidad no cambia espontáneamente. En política para hacer algo hay que tener siempre dos condiciones: hay que tener razón a tiempo, en el momento oportuno; y hay que tener fuerza para poder imponer la razón.

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

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