CABA
Ciudad vs UTT: represión a la granja
El intento de vender verdura a 10 pesos el kilo, que la Unión de Trabajadores de la Tierra viene llevando a cabo desde hace cuatro años en plazas de todo el país, fue reprimido en Constitución por la policía porteña por orden del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. El momento culminante ocurrió cuando los productores pusieron lechugas en los escudos de los policías, que respondieron usando gas pimienta contra la gente como si fuese un tubo de insecticida, golpearon a varios integrantes de la UTT y luego dispararon balas de goma. No había corte de calle y sólo se había instalado un gazebo para vender verdura agroecológica a cientos de vecinas y vecinos que se acercaban. La policía incautó el gazebo y la verdura que había llegado hasta ese momento. En Constitución el vecindario asegura que las llamadas fuerzas del orden son pasivas, en cambio, frente al universo narco. Los canales de diálogo que intentaba abrir una organización que busca romper el cerco de la intermediación y para trabajar y vender lo que produce: alimentos sanos y a buen precio.
Maritsa Puma, boliviana, 23 años, productora, dijo a lavaca mirando la hilera de 50 policías parapetados tras sus escudos: “Esto es bastante inhumano”
El proyecto de vender unos 200 cajones de verdura a 10 pesos el kilo en Plaza Constitución fue violentamente reprimido por la policía porteña disparando balas de goma, rociando al público con gas pimienta y tirando bastonazos hacia las gorras en las que leía la sigla UTT: Unión de Trabajadores de la Tierra.
La jornada de este viernes había sido convocada como una asamblea entre productores y consumidores en la cual la UTT -el mayor gremio que congrega a campesinos y pequeños productores del país- quería explicar su situación y reiterar los eventos conocidos como “feriazos”: el público puede comprar la verdura a 10 pesos, la cuarta parte de lo que le cobran en verdulerías convencionales, y a los productores les permite ganar entre el doble y el triple de lo que les pagan los intermediadores.

Federico Rojas, productor de la UTT | Nacho Yuchark
La UTT había armado un gazebo de tela verde y apareció primero un policía de chaleco bordó. “Solamente queremos hablar con la gente y vender verdura sana a buen precio” explicaba Rosalía Pelegrino. Detrás suyo otro productor le decía al policía: “No hagas obediencia debida hermano. Estamos trabajando”. “Yo también estoy trabajando” dijo el uniformado que se alejó cuando la gente comenzó a gritar: “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode”.
El trabajo del policía consistió en hacer un llamado que produjo la llegada de al menos 50 efectivos antidisturbios en estado un tanto endurecido y con actitudes abiertamente hostiles hacia la gente.
Tiraron gases, incautaron los pocos cajones de verdura que se habían alcanzado a bajar de una camioneta, desarmaron el gazebo, y se instalaron a defender ese territorio de Plaza Constitución, a la salida del subte y frente a la estación.

Nacho Yuchark
Nahuel Levaggi, de la UTT, comenzó a colocar lechuga en los escudos policiales y la reacción fue una andanada de balazos de goma, más gas pimienta y golpes hacia los integrantes de la UTT. Hubo un conato de resistencia: les tiraron a los policías pertrechados un cajón de verdura que rebotó en un escudo, y algunas lechugas, en esa batalla despareja y breve.
Constitución tomada
Cuando se calmó el ambiente Clara, vecina de Constitución que había ido con su bolsa, contó: “Yo vine porque no tengo trabajo y la verdura es buenísima. Acá la policía no aparece nunca. Vos ves las calles Pedro Echague, San José, Santiago del Estero, Brasil, son todos focos de venta de droga y prostitución, pero ahí la policía no aparece nunca. El colegio La Providencia es privado: de ahí hasta la Comisaría hay venta de droga y roban a los chicos. ¿Y la policía qué hace? Nada. Pero viene aquí a echar a esta gente que ni corta la calle ni molesta a nadie, sólo está vendiendo”. Se acerca otra mujer: “Pero a los transas no les hacen nada porque les pagan”. Así son las voces de Constitución.

Nacho Yuchark
Otra vecina jubilada, Damiana: “En la televisión dijeron que no habían pedido permiso, pero no es cierto. Vi en Facebook que pidieron permiso pero no los dejan hacer la feria diciendo que ensucian la plaza, que es mentira, porque acá vinieron y nunca ensuciaron nada. Y lo que en la verdulería te sale 40 o 50 pesos acá te lo venden por 10. Por dios…” dijo marchándose con su changuito.
Rosalía hablaba con otro grupo de vecinos, más los micrófonos de movileros que andaban por allí: “No estamos cortando la calle ni pidiendo planes o mercadería, cosas que nos parece legítimo reclamar con esta crisis. Pero no es este caso. Somos una organización con todos los papeles reglamentarios para trabajar. Nos ponemos a disposición de Larreta. Pero mienten diciendo que dejamos la plaza sucia. Son excusas, difundieron una foto de un cajón de verdura que además pusieron ellos mismos a propósito. Da vergüenza. Es todo un capricho”.
De hecho, el único lugar del país que prohibió estos feriazos es Buenos Aires (y luego de años de hacerse).

Nacho Yuchark
Los pulmones, gargantas, ojos y sentido común de quienes estábamos allí iban reponiéndose del ataque policial. La gente de la UTT cantaba: “Queremos trabajar”. Tras la represión el piso mostraba verduras tiradas y pisoteadas que, pese a su aparente compulsión higiénica, la Ciudad no se encargó de limpiar, bajo una bandera de la UTT cuya consigna tal vez encierre el verdadero motivo de la violencia: «Tierra, Trabajo y Cambio Social».
Curar o envenenar
La UTT explicó en un comunicado que el gobierno porteño cortó desde enero todo diálogo. Durante todo 2018 la organización hasta tenía un teléfono al cual vecinos de diferentes barrios solicitaban la realización de «feriazos» y «verdurazos». Así, además de buenos precios, acercaba a la gente productos de alta calidad, que en la ciudad hoy solo pueden conseguirse en el Almacén de Ramos Generales de la UTT en la Avenida Díaz Vélez al 3700, o en las ferias de la Facultad de Agronomía.
En Constitución Maritsa Puma, productora y técnica agroecológica, hablaba de la falta de la humanidad de la policía con ojos asombrados: “Es bastante inhumano lo que pasa, le quitan la verdura a quienes producimos alimento con tanto esfuerzo para que la gente pueda comer algo bueno. Repiten órdenes –dice señalando a la policía-y atacan a la gente. Me tiraron gases”, plantea, y formula una pregunta tremenda: “¿Por qué?”
Habían traído una guitarra para cantar canciones que han compuesto sobre la producción agroecológica. Una es una música de Violeta Parra con letra cambiada y título Curar o envenenar, tema que podría traspolarse a la política, la comunicación y otros misterios.
También compusieron una canción habla sobre el bocashi, el fertilizante natural que utilizan para nutrir los plantines y el suelo de las producciones hortícolas. Hace cinco meses Hilal Ever, Relatora de la ONU para el Derecho a la Alimentación, visitó la UTT Y y describió esas producciones agroecológicas como “milagrosas”. La canción que Maritsa y sus compañeras no pudieron cantar dice: “Un bocashi voy a armar, y a la tierra alimentar. Pachamama te devuelve todo lo que le das”.

Maritsa Puma, productora de la UTT | Nacho Yuchark
Nahuel Levaggi, uno de los fundadores de la UTT, con los ojos irritados todavía por los gases, explica a lavaca: “El gobierno sigue con su política de combatir al pueblo. Esto era la gente organizándose entre productores y consumidores y ante eso el gobierno, en vez de acompañar, reprime, que es lo único que parece que sabe hacer. Para adelante nos estamos recuperando de los golpes, y esperamos que alguien acepte dialogar con nosotros».
Nahuel no necesita gases para que se le cierre la garganta, sino recordar lo que pasó: “La situación las familias que estaban acá…. Vinieron mis hijos”. No puede hablar por la emoción. Aclara que sus hijos tienen 9 y 6 años. “Es increíble. Nosotros seguimos con lo nuestro: comercialización, agroecología y lucha por la tierra”.
Lucas, otro integrante de la UTT, como todos, con crema alrededor de los ojos por los efectos del gas pimienta: “Hoy la gente se encontró con la policía y la represión contra consumidores y productores. “La única manera de pasar esta crisis es organizándonos. Queríamos explicar que el productor no es generador de precio sino que la locura de la inflación y los precios altos la arman los grandes intermediadores, los supermercados y los mercados centrales. Somos tan víctimas nosotros como los consumidores”.
“Hicimos feriazos en las plazas de Buenos Aires, vendimos 500.000 kilos de verduras. Nunca hubo un problema y nos mandan una foto con dos lechugas en el piso para acusarnos de ensuciar. No quieren trabajadores en la calle. Ni negros en la calle. Los negros somos nosotros. Quieren una ciudad para pocos. Y las políticas son para los grandes empresarios, los productores sojeros y los que especulan con el dólar”.

Nacho Yuchark
Demostración electoral
El abogado Federico Caputo comentó que se abrió un canal de negociación: “Vino la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Ahora se fueron porque en otro lado había una represión de senegaleses. Pero lo que no queremos es hablar con un cuatro de copas del gobierno porteño. Lo que hace la UTT es perfectamente legítimo. Acá hacen una demostración de fuerza electoral para fidelizar a los votantes que quieren palos. Por eso es la desproporción de la reacción. No pasaba nada y actuaron así para que le llegue el mensaje a sus votantes sobre cómo reprimen”.
La policía se retiró, y apareció un predicador con megáfono, a quien nadie se acercaba: “Dios me dijo que hable aquí. La gente busca dinero, pero el dinero no te va a salvar: necesitamos trabajo. Pero tenemos que hablar con Dios”. La gente continuaba su camino al subterráneo.

Lucía Rojas Molloja, productora de la UTT | Nacho Yuchark
Más terrenalmente, en la UTT esperan que la gestión del Defensor del Pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor, genere novedades más fértiles mientras siguen produciendo la que tal vez es la mejor verdura del país.

Lucía Rosa Mojolla, productora de la UTT | Nacho Yuchark

Nahuel Levaggi, uno de los fundadores de la UTT | Nacho Yuchark

Silvia Guevara, productora de la UTT | Nacho Yuchark

Josué Trujillo, productor de la UTT | Nacho Yuchark

Lucas Tedesco, productor porcino de la UTT | Nacho Yuchark

Nacho Yuchark
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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