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Cuando el arte cura: Susy Shock, un camión y una Posta Sanitaria Cultural móvil por toda la ciudad

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La Posta Sanitaria Cultural de MU Trinchera Boutique cumplió su cuarto mes consecutivo con una puesta épica: Susy Shock, junto a las músicas Caro Bonillo y Andrea Bazán, curó de arte la Ciudad de Buenos Aires arriba de un camión de la cooperativa de recicladores La Bella Flor, de José León Suárez. “Que el arte salga a curar. Todo esto está enfermo y no ha sido el arte. Queremos pensar y soñar el futuro desde el arte”, dijo Susy, atravesando con poesía, milongas y chacareras tres escenarios móviles: Retiro, Plaza de Mayo y Congreso, como cierre de una jornada donde se definió que el 10 de diciembre se votará el proyecto de ley de legalización del aborto. No estuvo sola: en cada posta se sumaron grupos de bailarinas de hip hop, danza contemporánea y folkloristas diverses. El cierre fue a pura cumbia y baile, y con una convocatoria: el llamado a un Parlamento de Artistas para soñar y crear un mundo nuevo.

Video: Ramiro Domínguez Rubio.

La Posta del primer viernes de diciembre no se quedó quieta: circuló sobre cuatro ruedas a cielo abierto por la ciudad y ofreció canciones, baile y alegría en tres lugares diferentes: Plaza San Martín, Plaza de Mayo y Plaza de los Dos Congresos. Las Postas Sanitarias Culturales arrancaron hace exactamente cuatro meses en las puertas de teatros oficiales cerrados por pandemia. Luego se trasladaron a la vereda de Mu Trinchera Boutique los viernes por la tarde y ayer el show de la artista Susy Shock se multiplicó x 3.

“Qué lindo sería subirse a un camión y recorrer las calles”, dijo Susy días atrás durante los preparativos de una de las Postas en la casa de la Cooperativa Lavaca. El deseo expresado en voz alta fue respondido de inmediato: “Lo vamos a hacer”. Y así se fue armando el rompecabezas que tiñó de realidad el sueño de la Posta ambulante. La Cooperativa Bella Flor, de José León Suárez, aportó el camión que utilizan habitualmente para su labor de reciclaje.

Con una alfombra roja y telas brillosas adquirió aspecto de escenario al que se subieron Susy, con su atuendo colorido y glamoroso, Caro Bonillo y Andrea Bazán, con sus guitarras y voces, vestidas de rojo y negro y vincha con brillos. Una bandera blanca con el mantra repetido cada viernes: “Soñemos algo nuevo – Parlamento de Artistas” se desplegó cuando un costado del camión fue desmontado para dejar a las artistas al descubierto.

Primera parada: Retiro

Cuando el arte cura: Susy Shock, un camión y una Posta Sanitaria Cultural móvil por toda la ciudad
Foto: Martina Perosa.

Bajando por la calle San Martín, estacionó sobre el cemento, a metros de la urbanizada Villa 31 de un lado y del otro, el coqueto barrio de Recoleta. Comenzaron a sonar los acordes de “Los bailes de la vida”, de Milton Nascimento, y mientras Susy cantaba, era acompañada por la danza de las “Superpoderosas Crew” -integrada por La Capitana, Cielo, Mónica, Oli, Paula, Cele y Carito- que con su baile gestado en la calle, agitaron pañuelos verdes al ritmo de cada canción.

“El arte es esencial, nos encuentra, nos acerca, nos conmueve. Gracias por esos pañuelos en este día especial, en una semana especial, esta época especial”, agradeció Susy a las jóvenes bailarinas que pulieron la vereda con sus zapatillas y los movimientos del hip hop, mientras en el Congreso se definía el 10 de diciembre para el debate de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Ustedes son protagonistas de eso, no estamos solas. La idea es encontrarnos y cuidarnos. Ya nos vamos a abrazar mucho”.

Varias personas que estaban en la plaza se acercaron al show y fueron formando una platea improvisada sobre el pasto. La fila para el cajero automático del banco de enfrente también se sumó al conjunto de espectadorxs.

Después de la tercera canción, la rapera Karen Pastrana se acercó al escenario. “Una cultura destructiva y cruel del tipo occidental me quiso inmaculada, venerarme sobre un pedestal, qué hipocresía infame, destronarme no podrán, pues yo soy la reina de la vida, vida traje y vida vengo a dar”, rapeó con voz enérgica. Al terminar, las Superpoderosas se abrazaron a Karen, emocionadas. Antes de despedirse, Susy declaró al arte escencial para la salud. “¿Como seria este mundo sin arte?”. Una mujer gritó varias veces mientras aplaudía: “¡Gracias por venir!”. Otra comentó: “Salí del trabajo y me encontré con esto, me alegró la tarde”. “Eso es lo que hace el arte”, agregó la mujer que agradecía a Susy su presencia. Y así terminó la primera incursión artística, callejera y móvil.

Segunda parada: Plaza de Mayo

Cuando el arte cura: Susy Shock, un camión y una Posta Sanitaria Cultural móvil por toda la ciudad
Foto: Martina Perosa.

El camión se desplaza por Paseo Colón, pasa por la Casa Rosada y avanza hasta ubicarse en un extremo de Plaza de Mayo, dejando al Cabildo como fondo. Arranca la segunda instancia musical, esta vez con una canción de cuna. La danza contemporánea confluye en la plaza, con la presencia y el movimiento de las bailarinas Bárbara Alonso, Carla Rímola y Eugenia Roces. “Que el arte salga a curar. Todo esto está enfermo y no ha sido el arte. Queremos pensar y soñar el futuro desde el arte”, dijo Susy.

La bailarina Carla Rímola se subió al escenario móvil y leyó:

La comunidad de la danza se encuentra en emergencia cultural, sanitaria y económica. La situación excepcional de la pandemia ha evidenciado y agravado aún más la precariedad en la que ya se encontraban lxs trabajadorxs. Nosotrxs bailarinxs, creadorxs, docentes, gestorxs, investigadorxs, coordinadorxs de espacios, grupos de trabajo, nos vimos profundamente vulnerados. Proyectos cancelados, fuentes laborales perdidas, espacios cerrados, deseos detenidos, dificultades para hacer frente a las necesidades más básicas, definieron la realidad en la que aún nos vemos sumidos, y de la que no será fácil recuperarnos. La comunidad de la danza no es una abstracción, la conformamos nosotrxs: sujetos trabajadorxs, cuerpos, historias y territorios, realidades diversas o similares, cercanas o distantes, argentinas. Hoy advertimos –quizás más clara y dolorosamente que en otros momentos- la necesidad de converger como sector en estrategias colectivas y de cohesión, acciones comunes para la recuperación a corto, mediano y largo plazo.

El Frente de Emergencia de la Danza surgió en abril de 2020. En el marco de la pandemia, ante la imposibilidad de trabajar y la falta de ingresos que golpeó y golpea a la cultura, nos nucleamos y conformamos esta organización de organizaciones de todo el país, entre las que se cuentan asociaciones, colectivos, proyectos, estudios de danza, plataformas de formación, etc.

Pensando juntxs, construimos colectivamente.

Sabiéndonos diversxs, ejercitamos el consenso frente a los temas que nos atañen y a las problemáticas que nos atraviesan.

Trabajando de manera horizontal, estamos llevando adelante acciones concretas y gestionando políticas para el mejoramiento de la danza a nivel federal.

Buscando modos de colaboración, construimos lazos solidarios, consolidando una red colectiva para transitar este presente difícil, y que el futuro nos encuentre más fuertes”.

Y con estas palabras finalizó la segunda irrupción artística en el espacio público.

Tercera parada: Congreso

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El camión-escenario bajó por Av. de Mayo hasta llegar a la Plaza de los Dos Congresos. Alli se ubicó sobre la avenida Rivadavia y Susy cantó una copla acompañándose con su caja. En la plaza la esperaban les Folcloristas Diverses, con Lisandro, Valery, Ari, Nash, Bibi, Vivi, Juan, Julián, Gaby y Paula. Aplausos y baile de chacarera, polleras coloridas, un niño y su tutú con los colores de la diversidad, fueron el alegre marco para esta momento en los que ya nadie se quedaba quietx. Cuando llegó el turno de la Milonga Queer –un clásico en los shows de Susy-, les bailarines Edgardo y Sergio ocuparon la vereda y se lucieron al ritmo de la milonga. Luego una cumbia y cada vez más gente se iba acercando atraída por la música, los brazos en alto, los pañuelos verdes agitados y el entusiasmo de los cuerpos.

“Buena vida y poca vergüenza”, nos aconsejó Susy, la frase que acuñara su abuela tucumana y que ya es nuestra. “Nos volvemos a ver siempre en las calles, en las rondas, tiremos este mundo para nuestro lado, no nos acomodemos para el lado que nos tira este mundo, no nos resignemos, no tengamos miedo porque nos llevan a su lado sino, no queremos el mundo que nos proponen, no queremos ser como ellos, sus lógicas, no me hables con e si me vas a dejar en el mundo de mierda, es necio si me estas dejando sin futuro. Yo soy trava, quiero tener futuro, con mis travas amigas, con mis tortas, con mis infancias, quiero tener futuro y me lo están quitando. Les queremos, gracias pro el cariño”.

Y así dio fin a una tarde que reunió la potencia del hip hop y la fortaleza genuina de la hermandad barrial, la sensibilidad de la danza más académica con los pies brincando en la vereda, la dulzura del folclore, el ímpetu del tango y las danzas que rompen con los cánones tradicionales para moverse con goce y en libertad.

Bajo un cielo naranja de un atardecer de encuentros, concluyó lo que comenzó siendo una expresión de deseo y con la confianza en la acción y la complicidad colectiva, se materializó en alegría itinerante que interpela, propone y sana.

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
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Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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