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Cuando el “trabajo” es enemigo del “hacer”

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“Cambiar el mundo sin tomar el poder” fue el libro que hizo conocido al irlandés radicado en México John Holloway, que acaba de pasar por Buenos Aires provocando nuevamente a pensar. Su tesis: el “trabajo abstracto” (el que se hace para ganar dinero) es antagónico con el “hacer creativo” y entender eso es vital para comprender los actuales y futuros modos de lucha y resistencia. Su ponencia completa

Bajo la consigna “Debate sobre la crisis del trabajo abstracto” se reunieron, en una de las salas del hotel recuperado BAUEN, el irlandés residente en México John Holloway, el uruguayo Raúl Zibechi, y el brasileño Ricardo Antunes. Y tuvo una peculiaridad: la nacionalidad del público fue tan diversa como la de los disertantes. Mexicanos, uruguayos, bolivianos, brasileños, alemanes, y –por supuesto- argentinos, presenciaron el coloquio, y juntos intentaron destejer esta urdimbre tan compleja a la que el alemán Karl Marx, dio forma, allá por el siglo XIX, a partir de la dicotomía entre trabajo abstracto y trabajo útil. Actualmente Holloway analiza estos conceptos en el borrador del capítulo IV de su libro -en preparación- entregado para su discusión en el Seminario que denominó para la ocasión: “Somos la crisis del trabajo abstracto, somos la rebeldía del hacer creativo”.
Holloway esgrime que la distinción entre trabajo útil (o concreto) y trabajo abstracto es el tema central de El Capital no sólo porque pone en evidencia la naturaleza dual y antagónica del trabajo sino porque otorga doble carácter a la mercancía: como valor de uso y como valor de cambio. Pero además plantea que es el centro de las luchas ¿Qué es el trabajo abstracto? El ejemplo es el trabajo asalariado que produce valor y capital.
En cambio el trabajo útil es la fuerza productiva del trabajo social. Holloway escribió en su ponencia (que se copia completa más abajo): “Todos estamos conscientes del modo en el cual el hacer útil existe en el trabajo abstracto, del modo en el cual nuestra actividad diaria está subordinada a las exigencias del trabajo abstracto (al proceso de hacer dinero, en otras palabras). Lo experimentamos también como proceso antagónico: como antagonismo entre nuestro impulso hacia la autodeterminación de nuestro hacer (haciendo lo que queremos hacer) y la necesidad de hacer lo que tenemos que hacer para ganar dinero.
El trabajo abstracto está dado por algo que se nos impone exteriormente, y donde no existe la determinación social consciente sobre el flujo social del hacer. En otras palabras: sería lo que no elegimos, lo que está fuera de nosotros. En cambio, el trabajo útil es simplemente lo que elegimos hacer. A Holloway le parece pertinente cambiar el concepto “trabajo útil” por el término “hacer útil creativo”. El antagonismo entonces, aparece porque el hacer útil existe en –contra- y- más- allá del trabajo abstracto y su planteo es que es aquí es donde se encuentra el germen de la rebeldía.
Según este concepto, la crisis del trabajo abstracto arrastra también a la izquierda y al sindicalismo, que se organizaron alrededor de dicha concepción del trabajo, de la defensa del asalariado.
Tras la presentación por parte de los integrantes de la revista Herramienta (que organizó el encuentro junto con el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico) habló Raúl Zibechi, autor de títulos como Genealogía de la Revuelta y Dispersar el poder, entre otros.
Zibechi eligió graficar el concepto de “abstracción” referido al trabajo, a partir de una situación cercana. Señaló: “Voy a intentar ingresar a este debate desde una experiencia que sucede en un barrio al sur de Buenos Aires. Se trata de un colectivo de jóvenes que hoy tienen un par de espacios en los que funcionan una editorial, un cine, una biblioteca popular con unos doscientos socios, y una panadería en la que trabajan doce personas aproximadamente: mitad son hombres y mitad son mujeres”. Se trata de La Gomera, ubicado en Quinquela Martín y Gral. Hornos.
Desde la práctica pura se paró Zibechi para comenzar a descifrar conceptos que, en principio, parecerían corresponder sólo a académicos y filósofos. Se detuvo en la experiencia de la panadería para explicar que este grupo, durante años, funcionó en base a equipos de dos personas que elaboraban pan y otros productos y luego salían a venderlos al barrio. Con el tiempo, consiguieron una clientela fija. Y más tarde, decidieron transformar la gestión individual en cooperativa. Fue un simple razonamiento lo que los llevó a tomar esta decisión: la gestión individual era injusta porque el grupo que trabajaba los lunes vendía mucho menos que el que trabajaba los viernes. Lo individual mutó en grupal. Ahora sólo hay dos equipos: los que trabajan en la cocina y los que venden. Zibechi añadió: “Aunque entre los miembros del equipo hay preferencia entre los trabajos a realizar, suelen rotar”. Y brindó otra pista más: “La mutación no sólo los llevó a igualar los ingresos entre todas y todos, sino que a partir de ella lograron percibir algo más del doble de lo que recibirían por un subsidio de desempleo”.
Algunas consideraciones que plantea Zibechi respecto a esta experiencia:
* Aunque exista una mínima distinción del trabajo realizado, aún así practican la rotación. Si se le suma que todas las personas de esta cooperativa perciben el mismo ingreso tenemos como resultado que la división de trabajo (así entendida) no genera jerarquía. Es decir: que la alienación es superada por medio de la rotación y a través de la evaluación colectiva de todo el proceso que permite desconstruir la fetichización de las relaciones sociales establecidas.
* Aunque venden lo que fabrican, no producen mercancía. Es decir: no salen a vender al mercado porque consolidaron a sus compradores y establecieron relaciones de confianza. A tal punto, que muchos de los compradores están implicados en la defensa del espacio donde funciona la panadería y el Centro Cultural.
* La dualidad de la mercancía de la que hablaba Marx está siendo progresivamente descontruida a favor del valor de uso, dado que los productos no son considerados mercancías. (el valor de cambio lo otorga el mercado y las relaciones sociales son mediadas por mercancías).
* Por lo tanto, no puede hablarse de trabajo abstracto, sino de trabajo útil o concreto porque no existe un trabajo igual, medible de manera exacta con el tiempo de trabajo socialmente necesario.
* No hay, en esta experiencia una jerarquía entre producción y circulación. Incluso las ventas llevan ventajas sobre la producción porque generan las relaciones con los compradores que son los que aseguran la supervivencia del emprendimiento.
Zibechi concluyó con una evocación al Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Para Robinson, en su condición de náufrago solitario, las cosas que configuraban su riqueza eran sencillas y transparentes, de modo que no había el mínimo fetichismo en su vida. Zibechi trazó una analogía con las personas que llevan adelante el emprendimiento que describió. Postuló que ellos son náufragos de un sistema que los margina. Pero no son víctimas pasivas”.
¿Adiós al trabajo?
El portugués Ricardo Antunes, autor de ¿Adiós al trabajo? tomó una experiencia más cercana todavía. Informó que el propio BAUEN, donde se desarrolló el coloquio, es un pequeño cuadro del trabajo como actividad útil.
Su conferencia se basó en el texto que llamó “Diez tesis sobre el trabajo del presente y una hipótesis del futuro del trabajo”. Para seguir desmadejando palabras, eligió hablar de las diferentes maneras “pendulares” de concebir al trabajo: “El trabajo ha sido comprendido como expresión de vida y degradación, como martirio y salvación”.
Por un lado, el trabajo aparece como condición que ata al individuo a la vida; por el otro el trabajo surge como algo malo y el ocio como forma de liberación.
Señaló además que: “Lukács logró percibir, como Marx, el movimiento contradictorio presente en el proceso del trabajo” y remarcó que para comprender el trabajo debe comprenderse su doble condición, que está dada por la prevalencia del valor cambio sobre el valor uso, y de esta manera se convierte en trabajo abstracto. Por lo tanto, Marx supera la visión pendular porque captura la dialéctica del trabajo, afirmó Antunes: “El trabajo es al mismo tiempo generador de valores de uso indispensables para la humanidad o, como diría Lukács, elemento fundante de la sociabilidad”. Con esta postura confrontó con Holloway porque el portugués no está contra la noción del trabajo, sí está en contra del trabajo abstracto, alienado y asalariado.
Aclaró su postura: “Como creador de valores de uso, formas de intercambio del ser social y su naturaleza, no me parece plausible percibir la exclusión del trabajo social”.
Reveló, además que existe una nueva morfología del trabajo que a la vez genera nuevas formas de luchas sociales: piqueteros, fábricas recuperadas, los movimientos contra la privatización del gas, del agua. Esta nueva morfología del trabajo ayuda a desjerarquizar los organismos de representación.
Como conclusión esbozó: “Debemos luchar por un nuevo sistema de metabolismo societal, colocando en el centro del debate la gestión de la emancipación posibilitando la gestión del socialismo. O sea, pensar una actividad cuyo trabajo sea: libre, vital, o como diría Marx una asociación libre de trabajadores”.
El movimiento del hacer
John Holloway, autor de Cambiar el mundo sin tomar el poder, con su pelo blanco y un acento anglosajón, tomó la posta lanzando nuevas ideas en torno a cómo dos conceptos acuñados hace mucho tiempo pueden ser las claves para entender las luchas de los actuales movimientos anticapitalistas. El irlandés, crítico marxista, acostumbrado a romper estructuras, comenzó su exposición con una pregunta: “¿Qué pasa con este doble carácter?” (haciendo referencia a la dualidad dada por el trabajo útil –o hacer útil creativo- y el trabajo abstracto). Y respondió: “Desaparece de la discusión marxista, y si lo hacen (en pocas ocasiones), subordinan el trabajo útil al trabajo abstracto”. Y a modo de declaración de principios pronunció: “Quiero decir que la crisis del trabajo abstracto es el centro de la teoría marxista, y es el centro de las luchas actuales anticapitalistas. Este doble carácter del trabajo es el eje central para entender El Capital”.
Expuso que sería interesante repensar y tomar la dualidad para superar y entender el movimiento actual por la lucha anticapitalista, su sentido y sus dificultades. Las dificultades las colocó entre las propias reflexiones teóricas dentro de la discusión marxista y recordó la brecha que las separa del movimiento real de la lucha.
Luego explicó que al término “trabajo útil” prefiere denominarlo “hacer útil creativo” porque la reflexión sobre el trabajo no es una descripción común a todos los cuerpos sociales. El trabajo es un hacer que no determinamos: “El trabajo abstracto se refiere a la forma específica que toma este ‘hacer de ese sujeto creativo’ en el capitalismo”. Y agregó: “Odiamos no poder determinar lo que estamos haciendo. Luchamos contra eso todo el tiempo, en forma de sabotaje, en forma de resistencia. Nuestro hacer existe no solamente en el trabajo abstracto, sino contra él y también más allá del trabajo abstracto. El hacer creativo desborda el trabajo abstracto”.
El hacer-en-contra y más-allá del trabajo es simplemente poner en otras palabras el ejemplo de la panadería que expuso Raúl Zibechi, o el de los movimientos sociales en Argentina y Bolivia. Sin mayores vueltas: se hace lo que se hace porque se elige hacerlo. El autor irlandés parafraseó a Marx: “La relación entre trabajo abstracto y hacer útil, se tiene que entrever como una relación antagónica que discute en términos de alienación”. Y aclaró: “Esta relación es el eje para entender todo. Esto implica que nuestra lucha no es tanto la lucha del trabajo contra el capital, sino es la lucha del hacer, de la actividad desenajenada en contra del trabajo entendido como lucha contra el trabajo abstracto, y lo que él produce. Es decir: el capital”.
Algunas claves propuestas por Holloway para entender el “hacer útil creativo”, y muchas de las resistencias actuales.
* Debemos entender al zapatismo y a los movimientos en Argentina, Bolivia y otros países, como movimientos del hacer en contra del trabajo abstracto. De esta manera nos ayuda a entender la fuerza histórica de nuestro movimiento. Muchas veces nos parecen “locuras” lo que esos movimientos generan, pero sin embargo expresan algo mucho más profundo. Es decir: el empuje de nuestro hacer hacia su propia autodeterminación. Son las búsquedas de nuevas formas de organización que se basan en el reconocimiento mutuo, de nuestros haceres, de nuestras dignidades. De nosotros como hacedores, como sujetos. Nuestra fuerza es la fuerza de la irrupción de otra forma de organización que está tratando de romper con la forma utilización existente.
* Debemos entendernos a nosotros mismos como crisis. Es decir que somos la crisis del trabajo abstracto. Esa es nuestra esperanza, pero también nuestra dificultad. Si bien existimos como crisis, mientras exista el capitalismo nosotros también vivimos inevitablemente al borde de la imposibilidad. Nuestros proyectos son locos. Son una fuerza sin servidumbre, pero necesaria. Exactamente como la lucha para crear otro mundo. Somos la crisis de la frontera entre posibilidad e imposibilidad y vivimos las consecuencias. Decir que somos la crisis del trabajo abstracto no quiere decir que somos una gran fuerza egoísta. Sino todo lo contrario, quiere decir que nuestra existencia es frágil, fugaz y siempre en peligro. Estamos tratando de romper las fuerzas que dan cohesión a la sociedad. Nuestro proyecto es crisis. Es la crisis de ellos, pero también la nuestra.
* Si el movimiento es movimiento del hacer en contra del trabajo abstracto, entonces es necesariamente polifónico. La abstracción del hacer del trabajo, es el proceso de sintetizar una multiplicidad de haceres concretos. El trabajo abstracto funciona como la síntesis social de la sociedad capitalista. La lucha del hacer contra el trabajo abstracto es una lucha contra esta necesidad de sintetizar. No es la lucha por una nueva síntesis. No es la lucha por una nueva totalidad. Entonces, el movimiento del hacer es necesariamente el movimiento de la multiplicidad de haceres. De una gran variedad de haceres. Por eso la importancia de las asambleas, de la horizontalidad, porque se lucha, de esta manera por el reconocimiento de nuestras subjetividades. El mundo que queremos crear es el mundo de muchos mundos.
* Somos el movimiento del hacer, el movimiento actual es una mezcla de movimientos “en contra de” de la guerra, de la destrucción de la naturaleza, de la privatización del agua, etc. Pero también es un movimiento de solidaridades con otras luchas. Ahora: si nuestros movimientos no tienen su propia dinámica, su propio proyecto, su propio hacer, muy fácilmente entrarán en crisis. Por eso la esperanza es entender que el núcleo de nuestro movimiento es la multiplicidad de dinámicas, de muchos haceres distintos y propios.
La ponencia
El trabajo completo de Holloway como ponencia para el encuentro es el siguiente:
1.
El doble carácter del trabajo es la clave para entender el desarrollo actual de la lucha de clases.
2.
a) En los Manuscritos de 1844, el joven Marx hace una distinción entre el trabajo enajenado y la actividad vital consciente. En el capitalismo, la actividad vital consciente, lo que nos distingue de los animales, existe en la forma del trabajo enajenado.
b) En El Capital, Marx distingue entre el trabajo abstracto y el trabajo útil (o concreto). El trabajo útil produce valores de uso y existe en cualquier sociedad, pero en el capitalismo existe en la forma de trabajo abstracto, trabajo abstraído de sus especificidades, trabajo que produce valor. La distinción entre trabajo abstracto y trabajo útil es esencialmente la misma que la distinción previa entre trabajo enajenado y actividad vital consciente. El trabajo útil es actividad o hacer humano creativo-productivo, sea la que sea la sociedad donde se desarrolla, y el trabajo abstracto es un trabajo no auto-determinante en el cual toda distinción cualitativa se reduce a cuantidad. Para enfatizar la distinción (y porque la constitución de «trabajo» como algo separado del flujo general del hacer es resultado de su abstracción) hablaremos de «hacer útil» en lugar de «trabajo útil».
c) La dicotomía entre trabajo abstracto y hacer útil es un tema central de El Capital. El doble carácter del trabajo crea el doble carácter de la mercancía como valor de uso y valor; estructura la discusión del proceso de trabajo (como proceso de trabajo y proceso de producir plusvalía) y del proceso colectivo de trabajo (como cooperación por un lado y división de trabajo, manufactura, maquinaría e industria moderna por el otro). El trabajo abstracto se desarrolla como trabajo asalariado que produce valor y capital. El hacer útil se despliega en la categoría de la «fuerza productiva del trabajo social» (El Capital I, p. 265) o, más escuetamente, las «fuerzas de producción».
3.
La relación entre el trabajo abstracto y el hacer útil es una relación antagónica. El hacer útil existe en-contra-y-más-allá del trabajo abstracto. Todos estamos conscientes del modo en el cual el hacer útil existe en el trabajo abstracto, del modo en el cual nuestra actividad diaria está subordinada a las exigencias del trabajo abstracto (al proceso de hacer dinero, en otras palabras). Lo experimentamos también como proceso antagónico: como antagonismo entre nuestro impulso hacia la autodeterminación de nuestro hacer (haciendo lo que queremos hacer) y la necesidad de hacer lo que tenemos que hacer para ganar dinero. La existencia del hacer contra el trabajo abstracto se experimenta como frustración. El hacer útil existe también más allá de su forma como trabajo abstracto en aquellos momentos o espacios en los cuales logramos, individual o colectivamente, hacer lo que nosotros consideramos necesario o deseable. Aunque el trabajo abstracto subordina y contiene el hacer útil, nunca logra subsumirlo totalmente. La abstracción del hacer para convertirlo en trabajo no es algo que se acaba en los albores del capitalismo, sino un proceso constantemente renovado.
4.
Por lo tanto hay dos niveles de antagonismo estructural en el capitalismo. Primero está el antagonismo que Marx llama «el eje en torno al cual gira la comprensión de la economía política»: el antagonismo entre el hacer útil y el trabajo abstracto. Pero también existe un segundo antagonismo. El trabajo abstracto produce no solamente valor sino plusvalía, y esta plusvalía se acumula como capital. La acumulación se realiza a través de la explotación constante del trabajo abstracto (o asalariado), así que se puede hablar de un segundo antagonismo, el antagonismo entre capital y trabajo asalariado. Este segundo antagonismo depende de la conversión previa del hacer útil en trabajo abstracto.
Existen así dos niveles de lucha de clases. Primero la lucha del hacer útil en contra de su propia abstracción, es decir, en contra del trabajo abstracto: esta es una lucha contra el trabajo (y por lo tanto contra el capital, ya que es el trabajo que crea el capital). Luego existe la lucha del trabajo abstracto contra el capital: esta es la lucha del trabajo. Esta última es la lucha del movimiento obrero; la primera es la lucha de lo que a veces se llama el otro movimiento obrero, pero no se restringe en ningún sentido al lugar de trabajo: la lucha contra el trabajo es la lucha contra la constitución del trabajo como actividad separada del flujo general del hacer.
5.
Los dos tipos de lucha son luchas contra el capital, pero tienen consecuencias muy distintas. Al menos hasta recién, la lucha contra el capital ha sido dominada por el trabajo abstracto. Esto ha significado una lucha marcada por formas burocráticas de organización e ideas fetichizadas.
a) La organización del trabajo abstracto está centrada en el sindicato que lucha por los intereses del trabajo asalariado. La lucha sindical se entiende normalmente como lucha económica que necesita ser complementada por la lucha política, organizada típicamente en la forma de partidos políticos orientados hacia el Estado. Las concepciones «reformistas» y «revolucionarias» del movimiento obrero comparten el mismo enfoque. La organización del trabajo abstracto es típicamente jerárquica y esto se tiende a reproducir dentro de las organizaciones del movimiento obrero.
b) La abstracción del trabajo es la fuente de lo que Marx llama «el fetichismo de la mercancía», un proceso de separación entre lo que hemos creado y el proceso de creación. Lo creado, en lugar de entenderse como parte del proceso de creación, se entiende como una serie de cosas que luego dominan nuestro hacer y nuestro pensar. Las relaciones sociales (relaciones entre personas) se fetichizan o se reifican. La centralidad de nuestro hacer está substituida en nuestro hacer y pensar por «cosas» (relaciones sociales cosificadas) como dinero, Estado, capital, universidad etc. El movimiento obrero (como movimiento del trabajo abstracto) acepta normalmente estas cosas como dadas. Así, por ejemplo, el movimiento obrero tiende a aceptar la auto-presentación del Estado como organizador de la sociedad (en lugar de verlo como momento de la abstracción del trabajo). La abstracción del trabajo conduce a un concepto estadocéntrico del cambio social. El movimiento del trabajo abstracto queda atrapado dentro de una cárcel conceptual y organizativa que efectivamente sufoca cualquier aspiración revolucionaria.
c) El marxismo ortodoxo es la teoría del movimiento obrero basado en el trabajo abstracto. Por eso está casi totalmente ciego a la cuestión del fetichismo y al carácter doble del trabajo (a pesar del hecho de que Marx insistió que este punto es el eje en torno al cual gira la comprensión de la economía política.
6.
El movimiento del hacer útil contra el trabajo abstracto ha existido siempre como corriente subterránea y subversiva en-contra-y-más-allá del movimiento obrero. Ya que el hacer útil es simplemente la riqueza enorme de la creatividad humana, el movimiento tiende a ser algo caótico y fragmentado, un movimiento de movimientos luchando por un mundo de muchos mundos. Desde esta perspectiva es fácil caer en la idea de que estas luchas no tienen conexión, que son las luchas de tantas identidades distintas, que se trata de una lucha de y por las diferencias. Sin embargo, no es así. Aunque el hacer útil-creativo tiene un potencial infinitamente rico, existe siempre en-contra-y-más-allá de un enemigo común, la abstracción del hacer en trabajo. Por esto es importante pensar en contradicción y no simplemente diferencia. Es la lucha de la creatividad humana (nuestro poder-hacer, la «fuerza productiva del trabajo social») contra su propia abstracción, contra su reducción a la producción gris de valor-dinero-capital. El marxismo heterodoxo y la teoría crítica tienen como su eje central la crítica al dominio del trabajo abstracto y de los conceptos que se derivan de este dominio. Ya que el movimiento del hacer útil es el empuje hacia la creatividad socialmente autodeterminante, sus formas de organización son típicamente anti-verticales y orientadas hacia la participación activa de todos. Esta es la tradición consejista o asambleísta que siempre se ha opuesto a la tradición estadocéntrica y partidocéntrica dentro del movimiento anticapitalista.
7.
El trabajo abstracto está en crisis. Nosotr@s (el hacer útil-creativo) somos esta crisis.
a) El hacer útil es la crisis permanente del trabajo abstracto. La existencia del capital es una lucha constante para contener el hacer dentro del trabajo abstracto, pero el hacer siempre desborda.
b) Existe ahora una crisis del trabajo abstracto en un sentido agudo.
La crisis está vinculada con la crisis del fordismo, una forma especialmente intensa del la abstracción del trabajo. La crisis del fordismo es el fracaso de la abstracción del hacer en trabajo.
Las manifestaciones de la crisis son evidentes: el declive del movimiento sindical en todo el mundo; el debilitamiento de los partidos socialdemócratas; el colapso de la Unión Soviética y de los otros «países comunistas» y la integración de China en el capitalismo mundial; la derrota de los movimientos de liberación nacional en América Latina y África; la crisis del marxismo no solamente dentro de las universidades sino como teoría de lucha.
Todo esto se entiende muchas veces como una derrota histórica de la clase obrera. Pero tal vez se debería ver más bien como una derrota para el movimiento obrero, para el movimiento basado en el trabajo abstracto, una derrota para la lucha del trabajo contra el capital y posiblemente una apertura para lucha del hacer contra el trabajo. Si es así, entonces no es una derrota para la lucha de clases sino un desplazamiento hacia un nivel más profundo de lucha de clases. La lucha del trabajo está siendo remplazada por la lucha contra-y-más-allá del trabajo.
La crisis del trabajo abstracto se puede ver en términos del marxismo clásico como la revuelta de las fuerzas de producción contra las relaciones de producción. Pero hay que entender las fuerzas de producción no como cosas, como tecnología, sino como la «fuerza productiva del trabajo social», como nuestro poder-hacer social. Y el modo en el cual nuestro poder-hacer está rompiendo «su envoltura capitalista» (El Capital I, p. 648) no es a través de la creación de unidades de producción cada vez más grandes sino a través de millones de grietas, espacios en los cuales la gente está diciendo que no van a permitir que sus capacidades creativas se encierren dentro del capital, sino que van a hacer lo que a ellos les parece necesario o deseable.
c) La crisis es una intensificación de la lucha. La lucha del capital para reimponer la abstracción del trabajo se puede entender como neoliberalismo, posfordismo, posmodernismo, pero la crisis sigue abierta. La lucha contra el capital se debilita si seguimos pensando en términos de las viejas categorías derivadas de la lucha del trabajo abstracto. La única forma de entender la lucha anticapitalista ahora es como la lucha del hacer contra el trabajo.

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Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

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Más allá de tu vereda.

Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse. 

No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.

El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.

El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto. 

En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.

Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.

Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”. 

Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.

Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”. 

Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.

Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.

Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.

Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.

Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.

«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».

Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración. 

Hay orgullo.

Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera. 

Jorgelina: “Hagamos más radios”.

Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.

Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:

“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.

Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental: 

“Más allá de tu vereda,

hay otra realidad,

atrás de tu puerta”.

Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva: 

“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle, 

allí seguiremos estando”.

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Nota

Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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