Nota
El Estado Proxeneta tiene su plaza
Tras una marcha callejera y una acción en la plaza Murillo de La Paz, a la que rebautizaron como “Plaza del Estado Proxeneta”, se presentó en Bolivia el libro Ninguna mujer nace para puta , de María Galindo y Sonia Sánchez. Luego hubo un acto en el viceministerio de Cultura. Crónica de las acciones, reacciones y debates, mientras la policía intentaba borrar con sus botas las pintadas en las que se leía el título del libro.
La argentina Sonia Sánchez, con una banda roja que le cruzaba el cuerpo, anunció algo que también pudo ser leido como una presentación de principios: “Vamos a la Plaza Murillo para visibilizar a las mujeres en otra postura, no como víctimas, sino como desobedientes e interpeladoras. Y estamos invitando a todas y a todos a un debate político distinto sobre la prostitución, que nos atraviesa, y nos ayuda a nombrar las cosas por su nombre: Vivimos en un Estado Proxeneta”.
Todo ocurrió en La Paz, Bolivia, el jueves 16. Junto a Sonia, la artista y feminista boliviana María Galindo, inspiradora de Mujeres Creando, agregó: “La idea es bautizar a la Plaza Murillo, ‘Plaza del Estado Proxeneta’, ya que las mujeres en la sociedad boliviana somos objetos de intercambio, y que ciudadano quiere decir hombre, y que hombre quiere decir derecho a prostituir a las mujeres”.
Así comenzó la peregrinación por las calles de La Paz, primer paso para lo que sería la presentación del libro que Sonia y María parieron juntas y que está provocando un giro y un novedoso paradigma en el modo de discutir, entre muchas otras cosas, la prositución y la política en estas tierras.
La banda de Sonia la caracterizaba como “Primera Dama”, y aclaró: “Soy argentina, primera dama, pero como la prostitución no tiene fronteras también soy boliviana”.
La marcha albergó a decenas de mujeres llegadas desde diferentes regiones bolivianas, con una información: “Todos debemos tener los mismos derechos, pero no todos tenemos las mismas oportunidades. Por eso decimos que ninguna mujer ha nacido para puta, y venimos a apoyar a estas compañeras”. Cada una de ellas portaba una banda roja sobre el pecho que describía diversas actividades de las mujeres: “soy fotógrafa”, “soy profesora”, “soy luchadora”, se leía.
La columna partió desde la casa Virgen de los Deseos, el espacio feminista autónomo que pertenece a Mujeres Creando, ubicado en el barrio de Sopocachi. La encabezaba una ofrenda floral con los colores de la bandera de Bolivia y con la inscripción “Basta de prostituir”. La seguía un original escudo boliviano, un collage con fotos de mujeres semidesnudas, acompañado de leyendas como: “ciudadano=hombre; Bolivia: Estado proxeneta”. La fila terminaba con un largo cartel grafiteado con el nombre del libro.
“La Plaza Murillo es el centro del poder estatal y político, pero es también una ‘zona roja’. Por eso queremos hacerle esta ofrenda floral a los héroes del Estado Proxeneta. El poder masculino del blanco está en tránsito al poder masculino del indígena. El concepto de contrato sexual somos las mujeres como mercancía”, exclamó María Galindo.
Comenzaron a caminar por las calles, repletas de autos, bocinazos y curiosos que se paraban absortos. La primera parada fue frente a la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde proclamaron: “La Universidad pública es una zona roja”. Cada vez más personas se alistaban detrás de estas mujeres. Hubo algunos gritos hostiles de algún transeúnte, pero eso es parte del paisaje paceño en este tipo de manifestaciones. Siguieron la marcha por la Avenida 16 de Julio, se detuvieron en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y estamparon sobre la pared: “Bolivia: Estado Proxeneta”.
La procesión tomó la calle Mariscal Santa Cruz, y luego dobló por la avenida Camacho. Comenzaron a zigzaguear entre los autos que dejaban paso a la columna, mientras ellas los invitaban a discutir. Se pararon frente al edificio del Gobierno Municipal de La Paz. Galindo sacó un aerosol y comenzó a grafitear la vereda. La policía la cercó y comenzaron a forcejear y maltratarla. Le quitaron el aerosol y fue entonces cuando Galindo y Sánchez pronunciaron a dos voces: “El Municipio de La Paz es un municipio proxeneta, que nos explota y nos expropia nuestro cuerpo y nuestro trabajo”.
La condición de persona
Desde allí partieron sin escala hacia Plaza Murillo. La fila de manifestantes pacíficos, iba intercalándose con policías equipados con cascos y escudos inútiles, atravesados por las palabras de estas mujeres.
Galindo comentó: “La acción es aquí, en la calle, porque todo el proceso político y teórico que estamos planteando empieza y termina en la calle. La sociedad boliviana está viviendo un proceso constituyente frustrado, donde se pretendía replantear las definiciones y los conceptos del Estado. Se pretendía sustituir la ciudadanía liberal masculina blanca por la ciudadanía comunitaria indígena. A pesar de que ese proceso está frustrado, nosotras consideramos que tanto el Estado Nacional liberal es proxeneta, como el Estado Plurinacional comunitario es proxeneta también. Porque es un Estado que niega a las mujeres su condición de personas”.
Comenzaron a subir las escalinatas de la Plaza Murillo, rodeada por el Palacio de Gobierno, el Congreso y la Catedral de La Paz, y se dirigieron directamente a los pies del monumento erigido en honor a Pedro Domingo Murillo en donde colocaron la ofrenda floral dedicada a los héroes del Estado Proxeneta. Se pararon debajo de la estatua del prócer, estiraron un nylon color rojo y grafitearon: “Bolivia: Estado Proxeneta” y “La Plaza Murillo es una zona roja”. Rodeadas por policías, medios de comunicación y público, Sánchez y Galindo tomaron la Plaza, y también la palabra. Algunas definiciones
- “La prostitución no es trabajo, el Estado boliviano es un Estado Proxeneta como el argentino y como todos los latinoamericanos. Las putas estamos diciendo: no queremos zonas rojas, no queremos explotación”. (Sonia).
- “Nosotras hemos invitado a este acto a Sacha Llorente (Viceministra de Movimientos Sociales), que nos ha acompañado decenas de veces a hablar con las mujeres en situación de prostitución sobre los Derechos Humanos, pero Sacha Llorente no está. Nosotras creemos que formar parte del Estado, no puede significar vender la conciencia sobre el motor del cambio social que son los movimientos sociales. Hemos invitado a este acto a la Doctora Nilda Heredia (Ministra de Salud y Deportes), que también se ha solidarizado con nosotras, y sin embargo ella no está. Hemos invitado a la Ministra de Educación, al Viceministro de Cultura, porque la prostitución es un problema concatenado con el desempleo, con la migración, con el hambre, con una violencia impune. A las mujeres en situación de prostitución el Estado les exige un carnet de sanidad, es un carnet donde le sacan fotografía a todo color, donde va su nombre y su apellido. Se les exige una revisión semanal tan sólo de su vagina y se las convierte en vagina. Las prostitución está creciendo cada día y nosotras desafiamos a las mujeres de la sociedad a mirarnos en el espejo de las mujeres en situación de prostitución, porque hay acoso en los lugares de trabajo, porque hay acoso en los lugares de estudio y porque las mujeres somos reducidas a cosas”. (María).
- “Las putas decimos, la prostitución no es trabajo, es violencia que se ejerce sobre los cuerpos de mujeres jóvenes, niñas, viejas, cuerpos avejentados, golpeados, manoseados. ¿Eso es trabajo? Al Estado boliviano le pregunto: ¿Ser manoseada es trabajo?; ¿Ser humillada diariamente es trabajo? Y a vos que me estás mirando te pregunto: ¿ser violada sistemáticamente todas las noches, todas las mañanas, y todas las tardes, es trabajo?” (Sonia).
- “Quiero dejar claro que en este acto no hay ni un solo funcionario boliviano. Cuando a solas nos dicen ¡qué valientes que son!, nosotras les decimos: qué hipócritas son, compañeros. Qué fácil es sentarse en una oficina de gobierno y perder la perspectiva de cambio social. Sin las mujeres bolivianas, no hay cambio social posible”. (María).
Terminaron de hablar, sacaron sus aerosoles y pintaron sobre el piso de la plaza, con la caligrafía que caracteriza a Mujeres Creando: “Ninguna mujer nace para puta”. Los uniformados comenzaron a frotar desesperados sus botas sobre la pintada, pero ya era tarde.
Adán, Eva y la posición de víctimas
Luego del escrache en Plaza Murillo, tuvo lugar la presentación del libro en un salón del Viceministerio de Desarrollo de Cultura de la República de Bolivia, que quedó repleto, con muchos concurrentes que tuvieron que seguir el acto de pie. Hubo voces variadas y heterogéneas, o “insólitas e indigestas”, como prefieren decir las autoras. La presentadora oficial fue Mechi, perteneciente a la Organización Nacional de Activistas por la Emancipación de la Mujer en Situación de Prostitución (ONAEM). Dio la bienvenida aclarando que “aquí todas las mujeres somos putas y todos los hombres son prostituyentes”. Luego la actriz Norma Merlo realizó una lectura de un supuesto diálogo entre Adán y Eva que generó el momento más risueño del día (Eva le dice a Adán, por ejemplo: ¿qué tengo que ver yo con ese apéndice tuyo que se pone tan travieso?) .
La siguió Violeta Ross Quiroga, integrante de la Red Boliviana de personas viviendo con VIH Sida, quien declaró: “Soy una mujer con VIH, que está indignada con las injusticias que suceden a las mujeres en Bolivia y en todo el mundo”. Lo que había sido dispersión y risas, comenzó a transformarse. Violeta: “Yo he sido víctima de violencia sexual a mano de dos hombres y es muy cómodo a veces decir: ellos han hecho su daño y voy a lamentarme en mi dolor. Pero es más desafiante decir: voy a ser una sobreviviente y no voy a permitir que la violencia ni los agresores arruinen mi vida. Y esto es algo que la compañera argentina ha puesto como un logro en el libro. Y me parece que es algo que todos y todas debemos aprender. Salir de la posición de víctimas y comenzar a romper ese silencio que nos esclaviza”.
Al finalizar el discurso y con su voz dulce y apacible interpeló: “Cuando empezaron ellas a trabajar el libro, querían generar una pregunta, que a Sonia le digan: ¿Qué haces con una mujer lesbiana?, y que a María le digan: ¿Qué haces con una puta? Yo quisiera añadir a esta pregunta una más: ¿Y qué hacen con una mujer con sida?”
No al morbo, sí al debate
Le tocó el turno a la Licencia María Luisa Valdivia que confesó que primero sintió miedo al leer el libro porque la cuestionó como Trabajadora Social, porque desde ese lugar, contó, sólo había conocido lo superficial: ”Trabajé con la apariencia, sin entrar en la subjetividad de estas mujeres”. María Luisa relató también que se sintió cuestionada como docente, al no registrar o impulsar la subversión de esa situación que padecen las mujeres en estado de prostitución.
Sonia Sánchez apareció sobre el escenario encendida, vestida de negro y rojo, dejando caer palabras y silencios: “Puta. Trabajadora sexual. Dama de compañía. Sexo-servidora. Y ahora les pido que me ayuden: ¿Qué otro adjetivo escuchan ustedes sobre los cuerpos de mujeres?” Una de las concurrentes asomó un aporte: “Ramera”, dijo.
Sostuvo Sonia: “Estas palabras, no son sólo adjetivos. Son una violencia directa sobre nuestros cuerpos. Eso es prostitución. Es violencia que se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres. Por lo tanto no es un trabajo”.
Luego explicó cómo logró romper con la mentira, visualizar a los parásitos que la rodeaban, mirarse como puta y correrse del lugar de víctima. “Mierda que no fue lindo”, dijo, para detallar una de las características del trabajo que realizó con María Galindo: “No queríamos hacer un libro para alimentar el morbo de todas y todos, sino que fuera un libro distinto, un nuevo espacio de debate sobre la prostitución, para decirles e invitarles a cuestionarnos. Empecemos a mirarnos en un mismo espejo: vos como vendedor ambulante, mirate en mí. Yo, me miro en vos. Y empezar a romper esas fronteras de la buena y la mala, la que se prostituye y la que no, que lo único que hace es separarnos más”. Y culminó: “Este libro es un nuevo espacio político sobre la prostitución, que me sigue haciendo pensar hacia dónde quiero ir, y quién soy”.
Las locas y el cambio social
Yuli se hizo presente en nombre de la ONAEM, y agradeció a las autoras por hacer visible lo que es la prostitución. Y señaló: “Me encantaría que todo el mundo lea este libro para que sepan lo que es la realidad. Nuestras compañeras son nómades, son personas que son desterradas de su propio nombre y sin ningún derecho”.
Finalmente surgió la voz dulce pero provocadora de María Galindo que preguntó: “¿Por qué somos tan jodidas? ¿Por qué no nos contentamos con presentar nuestro librito tranquilamente?”, preguntó abriendo sus grandes ojos, y respondió: “Primero, porque este pensamiento político es una práctica social. Nace en la calle, nace como una estrategia de lucha y como una fuerza interpeladora en todas las direcciones. Por eso no podíamos presentar este libro tranquilamente. Teníamos que decir que el Estado boliviano es un Estado Proxeneta”.
Ya abierta esa veta, María agregó: “Vamos a decir más locuras, porque: qué hacemos con un Estado Proxeneta, si no tirarlo a la basura. Qué hacemos con un Estado Proxeneta, si no erosionarlo. Qué hacemos con una sociedad cómplice y violenta, si no cambiarla”.
La autora boliviana hizo mención a la importancia de las alianzas que calificó como insólitas e indigestas, porque no tienen límites y ponen en cuestión todo. Y culminó: “nosotras queremos cambiar desde el cotidiano, desde el aquí y el ahora. Por eso estamos tan locas, que decimos que desde este cambio y desde este cotidiano, la puta es la anfitriona del cambio social”.
El público respondió con una ovación.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando hablaba, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable”.
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte con lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas manifestaciones ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza de Mayo. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir». Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseñó que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
Jubilados Insurgentes prepara un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
Nota
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Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




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